Navi - II
Final de la historia de cómo conocí a Navi.
II -
De repente, fue Navi quien se puso caliente. Notaba su polla dura y su respiración acelerada en mi oreja. Y sus labios empezaron a recorrer mi cuello poco a poco. Mis bragas se mojaron casi al instante sintiendo los labios de un hombre diferente. Me cogió por el cuello y atrajo mis labios a los suyos. Empezó a besarme lentamente, sin parar. Estaba poniéndome cada vez más cachonda, y empecé a palpar por debajo de su camiseta. Tenía un abdomen plano, duro, que llegaba a un pecho con algunos pelos infantiles. Nada que ver con la barriga de mi novio. Navi bajó sus manos a mi culo y empezó a manosearlo lentamente también. Estaba a punto de reventar, cuando oímos unos pasos que se acercaban a la salida. Nos separamos casi al instante, y observamos triunfales que el extraño tardaba en llegar. Navi se despidió de mí con una sonrisa y el extraño se hizo claro.
Era un chico que no conocía, pero por lo visto Navi si, ya que había llegado a oír un saludo por su parte. Me quede apoyada en la pared, sin ni siquiera tener en cuenta aquel chico que fumaba, esta vez un canuto y no tabaco, me observaba desde la oscuridad. Empecé a pensar en lo que había pasado, y me entró una culpabilidad arrolladora cuando descubrí que no me arrepentía demasiado. Lamentaba haber engañado a mi novio, pero no lamentaba nada aquellos besos y caricias en manos de Navi, que me atraía tanto. Un poco después, y cuando el otro chico ya había desaparecido, volví a oír pasos. Esta vez apareció mi novio por la puerta. Al verlo temí que leyera lo que había pasado en mi cara, pero aquel sentimiento desapareció cuando se abalanzó hacia mí en un abrazo y me preguntó si estaba bien. Le respondí con un escueto “si” y le pedí que nos fuéramos, ya que no tenía la suficiente fuerza para enfrentarme a Navi de nuevo.
Una vez en casa, mi novio volvió a la carga, empezando a darme besos por el cuello y sobándome el culo como un bruto. Empecé a enfadarme. No tenía ganas de hacer nada con él, deseaba que el que me sobaba las tetas fuese Navi, que el que me besara salvajemente fuese él también. Así que en cuanto pude me arrodille en medio de la habitación y empecé a tocarle la polla dura por encima del pantalón. En pocos minutos ya tenía aquella polla delante de mi cara, esperando ser lamida. Empecé a masajearla primero y a hacerle una paja después. Subía y bajaba mi mano por el tronco oyendo los gemidos de mi novio mientras me decía que lo hacía como una auténtica puta. Seguí a buen ritmo hasta que me la puse toda en la boca, y aguantando las arcadas mi novio empezó a follarme la boca salvajemente, como si yo no fuese una persona, como si no se acordara tampoco de que me quería. Unos minutos después sentí la lefa en mi garganta y me apresuré a tragarla antes de ahogarme. Mi novio se retiró rápidamente y se quedó dormido encima de la cama pocos segundos después. Mirándolo, me daba hasta un poco de asco.
La cuarta noche la recibí con nerviosismo y miedo. Íbamos a de nuevo al pub, y sabía perfectamente que Navi estaría allí. Quería hablar con él y aclararle que tenía miedo de que aquello que había pasado saliese a la luz. Nada más llegar, lo vi en la barra, pidiendo algo de beber. Le pedí a mi novio que se quedase sentado, que yo pediría las bebidas. Él aceptó.
Cuando me acerqué a la barra, perdí el valor para decirle todo aquello, así que intenté que Navi no me viese. Pero se volvió al notar a alguien y se quedó mirándome.
-Hola.
-Hola Navi.
Nos miramos, incómodos. Los dos estábamos acordándonos de lo que había pasado ayer, pero ninguno era capaz de decir nada. Pedí las bebidas y las pagué. Cuando iba a marcharme, Navi me retuvo cogiéndome del brazo.
-¿Nos sentamos juntos?
Lo miré y, ruborizándome, acepté con una sonrisa. Nos sentamos en una mesita que había cerca de donde estaban los demás. Cerca también había varias personas bailando encima del pódium y la música estaba bastante alta.
-Deberíamos hablar de lo de ayer.-Dije sin pensar.
Él dejó la cerveza a un lado y acercó más su silla a la mía.
-Pregúntame lo que quieras.
-No es que tenga que preguntarte nada… Es que lo de ayer…
-Yo me quedé con ganas de más.
Lo miré directamente a los ojos y él me devolvía la mirada. Empecé a darme cuenta de que yo también hubiese querido que eso no se quedara allí. Me di cuenta de que Navi había empezado a tocarme la pierna y hacía intentos de meterme la mano por dentro del pantalón. Empezaron a caerme sudores fríos mientras que a la vez empezaba a ponerme cachonda. Notaba los latidos de mi corazón en el coño, y sólo deseaba ser de Navi.
