Navidades diferentes en familia

Me pidieron ir a trabajar a un hotel rural de mi tia. El trabajo fue doblemente agotador.

Era diciembre y quedaban dos semanas para las fiestas navideñas, pero el destino auguraba un muy mal pronostico para terminar el año.

A mi me iba fatal en la universidad, y posiblemente tendría que cambiar de carrera o irme a trabajar en algun lugar, aprovechando la experiencia adquirida. El futuro era nada alentador... y si fuera poco, un incendio en una casa vecina, había acabado casi por completo con nuestro objetos personales. El fuego no tocó directamente la casa, pero el calor, y sobre todo el humo, hizo que la casa fuese inhabitable. Nos comentaron que quitar el olor a humo, y volver a dejar aquella casa como era antes, seria complicado, y llevaría tiempo. Por suerte el seguro se haría cargo de todo, pero no podía compensar la enorme perdida sentimental de objetos personales, o información importante, como todos mis apuntes en papel o en formato electrónico que no estaban en la nube.

Así pues estábamos apunto de llegar a la "mejor" época del año y no teníamos casa. Nos alojaron en un hotel, donde estábamos cómodos, pero teníamos una perdida completa de vida personal, no era como unas vacaciones.

Pero justo cuando parecía que todo iba mal, mi madre tubo una llamada importante que lo cambio todo.

  • Sí!! claro que si, seguramente no pondrá inconveniente, ahora se lo explico todo.-  Era mi madre hablando por teléfono antes de colgar.

Colgó y me miró sonriendo.

  • Bueno, al menos para ti puede solucionase algo el problema...

Me explicó con más detalle, que había llamado mi tía Josefa, y que quería que me fuera con ella a su casa, a trabajar y a pasar las navidades... y si me gustaba, quedarme allí hasta que pudiera volver a mi casa. La opción de quedarme de forma permanente quedaba abierta.

Lo que no me explicó, porque ya lo sabía, era que mi tía vivía en un hotel rural en un pueblo de montaña que estaba a una hora de nuestra casa. Se había divorciado y había perdido el empleo. De esa mala situación había emprendido una aventura arriesgada. Con su hija, habían comprado una antigua casa a medio terminar y la habían convertido en un precioso alojamiento rural. Mi tía, junto a mi prima Inés, vivían permanentemente en aquella casa que cada vez era más grande y daba alojamiento a más personas. Necesitaban a gente, que viviera permanentemente allí, aparte de trabajadores puntuales. Lo mejor era usar a la familia, y aquella era una oportunidad para comprobar si la idea me gustaba.

Claro, yo dije inmediatamente que sí. Mi prima Inés era una chica de mi edad, solo dos años más joven. Simpática, bromista, agradable, que por algun motivo había despertado en mi siempre un instinto básico animal. Erá muy diferente a otras chicas con las que había estado, o me atraían. Era bajita y algo rellena, y no se podría decir que tuviera una cara bonita. No era fea, para nada, pero no era el tipo de chica a la que uno pensaría como mujer que sexualmente te vuelve loco. Pero claro, en cuanto te fijabas bien, veías que tenia unos pechos enormes, que según con que ropa, parecían mantener un pulso contra la gravedad. Lo complementaba con un culo grande, que no enorme, que con tejanos, formaban una excitante forma de corazón que hacia que quisieras seguir con las manos el dibujo.

Tenía pues motivos de sobras para irme. Ganaría algun dinero con el trabajo, me alejaría de la ciudad y quizás olvidaría el olor a quemado. La posibilidad remota de follar con mi prima, era una fantasía que hacía que la idea aun fuera más fantástica.

Salí inmediatamente al día siguiente. En tren, el trayecto duraba casi dos horas, 50min par ser exactos, más, que en coche. Pero querían tenerme lo antes posible, en una semana tendrían el alojamiento lleno, y esos días extra para familiarizarme con la casa, serian vitales.

Necesité el GPS para localizar la casa en aquel pueblo, que aunque pequeño, estaba repleto de pequeñas callejuelas laberínticas. Me quedé sorprendido al ver la edificación. Era una casa baja de piedra, de aspecto muy antiguo, restaurada por completo para darle un aire más nuevo. Justo al lado, otra edificación de tres plantas parecía estar en obras, con una especie de 4 piso en construcción.

Pasé por un puentecito, que conectaba los dos edificios, y bajo ese puente, en un lateral, encontré la puerta de entrada. Llamé una única vez, brevemente. Nadie respondió. Llamé otra vez... sin respuesta.

Observe que había un cartel que advertía que era posible que nadie respondiera, que llamara por teléfono, y ponía los teléfonos de mi tía y mi prima, también había una tercera persona, que desconocía.

Era tonto, lo más sencillo era haber avisado a mi tía de que llegaba. Pero como no tenia el teléfono de mi prima, me hizo ilusión poder llamarla.

