Necesidad fisiológica

Todos nos hemos levantado alguna vez con unas ganas tremendas de mear.

Necesidad fisiológica

Los rayos luz comienzan a atravesar  las rendijas de la persiana  iluminando la habitación en penumbras. Intento refugiarme enrollándome en el edredón y cubriendo mi cabeza con la almohada.

-¡Joder es sábado!, no ha llegado la hora de levantarse todavía para mí- Pienso hallándome  aún en un estado de seminconsciencia.

Percibo una incómoda sensación en el bajo vientre que se alía con el sol en su intento de hacerme abandonar el refugio nocturno. Mi vejiga está a tope y durante algunos minutos lucho contra la necesidad fisiológica intentando obviar que me estoy meando. La incomodidad aumenta cuando mi miembro termina por reaccionar ante el estímulo con una tremenda, pero a la vez típica, erección  mañanera impidiéndome hallar acomodo entre las sabanas.

Finalmente derrotado por la debilidad de la carne  abandono el lecho y con ojos legañosos y semicerrados salgo de la habitación y atravieso el comedor en dirección al pasillo. Las persianas siguen bajadas y apenas hay luz, no deben ser más de las ocho de la mañana.

Cuando llego a la puerta del cuarto de baño mi mano ya está haciendo descender el elástico del pijama para liberar mi empalmado miembro que salta como un resorte en busca de alivio. Instintivamente y con los ojos cerrados me coloco frete a la taza del retrete y me dispongo a vaciar mi vejiga.

-¿Vas a mearme encima?-

-¡JODER QUE SUSTO!- Digo casi saltando hacia atrás- ¿Qué haces aquí a oscuras?-

-Bueno, yo no necesito luz, aquí sentada acierto seguro- Contestas mientras enciendes la luz de espejo.

-Sí, ya imagino que sentada es más fácil.

-Desde luego yo no tengo tus problemas de puntería, siempre lo dejas todo salpicado so marrano, cualquier día de estos te la corto…  Aunque, bien mirado sería todo un desperdicio hacerlo.

Esto último lo dices con una sonrisa mientras no pierdes detalle de mi polla, que medio empalmada, se yergue a escasos centímetros de tu cara. Tu comentario termina de despertarme y cobrando consciencia de la situación intento tapar mi erección con las manos.

-Mierda Mamá-

-¿A estas alturas te vas a tapar?- Me preguntas risueña mientras alzas tu vista en dirección a mi rostro- Ja ja, pero si no voy a ver nada que no haya visto ya antes.

Reparo entonces en ti, en tu cuerpo, el camisón semi tranparente me deja adivinar las formas de tu cuerpo y los botones desabrochados permiten  contemplar un enorme canalillo junto a buena parte de tus grandes y suculentas tetas que cuelgan libremente bajo la fina tela. Desde luego fijándome en eso  me bajara mi entrepierna.

-Emmm Joer, pero hace ya mucho tiempo y además ahora estoy… bueno tú ya has visto como estoy.

-¿Empalmado?

-Sí, empalmado, ¿Tengo que decirlo todo?

-Ja ja  ja, ¿No será por ver a esta vieja? Tengo los ojos aquí, por cierto- Me dices señalándote a la cara.

-Emm, claro que no, es que me estoy meando so lista- Te contesto apartando mis ojos de tus tetas y devolviéndote la  miranda.

  • Ah, pues nada hombre, no te cortes y alíviate, que eso es muy malo para para la próstata.

-  Lo podría hacer si te apartases, ¿no crees?

  • ¿Apartarme para qué? Si con lo guarrete que eres ya normalmente lo dejas todo perdido, imagínate controlar tu chorrito como estas ahora ja ja ja, seguro que  ni una gota cae dentro. Paso, yo me quedo aquí sentada. Y tras decir esto pones cara de pasividad total y cruzas tus brazos bajos las tetas responden levantándose al encontrar un soporte.

  • Anda y déjate de tonterías que me meo Mamá, o te apartas o te lo haga encima.

-Huy que miedo… ¿El nene se va a hacer pipí encima de Mamá?

-Pues tú misma, yo ya no aguanto más-

Te contesto apartando las manos de mi miembro que aparece otra vez amenazante, a  palmo escaso de tú cara, y mostrando ya una erección de campeonato.

Apartas tu mirada de mi rostro y tus ojos descienden para contemplar mi polla mientras una sonrisa insolente se dibuja en tu boca.

-No te atreves- Dices con gesto provocador y volviéndome a mirar a los ojos.

-Te lo estoy advirtiendo Mamá, no me provoques más.

-No te atreves cobardica.

-Sí me atrevo.

-¡QUE NO!

-¡QUE SÍ!

-Vamos, demuéstralo si eres tan valiente- Y con una última provocación tomas tus enormes tetas para juntarlas y ofrecerme un apoteósico escote con el que ejercitar mi puntería sin dejar de mirarme a los ojos con una sonrisa que se me antoja de lo más calentorra.

