Navidades con la familia de mi novia.

Unas Navidades diferentes,

Me presentaré, tengo veinticinco años y lo que les voy a contar ocurrió hace cinco años, hacía tres meses que salía con Eva una chica rubia muy fogosa en la cama, la verdad que en poco tiempo me enseñó muchas cosas sobre el sexo, no es que fuera un pardillo pero creo que no sabía ni la mitad que ella, había tenido un par de novias antes pero fuera de un polvo en el coche o en algún rincón poco más había hecho.

Mi novia me dijo que le gustaría que pasáramos las vacaciones de Navidad con sus padres, al parecer su padre se había vuelto a casar y se sentía un poco nerviosa con su nueva madrastra, me comentó que también estaría su madre cosa que me extrañó, en un primer momento le dije que llevábamos poco tiempo saliendo y que lo veía precipitado, pero después de un buen polvo y unas mamadas como cualquier hombre accedí.

Llego el veintidós de Diciembre y con más nervios que otra cosa me encaminé a conocer a la familia de Eva mi novia.

He de decir que soy de Tenerife con lo cual nuestra temperatura es de unos veinte grados más menos, ósea que la nieve pues va a ser que no, llevaba unos pantalones de lino blanco junto a una camisa blanca que hacía notar mi moreno ya de por sí eterno pues me viene de familia, aparque mi motocicleta y respirando profundamente pique el timbre de la casa de planta baja, notaba como mi cuerpo sudaba más de la cuenta mojándome el cogote, se abrió la puerta y apareció ante mí una mujer de color de un metro ochenta de largas piernas, e de decir que mi estatura es de un metro setenta con lo cual aquella mujer subida a sus tacones de doce centímetros hacía que tuviera que mirar al cielo para poder verla por completo, estuve a punto de pedir perdón pues creí haberme equivocado, cuando...

-¿Javier?

-Si

-Ya era hora que llegaras.- dijo mientras descendía su cabeza para atraparme en un abrazo y dos sonoros besos.- Pasa, pasa, no tengas vergüenza.- Andaba detrás de ella viendo cómo sus mayas marcaban las nalgas ¡por dios!creo que son las mejores que había visto hasta el momento, entramos al gran salón donde estaba Eva junto a su padre, un hombre de unos cincuenta años bien acomodado económicamente " De ahí la negra que tenía por esposa".

-¡Hola Javi!- Dijo mi novia abrazándome- Papá te presento a Javier, mi pareja- Decía mientras me lanzaba a los brazos de aquel hombre de ojos negros y profundos, su mano fuerte sujeto mi hombro mientras que con la otra mano apretaba tan fuerte la mía que por un momento pensaba que la perdería hecha añicos entre sus dedos.

-Bien venido Javier.- Ya conoces a Rosana mi mujer- Dijo señalando a la negra que me había abierto la puerta.

-Que te parece si nos tomamos un baño en la piscina y así hacemos tiempo a que venga tu madre Eva.

-Más que una pregunta sonó a una orden.-Acompaña a Javier a su habitación y que se pruebe algún bañador, espero que le vaya bien alguno, si no mañana iremos a comprar uno.

Eva me acompañó a lo que iba a ser mi habitación, por supuesto era una cama para una persona, ya me imaginaba que aquel hombre no permitiría que su única hija durmiera en la misma cama con su nuevo novio bajo su techo.

-No me habías dicho nada sobre tu madrastra.-Le dije una vez que estábamos solos.

-¿A qué te refieres?-Dijo sabiendo de sobras a lo que me refería.

-No se...¿Tú qué crees? No es muy normal que tu padre se case con una chica de apenas treinta años y ..-no me atreví a terminar la frase.

-Si te refieres a su edad no veo el por qué no se puede casar con ella, si es por el color no te veo racista... Pero creo que es por lo buena que está ¿no? Es a eso a que te refieres.- Decía mientras su mano acariciaba mi paquete por encima del pantalón, cosa que provocó una erección de caballo, pues desde que vi a Rosana ya iba caliente. Su mano busco mi cremallera para bajarla- Creo que así no sería conveniente que bajaras a la piscina- En un momento mi verga ya estaba en su boca realizándome una manada, mi mente estaba en los labios de Rosana saboreando mi verga, me la imaginaba totalmente desnuda dibujando un ocho con sus nalgas, apretaba la cabeza de Eva para que le llegará hasta la garganta, la verdad es que le gustaba mucho mamar, al poco

Tiempo le estaba llenando la boca de semen, el cual se encargó de tragar sin dejar escapar una sola gota.

  • Ahora sí que estás preparado para ir a la piscina- Dijo con una maliciosa sonrisa- Pruébate estos bañadores, yo voy a ponerme el mío, nos vemos en la piscina.

Al llegar a la piscina me encontré con el paraíso, allí estaba Rosana tumbada en la hamaca con dos maravillosas tetas al aire junto a Eva de igual manera, mi suegro estaba dentro de la piscina sobre una colchoneta, el problema que iba a tener pues mi verga volvió a ponerse en son de guerra, y lo malo que el único bañador que me iba era de esos de piscina de los que van apretados y claro el bulto aunque no es de actor porno digamos que estoy por encima de la media, pues era imposible disimularlo, decidí meterme debajo de la ducha e intentar relajarme haber si conseguía que mi verga perdiera un poco de volumen, por suerte después de pasar casi cinco minutos debajo del agua conseguí disimularla siempre con miedo de que tomara conciencia propia y volviera a emerger, me tire a la piscina y me prometí no salir hasta que no estuviera totalmente relajado, pues no estaría muy bien que mi suegro el primer día ya me viera de esa forma.