  • Estas a fuera? enseguida subo y te abro.

En menos de un minuto, abrió la puerta mi prima. No la recordaba tan guapa, ya la he descrito antes. Quizás fuera la forma de vestir, como de clínica de estética, con el pelo rubio recogido en una perfecta coleta. O las gafas finas redondas. O el aura profesional. El caso es que la encontré muy atractiva, y al mirarme con aquellos ojos azules intenso que tenia, me sentí nervioso por un instante. Había hablado muchas veces con mujeres muy atractivas, no era ese el motivo por el que me puse tenso. Era el saber que aquella prima mía que había formado parte de mis fantasías, era más guapa de lo que recordaba, y compartiría casa con ella, las próximas semanas. Mi mente comenzó a pensar en posibilidades.

  • Toma, justo ahora estamos ocupadísimas. - Me pasó unas llaves.-  En ese pasillo hay una puerta privada que puedes abrir con esta llave. Lleva tus cosas allí, luego baja a bajo y mira si estoy libre. Bajando a la derecha hay una puerta que da a un despacho. Estaré allí con la puerta abierta, si no lo está, vuelve aquí y esperas en uno de estos sofás. No te muevas!!

Bajo corriendo las escaleras.

Me quedé allí sin saber que hacer. Pero la orden era clara, aunque me impresiono el recibimiento tan frio. Cogí mis cosas, era una maleta grande con ruedas y una bolsa de mano, era poco. Con la llave me dirigí al pasillo que me había indicado y abrí la puerta que ponía privado. En total eran 3 las puertas pero solo una estaba cerrada. La otra daba a unos aseos, y la ultima parecía ser un pequeño armario trastero.

Al abrir la puerta, me encontré con lo que parecía una mini casa. Una mesa redonda estaba junto a una pequeña "cocina" con microondas, cocina de inducción de un solo fuego portátil y una cafetera. Un mueble con una pequeña tele y un sofá. En el fondo, dos puertas abiertas, daban a dos pequeñas habitaciones con sus pequeñas camas. Todo era muy sobrio, bonito, sin demasiadas florituras. Todo en blanco y en madera natural. El toque "femenino" se veía por todas partes.

Dejé las maletas a un lado y no me entretuve allí.

Cerré la puerta con llave de nuevo, salí a la entrada principal, y bajé las escaleras. Solo con el primer paso, me dí cuenta que esa zona era diferente. El suelo era mas rustico, de piedra antigua. Olía a humedad, pero de vaho, no de viejo. Salia un olor que describía claramente que aquella zona tenia que ser una especie de balneario, aunque no sabia si era exactamente eso. La escalera acababa en un rellano cuadrado  con tres puertas, todas cerradas. Me fijé en el suelo, mojado. En los travesaños de madera que deberían estar para drenar el agua del suelo. En las baldas con toallas. Claro, ahora entendía la prisa, deberían tener clientes. No me esperé, volví a subir, y me esperé en uno de los asientos de la entrada.

He de decir que el rato que estuve se me hizo eterno. No fue más de 10min, pero me pareció que era una hora. Nadie se movía, nada se escuchaba. La paz allí era absoluta. Era tanta la calmá que casi me da un infarto cuando pasaron por delante mio dos espectros blancos caminando silenciosamente. Recuperado del primer susto, pude reaccionar y saludarlos. Debían ser los clientes a los que mi prima atendía, una pareja mayor, ambos canos, con batas de algodón bien gordas y zapatillas blancas de también del mismo material. No hacían nada de ruido al caminar e iban en silencio.

Dos minutos después subió Inés, mucho más tranquila. Tampoco hacia ruido al caminar.

  • Ahora sí, ahora puedo recibirte.

Se me abrazo con fuerza, sin comprender parecía, que tenia dos enormes pechos que se incrustaron contra mi, y me dio un fuerte beso en la mejilla. Parecía muy contenta de verme.

  • Perdona, estos días están siendo una locura, y llevamos poco tiempo aun. Los próximos días tendremos lleno total, pero la semana que viene, justo antes de navidad, hay un día que estaremos casi vacíos. Te toca currar, no se si ha sido una buena decisión.

Se hecho a reír con una risa contagiosa.

  • Bueno, para eso he venido, ¿no?

  • A ver si no te arrepientes. Esto es muy tranquilo, y precioso, pero si no te gusta, es como una cárcel.

  • Bueno, la compañía hace mucho, y siempre nos hemos llevado muy bien.

  • Claro, porque crees que te propuse a tí? Aquí la gente no trabaja igual, tienen otra mentalidad.

  • Entonces eres tu la culpable.

Los dos nos pusimos a reír de nuevo. Estábamos muy bien justos, era una pena que nos viéramos tan poco.

Comenzó a enseñarme aquel sitio empezando por aquella zona baja de donde había salido. Resultó ser un spa rustico. De las tres puertas, una era una sala con una especie de consulta, y una camilla de masajes. Era la que teóricamente tendría que haberme encontrado abierta.