-Está bien tú te lo has buscado.

Tomo mi polla con la mano derecha y obligándola a bajar apunto lo mejor que puedo entre tus tetas

–joder así empalmado esto es más difícil de lo que parece- Pienso mientras intento relajarme.

-Estoy esperando, ¿algún problema?- Me preguntas esto mientras frotas entre si tus temblorosas tetas destacando todavía más si cabe su presencia.

-Ejem, es que me cuesta un poco, espera ya casi.

-Ok tranquilo, no me voy a ningún sitio- En ningún momento pierdes el contacto visual con mis ojos ignorando la acción que está a punto  de iniciarse más abajo.

-Ya, ya sale…ya sale…

El chorro de orina impacta contra tu pecho y reaccionas inicialmente con un pequeño retroceso involuntario del que te repones rápidamente tras bajar fugazmente la vista en dirección a mi polla.

-Umm que calentito- Me dices con una gran sonrisa y recuperando mi mirada mientras mueves tus tetas bajo el chorro que comienza a empapar el fino camisón haciendo que la tela se torne transparente y se pegue a tu cuerpo.

Las curvas de tu cuerpo aparecen con total claridad bajo la tela empapada, tus tetas se muestran prácticamente como si nada las cubriese y los hinchados  pezones aparecen ante mis ojos totalmente pegados a la prenda que los cubre.

Tú no dejas de mover tus tetas, las juntas dejando que un charco se forme entre ellas para luego separarlas y dejar caer el líquido por tu vientre, las restriegas y finalmente terminas por sacarlas fuera del camisón. Así, mojadas y brillantes me resultan todavía más apetecibles.

Sigues con tu juego, dejando que se formen efímeros lagos entre tus senos y  pellizcas con los dedos tus hinchados pezones mientras yo, con un ligero contoneo de cadera, distribuyo el chorro lo mejor que puedo empapándote por completo. El líquido cae por tu vientre, separas tus piernas y puedo ver cómo llega hasta tu pubis mojando tu negra y espesa pelambrera  antes de terminar por caer en el que desde un principio debía haber sido su destino final.

-Parece que el nene sí que se estaba haciendo pipi de verdad-

  • Ya te digo, ufff que alivio- Te contesto soltando las últimas gotas sobre tus lustrosas tetas.

  • Supongo que ahora que te has aliviado tu cosita podrá bajarse ya.

-Ehhh, bueno no sé, es que… Ni de coña, la tengo tan tiesa que como te descuides te saco un ojo- Pienso para mí.

Bajas tu mirada en dirección a mi polla y tras contemplarla por unos segundos exclamas:

-Yo diría que no te has vaciado del todo, esto parece que no baja.

Sueltas tus tetas, que vencidas por la fuerza de la gravedad caen hasta su posición natural, y alargando tu mano izquierda tomas mi polla con fuerza para estirar de ella y  obligarme a avanzar el escaso medio pasó que nos separa.

-Veamos que tenemos por aquí- Dices mientras llevas tu mano derecha hasta mis testículos para sopesar su contenido- Yo diría que si tienes más cosas que aliviar, aquí parece que tienes mucha leche acumulada. ¿Lo aliviamos también?

-Ehh, Mamá el semen no se almacena en los testículos.

-Ya tuvo que saltar el listo- Dices mirándome con una mueca de disgusto y soltando mi miembro- Pues nada, si no quieres no te ayudo.

-Nooo, no he dicho eso.

-¿Quieres que Mami te ayude a aliviarte del todo?- Me preguntas melosa.

-Sí, si por favor.

Vuelves a tomar mi polla, esta vez rodeándola con tu mano derecha que comienza a subir y a bajar suavemente  mientras con la izquierda masajeas mis huevos.

-Ufff.

-¿Te gusta?

-Mucho.

  • La tienes muy bonita cariño, me gusta como se ve tu capullo circunciso, es diferente a la de tu padre.

Sigues masajeándome mientras ladeas tu cabeza hacia la izquierda y sacando tu lengua le das una pequeña lamida a mi capullo para después darle un beso. Aparto con mi mano el pelo de tu cara para poder ver tu rostro sin obstáculos y tú me sonríes picarona antes de abrir tu boca y rodear mi glande con los labios para dejánrme sentir la humedad de tu boca. Haces el vacío con tu boca y retrocedes hasta que liberas el capullo con un pequeño ruido de descorche apareciendo este mojado por tu saliva.

-Umm que saladita y que rica- Me sonríes con un brillo especial en tus ojos y comienzas a deslizar la punta de tu lengua a lo largo del tronco haciendo estremecer de placer.

-Me encanta lo que me haces Mamá-

-¿Te gusta mucho lo que te hace tu Mami? ¿Quieres que Mami te saque la lechita cariño?

