Natalia, mi virgen rusa

Un hombre maduro puede seducir a la amiga de su hija, que es virgen FOTO.

NATALIA, MI VIRGEN RUSA

Natalia era una preciosa adolescente rusa que desde niña venía a pasar los veranos con mi hija., para regresar a su país durante el curso escolar. Este año, cuando acababa de cumplir 18, me di cuenta que se había convertido en una preciosa adolescente. Su cuerpo había cambiado desde el último verano : estaba más alta y más esbelta, aunque conservaba un aire que la hacía parecer menor. En su rostro, se habían marcado más los rasgos de su origen ruso, con un óvalo facial redondeado con algunas pequeñas pecas, un cabello castaño, y unos ojos azul –grisáceos que resultarían fríos si no fuera por su sonrisa traviesa. Pero el mayor cambio lo noté en sus formas de mujer: en un año, sus pechos habían crecido desde ser casi completamente lisa, a la aparición de unas preciosas redondeces que tensaban los ajustados tops que usan ahora las chicas.

Durante todo el verano la observé. Se comportaba como una auténtica niña, pero había momentos en que mostraba la coquetería femenina de su esplendorosa adolescencia. Inocentemente, jugaba con nosotros, y en especial, le gustaba hacerme cosquillas por sorpresa.

Se estaba convirtiendo en una preciosa mujer con el encanto exótico de su lejana tierra. Y deleitándome en ello, pensé en sus pechos, en lo delicioso que sería tocarlos,… incluso en poder disfrutar de toda ella…Pero temía su reacción. Cualquier intento podría asustarla, y se organizaría un escándalo

Una tarde nos quedamos solos. Pensaba en ella, obsesivamente, mientras trataba de leer el periódico. Oí un ruido y de repente noté sus manos en mi espalda, al tratar de hacerme, como acostumbraba, cosquillas por sorpresa.

-- ¡Qué susto me has dado!

Natalia rió abiertamente y se sentó a mi lado. Vestía la camisa de su pijama, y no pude dejar de observar que bajo él oscilaban libres sus pequeños pechos.

--¿Qué haces en pijama? --pregunté queriendo dar un tono pícaro a mi voz

Ella sonrió traviesa

--Hay mucho calor… En España hay mucho calor… Me gusta…no como en Rusia

Su acento era marcado, y aún tenía alguna dificultad con el idioma… y eso la hacía aún más provocadora... Sin decir nada, la contemplé. Me di cuenta de sus largas piernas, aún aniñadas, cuando las recogió entre sus brazos sobre el borde del sofá, y apoyó la cabeza en sus rodillas. Al inclinarse, la chaqueta del pijama se entreabrió, y pude ver la redondez morbosa de sus pechos. Eran pequeños, y se movían con una leve oscilación cuando respiraba. Debí quedarme un rato mirando, porque sus ojos siguieron mi mirada dirigida hacia su escote.

--Eres muy bonita…. Seguro que los chicos están locos por ti

--No, … ¿sabes? Los chicos son todos muy… ¿se dice "salidos"?

--Bueno… si les enseñas eso -- y le señalé el pecho riendo -- como estás haciendo, no me extraña

Enrojeció pero no dijo nada. Se quedó mirándome con sus ojos misteriosos, y me dijo:

-- En Rusia no puedo salir con chicos… no me dejan en el Instituto. A mi sí me gustaría… pero no puedo.

Pasé mi brazo por encima de sus hombros y la atraje con un gesto de cariño hacia mí, apoyándola sobre mi pecho.

--¿Sabes, Katy…? Los chicos jóvenes pueden ser peligrosos… solo buscan sexo con las chicas… --sentí cómo asentía y seguí -- ¿has tenido algún problema alguna vez?

Recogiéndose en mi abrazo dijo con una risa que me pareció nerviosa:

--No…nunca hay problema. El año pasado decían que "estaba muy lisa" – y se rió – pero este año parecen que piensan distinta forma.

--¿Ah sí?

--Si… me miran…me miran siempre aquí –y se señaló el pecho mientras sonreía – alguno quiere tocarme, pero yo no dejo… Yo solo dejo si me quieren con verdad.

--Yo te quiero de verdad

--Si, tu sí. Me gusta que me abraces… y hacer cosquillas, nos divertimos… pero ellos quieren más cosas.

Por momentos sentí cómo me comenzaba a excitar notando el calor de su cuerpo y sus movimientos mientras hablaba, tratando de completar con gestos su dificultad en expresarse. Tenía solo 18 años, pero se había transformado desde el verano anterior. Ya no era una chiquilla juguetona con el alargado cuerpo de un muchacho, se estaba convirtiendo en una auténtica mujer. Pensé en ello, mientras rozaba con disimulo uno de sus pechos. Las piernas eran muy largas, aún sin formar, el rostro tenía las facciones aún aniñadas, pero el cuerpo estaba estallando en su esplendor, y los pechos eran la nota más clara. Pequeños, pero firmes, capaces de mantenerse firmemente erguidos, sin sujetador, bajo la tela del pijama.