  • Yo no me dedico a dar masajes, pero estoy intentando formarme. Tenemos a una chica que se encarga profesionalmente de ello. Los viejecitos que han salido ahora solo tenían pedido un tratamiento sencillo, y por eso lo he hecho yo.

  • Haces masajes? huy eso tengo que probarlo. - Le dije de forma divertida.

  • Los vas a necesitar, te lo aseguro. Pero tranquilo, vamos a tener tiempo de hacer de todo. -Lo dijo con una sonrisa picarona que no supe interpretar.

La otra puerta, daba a una pequeña escalera de unos pocos peldaños, un descansillo con colgadores y asientos de madera, y otra puerta que daba al spa propiamente dicho. Consistía en una especie de cueva picada en piedra, de dos alturas, con un jacuzzi a ras de suelo, al que se podía acceder desde la altura principal, por lo que no era necesario tener que agacharse. Pensado en la gente más mayor, supuse. El resto de la sala, en la altura superior, había una especie de estancia seca,  donde había tumbonas de piedra, que al tacto parecían calientes, una zona de duchas con hidromasaje, y una sauna de vapor que permanecía muy oscura.

  • Creo que explicándote, el funcionamiento de la zona spa, puedes hacerte una idea de como funciona el alojamiento al completo. Los clientes toman turnos para venir, en parejas o en familias completas. Fijate que caben bien unas cuantas personas. Si quieren pueden tomar un baño en privado, pero muchas veces se tiene que negociar con el resto. Es todo muy ordenado. A nosotras mismas nos sorprende el funcionamiento. Muchas veces entran grupos enteros de amigos con los niños. Y lo normal, es que las parejas mas jóvenes, sin hijos se pidan la ultima hora. Se cierra la puerta con llave a las 24h. Nosotras no decimos nada ni prohibimos nada.

Me miró sonriendo para que entendiera a que se refería. Evidentemente, un sitio así era para aprovecharlo y follar como locos.

  • La semana que viene, con un poco de suerte, igual podemos colarnos y usarlo. A mi me encanta el Jacuzzi, pero solo me deja usarlo si queda libre a ultima hora. Mantener esto vale dinero, y no podemos usarlo así como así.

Pensé en esa opción de ir al spa, a la que se había referido como, podremos colarnos. Se referiría a usarlo los dos juntos? Lo decía de verdad? No tenia que haber nada malo en ello, pero aque lugar, era un lugar, más pensado para citas románticas, que para relajarse en compañía de amigos. Los dos solos allí me iba a poner muy nervioso.

Salimos del spa y me enseñó el resto de la casa. En aquella parte de la plata baja, solo estaban sus habitaciones de uso personal. En la primera planta fue donde encontré el comedor, el salón principal y el acceso a la parte que estaban rehabilitando.

  • Como te decía, aquí todo funciona igual. En el comedor, la gente puede cocinar su propia comida, o pedir que se la sirvan, tenemos cocinero propio a ciertas horas. El resto de horas, la gente puede usar la cocina que esta abierta todos. La gente hace turnos, comparte platos, comen juntos desconocidos.... Es una maravilla que no deja de sorprendernos. Por la noche, mucha gente se junta en el salón a jugar juegos de mesa. Te abras fijado, que no se escucha nada. La casa tiene paredes gordas, y está completamente insonorizada. El salón es la única parte de la casa que puede provocar más ruido y por eso pedimos que como máximo a las 23h se termine cualquier actividad que implique molestar al resto de los clientes. Por increíble que parezca, como mucho a las 22:30h esta vacío.

Me enseñó la parte superior y la zona nueva. Eran todo habitaciones similares, aunque ninguna igual. Camas individuales o de matrimonio, enormes, con ropa blanca, paredes de piedra y suelos de madera. Todo tenia ese aire impecable y femenino.

  • Seguramente te estarás preguntando por esta decoración. Estamos casi siempre solas, y esta decoración, aunque sea extraño, elimina de golpe cierta clase de clientes. Si el ambiente hace que todo sean parejas y familias, eliminas la posibilidad de que quieran venir hombres solos a realizar marranadas. Ya me entiendes.

No sabía si la entendía, pero tenia claro que en aquel lugar solo irían parejas. No era un hotel para ejecutivos, por ejemplo. No ibas allí a pasar una noche por trabajo.

Me enseño la parte nueva. En una de las habitaciones había un montón de cajas con muebles nuevos. Parecían del Ikea, todo por montar o a medio montar.

  • Todo lo hacemos nosotras solas, con ayuda de algun profesional si hace falta. Te ves capaz de montarlo todo tu? que tal se te da? Mi madre me ha dicho que si llegabas antes que ella, te pusieras a montar estos muebles.

