Natalia 02

Natalia quiere aprender.

02 Natalia Inicio de una larga relación

Después de aquel fin de semana en el que prácticamente no salimos de la cama, evité pasar por casa de mi hermana así como encontrarme con mis sobrinos, especialmente con Natalia.

Durante unos días el recuerdo de su piel permanecía en mis manos impidiéndome dormir. Me despertaba de golpe abrazado a la almohada solo en la cama de mi apartamento.

Natalia llamó a los tres o cuatro días; quería que nos viéramos de nuevo pero puse todas las excusas que se me ocurrieron. Durante un mes y medio conseguí evitar un nuevo encuentro, pero no podía faltar al cumpleaños de mi hermana.

En cuanto tuvo ocasión de hablarme a solas, a pesar de mis intentos de evitarlo, me pidió vernos de nuevo y la prometí vernos al día siguiente en una cafetería. Allí podríamos hablar sin que nadie nos molestara y por otra parte no estaríamos solos.

Cuando llegué ella ya estaba esperando en una mesa de la terraza. Se levanto y dejó que la besara en la mejilla. Fue ella la que aclaró las cosas desde el principio. Quería volver a vernos, para ella había sido la noche más excitante de su vida y quería repetirla una y otra vez y estaba "dispuesta a hacer todo lo que tú quieras".

Tío, quiero que me enseñes a disfrutar al máximo, no quiero nada más – lo dijo claramente mirándome fijo a los ojos – cuando tu quieras sin nada más por medio.

¿Por qué? – no pude decir nada más.

Mira tío, hasta el otro día había hecho el amor con varios chicos con los que he salido, pero nunca me sentí tan excitada como contigo. Tú conoces bien a las mujeres y creo que disfrutas de la vida al máximo, yo quiero lo mismo para mí. Quiero aprender y quiero disfrutar, los chicos con los que he salido solo buscaban soltar toda la presión sin buscar placer. Yo quiero algo más.

No te prometo nada, déjame pensar, la verdad la idea de enseñarte me atrae, puede ser excitante. Espera que pague y vamos a pasear.

Fuimos hacia el paseo marítimo dando una vuelta, pensando en lo que haría, no lo que la razón pediría sino lo que queríamos hacer.

Dos preguntas nada mas – me detuve y la miré de frente - ¿Me obedecerás en todo lo que te diga que hagas? Y para mi muy importante ¿hasta donde estás dispuesta a llegar?

Te obedeceré en todo – sonrió y tomando mi mano continuó – Hasta donde alcance tu imaginación.

Bien – continuamos andando hacia el barco – en el sexo las cosas tienen que ser completas, me explico, no vale recibir o dar placer solamente, hay que dar y recibir y tiene que ser muy importante intuir los deseos de la otra persona para satisfacerla. Fíjate si quieres seguir este juego no hablo del otro sino de la otra persona, sea hombre o mujer ambos te pueden aportar placer y tu a ellos.

En cuanto a la forma de vestir, ya hablaremos, desde luego sexy y nada informal como vas ahora. Tienes un cuerpo perfecto para exhibirlo cuando haga falta e insinuarlo cuado sea interesante. De eso se encargará Clara.

¿Quién es Clara?

Una "ex" tiene una tienda de ropa, la llamo y te pasas por allí, no hay problemas déjate guiar por ella y de la cuenta ni te preocupes. En casa no podrás tener muchas de las cosas que compres, las puedes tener en mi apartamento.

Me acerqué a una cabina e hice un par de llamadas, la segunda más larga que la primera.

¿Puedes mañana sobre las cinco?

Asintió y colgué, anoté la dirección y se la di.

Mañana te espera, y luego se encargará de darte algunos consejos de maquillaje. Otra cosa, te recojo luego en la tienda y vamos a ver alguien.

A la tarde siguiente, como quedamos, la recogí en la tienda de Clara.

