Naomi y el basset hound de su amiga

Una amiga encargó a Naomi un Basset Hound para que lo cuidara mientras salía de viaje, pero Naomi tuvo en mente mas que cuidarlo, quiso tratarlo muy, muy bien.

NAOMI Y EL BASSET HOUND DE SU AMIGA.

Desde el momento que vi por primera vez a ese perro me quede sorprendida del tamaño de su bulto que le colgaba, aun sin erección era tremendo y me empece a imaginar como seria su verga bien parada.

-.. Claro que te lo cuidare! le dije a mi amiga.

La cual se alegro pues el salir de vacaciones se le complicaba por no tener con quien dejar a su perro, así que sin mas quedamos de acuerdo y de gusto me invito a comer ese día. Al llegar al restaurante allí estaba ella sentada y su perro llamado Scrapy echado a su lado indiferente. La salude como de costumbre con un beso en la mejilla o la simulación de un beso tal como hacemos las mujeres, tomamos una copa y pedimos de comer.

Ese perro al lado mío estaba poniéndome muy ansiosa, y sin que Ana se diera cuenta le acerque mis pies, de momento no hizo el menor caso, pasado un rato se irguió pero sin levantarse y sentí como empezó a olisquear mis piecitos, y sorpresivamente me lamió. Yo sentí estremecerme y di como un gritito suave.

Ana me pregunto que había sido y le comente, solo se sonrío y me dijo es que le caes bien y también te esta reconociendo. Yo prudentemente para no delatar mis intenciones ni mi creciente excitación por ese perrito aleje mis pies y sin mas seguimos comiendo y platicando de su viaje. Ya entrada la tarde nos despedimos y quedo de llevarme a Scrapy al siguiente día.

Me fui a mi auto y viendo que nadie se diera cuenta, me metí mis dedos en mi coño y estaba mojadísima, así que me fui lo mas pronto posible a casa con la intención de disfrutar con mis cachorros (Max y Sam, los dos preciosos rottwailers que tengo en casa y de los que les he hablado en otras ocasiones)..Para mala suerte ya cuando estaba a punto llego mi hermana y mi sobrina y bien, se me bajo la calentura, pero no así la imagen del perrito que tendría al día siguiente.

Como a las siete de la tarde del día siguiente, llegó mi amiga con el perro a la oficina, después de saludarnos y que me hizo las recomendaciones me dejo con su perro, así que lo metí a mi oficina y seguí trabajando. Pero estaba yo tan inquieta que no me pude aguantar y lo metí bajo el escritorio y quitándome una de mis zapatillas lo empece a sobar con mis pies y el muy cínico perro se dejaba hacer con gran placer. Estuve a punto de tocarle su verga pero lo pense mejor, ya que no quería que al salir con él de la oficina, se dieran cuenta las secretarias o mi jefe que el perrito iba con la verga parada.

Llego la hora de salir y como a las ocho de la noche empece a arreglar mi oficina ordenando todo lo del día. Salí con el perro y él a mi lado como si fuera su ama, lo subí al auto y me enfile rumbo a casa. Al llegar, lo deje en el auto y entre para encerrar a Max y Sam, ya que no sabia si lo atacarían, y para estar mas segura preferí no exponerlo. Salí de nuevo al auto y cargándolo lo metí a la sala de la casa, de inmediato se dio a husmear como explorando, como mi marido estaba de viaje algo se me ocurrió de pronto. Subí a mi recamara y quitándome la ropa que traía me puse una pequeña batica como es mi costumbre, desde luego sin nada debajo, al hacerlo estaba yo temblando. Baje a la sala y el perrito solo se me quedo viendo y luego se desintereso de mí, entonces salí al jardín a dar de comer a mis perros, allá estuve con ellos y desde luego me deje que me lamieran el coño y el culo, pues así vestida como estaba no había nada que se los impidiera, sin embargo no quería que me montaran ellos. Tomando a Max, que es el menos agresivo de mis perros, lo metí a la casa pero atado con su cadena, al ver al perrito no hizo nada. Scrapy se acerco curioso y se olieron, al parecer no representaba amenaza para su sentido de territorialidad. Así que solo se olieron y nada mas paso.