Lo diría en serio.... Y tanto que lo decía en serio. Todo el resto del día me lo pasé montando muebles. Cuando llegó mi tía, me indicó que terminara otras dos habitaciones, que lo hacia muy bien y muy rápido, y que les era de mucha ayuda. Los días siguientes fueron todos montar, limpiar y fregar. Ordenar los armarios nuevos, colocar toallas, ropa de cama. Hacer las camas, poner lavadoras.... Sí, era una cárcel.

Aquel primer día, mi prima Inés me dio lo que era mi ropa de trabajo, la habían comprado nueva y quería saber mi talla.

  • No seas tonto, cambiate de ropa aquí mismo. - Me dijo al entregarme la ropa.- Anda, te has adelgazado eh! incluso estas mas fuerte.-Me dijo en tono burlón mientras me pellizcaba un pectoral.

Ahí empezó a volar mi imaginación, sobre todo porque para dormir, mi tía dijo que era mejor que nos quedáramos con aquella zona. Teníamos dos habitaciones independientes para nosotros. Ella se iría a una de las de la zona nueva y así estaría mas cerca de los clientes.

Podía haber intentado haber hecho algo con mi prima. Pero el trabajo era infernal. Lo único bueno de levantarse a las 6, era que podía ver a mi prima desayunando, en aquella salita nuestra privada, cada día con un conjunto de cama más sensual. Los pantalones, cortos, más pensados para verano que para invierno, le sentaban con aquel culo que tenia, como si fueran unas braguitas, y cuando se levantaba o se aguachaba se le veían claramente los cachetes del culo. Cada día, por cansado que estuviera, me levantaba puntual, para ver a mi prima. Uno de los días incluso se levantó en ropa interior y con una bata que apenas le cubría.

Pero como digo, aquellos días fueron una locura de trabajo infernal, y no daba tiempo a pararse a hablar o intentar acercarme minimamente a ella. Pero el trabajo bajo muchísimo unos días antes de navidad. Según me contaron, era solo un by-pass entre los que volvían para pasar las navidades con su familia, y los que vendrían para pasar allí unas fiestas diferentes. Así, sin darme cuenta, teníamos solo dos habitaciones ocupadas, y por la noche ya estaba todo hecho. Era la primera vez, que en nuestro pequeño cuarto, me encontraba ocioso y libre para hacer lo que quisiera. Era muy pronto y no me iba a poner a dormir, me metí en mi habitación haciendo tiempo. Inés estaba ocupada con un tratamiento a una pareja mayor que se iría al día siguiente, y mi tía se había ido de cena con su nuevo novio, aprovechando ese día de relax que teníamos.

  • Andrés? - Había picado a la puerta mi prima.- Estas?

Entro en la habitación con su impoluto aspecto de esteticista. Había terminado mucho antes de lo acordado en la reserva de la pareja que tenia aquella tarde.

  • Por hoy hemos acabado.- Se sentó en mi cama junto a mi y se quitó la coleta. - Mañana tenemos 5 llegadas, y pasado mañana, 3 más. Estaremos a tope. Pero hoy podemos relajarnos.

Empecé a ponerme nervioso con la forma en la que decía aquellas palabras. Se había desabrochado el segundo botón de la bata, y se podía ver un maravilloso escote formado por dos grandes pechos.

  • La sauna esta apagada, igual que la zona seca. Tendría que limpiarla junto al resto del Spa. Como han terminado tan pronto, podrías ayudarme a limpiar, así mañana estaría todo listo e iremos un poco más relajados.

El Spa se limpiaba superficialmente dos veces al día, y profundamente una vez a la semana. Los propios usuarios del Spa, se encargaban de pasar la fregona por las zonas que se mojaban en exceso, y estaba increíblemente siempre limpio. Era otra de esas cosas que me chocaban de ese alojamiento.

  • Vamos!!- Dijo dándome un manotazo en el muslo, muy cerca de la entre pierna. - El jacuzzi esta encendido, así que si terminamos pronto, podremos relajarnos un rato en él. Ya te había dicho que encontraríamos oportunidad de usarlo.

Bajamos a la zona del Spa, y me entrego un par de tohallas. Luego salió a buscar un par más y repuso las que había normalmente en la entrada. Fregamos todo en un momento, y también pasamos un trapo a las paredes de cerámica de la sauna. En menos de 20min ya lo teníamos todo hecho.

  • Es una lastima que la sauna no estuviera encendida. Hoy no la usó nadie. Otro día podremos usarla. Metete en el jacuzzi ya, voy a guardar los trastos.

