Nana y la escuela.

Inclasificable relato entre hermanos

Juan estaba realmente preocupado con la nota que le había dado su profesora y tutora, en ella se instaba a su hermana, y tutora, que fuera al colegio para una reunión urgente. No daba más explicaciones, ni ningún motivo concreto.

  • ¿Porque te ha dado la señorita Mari Carmen la nota para tu hermana?

  • No tengo ni idea, pero maldita la gracia que me hace joder, no sabes como va a poner...

  • ¿Te va a pegar?

  • No creo que eso te importe mucho. Dijo Juan visiblemente molesto con su amigo.

  • No te cabrees tío, ya sabes que mi madre también me pega.

  • Ya lo sé, y tú tambien has visto como mi hermana me pegaba muchas veces, hoy no se si me pegará, pero me da miedo cuando vaya a hablar con la señorita Mari Carmen,¿ porque la habrá llamado?, si el examen de ayer me lo sabía entero.

  • Yo que sé, pero a la cabrona esa le gusta pegarnos, y que nos peguen en casa..¿ no te has dado cuenta de eso?

  • Claro que me dado cuenta, por eso tengo miedo mañana cuando vea a mi hermana.

  • Bueno tío mucha suerte, me voy por aqui, luego nos vemos y echamos un partido en la pista

  • Yo no creo que vaya, ya sabes... hasta mañana.

  • Adiós.

Juan sabía a ciencia cierta que después de darle a su hermana la nota del colegio, esta no  iba a permitir que saliera a jugar esa tarde, en realidad el chaval se conformaba con que no le diera una buena paliza.

  • Hola.

  • Antes de ponerte a hacer los deberes, ve a por la leche.

Así era la hermana, siempre directa, sin rodeos.

  • Si Nana, mira lo que me ha dado la señorita Mari Carmen para tí.

Juan pensó que los malos ratos hay que pasarlos lo más rápido posibe, y le soltó la bomba a su querida y a la vez temida hermana sin pensarlo demasiado, ésta le arrancó la notade las manos, y al leerla se encaró con su hermano en una postura muy característica en ella, con los brazos en jarras.

  • Se puede saber que es esto?

  • No lo se Nana, me la ha dado la señorita, pero no me ha dicho nada.

  • ¿Pero algo habrás hecho para que te haya dado esto?

  • Te juro que no lo sé, de verdad.

  • Te voy a dar una... pero tú te crees que soy tonta?, me estás diciendo que te da una nota para que vaya a hablar con ella y tú no sabes nada?._ Mientras decía esto lo levantó de una oreja con una mano, mientras con la otra amenazaba con darle un guantazo.

  • Te lo juro Nana, que nooooooooooo buaaaaaaaaaa, no se nada , no me ha dicho nada!!

  • ¿No habrás suspendido el examen de Naturales?

  • Nooooooo, me lo sabbía todo, por eso seguro que no es.

  • ¿Que has sacado?

  • No lo sé, todavía no lo ha dicho.

  • Mañana por la mañana estoy y allí, y te juro que como hayas hecho algo malo, me quito la zapatilla allí mismo y te doy un palizón delante de toda la escuela que te acuerdas mientras vivas!!!.¿Me oyes?!! ¡Mientras vivas!

  • Que síiiiiiiiiiiiiiiiii auuuuuuuuuuuu, mi oreja.

  • Tira a por la leche!!, y no se te ocurra entretenerte que todavía la catas esta tarde...

Juan sabía que cuando su hermana decía "la catas" se refería por supuesto a la zapatilla, y en aquel momento llevaba unas chinelas abiertas por detrás, azul claro, con suela de goma negra que había "probado" bastante a menudo y no tenía ganas de más.

Por supuesto que hizo el recado muy rápidamente y el resto de la tarde lo dedicó a ayudar a su hermana en casa, sobre todo en una pequeñisima huerta que tenían junto a su humilde casa, donde tambien tenían unos pocos conejos y gallinas de los que Juan se ocupaba de limpiar y dar de comer, tras esto , hizo sus deberes y cenó con su hermana, que de vez en cuando sacaba el tema con la promesa de severos castigos para su culo.

Al día siguiente en clase Juan estaba inquieto, no durmió muy bien, y solo pensaba que se moriría de vergüenza si su hermana cumplía con su amenaza de de pegarle una paliza delante de toda la escuela, desde luego, era capaz de eso y de mucho más, pero que pensarían sus amigos, y sobre todo las chicas, fue una mañana inquieta y larga, y cuando sonó el timbre que anunciaba el fin de las clases de la mañana, Juan respiró un poco, y pensó que su hermana iría al cole por la tarde ya cuando hubieran terminado las clases. En esos pensamientos estaba, cuando una compañera que salía de clase se volvió y le dijo.

  • Juan, tu hermana está ahí afuera!!

Me quedé pálido, no supe que decir, solo oía , o al menos creía oirlos, murmullos de curiosidad, todos sabiamos que cuando algún padre o madre iba a hablar con los profesores, no era nada bueno, significaba algún castigo, y en la mayoría de los casos azotainas, y pronto algunos bromistas fueron diciendo.- vete preparando...y cosas por el estilo, unos jaleaban los comentarios, y otros los desaprobaban, sabiendo que a cualquiera nos podía pasar.

