Navidades. Época Dorada

Pasamos la navidades en casa de mi cuñada. Cuál fue mi sorpresa que a la que yo creía una mojigata, escondía a una pecadora, con unas ganas insaciables de que le rellenaran sus agujeros.

NAVIDADES. ÉPOCA DORADA

Hola, me voy a presentar, me llamo Alejandro tengo 28 años, 180 cm. de altura, moreno, y unos 90 Kg. estoy casado desde hace dos años. Mi mujer Yoly es morena, 165 cm. de altura y 65 Kg., de pechos abundantes y culo preto, como a mi me gustan.

Estas navidades las pasamos con mi cuñada en su casa de Madrid. Otras veces vienen ellos a nuestra casa en Burgos. Me gusta la ciudad y cada vez que podemos nos escapamos y la recorremos como unos turistas más.

Llegamos el jueves víspera de Nochebuena por la tarde, como estábamos cansados por el viaje cenamos pronto y nos fuimos a dormir. Esa noche no hicimos realmente nada, pues, entre el cansancio del viaje y que a mi mujer le daba corte que su hermana la pudiera oír, no le subía la líbido. Aun así hay que reconocer que para que yo no protestara mucho me regaló una felación que me hizo dormir mucho más relajado.

Al día siguiente nos levantamos pronto, estuvimos de compras los cuatro y al acabar la mañana decidimos ir a tomar un aperitivo antes de comer. Como son días festivos acompañamos el "aperitivo" con tres botellas de cava, que luego continuaron con dos de vino tinto en la comida, otra de cava para el postre y un orujo para hacer la digestión.

Como os podéis imaginar a esas alturas ya íbamos un poco chispas. A mi mujer concretamente se le había subido demasiado, y la tuvimos que acostar prácticamente semiinconsciente. De vuelta al salón con mi cuñada y su marido no sabía bien que hacer si meterme a la cama con mi esposa o seguir con ellos que parecían querer un poco de intimidad, pues ella se había lanzado encima de él y le dio un morreo que duró más de lo estrictamente cortés.

Decidí levantarme e ir con mi esposa pero no me había incorporado y Ana que así se llamaba mi cuñada me dijo.

¿Ya te vas?

Si, parece que queréis un poco de intimidad y pretendía dejaros solos

¿Es que no te gusto? ¿No quieres pasarte un buen rato con nosotros?

Aquella pregunta me dejó helado. ¿Cómo no me iba a gustar si era como mi mujer en rubio y con unos kilos menos? Miré a su marido a ver que decía, pero estaba ocupado quitándole la ropa a su mujer.

Yo siempre me había considerado liberal, pero esto era más de lo que yo había imaginado, mi cuñada desnuda ya de cintura para arriba e invitándome a participar con ella y su marido en un trío. ¿A qué hombre no se le ha pasado por la cabeza montarse un trío?

Yo seguía de pie en el mismo sitio dudando, ¿ y si se entera mi mujer? ¿ Y si dejo escapar esta oportunidad de ver realizada una de mis fantasías? Ana al ver mis dudas reflejadas en mi rostro tomó la iniciativa, dejando a su marido se acercó a mí, me besó mientras soltaba mis pantalones y me los quitaba junto con el bóxer.

Ohh! No sabía que mi hermana fuera tan afortunada. La verdad es que muy grande no es calculo a ojo que dieciocho centímetros, pero nunca había visto una tan gorda…..

No terminó la frase, se introdujo mi pene erecto en su boca y empezó a chupar como una autentica profesional. Primero la lamía de arriba abajo, seguidamente se la introducía en la boca, le daba mordisquitos, le pasaba los labios, a la vez que con las manos me acariciaba los huevos dándoles un masaje muy sensual.

Ismael, su marido, que ya se había desnudado, terminó de desnudar a su mejer se tumbó debajo de ella y le empezó a comer la panocha. Éramos un tren de felaciones. A ella le debía gustar mucho porque no paró de gemir en todo momento. Como era de suponer tal escena a la que no estaba acostumbrado, me hizo correrme a las primeras de cambio. Ella me miró con cara de sorpresa aunque se lo tragó todo.

¿Ya esta?

No te preocupes reina, que eso solo han sido las salvas de bienvenida. Ahora verás

Con una sonrisa siguió chupando hasta que me hube recuperado del todo que con sus gemidos y la escena que estaba presenciando tardó lo mismo o menos que lo que tarde en correrme.

Me tumbé en el suelo y ella se colocó a horcajadas entre mis piernas. Se colocó el glande entre sus labios vaginales y poco a poco fue dejándose caer lo que produjo que se introdujera poco a poco.

¡Siiiiiiii! Oh que buena

Tu si que estás buena preciosa además de caliente, estás toda mojada

Siiiiiii, soy muy zorra

Tras decir esto empezó su movimiento de vaivén. Ismael mientras tanto se había colocado un lubrificante en el pene y procedía a lubricar la entrada rectal de su mujer metiéndole alternativamente uno y dos dedos por el culo.