Había pensado en el compromiso que sería bañarme con ella, y pensé en pecar de prudente. No dejaba de ser mi prima. Sí, había mucha confianza, pero bañarse desnudo era quizás demasiado. Había traído un bañador de pantalón y desnudándome en el cambiador, me lo puse y salte dentro del jacuzzi. Lo encendí a máxima potencia con el control que había en los escalones de bajada. El agua empezó burbujear fuertemente, y salpicaba por todas partes. Aquello era un jacuzzi de los grandes. En el centro, de fondo debería tener mínimo 1,80m y podrían caber perfectamente 5 o 6 personas sentadas en los peldaños laterales. Los había de diferentes alturas, desde apenas 20cm a casi el metro. Era muy útil, como descubrí, quedarse sentado en uno de aquellos peldaños, pues de lo contrario, el agua te hacia flotar y te llevaba de un lado al otro. Me senté dando la espalda a la zona de las duchas y la sauna, y quedé mirando al lado contrario, la parte mas baja donde habia una enorme pared de piedra, que daba a la estancia la apariencia de enorme cueva.

Inés parecía tardar mucho, con el ruido del agua no escuchaba nada, pero me pareció escuchar la ducha que tenia detrás mío, la que se usaba para lavarse antes de entrar al jacuzzi. Instintivamente me incorporé y me giré. Inés se estaba duchando, desnuda, me estaba mirando mientras se frotaba sus dos enormes pechos. Di un bote por la impresión y me giré de nuevo mirando la pared.

  • Perdón.- Dije torpemente.

En la mente se me quedo grabado ese cuerpo en forma de pera, con una cintura muy marcada y unas caderas anchas. No tenia pelo entre las piernas, estaba completamente depilada, y los labios carnosos se veían claramente libres y preparados para ser comidos. O eso pensaba.

  • Joer que susto te has metido.- Dijo riéndose, mientras se acercaba por detrás.

Pude ver como se sentaba a mi lado, metiendo los pies en el agua.

  • Es que no has visto nunca una mujer desnuda?- Se levantó y se puso en frente mio, en el lado contrario. - Me gusta más este lado, se puede bajar mejor.

Al entrar en el agua pude ver claramente su cuerpo. No tenia ningún tipo de pudor, y al bajar, se separaron sus piernas y pude ver claramente su sexo. Cuando entró completamente en el agua, sus pechos flotaron.  El Jacuzzi era grande, y al extendernos rectos, no nos estorbábamos. Ella empezó a flotar, dejándose llevar por el agua, sus pies estaban muy cerca mío tocándome de vez en cuando.

Sentí que se movía, pero no hice caso, dijo algo, pero no fui capaz de escucharla, el ruido del agua lo inundaba todo, me incorporé para escucharla.

  • ¿Que?

-¿Llevas puesto el bañador?- Gritó

No supe que responderle, me quede bloqueado. No esperaba aquello. ¿Realmente esperaba que estuviera desnudo? Sentía que me estaba perdiendo algo.

  • Llevas el bañador!!! - Dijo riendo, se había acercado a mi, y había palpado el bañador para asegurarse que lo tenia puesto. - Sera posible? quitatelo!!

Instintivamente sujete el bañador mientras ella tiraba para quitármelo, en una lucha medio divertida en la que ella parecía un poco enfadada.

  • Serás tonto!!! - Se puso encima mio, y sentí su cuerpo caliente contra el mio. - A ver si nos entendemos. Llevas una semana detrás mio, siguiéndome con la mirada, sin apartar la vista de mis pechos, mirando mi culo cuando me daba la vuelta, haciéndome sentir deseada, y ahora te me vas a resistir? De verdad me vas a decir que se me va a resistir un hombre que me gusta? Mira, ha sido un año horrible con un montón de trabajo, solo he podido echar dos polvos y han sido espantosos, de los que mejor olvidar. Y ahora cuando por fin cumplo mi fantasía de meterme en con un chico en el Jacuzzi y follar como locos, vas tu y te pones el bañador.

La abracé y la bese en la boca. Necesitaba que se callase y dejara de hacerme sentir tan tonto. Yo mismo descordé el bañador, y la guie con las manos para que me lo quitara.

  • No se yo si voy a poder perdonarte esto.- Se abrazó a mi, rodeándome con las piernas, su sexo rozó mi polla.- Dios! pero si la tienes dura como una piedra ¿ya estas empalmado? - Dijo riéndose.- ¿Me vas a quitar la diversión de ponerte cachondo?

Se había apartado y me acariciaba la polla con la mano. Que manos tenia!!, era delicioso sentir como me masturbaban aquellas manos. Yo no perdí oportunidad de recorrer su cuerpo con las manos. Tenia un culo sorprendentemente duro, y sus muslos eran una delicia. Me acerqué tímidamente con la mano a su sexo.

  • Meté los dedos, estoy cachondisima.- Me dijo.

Metí un dedo, y descubrí que podía entrar otro con una facilidad increíble. Aquel coño estaba apunto para ser penetrado. Ella, empezó a jadear, excitada como si ya estuviera teniendo un orgasmo. Apretó su cuerpo contra el mio ronzadose con mi polla e impidiéndome seguir metiendole los dedos.

  • Va follame ya, que no aguanto.- Me dijo mientras me mordía la oreja.