Lo malo fue en el momento que Rosana decidió darse un baño, no hay palabras para definir ese cuerpo en un trocito de tela que era su tanga, se alzó y lanzándose de cabeza atravesó toda la piscina,buceando  tan cerca de mí que podía ver sus nalgas, pues simplemente el hilo dental era lo único que tapaba su ano, pues juraría haberle visto los negros labios de su vagina, ¿pues que pasó? Efectivamente mi verga tomo vida propia, Rosana emergió en el borde de la piscina dejando ver sus erectos pezones negros, estaba atrapado sin saber qué hacer, por suerte mi suegro estaba con los ojos cerrados ajeno al mal trago que estaba pasando, hice como que nadaba intentando llegar al borde de la piscina para tapar mi verga, Rosana se notaba que era una buena nadadora pues en menos de un segundo estaba a mi lado.

-Veo que tú también eres muy moreno.- Dijo pasando una mano por mi hombro.

-Si,toda mi familia somos muy morenos.

-Te veo muy nervioso, tranquilo parece un león pero en verdad no es más que un gatito.-Por un momento pensaba que se refería a ella.

-Ya, pero...no se, al ser el primer día, ya me entiendes.

-Jaja, claro, pero se tú mismo, ¿conoces a Irene?-Irene era la madre de Eva.

-No, la verdad es que llevamos muy poco tiempo saliendo y todavía no conocía a nadie de su familia.

-Pues prepárate,esa sí que es una arpía.- Dijo apoyándose sobre el borde para coger impulso, salió de la piscina dejándome ver todo su cuerpo a menos de un palmo de mi cara. Yo no sabía si lo de mi suegra era verdad o simplemente de dos mujeres enfrentadas por el mismo hombre.

Salí como pude y tumbándome en una hamaca boca abajo deje que el sol me tostará un poco mi espalda, prefería quemarme si con eso podía pasar el mal trago que me estaba dando mi verga.

Al cabo de media hora aparecieron en la piscina una pareja, una mujer morena de unos cincuenta años, con un buen cuerpo y un hombre que se veía más mayor, rondaría los sesenta años, aunque tenía buena percha para sus años.

Resultaron ser mi suegra y su pareja, enseguida vinieron los abrazos incluyendo a Rosana que parecía disimular muy bien lo que pensaba de la ex de su marido.

-Mama, este es Javier.- Me tocó el momento de conocer a mi suegra.-Javi, esta es Elena mi madre y él es Paco su pareja.-Su madre me chequeo en menos de diez segundos antes de darme un beso por mejilla, desde luego sus tetas eran de gran calibre y por la dureza de estas seguro que eran postizas, la mano de Paco fue firme aunque no tanto como mi suegro.

Mi suegro decidió que los hombres prepararíamos la comida mientras que las mujeres se daban un chapuzón, así fue, la verdad es que lo único que hice fue poner la mesa mientras ellos jugaban a las cocinitas, la comida paso entre risas y alguna mirada furtiva de Eva hacia mi, más que nada comprobando que no se me iban los ojos detrás de Rossana, después continuamos en las piscinas con algún que otro gin y muchas cervezas cosa que me  originó un pedo exagerado, me desperté sobre las dos de la madrugada con la boca seca, tenía puesto el bañador y juro que no tengo ni idea de cómo llegué hasta la cama, decidí ir a beber un poco de agua, la casa estaba a oscuras con lo cual tuve que ir a tientas intentando no hacer ruido, bastante espectáculo debí de haber dado obligando a que me llevaran a la cama a cuestas, no quería imaginar lo que debería pensar mi suegro. Al llegar a la cocina escuche unos ruidos extraños en el jardín, eran susurros, me acerqué hasta la ventana de la sala y asomándome despacio descubrí a mi suegro totalmente desnudo sobándole las tetas a su ex, esta estaba desnuda de cintura para arriba, me quedé asombrado pues no era precisamente lo que me esperaba, decidí hacer de mirón un poco más.

Mi suegra le tenía agarrada la verga que por cierto era descomunal, la tenía con las dos manos y todavía le sobraba.

-Cómetela, anda puta.-Le dijo agarrándola del pelo para que se agachara.

Estuvo mamandosela como mínimo diez minutos hasta que este la levanto le acabo de quitar la ropa y poniéndola a cuatro patas se la enchufo por el coño, ahora solo,se oía el ruido de las ingles de mi suegro chocando con el culo de su ex, esta comenzaba a jadear cosa que a mi suegro no le pareció bien y cogiendo sus propias bragas se las introdujo en la boca para amortiguar el ruido. Más tarde cambiaron de posición ensartándose el pollon cabalgando encima de mi suegro, mientras él le comía las tetas que como creía en primer momento eran postizas, pero tenía su punto. Al cabo de un rato mi suegro agarro sus caderas para que no se moviera y se corrió llenándola. Di por acabada la follada y decidí irme a dormir con un dolor de huevos espectacular, primero pasaría por el lavabo para descargar.

Mañana sería un nuevo día.