Yo jale a Max y lo lleve a la sala, allí me senté en el sofá y me abrí de piernas para que me siguiera lamiendo el coño que ya lo tenia super mojado, desde luego mi perro no se hizo del rogar y como siempre se dio a meterme la lengua muy rico hasta hacerme venir. Pasada la emoción, saque a Max al jardín y regresando a la sala me fui hacia Scrapy, le empece a hablar y acariciarlo suavemente del lomo, le decía cositas cachondas y lo acaricie hasta llegar mi mano a su verga y lo empece a acariciar suavemente.

De inmediato el perro se inquieto y se empezó a arquear mientras aumentaba el ritmo del frotamiento, sintiendo como su verga se ponía mas grande y endurecía poco a poco. Encogida como estaba acariciándolo me pase los dedos por mi bollo mojado y se los ofrecí a su olfato, de inmediato me lamió los dedos y por lo que vi le agrado el sabor de mis jugos vaginales.

Luego me empezó a lamer, mi coño empezó a rezumar mas jugos así que me los puse en los senos y en el cuello dejando que el perro me lamiera muy rico. Estaba ya calientísima y el perro me seguía lamiendo incluso me empezó a lengüetear en el rostro incendiando más mis deseos. Mientras sentia que ya estaba caliente pues su verga ya salía de la piel que la cubría y para mi sorpresa era una verga enorme y gorda. No podía creer que un perro de tan baja estatura tuviera un miembro tan grande.

Aprovechando que le gusto mi saliva, tome una poca entre mis dedos y me la embarre en mi ano, así que volteando le ofrecí mi culito ensalivado y me lengüeteo también haciéndome gemir. Y por si mismo al oler mi coño me lo empezó a lengüetear deliciosamente haciéndome gemir mas, hasta casi hacerme venir. No se si los perros piensen, pero creo que se dio cuenta que yo estaba con ganas de ser montada, así que se dio vueltas en torno a mí, pero no encontraba que hacer, desde luego por su estatura se me hacia algo complicado también Así que sin dudarlo un instante, me le acosté abriéndome de piernas para que me siguiera mamando. Solo que al hacerlo me dejo casi su miembro justo en mi rostro, como cuando hago el sexo oral con alguno de mis amantes, él hacia abajo y yo al revés, así que sin mas le tome su verga y le empece a lamer.

Sus líquidos empezaron a salir a pequeños chorritos entrecortados y supe que ese era el momento que yo deseaba, volteándome me le puse de nalgas hacia el, y para que me pudiera alcanzar bien me abrí a todo lo que mis piernas daban. Tomándolo de una de sus patas delanteras me lo puse sobre el abdomen y como era de esperarse me tomo con sus patas delanteras por la cadera, mas bien por la cintura, pues de inmediato se corrieron sus patas y me atrapo.

Yo le guíe su verga caliente que seguía echando chorritos de su jugo y sin preámbulos me la puse a la entrada del coño. Supongo que al sentir el calor de mi panocha se arqueo y me penetro de un golpe, me hizo gemir de lo gorda que la tenia, me empezó a penetrar rápido, con sus patas atorándome, entraba y salía a gran velocidad.

Y yo deliciosamente cogida empece a disfrutar, hasta que en el colmo me abrí mas para que me entrara toda su verga, el perro me empujaba mas y mas y yo gozaba como perra también, hasta que sentí lo que tanto deseaba. Su bulbo había crecido y estaba allí tratando de metérmelo, yo abriéndome algo mas de piernas le ofrecí un mejor ángulo y de un golpe me ensarto todo su miembro hasta la base.