Abrazados, con ella montada sobre mi, rodenadome con sus muslos, solo necesite un intento para encontrar el camino y entrar casi asta el final de un único gesto. El sexo desde ese mismo instante, se volvió salvaje, desesperado por conseguir la máxima velocidad y profundidad posible. El agua, nos daba oportunidad de ir cambiando de postura libremente, y que ella pudiera poner sus piernas a su antojo, para estar más cómoda.

Sus gritos, descontrolados, sin ningún tipo de pudor, me daban alas para intentar penetrarla aun más duro. No se quejaba, estaba completamente cachonda, y mi polla entraba libremente en su sexo. Yo, la cogía de las nalgas y apretaba contra mi, en un intento de llegar al final de aquel voraz coño. Exploraba su ano con los dedos, acercándome a su sexo, la cogía por las caderas, en un intento desesperado por dar mas fuerza a mis embestidas, o me perdía entre sus enorme pechos mordiendo aquellos pezones duros del tamaño de cerezas.

En un intento por controlar mejor el sexo, conseguí darle la vuelta y penetrarla por detrás. Ella apoyando la cabeza y los brazos fuera del jacuzzi, dejo que le abriera las piernas, flotando en el agua, y la penetrara profunda y salvajemente. No era suficiente, estaba como loco. Quería poder darle más potencia a mis golpes, poder controlar más mis embestidas, poder penetrarla más profundamente. Ella no perdía oportunidad para animarme con sus orgasmos.

  • Joder, me estas destrozando. Dios que polla. Me corro, joder me corro mucho.

Yo sentía como se corría una y otra vez, tensando su cuerpo apretando su sexo. Acabe perdiendo el control sobre mi ritmo y sentí que descompensaba mis penetraciones. Estaba llegando a un orgasmo intenso y fuera de todo control, de aquellos que te chupan toda la energía a la vez que tu semen sale.

  • ¿Te estas corriendo? - Dijo ella como en tono asustado.

  • Me voy a correr... - Dije perdiendo ya el control de mis actos.

Rápidamente ella se salio, me empujo y cogió mi polla. Se la llevo a la boca y empezó a chupar. Me llevo hasta el borde contrario del Jacuzzi, sin sacar la polla de la boca, y sentándose en un peldaño se dedico a realizarme un oral intenso y rápido. El orgasmo llego al instante, impulsado por unas manos expertas y una boca tan voraz como su coño. En ningún momento soltó la polla, y eso que mi orgasmo estaba siendo tremendo y el semen seguramente abundante. Termine de correrme, pero ella no parecía dispuesta a soltarla. Me miraba y sonreía.

  • Menuda cara de tonto se te ha quedado!

  • Perdón. - Le dije. - No había pensado en avisarte cuando me corriese. No pensé en que no pudiera correrme dentro.

Ella miraba la polla, e iba chupando unas imperceptibles gotas de semen. Me sonreía, pero a la vez ponía esa cara de "tu eres tonto" que me ponía siempre.

  • Cariño, tu te puedes correr donde quieras y las veces que quieras. - Volvió a chupármela.- El problema, es que si te corres dentro del agua, y sobre todo con esta corrida salvaje que has tenido, íbamos a estar hasta mañana limpiando semen. Con el Jacuzzi a máxima potencia y una corrida así, hubiera sido como participar los dos en un bukake en plan industrial.

Dejó ir mi polla y se puso a mi lado, pasando una de sus piernas por encima mio.

  • Cuando abrimos, llego una pareja joven que se paso dos horas en el spa. Nada anormal, pero cuando por la noche vine a limpiar, me encontré el jacuzzi con restos blancos flotando en el agua. No tardé mucho en darme cuenta de lo que era, pero al darme cuenta, el cabreo que pille no te lo imaginas. Aquel chico debería ser un semental, o montaron una orgía con varios tíos. Estuvo el spa cerrado un día, y tuvimos que llamar a un técnico para cambiar los filtros.

  • Que barbaridad, yo no creo que la hubiera liado tanto.

  • Aunque sea solo un poquito. Te imaginas un grumo de semen por aquí flotando hoy? Nos pasaríamos la noche buscando restos, o arriesgándonos a que mi madre supiera que hemos hecho.... pues como comprenderás, hoy no hay muchas más parejas que puedan hacer marranadas así.

Se separó de mí y apoyo la espalda en el otro lado del jacuzzi, cerca de la escalera, y apagó uno de los motores. Se abrió de piernas, con una flexibilidad sorprendente y me enseñó su sexo rosado y abierto por el esfuerzo del polvo salvaje.

  • Me has sorprendido, no me esperaba una polla así, me has dado caña de la buena, pero aun estoy salidisima. Me devuelves esa comida que te he echo?

  • Y tanto- Le dije metiéndome entre sus muslos. - Estoy loco por poder comerme este coño.