Él se levantó, de pronto, y se fue. Yo hice lo mismo y vi que se iba hacia los lavabos del pub. Informé a mi novio de que iba al lavabo, y me escabullí detrás de Navi a los lavabos. Él me estaba esperando al lado de la puerta del lavabo de los hombres, y me indicó que podía entrar. Él entró detrás de mí y me llevó apresuradamente al baño del final. Cerró la puerta con cerrojo y me miró.
Al minuto yo ya estaba quitándole la camiseta. Ansiaba ver su cuerpo desnudo contra el mío, me deleité al ver su abdomen y él, con ojos lujuriosos, empezó a quitarme la camiseta rápidamente. Empezó a masajearme los pechos con una delicadeza que me ponía a mil. El sujetador me lo quité yo por mi cuenta. Tenía ganas de que empezara a chuparme los pezones, de que pasara su lengua por mis tetas y por todo mi cuerpo. Él recibió mis tetas de buena gana, y parecía que iba a comérselas de las ansias con las que las besaba. Pocos minutos después, cuando parecía que no podía mojarme más, él se bajó los pantalones y pude ver el enorme bulto que guardaban sus calzoncillos. En ese momento quise bajarme para saborear su polla, pero él no me dejó. Me hizo mantenerme de pie y empezó a quitarme los pantalones que llevaba. Me acarició lentamente, en algún que otro momento pensé que en cualquier caricia estallaría delante de él, delante de esos ojos que me miraban con salvaje ternura. En ese momento supe que estaba enamorada de él.
Me entregué por completo. Follamos salvajemente contra la pared de ese baño sucio ahogando los gemidos que me producía tener su polla dura y grande dentro de mis entrañas. Después me subió, agarrándome por las caderas y besándome lentamente cada vez que caía sobre su verga. Cuando me estaba follando desde atrás y mientras me decía que nunca había disfrutado tanto, exploté de placer, corriéndome como nunca lo había hecho antes. Él siguió entrando y saliendo hasta que me pidió que se la chupara. Me arrodillé delante de él extasiada viendo su verga palpitar y la chupé hasta que sus gemidos y muecas de placer culminaron en lefa caliente que se repartió por mi todo mi pecho.
Los dos nos miramos de repente, cobrando la cordura del momento, y sonreímos cohibidos después de todo lo que habíamos hecho. Nos vestimos todavía sin saber muy bien qué había pasado y salí de aquel baño sin mirar si quiera si había alguien. Temía que mi novio hubiese pensado algo, ya que llevaba bastante tiempo en el baño.
Cuando me reencontré con mi novio, me preguntó porqué había tardado tanto. Me excusé diciéndole que había visto una chica con la cual no había hablado hacía mucho tiempo, y afortunadamente, se lo creyó.
Poco tiempo después vi aparecer a Navi, que se unió a sus amigos mientras mi novio y yo pedíamos unas bebidas. En toda la noche no me atreví a mirarle a la cara.
La quinta y última noche yo no tenía ganas de salir de fiesta, pero mi novio insistió y salimos. Durante la primera parte de la noche no me encontré con Navi, pero una de las veces que mi novio fue a por bebidas, lo vi desde lejos, sentado al borde de una pradera. Cuando mi novio volvió y lo vio, se dirigió rápidamente hacia donde estaba él, ya que sus amigos también estaban allí. Me senté lejos del grupo, hasta que Navi se sentó a mi lado. No podía mirarlo a la cara.
-Hola…
-Hola.-Respondí, seca.
-¿Qué tal estás?
-Bien follada, gracias.-Le espeté.
Él se rió por lo bajo, y lo miré. Me hizo reír también.
-Oye… no te he llamado ni nada porque, además de que no tengo tu número, no sabía qué decirte.
Me sorprendió su honestidad.
-Y yo hace poco que lo he dejado con mi novia y…
-Y yo todavía estoy con mi novio.-Le dije.
-Oye, escucha.-Me dijo, girándose hacia mí.-No sé porqué pasó lo de anoche, pero quiero saberlo. Yo me voy a estudiar fuera la semana que viene, pero podemos quedar algún día los fines de semana que vuelva. ¿Qué te parece?
Me dejó sin habla.
-A ver Navi, es que tengo una culpa encima…
-Te entiendo. Yo cuando vuelva, te aviso y si quieres quedar conmigo, quedamos, ¿vale?
Sonreí. Me entraron ganas de darle un beso, pero no podíamos delante de tanta gente.
Esa noche, una vez en casa, follé con mi novio como una salvaje, poniendo la cara de Navi encima de la suya, e imaginándome que el cuerpo desnudo que me follaba de esa manera tan brutal, era el de Navi. Tuve uno de los orgasmos más intensos de mi vida, no tanto como el de la noche anterior; pero fue brutal.
Dos semanas después me enteré por boca de mi novio de que Navi había vuelto con su novia y que se habían ido a vivir juntos donde él estudiaba. No pude más que alegrarme por él. Desde lo que pasó con Navi, mis relaciones sexuales con mi novio eran las mejores que hasta entonces habíamos tenido.
Saezga.
Espero que os guste.