Navidad con mi hermano ( CAP. 1 )
Relato en el que hermanos gozan de una relación increíblemente placentera. Descrito desde perspectiva masculina, espero que sea de vuestro agrado.
Bienvenidos a mi última experiencia de amor filial. Las pasadas Navidades tuve un encuentro un poco diferente con mi hermano mayor después de la cena de Nochebuena. Por ello hoy aprovecharé para contároslo desde su perspectiva ( masculina ) siendo yo hermana pequeña (Blanca) con la cual se desenrolla la historia. ¡Espero que sea de vuestro agrado!
Era el 24 de Diciembre de 2019, un día frío y especial en el cual la gente aprovechaba para comprar los últimos regalos a sus familiares y los últimos preparativos de una de las cenas más importantes del año (y tanto).
Se acercaban las seis de la tarde y yo decidí comenzar a prepararme para la cena y hacer la maleta. Pues como de costumbre yo y mi hermana Blanca solíamos dormir en casa de mi abuela, es decir, donde cenábamos. Así que sin tardar un minuto más me puse manos a la obra y hice la maleta poniendo de primero mis bóxers preferidos que me marcaban un paquete enorme por si tenía algún encuentro en la noche ,y ,con ropa normal para el día siguiente. Después aproveché para afeitarme, depilarme mi escroto y mi pene, ducharme ,y, ponerme mi traje azul marino el cual solo ponía en ocasiones muy especiales como podía ser este día.
Una vez listos mi padre fue a sacar el coche al garaje y yo estaba de camino a la cocina cuando de repente me cruce a mi hermana Blanca de dieciséis años en sujetador y bragas a lo que le respondí que que guapa iba y si iba a ir así a la cena, a lo que ella me respondió guiñando el ojo, expresión que me desconcertó pues no sabía cómo reaccionar a ello.
Sin más dilación ya estábamos todos listos y pusimos rumbo a una ciudad de la provincia, no muy alejada en la que vivía mi abuela y una vez allí todos nos empezamos a saludar como de costumbre felicitando las fiestas uno al otro.
La cena no fue nada fuera de lo común, de hecho fue muy cotidiana y normal sin quitar ese ambiente navideño de la época y con abundante comida, mucha más que la de costumbre. Sin embargo, discurrió bastante rápido. Yo comí hasta llenarme al tope, una vez llegado a la etapa de postres yo ya no podía con mis barriga, hinchada, la cual me tapaba una de las zonas más esculpidas en el gimnasio, mis relucientes abdominales marcados uno a uno.
Así pues, llegó la una de la madrugada y mis padres estaban ya a punto de retirarse de vuelta a casa, sin embargo yo y mi hermana hoy dormíamos en casa de mi abuela como había comentado anteriormente. Acto seguido nos despedimos y cada uno se fue para su respectiva habitación a pasar una larga noche, quizá la noche más larga e inesperada de mi vida. Como solía hacer fui a mi cama en calzoncillos sin necesidad de pijama y así fue como intenté dormir pues todas las cenas pesadas venían acompañadas de una larga noche de insomnio.
A media noche me desperté pues me dolía muchísimo la barriga a lo que decidí ir a buscar algún tipo de medicamento en la cocina. En mi trayecto me encontré a Blanca en el salón y le dije:
- ¿Blanca que haces despierta a estas horas?-susurré.
- Nada que te importe Toni.
- A ver en serio... ¿Que pretendes hacer?
- Pues me voy de fiesta, no aguanto las comidas familiares sin fiesta después. Las navidades se me hacen súper aburridas así.
- Ah ok...
- Si quieres puedes venir conmigo, no tengo con quien ir.- agregó Blanca.
- Sinceramente no tengo muchas ganas, de hecho me duele la barriga...
- Boh un poco de perreo no le hace mal a nadie y así a lo mejor pillas cacho.-guiñándome el ojo.
En ese momento entendí eso como una indirecta que ya había visto antes, lo que en parte me convenció en ir de fiesta.
Bueno vayamos de fiesta entonces pero hay que cambiarse sin hacer mucho ruido, no quiero despertar ni a la abuela ni al tío.
Ya bueno, yo ya estoy lista. Cuando estes te espero abajo.
Okay en cinco minutos estoy.
Acto seguido allá fuimos los dos hermanos de bar en bar de local en local, dejándonos todo el dinero que nos habían dado por Navidad. Copa tras copa, y otra, y otra... Yo iba bastante bien pero a Blanca se le había subido bastante hasta que llego el momento en el que empezó a perrear conmigo y yo sin ser muy consciente le seguí su juego, poco a poco, me iba excitando más y había más roce con su enorme culo, ademas se me venía a la cabeza esa imagen de su perfecto cuerpo tras ducharse tan bello, lo que hizo que yo me pusiera como una locomotora y mi pene se engrandeciese enormemente, pensé que ya estaba en el edén cuando comenzó a pasarme su tierna mano de arriba a abajo suavemente por todo el paquete al ritmo de la música. Yo no podía contenerme y comencé a sobarle sus enormes nalgas y apretar cada vez más y más haciendo que pareciésemos una sola persona, estuvimos así media hora hasta que nos dimos cuenta de que iban siendo altas horas de la mañana y ella mientras me rogaba que nos quedásemos más yo decidí tomar la decisión de que debíamos ir a casa.
Pedimos un taxi, y, en cuestión de minutos estábamos de vuelta en casa. Una vez llegados íbamos a ir cada uno a su habitación cuando ella me rogó que si podía dormir conmigo que tenía.
Luego me la lleve a la cama y ahí comenzó lo bueno, la desnude de arriba a abajo empezando por sus pantalones ajustados y le empecé a comer toda su almeja tan deliciosa como ella entera. Acto seguido le quite la parte de arriba y comencé a chupar esas enormes esferas terminadas en unos puntiagudas pero no desagradables pezones y se los empecé a chupar mientras ella gemía de placer.
No paso más de medio minuto y y la estaba penetrando entre sus piernas, entraba y salía súper suavemente los dos gritábamos de placer, a los dos nos encantaba, ella me gritaba que no parase y yo seguía dándolo todo hasta que un rayo blanco seguido de un lúgubre escalofrío que me recorrió la espalda de arriba abajo. Saque la polla inmediatamente y me corrí en su cara, ella comenzó a relamerse entre risitas mientras estrujaba mi miembro rogando que no se acabara.
Después comenzamos a escuchar unos pasos, pero eso ya quedará para la continuación...