Disfruté enormemente comiendo ese coño en el agua. Era cómodo, en ese momento la fuerza del agua ya no molestaba, y tenerla a ella flotando era ideal para poder dedicarme con todo el alma al trabajo solicitado. Recorrí todos los pliegues con intensidad, introduciendo mi lengua dentro. Tenia que controlar mis ansias de morder aquellos carnosos labios que tenia en la boca.

  • Tu también la vas a liar al correrte? - Le dije con su clítoris en la boca y mirándola de reojo, viendo como se corria.

Recibí un manotazo en la cabeza como respuesta, obligándome con la mano a no separar mi boca de su sexo.

  • Calla, comeee..,

Sentí en mi boca su enorme orgasmo, como se estremecía, y como se humedecía por dentro. Estábamos teniendo un polvo increíble.

Después de recuperar el aliento, abrazados, dejando que el agua nos masajeara, ella salió del agua, con la misma soltura y despreocupación que con la que había entrado. Entonces me di cuenta, que había estado ciego al no ver antes que me estaba pidiendo a gritos que me la follara desde hacia mucho. Seguí con la mirada sus preciosas y grandes curvas. Tenia un culo perfecto, no demasiado grande, con una forma perfecta para ser cogido con las manos y follárselo. Que ganas tenia de follármela de nuevo. Vi que se metía en la ducha, y no me lo pensé, me metí con ella bajo la ducha. Se llevo un pequeño susto, cuando la cogí por detrás por sorpresa, pero me recibió respondiendo a mis intensos besos.

  • Quiero volver a follarte, ahora!!

  • Jo que ímpetu, y yo que pensaba que eras un poco cortico.- Me cogió la polla con las manos.- Esta se porta súper bien, y le dejo que folle cuanto quiera.

No esperé más permisos, le di la vuelta, y la empotré contra la pared. Igual que antes, la polla entro con increíble facilidad, aunque quizás por ir tan rápido, el coño no estaba tan húmedo y me costo un poco ponerlo a tono. Pero tras unas pocas penetraciones todo empezó a funcionar con antes. La posición no era tan cómoda, bueno, realmente era incomoda, por la diferencia de altura, y la postura que tenia que adquirir yo para poder penetrarla. Pero poder cogerle de las nalgas, o de la cadera y poder moverla a mi antojo para follármela con ganas, era una autentica delicia. Ahora si podía controlar la penetración y meterla en profundidad, pero aun así no podía meterla como quería. Aquella mujer era de las que necesitabas follarte a lo clásico, usando todo tu peso para poder clavarle la polla hasta el final.

Jugando con su culo, descubrí un ano rosado, y apetecible. Ni me lo pensé, yo estaba demasiado ansioso, y ella demasiado pendiente de sus orgasmos. Le separé las nalgas puse la punta de mi polla en la entrada y apreté. Ella dio un respingo, apartándose al sentirla, y yo la empuje contra la pared para que no se escapara.

  • Joder, eso se avisa. Cabrón!!

Parecía que no quisiera, pero enseguida se apoyo con la cara en la pared, y con una mano comenzó a masturbarse el coño. El culo parecía usado, y no era difícil penetrarla, pero yo ya había tenido demasiado sexo, y empezaba a tener la punta un poco irritada, por lo que me tome con más calma la penetración. Ella acompañaba mis gestos moviendo el culo sensualmente sin parar de frotar su clítoris con los dedos. Parecía estar teniendo un orgasmo largo intenso.

  • Vale, vale vale!- dijo intentando retirarse. - Para.

Vi como se daba la vuelta y se tocaba como dolorida.

  • Eres un cabrón.- Dijo soltándome un puñetazo en el pecho con todas su fuerzas. - Eso se avisa, joder, con esa polla no puedes ir por ahí aprovechante de que una esta cachonda para meterla a traición.

Por un momento pensé que se había enfadado de verdad, pero no tardé en darme cuenta que aquello, por nuevo y sorprendente, le había gustado lo suficiente como para querer seguir follando.

  • Vamos, vístete que nos vamos a la habitación a ver si consigo vengarme un poco.

Era evidente que teníamos que vestirnos, no podíamos salir de allí con albornoz como hacían los clientes. Además, con el calentón, teníamos que fregar el agua que habíamos derramado, apagar todo y cerrar con llave para que nadie entrara de noche.

Cuando llegamos a nuestra zona de descanso, Inés no esperó a meterse en las habitaciones, y allí mismo contra la mesa se abalanzó contra mi y me cubrió de besos. Se desnudó completamente, quedándose ella sin nada de ropa y arrodillándose, sacó mi polla y empezó a comer.

  • Loquita me tienes con esta polla. - Y se la metió en la boca.-  Pero parece que está algo cansada. La quiero dura como antes.