Clara era un monumento de mujer de treinta años, que ahora vivía con un amigo común. Rubia de ojos verdes, de cuerpo delgado, alta y muy elegante. Llamaba la atención, no solo por su belleza, también por su forma de vestir, atrevida pero elegante.

Ahora estoy con vosotros – me besó en los labios – Cierro y nos vamos.

Natalia iba llena de bolsas y paquetes, Clara se había empleado a fondo y estaba deseando enseñarme lo que se había comprado.

Fuimos los tres al apartamento e inmediatamente las dos se metieron al dormitorio de invitados para arreglar a Natalia; pasaron casi dos horas antes de que Clara saliera y dejara que mi sobrina hiciera su entrada triunfal.

Llevaba un pantalón blanco de lino, ajustado en la cadera y suelto hacia abajo con un cinturón negro de encaje; una chaquetilla torera negra cerrada con dos broches de plata que dejaban al descubierto buena parte de su piel. Me acerqué a ella y le di un beso en los labios.

Preciosa, realmente, preciosa. Ahora vamos a una pequeña fiesta, Clara es la anfitriona.

Antonio, el actual novio de Clara, nos estaba esperando en su chalet y ya tenía preparadas unas bebidas. Los presenté y nos sentamos a charlar un rato. Natalia me dirigía miradas como intentando saber si todo iba bien, y yo la asentía sonriendo.

Antonio puso algo de música suave y yo tomé la mano de Clara y la invité a bailar. Su novio se acercó a mi sobrina e hizo lo mismo. Al poco nos retiramos y dejamos a la pareja bailando en el centro del salón.

Lo hacían lentamente siguiendo con sus cuerpos el ritmo lento de la música. El la atrajo hacia si con suavidad y Natalia se dejó llevar entre sus brazos. Lentamente Antonio comenzó a acariciar su cintura y luego sus manos bajaron hasta las caderas. Ella me miraba buscando una indicación mientras yo acariciaba a Clara apoyada en mi pecho de espaldas.

Natalia observaba como mis manos desabrocharon la camisa de mi pareja y comenzaron a acariciar sus pechos. Mientras Antonio tomó por los hombros a mi sobrina y la dio la vuelta apretándola contra él. Sus manos rodearon la cintura de la joven y subieron por su torera hasta soltar los broches que la cerraban. Sus manos cubrieron los pechos mientras besaba su cuello dulcemente.

Antonio abrió la chaquetilla de Natalia y se la quitó dejándola en la mesa, luego sus manos soltaron el cordón del cinturón y desabrocho los pantalones de la chica. Los bajó y solo quedó con unas braguitas de encaje blancas.

Las manos del hombre bajaron por el vientre de su pareja acariciándola mientras susurraba en su oído y una de ellas se introdujo por dentro de la prenda de encaje buscando su sexo.

Clara y yo sentados en el sofá mirábamos a la pareja mientras acariciaba sus pechos y nuestras bocas se unían de vez en cuando. Cuan do volvimos la cara Natalia estaba tumbada boca a bajo totalmente desnuda y Antonio detrás de ella le levantaba las caderas mientras hundía su lengua en su sexo.

Ella gemía de placer mientras él seguía hurgando en su sexo, luego puso la punta de su enorme erección entre los labios de ese maravilloso sexo y poco a poco comenzó a introducirlo hasta el fondo. Empezó a bombear una y otra vez mientras los gemidos de ambos llenaban el ambiente.

Durante un rato continuaron así hasta que él saco su verga y dando la vuelta a mi sobrina se corrió sobre sus pechos.

De vuelta a casa sus preguntas fueron innumerables, había disfrutado por primera vez en presencia de otros y no se había cohibido. Se cambió de ropa se despidió de mi con un apasionado beso.

Yo volví esa noche a casa de Clara y Antonio y entre él y yo terminamos lo que un par de horas antes Clara y yo habíamos comenzado. Clara sería su próxima lección.