Me dolió, me metió toda la bola, enorme y caliente mi coño se cerro y me trabo empezando a moverse ahora con su bulbo dentro, haciéndome gozar con sus empujones que me llenaban el coño, pero su bola estaba dentro de mi, y por lo visto no saldría. Así que ayudándolo lo moví para que quedáramos pegados como lo hacia con mis perros. Al hacerlo nos quedamos quietos, el perro solo jadeaba con la lengua de fuera y yo me contraía del coño como es mi costumbre, haciéndolo disfrutar, y disfrutando a la vez, tanto que me empece a venir una y otra vez hasta que me sentí desfallecer.

Pero el perro seguía firmemente trabado en mi y no tenia para cuando terminar. Yo por mi experiencia, empece a darme pequeños tirones con su verga dentro de mi coño, como si quisiera sacármela, sin esta intención desde luego. Mas bien para ordeñarlo como ya me he dado cuanta que los perros disfrutan. Así que estuve dándole mi coño, apretándolo y jalándolo con mi panocha llena de su verga. Que delicia sentí, me vine dándole otros orgasmos de lo más placenteros y sentí como el perrito descargaba en mi bollito todo su semen que parecía interminable.

No sé si él ya había montado a una perra, pero si no era así yo lo estaba desvirgando y por lo visto él lo estaba disfrutando tanto o más que yo. Al verlo así trabado a mí jadeando, me daba cuenta que lo estaba gozando y más me apretaba y contraía del coño como lo hago cuando me coje algún amante humano. No se cuanto tiempo me tuvo pegada, solo sé que yo gemía y me estremecía deliciosamente. Su gran verga me tenia repleta y sentia que mi coñito se me expandía como nunca, me estaba llegando hasta el fondo pues creo que le había crecido algo mas en mi interior. ¡Que delicia de perro!!!, me tenia trabada y yo disfrutando con gran placer.

Finalmente termino de vaciarse en mi interior y con un tirón se destrabo de mí pues su bola había desaparecido. Al hacerlo chorros de su leche cayeron en el piso escurriendo de las profundidades de mi coño. Yo me sentí acalambrada de mis muslos así que me deje caer, descansando y recuperándome de esa terrible y deliciosa cogida.

Pasado un tiempo de descanso y recuperada vi que el perro se había echado en mi cama y había dejado de lamerse su verga que se había ocultado de nuevo en su funda de piel. Así que poniéndome de pie lo llame y baje a la cocina con el perrito tras de mi. Prepare un bocado, ya que en lo personal después de coger me da algo de apetito, le di un poco de leche y me fui con mi bocadillo hacia la sala, encendí el televisor y me puse a ver un programa aburrido.

Al terminar el perrito llego a la sala también, le di un poco de mi comida y muy confianzudo se acerco al sofá conmigo y al echarse, se salió la punta de su verga, roja e incitante. Se la toque y el muy coqueto se dejo acariciar abriendo sus patas, como invitándome a seguir.

Desde luego yo quería mes de eso, y sin pensarlo siquiera me agache hacia él y me puse a mamar su verga, chupaba y succionaba suavecito. Empece a sentir su liquido saladito y con sabor a oxido, me gusto y como nunca, me lo empece a tragar. Me gusto mucho, siempre lo había saboreado en mis perros pero no me lo tragaba, no por asco pues me agrada su sabor, solo que no me había atrevido a comerles el semen. Pero ahora estaba allí chupándole la verga a ese perro ajeno y tragándome su liquido.

Como era de esperarse mis mamadas hicieron efecto y su verga se puso enorme de nuevo, así que ahora allí en la sala me voltee y me le puse de nalgas de nuevo. Solo que ahora yo la quería sentir en otro lado. Cuando el perro se me monto, su verga me pico el coño, y yo le ofrecí el orificio de mi culo, su liquido me lubrico y en un empujón de su verga me lo penetro haciéndome pujar y gritar de su embestida.