--El calor me da sueño...--- dijo tratando de ahogar un bostezo – me gusta la siesta española.

Me volvía hacia ella y le dije:

--Entonces aprovéchate ahora que no hay nadie en la casa… puedes dormir algo.

--¿Ahora? ..ya es tarde…ya no es la hora

Entonces simulé que me enfadaba

--¿Cómo que no? …¡ Ahora mismo te vas a acostar … o empiezo a hacerte cosquillas para que te acuerdes hasta el año que viene -- y avancé mis manos simulando un ataque

Natalia se rió y salió corriendo, simulando una huida hacia el dormitorio, mientras yo simulaba que la perseguía.

--Si me haces cosquillas yo te hago más… no te dejaré entrar… –dijo riendo abiertamente tratando de cerrar la puerta.

Mantuve mi presión y abrí la puerta, entrando en la habitación. Luego, despacio, cerré la puerta mientras ella se sentaba en la cama riéndose nerviosa.

--Tiene usted que dormirse ahora mismo, rusa dormilona…-- y la tumbé sobre el lecho mientras ella se retorcía simulando que se resistía. Nos reímos mientras caímos sobre la cama.

Quería tocarla y explorar su cuerpo. En la lucha me coloqué encima de ella, simulando que quería hacerle cosquillas. Ella se reía, pegándome pequeños puñetazos sobre el pecho, inocentemente.

Coloque mis manos sobre sus hombros, inmovilizándola. En nuestro juego, noté cómo me estaba excitando por momentos. Su cuerpo me volvía loco.

La besé. Se rió, y simuló que me daba una bofetada

--¡Eh!... eso no se hace – dijo riendo

Volví a besarla, y, disimuladamente coloqué una mano sobre su pecho. Encogió algo su cuerpo, pero mantuve mi contacto, notando la dureza de sus pezoncillos. Se quedó inmóvil, dejando de reir, y su rostro adquirió una extraña expresión. Sin decir nada bajo su mano hacia mi, y me tocó la polla, que estaba tiesa y dura. Seguramente era la primera vez que exploraba la erección de un hombre. Su mano me produjo la sensación de una descarga eléctrica --¿Qué… qué te pasa? … --- e intentó apartarse

Puse mi mano sobre su boca mientras volví a tumbarla dulcemente sobre el lecho. Sosteniéndola, comencé a desabrocharle la chaqueta del pijama. Ella quedó inmóvil, mientras me miraba fijamente con sus profundos ojos grises Su rostro enrojeció al quedar sus pechos al descubierto. Trato de tapárselos cruzando sus brazos sobre ellos.

Entonces, bajé mi cabeza y la besé en el cuello.

--¿Qué …qué te pasa ahí …? – volvió a preguntar tocando nuevamente mi verga. Su mirada adquirió un aire salvaje y noté una sensación de alarma por su parte.

--No es nada ,Natacha… solo que te quiero…Tienes unos pechos preciosos, Natacha… ya no eres una niña… -- dije mientras le apartaba los brazos dejándolos libres ante mi vista. No opuso ninguna resistencia

Sus formas juveniles me encendieron aún más. Eran pequeños, firmes, coronados por unas pequeñas areolas rosadas, de las que se erguían unos finos pezones más oscuros. Avancé mis labios sobre ellos, y lamí la punta de uno, el cual se endureció instantáneamente entre mis labios. Mi mano bajo hacia su vientre y luego se posó otra vez sobre su pecho, acariciando la dureza y redondez del mismo.

--¿Te gusta?

Parecía indecisa, y movió sus manos tratando de separarse de mí. La sonreí cariñosamente y le bajé las manos con dulzura, --Por favor... ya...dejame

--Eres preciosa… eres una maravilla

Mientras seguía acariciando con dulzura uno de los pechos, mi otra mano se deslizaba hacia su muslo. Natalia intentó ponerse de lado para evitarme. Sus pechos se movieron provocadoramente y con pasión la chupé con ansiedad los pezones, mientras seguía acariciando la suave piel de sus muslos

--No...por favor

Me aparté y me baje el pantalón, mientras mantenía fija mi mirada apasionada sobre su cuerpo. Mi erección se erguía tremenda bajo la tela del boxer, que ella miraba como hipnotizada con una mezcla de asombro y miedo.

--¿Qué haces?… ¿qué quieres?