Quise cogerla, sentarla en la mesa, y follármela allí mismo. Cumplir esa fantasía que tenia cada mañana al verla con ropa de pijama. Abrirla de piernas y metersela de pie, para luego correrme sobre ella como si fuera un aspersor. Pero la comida me estaba gustando mucho y no reaccione, se me adelantó ella.

  • Vamos a mi habitación. Quiero acabar con esto, que se nos hace tarde.

Nos metimos los dos desnudos bajo la manta. Ella riendo, se puso sobre mí, hizo una especie de tienda de campaña con la manta y bajó asta mi polla para continuar comiendo. Yo no aguantaría mucho esa comida, sus manos eran una pasada, y la comía como si no le importara volver a tragar semen. Sentí que ella misma se estaba masturbando.

  • No se como lo haces, pero me pones cachondisima.- Se había sentado sobre mi polla e intentaba metersela.

  • Creo que de momento no he hecho nada malo.

  • Sí, no darme más caña. - Dijo gimiendo mientras entraba hasta el fondo.

Más que entrar, resbaló, en un coño húmedo y muy abierto ya. Le sujeté las nalgas y me dispuse a follármela yo en vez de dejar que lo hiciera ella. Entre 3 veces despacio y empecé a realizar gestos más rápidos y violentos. Vi que ella gritaba con todas sus energías y caía sobre mi.

  • No se como lo consigues, ya me he corridooooo!!

No paré, no dejé que aquel orgasmo se acabara rápido, me la follé tan rápido como la postura me permitía, y conseguí efectivamente que volviera a correrse en un orgasmo múltiple solapado uno a otro. Ella me mordía en el hombro con desesperación, mientras intentaba no gritar tan fuerte. Yo me volvia loco al sentir como mi polla se inundaba de sus fluidos por la corrida.

  • Rápido, ponte encima y acaba, que no puedo más.- Dijo dándose la vuelta y abriendo mucho las piernas.

Me puse encima, y apunté mi polla mientras le comía los duros pezones. Los primeros compases de la penetración, lenta, los realicé mientras le comía las tetas, luego me recoloqué y de un solo movimiento la introducí hasta el fondo, dejando caer todo mi peso sobre las caderas. Sentí como si una puerta se abriera, y una nueva zona inexplorada estuviera ahora disponible para mi. Me quedé allí en el fondo, moviéndola tan rápido como me permitía la posición sin sacarla mucho de aquel hueco que había encontrado. Luego progresivamente, fui haciendo la penetración de mayor recorrido hasta que se convirtió en algo salvaje en el que la polla salia casi por completo y entraba hasta el final de un solo golpe. Intentaba ir al máximo de potencia, todo lo rápido que podía. Mi cuerpo ya no respondía y sentía que el orgasmo era inminente

y se apoderaba de mi mente y de mi cuerpo. Mis movimientos comenzaron a ser erráticos, descordinados. Intentaba seguir metiendola, pero ya no era capaz, había perdido completamente la razón y mi mente era todo orgasmo y gritos de placer de ella.

  • Me corro, me corro mucho.- Le dije como pude al oído.

  • SI!! - Gritó ella.- Correte dentroooooo!!

Ella me ayudaba con las manos en el culo, apretándome contra su cuerpo y marcando el ritmo para que no lo perdiera, a la vez que movía sus caderas, con las piernas levantadas y muy abiertas, para que mi polla llegara a lo más profundo de su ser.

El orgasmo fue intenso y violento, y vino acompañado con una descarga de endorfinas que bloqueo mi cuerpo al instante. Ella se corrió conmigo de pura excitación al sentir mi semen dentro. Caí rendido sobre ella mientras intentaba inútilmente alargar aquella penetración, ella movía sus caderas, intentando extraer hasta la ultima gota de mi semen.

Nos quedamos los dos así, con nuestros sexos unidos. Yo intentando no dejar mi peso sobre ella, pero intentando recobrar el aliento. Nos estábamos adormeciendo. Me retiré, y sentí como salia el semen, todo estaba empapado, de sudor y de fluidos. Me puse a su lado y enseguida ella me puso una de sus piernas encima, y me chafó con sus pechos abrazándome.

  • Que sepas que me has destrozado.- Dijo en voz baja.- Mañana me va a doler el coño.

No volvió a decir nada, nos estábamos quedando dormidos. La luz estaba encendida, y toda la ropa tirada en el comedor. Daba igual, estábamos en la gloria, y no queríamos movernos. Estuvimos así dormidos lo que podría ser media hora. Me desperté cuando sentí que se movía. Vi que se levantaba y se ponía las bragitas. Pensé que la fiesta se había acabado y me incorporé dispuesto a irme a mi habitación.

  • No te muevas.- Apagó la luz y se metió en la cama abrazándome de nuevo. Volví a sentir sus pechos contra mi. - Me gustaría que durmieras ahora siempre conmigo.

  • Si tu madre se entera se montará un buen lio. No dejamos de ser primos.

  • Bueno, no tiene porque enterarse.