Ayúdame Alex por favor

Si hombre encantado

Ana se recostó sobre mí y me daba besos en el pecho y en el cuello mientras me decía obscenidades de lo gorda que la tenía y el tiempo que hacía que quería haberme follado. Yo mientras le separaba los glúteos con mis manos para que Ismael pudiera encularla con menos dificultad.

¿Si, más adentro eso es!

Con esos gritos puedes despertar a los vecinos y a mi mujer.

Los vecinos están acostumbrados y mi hermana está trompa perdida

Está vez el primero en correrse fue Ismael aunque seguido de cerca por un servidor.

¡Qué buenos sois! Me habéis hecho correrme tres veces, pero quiero más….

Acto seguido, se arrodilló ante nosotros y comenzó a chupar otra vez para ponernos en marcha. No tuvo que esperar mucho para ello pues nosotros, realmente, también queríamos seguir y que esto no acabara tan pronto.

Vale ahora al revés, propuse

Ana me miró con cara de miedo,

Con eso que tienes me vas a romper

No te preocupes, si tu hermana no se rompe tu tampoco

¿Le metes eso a mi hermana? La muy puta se lo pasará de muerte. De acuerdo yo también quiero.

Repetimos la escena anterior y ahora era Ismael el que abría el culo de su mujer para que yo la penetrara. Aunque estaba lubrificada y el ano estaba dilatado por la penetración anterior me costo poder meter la punta. Ana no dejaba de gritar de dolor.

Calla puta y aguanta luego disfrutarás el doble

No reconocía a Ismael tras esas palabras, siempre me había parecido un tipo tímido, pero tampoco me lo imaginaba en un trío, la verdad sea dicha. Al final entró y pude notar la calidez del recto de mi cuñada, la muy perra pedía más y más y se lo dimos. Como no era la primera vez que nos corríamos duramos cerca de media hora en un mete y saca contínuo que de colofón Ana nos pidió que no nos corriéramos dentro de ella y que se lo echáramos en la cara. Dicho y hecho. Acabó con la cara blanca y una cara de satisfacción que lo decían todo.

Por hoy ya vale. Quizá otro día continuemos. Quién sabe

Con estas palabras Ana ponía punto y final a la tarde de sexo o eso creía yo. Como es un piso pequeño y sólo hay un baño ellos entraron primero y me dejaron fuera esperando mi turno. Decidí ir a ver a mi esposa a ver si seguía dormida. En efecto así estaba. Viéndola dormir admiraba toda su belleza y me daban pinchazos de culpabilidad por lo que acababa de ocurrir.

De repente oí gemidos que venían del baño y supuse que esta vez querían estar solos además de mi sentido de culpabilidad. Pero eso no pudo evitar que poco a poco al oír gemir con ese placer implícito fuera empalmándome poco a poco. Bueno pues si en el baño se lo pasaban bien yo también quería pasármelo bien. Volvía al salón cogí el lubrificante y lubrifique bien mi pene y la entrada del ano de Yoly.

En la semiinconsciencia que se encontraba la hice adoptar una postura favorable y empujé. Mi mujer grito, pero ya la tenía dentro. Empecé a moverme al principio despacio y luego aceleré el ritmo. Yoli gritaba de dolor, pero poco a poco se fue transformando en gemidos de placer.

Mira parece que Alejandro también tenía fuerza para uno más. Dijo Ana riendo

Me volví a la voz y vi a Ana e Ismael viéndome desde la puerta. Nunca me habían visto hacerlo con nadie, excepto lo ocurrido hacía anteriormente y la verdad es que me ponía mas cachondo y aceleraba el ritmo. Oí susurros a mis espaldas, luego ruidos de carreras, cajones que se abren y más carreras que se acercaban. Estaba claro que habían ido por algo. Me volví y los vi enfocándome con una cámara de video digital.

NO QUIETOS! No lo hagáis

Pero ello se reían y seguían filmando. No sabía que hacer pero veía a Yoly totalmente desnuda enculada en su semiinconsciencia y me dije por qué no y seguí con lo mío intentando no pensar en que estaba quedando registrado todo en video.

Me corrí al notar las contracciones del recto de mi esposa, parece que habíamos llegado al orgasmo casi a la vez. Mejor, mas cinematográfico. La saque despacio del culo y Ana aprovechó para tomar un primer plano del ano totalmente dilatado y abierto y de mi pene. Acto seguido sin que yo pudiera mediar palabra echo acorrer llevándose la cámara consigo.

Aunque reaccioné y le seguí ya había escondido la cámara y en una casa extraña no es de buen gusto rebuscar por armarios y cajones ajenos, además que muy maliciosamente me dijo que ya recibiría una copia en casa.

No mándame el original.

Ya veremos.

Así concluyó nuestro Día de Nochebuena. Espero que le halla gustado. Si quieren comentarme algo del relato escriban a Pelb.

ellitro@terra.es