Sin dejar de mirarla me quité el boxer, dejando que apareciese el pene completamente tieso delante de ella

--OOhh…… qué … qué quieres… -- Sus ojos se abrieron asombrados ante la vista de mi tremenda erección que avanzaba hacia ella y trató de levantarse

--Te va a gustar Natacha… ya veras

La cogi por los hombros y la tumbé, mientras ella encogió las piernas tratando de evitarme.

--Déjame., .déjame

Sin hacerle caso, me tumbé encima y comencé a frotar suavemente mi polla en su vientre

--¿Qué me vas a hacer?...no puedes… tu no puedes

--Ya veras como te gusta…son unas cosquillas especiales para ti… --musité en su oído

Así la polla y la moví hacia su sexo, notando la suavidad de su vello púbico. Natalia se quedó rígida.

--No… no quiero…No esta bien…no esta bien

Traté de calmarla, sin detener mis caricias sobre su cuerpo

--Natacha, querida… esto se hace si quieres a alguien… ¿tu me quieres ¿verdad?

--Si...si...pero tengo miedo… mira tu...tu polla… está grande… es muy larga… ¿Qué me vas a hacer?...

--¿Te gusta mi polla?

--Si…digo, no…pero no me toques más…por favor… más no

La chiquilla temblaba nerviosa… yo notaba cómo comenzaba a humedecérsele el sexo

--¿No quieres que te haga cosquillas con mi polla? Da mucho gusto, ya verás

--Solo un poco ¿eh?... solo un poco… --dijo temblorosa

Noté el calor de su vagina, y comencé a presionar, mientras seguía sobándole el pecho y chupándole los pequeños pezones, que estaban rígidos

--Más no… por favor...más no

Sin hacerle caso, seguí mamándole los pezones mientras comencé a apretar con más fuerza sobre su himen. Estaba dura, pero mi polla avanzaba con facilidad, deslizándose en su humedad

--No…no… me haces daño… me estás haciendo daño… ¡DEJAME! --chilló

Seguí forzando mi presión sobre ella hasta notar cómo bruscamente cedía su resistencia, y toda mi polla la penetraba hasta el fondo

--NOOOO…AAAAAAAHH!!! –gritó mientras yo me hundí completamente en su interior

Coloqué mis manos sobre sus nalgas, hacienda que mi empalamiento entrase con mayor fuerza y profundidad en su interior.

--NO…noooooo… --chilló retorciéndose

--Quieta…quieta…-- jadeé en voz baja, comenzando a bombear en su interior, despacio pero continuadamente mi pasión, una y otra vez.

Ella se retorcía, y eso me excitaba aún más

--No… no… por favor… déjame…déjame

Sus preciosos ojos grises me miraban con terror dándose cuenta de lo que estaba pasando. Con cada empujón se retorcía y comenzó a gemir, mientras yo seguía mi apasionado ritmo adentro y afuera, cada vez con más fuerza

--Noooo…no…….Nuuhh … nuuhh … Oh! … Oh!

Mientras seguía follandola, le agarré los pechos y comencé a estrujarlos con locura, estirándole los pezones, al mismo ritmo que mis empalamientos

Cerró los ojos y abrió la boca tratando de gritar pero no emitió ningún sonido.

Sus piernas temblaban y comenzó a mover la cabeza de un lado a otro. Su respiración comenzó a hacerse más rápida. Pequeños gemidos comenzaron a escapar de su garganta cada vez que yo me hundía profundamente en ella

--Ooo…ohhh…ohhhh -- gemía con cada empalada

Alargué la duración de mis empujones, sacando la punta casi hasta fuera para volver a metérsela con fuerza

En pocos segundos, Natalia comenzó a mover las caderas ajustando su movimiento a mis empujones y luego a moverse rotando sus caderas en cada empalamiento

--Ohhh .oojj

Noté sus dedos presionando en mi espalda.

--Te gusta... ¿te gusta?

--Si…si

Bruscamente arqueó su cuerpo con fuerza, cerró los ojos y chilló

--OOOOHHh…OHHHHH… ¿qué es esto?... ¿qué me pasa?

Noté cómo su cuerpo se tensaba espasmódicamente. Natalia comenzaba a notar las explosiones de su orgasmo

--Oua… … oooo … No puedo aguantarme… no puedo…. Qué me haces…qué me haces…oh …ohhhh….. sigue...sigue…oh…me gusta…me gusta….

Notaba que se estaba corriendo, y lleno de pasión aumenté la fuerza de mis empalamientos

---Córrete….córrete…. esto es follar con un hombre… te gusta…córrete… córrete

--Sii…si…siiii….. sigue ...más más ...más ...no pares…no pares… … me corro…me corro,,, qué bueno...que bueno….. que bueno ….-- .dijo en un último chillido mientras su voz se ahogó con los espasmos del placer.