Empezó de nuevo a trabarme ahora por mi ano, su verga muy gorda no tardo en dilatarme el ano y empezó el disfrute. Solo que yo quería mucho más, moviéndome, levante mas mi culo y él aprovecho esto para embestirme mas y más fuerte hasta que su bola toco mis pliegues del ano y yo pujando un poco logre que me entrara toda de un golpe.

Caro pague mi atrevimiento pues al entrarme así de golpe me dolió mucho pero ya me había ensartado su bola enorme. Sentí que me rajaba el culo y un dolor intenso y tremendo me hizo gritar y pujar al grado que me salió algo de su bola, pero de inmediato él se encargo de meterla de nuevo hasta el fondo de un severo empujón.

Se siguió moviendo culeandome fuerte, su bola ya no salió mas. Mi ano se contrajo y mi esfínter lo atrapo, pero me dolía tremendamente y me hizo gritar de nuevo. Yo se que a él no le importo en absoluto, pues sin inmutarse siguió moviéndose rápido trabándome con sus cortas patas por la cintura, moviéndose y moviéndose sin importarle cuanto me lastimaba. Así me tuvo y yo adolorida aguantaba pues no me quedo más.

Hice el intento de sacármelo pero fue peor, el dolor fue tremendo su nudo era enorme y me resulto mas cómodo y saludable no intentar sacármelo, so pena de correr el riesgo de desgarrarme el ano. Así que me quede allí quieta, sufriendo y gozando del perro que me trababa y no cesaba de moverse. Hasta que por fin se me bajo de las nalgas y de nuevo a quedarme trabada. Solo que ahora él era quien se daba de pequeños tirones, y yo sufría de esa acción, pues sentia que me jalaba el músculo y me dolía

Sin embargo por la elasticidad de mi culo al poco rato el dolor se convirtió en placer. Un rico placer que se extendió hasta mi coño, y arreglándomelas empece a meter una mano entre mis muslos y me estimulé el clítoris y mi coño. Me metía dos dedos en mi bollo que escurría jugo aún, me estimule tanto y tan rico que empece de nuevo a venirme. Primero muy suave y muy rico, para continuar con estremecimientos sintiendo mi culo lleno de la verga del perro que me tenia bien penetrada Me vine más, me hizo gritar, me jalaba yo misma y sentí dolor y placer al mismo tiempo, me estaba dando un gustazo con ese perro y su enorme verga.

Así estuve por largo tiempo, unos 25 o 30 minutos bien penetrada y trabada, gozando y sudando hasta que de nuevo me vine ya estaba agotada, y el muy cabrón perro ni muestras daba de terminar. Parecía que no tenia llenadera, su verga se movía en mi recto escupiendo su leche en mi interior, yo sentia como se contraía a cada chorro de su semen, más y más. Hasta que por fin sentí poco a poco desinflamarse su miembro, de un "plop" me destrabo y de inmediato me salió su semen. Primero muy liquido y después cremoso, digamos espeso como gel de color blanquezco, y desde luego su leche escurrió por mis muslos, dejando marcas en el piso del goteo que fui dejando caer.

Me toque el ano y lo tenia amplio, pero me consoló el hecho de que se contraía fácilmente y recobraría su tamaño normal. Ya toda cogida, llame al perrito cogelón y vergudo que me había disfrutado. Lo llame a la recamara y desde luego caí como roca y de inmediato me quede dormida. Desde luego no sin antes pensar la semana que me esperaba, pues como mi esposo no estaría en casa en esos días. Ya sabia lo bien que me la pasaría con ese nuevo amante y con los dos que estaban en el jardín, la semana prometía ser una de las mejores en mi vida... tres perros para mi sola.

Eran lo mejor que me podía imaginar y desde luego los tres tendrían su ración de mi cuerpo y ¡mis encantos serian para ellos en esos días...!

Naomi.