-Joderrr, hasta la última gota, sííí´

-Mmmm que rica- Dices antes de volver a engullirla descendiendo esta vez por el tronco en una profunda mamada y aguantando por unos segundos con toda mi polla dentro antes de retirarte.

Me encanta la sensación de frescor de tu baba embadurnando mi polla. Las caricias de tu boca se convierten en una cadenciosa mamada que sube y baja por mi polla mientras siento como tu lengua experta hace diabluras con mi glande.

-Uff me dan ganas de morderla- Me dices sacándola por un momento y a continuación muerdes suavemente el capullo mostrándome todos tus dientes.

Levantas mi polla con tu mano izquierda contra mi abdomen y con la mano izquierda formas un lazo que atrapa la bolsa escrotal entre tus dedos pulgar e índice haciéndose aumentando la presión en mis testículos que se marcan contra la fina piel.

-Me encanta que estés totalmente depilado, se ve tan rica.

Comienzas a lamer mis testículos  y chuparlos con fuerza humedeciéndolos con tu saliva mientras me pajeas con la mano izquierda, el placer que experimento es indescriptible.

-Umm Mamá…

-¿Quieres correrte?

-Sí.

-¿Quieres correrte para Mamá?

-Sí por favor-

-¡Vamos! ¿a qué  esperas? Fóllame la boca.

Sueltas mi polla y mis huevos y con tu cabeza ladeada y siempre  mirándome a los ojos rodeas una vez más mi capullo con tus labios, pero esta vez soy yo quien comienzo a moverme follándote la boca con movimientos rápidos y superficiales alternados, a veces, con otros lentos y  mucho más profundos. La saliva espesa se escapa por la comisura de tus labios  cada vez que retiro mi polla.

Debo estar loco pero viéndote ahora mismo me pareces la mujer más bonita del mundo. Acelero mis embestidas contra tu boca a la vez que  agarro tu pelo con mi mano derecha para sujetar tu cabeza contra mi polla.

-Joder creo que me corro-

-Mmmmm- Es todo cuanto alcanzas a contestar.

-Sí, sí…me corrooo.

Acometo contra tu boca con una última y profunda embestida  a la que tú a su vez correspondes clavándote mi polla hasta el fondo de tu garganta y una vez allí  comienzo a correrme abundantemente. Mis piernas tiemblan con cada chorro de leche que sale de mi polla sin que tú retrocedas ni  por un momento, antes bien aprietas como toda una experta restregado tus labios contra la base de mi pene.

Termino de convulsionarme y derrámeme en tu interior, realmente estás preciosa con tu cara algo roja y congestionada ante el esfuerzo realizado. Una pequeña tos aflora, ahora sí, ante la presencia del cuerpo extraño en tu garganta y comienzas a retirarte lentamente deslizando tus labios por el tronco que queda totalmente humedecido y empapado por tus babas. Finalmente abandonas el glande con una soberana chupada en la que recogiendo la última de semen presente  y dejando un hilillo de saliva que va desde tus labios hasta mi capullo.

-Ummm que lastima, apenas he podido saborearlo, todo directo a la garganta. Otro día me lo hechas en la lengua para que pueda saborearte bien, ¿Vale?- Me dices guiñándome un ojo risueña.

-Joder Mamá. ¿En serio eres tú?

-¿Quién quieres que sea?

Plantas un último beso en el capullo de mí ya algo flácida polla y te levantas de la taza restregando tus tetas contra mi miembro. Sacas los brazos del camisón y dejas que este se deslice hasta el suelo quedando tu cuerpo totalmente desnudo.

Te contemplo con deleite y pienso que me gustaría poder lamer cada uno de los pliegues de tu cuerpo comerme cada uno de esos kilitos de más de los que tanto te quejas pero que a mí me resultan tremendamente sexis.

-¿No te da vergüenza como lo has puesto todo so marrano?- Me dices ahora con tono de reproche y con un collejón me sacas del trance en que estaba sumido.

-Ay, Joder Mamá, que estoy estudiando.

-Ni joder ni nada, anda y tira pa la ducha ahora mismo-

Zas, otro collejón.

-Esta sí, esta sí es la madre que yo conozco- Pienso mientras sin rechistar abro la mampara y me introduzco en la ducha.

Quizás sean la misma mujer, quizás sean solo dos facetas distintas de la misma mujer y hasta ahora yo solo conocía una. Debe ser eso, debe ser eso porque ahora sí es la sargento que yo conocía. Por otro lado tampoco recuerdo la última vez que me duche siendo mi madre la que me enjabonaba – Joder como siga enjabonándome así los huevos voy a volver a estar empalmado en un santiamén- Pienso esto mientras contemplo embobado el tembloroso meneo de tus tetas en reacción a tus movimientos. Cuantas cosas tengo que aprender de mi madre.

-Cuantas cosas tengo que aprender de ti Mamá.

ZAS, collejón.

-¡Calla tonto!