Cuando salí de clase ví a mi hermana, estaba radiante, tan lozana como siempre, sin ser guapa, siempre me pareció muy atractiva, alta para una mujer de su época y con una actitud de comerse el mundo y no importarle el que dirán que yo realmente admiraba. Me clavó sus ojos verdes en cuanto salí, y sin mover un músculo, sólo con la mirada me llamó a su vera ,allí estaba como flotando, con su rostro alargado, pelo moreno largo ondulado, falda azul marino, jersey marrón... y NO lo podía creer, había venido en zapatillas, no se porqué , pero me daba vergüenza de que mi hermana fuera al colegio en zapatillas, lo consideraba de pobretones, y además yo veía a la zapatilla como un instrumento de castigo, más que como un calzado, aunque quizá la verdadera razón de aquella vergüenza era que desde hacía un poco tiempo, me excitaba con la mera visión de las zapatillas de mi hermana, me excitaba verlas, tocarlas, oirlas, olerlas, y porqué no decirlo sentirlas en mi culo, es cierto que me excitaba después de la azotaina, pero al sentir el primer zapatillazo de cualquier tunda de las que me daba, me arrepentía de todo y se me quitaban las ganas zapatilla.

Eso sí, eran unas zapatillas nuevas, granates, cerradas, de una felpa suave y brillante y aterciopelada con un poquito de cuña y una suela de goma amarilla que más tarde comprobé que como casi todas las de mi hermana, hacía el culo picadillo. Tan nuevas eran las zapatillas que yo aún no las había catado como solía decir mi hermana, yo las ví cuando las compró la anterior semana, pero apenas se las puso un rato el sábado por la tarde para ir a la tienda, pero pese a eso, en un rato que estuve solo el fin de semana  las olí, las toqué,  y cuando iba a darme un par de azotes con ellas, oí la puerta, y las dejé rapidamente en el armario donde estaban, ya tendría ocasión de probarlas, y vaya si la tuve.

  • Buenos días, soy la señorita Mari Carmen, usted es la hermana de Juan verdad?._ Dijo mi profesora cerrando la puerta de clase y dándole la mano a mi hermana.

  • Buenos días, así es, soy su hermana, y su tutora.

  • Si sí, lo recuerdo, está usted a su cargo.

  • Así es.

  • Un segundo, que abro mi despacho y aquí podemos hablar tranquilamente.

Tras abrir la puerta nos hizo pasar y tras volver a cerrar la puerta,  entró y nos dijo que tomaramos asiento.

  • Bueno, pues usted dirá._ Dijo mi hermana sin más rodeos.

  • Mire lo primero que le diré es que Juan es un buen muchacho, y se nota que está bien educado,y dadas las circunstancias( se refería a la muerte de mis padres sesi años antes) está usted haciendo un buen trabajo señorita.

  • La disciplina es importante en mi casa, muchas gracias por sus palabras, al menos intento que no se me desmande. Dijo mi hermana mientras me miraba como perdonándome la vida

  • Lo intenta y creo que lo consigue.

  • Por la cuenta que le trae, él sabe que si me entero de lo más mínimo, tendremos una conversación, él, mi zapatilla, y yo, verdad Juan?

No creo que me haya puesto más rojo en toda mi vida, pero a la vez que rojo y avergonzado, me excitó muchisimo oir a mi hermana usando aquel eufemismo de una conversación entre ella su zapatilla y yo mmmmmmmmmmmm, además tenía una forma de decir la palabra zapatilla, que me fascinaba, no se explicarlo, pero algo realmente encantador.

-Si, musité de una forma ahogada.

  • Y otra cosa le digo, si alguna vez le tienen que pegar aquí en el colegio, ustedes hacen lo que tengan que hacer, tienen carta blanca, lo único que si les pido es que me lo digan a mí, y le aseguro que cuando llegue a mi casa... le doy un palizón que no lo cuece.

  • Muchas gracias, ojalá todos los padres fueran como usted, cada vez hay más remilgados, que ponen pegas si le das algún cachete a algún alumno.

  • Que barabaridad! Yo no se hasta donde vamos a llegar, pero ya sabe, con éste no va a tener ningún problema.

  • Gracias otra vez,creo que usted y yo nos vamos a llevar muy bien, y vamos a ser buenas amigas, y mire precisamente por eso la he llamado... últimamente noto un poco raro a Juan.

-¿Raro, en que sentido raro?.

Mi hermana se puso tensa, me miró con cara de pocos amigos, yo estaba sentado a su izquierda, y me hice pequeño ante su mirada, pero la verdad es que no tenía ni idea de lo que estaba diciendo la señorita Mari Carmen, lo único raro era que empezaba a gustarme una chica de mi clase,  pero aquello no me lo notaba nadie, ya me cuidaba yo de ello, pero siempre sospeché que a la bruja de la señorita le gustaban los azotes, además de los que ella daba en su despacho, siempre aprovechaba cualquier situación para preguntarnos a los alumnos por los castigos físicos que sufriamos, y se relamía literalmente, por eso estaba tan a gusto con mi hermana en este momento.

  • Pues no se, lo noto como despistado, como ausente, esta mañana sin ir más lejos ha estado pensando en las musarañas toda la mañana, pero lo que me alarmó fue el examen de Ciencias Naturales.

  • ¿El examen? ¿no me diga que ha suspendido?

  • Un dos.

No creo que hubiera pasado más de un segundo desde que  mi profesora dijera la nota y la mano de mi hermana impactara en mi cara, me dió un guantazo de esos que me atravesaba la cara.

-¿¿¿¿ Un dos Juan????. ¡¿Se puede saber que te pasa?!

  • No lo se (dije con lágrimas en los ojos, y acariciándome mi maltrecha mejilla), te juro que me lo sabía todo, tú me lo preguntas siempre

  • Juan te ha dicho doña Mari Carmen ( mi hermana le puso el doña, porque obviamente le caía bien, y se piropeaban mutuamente) que has sacado un dos, si te lo sabías todo, como es posible un dos???

  • De verdad que no lo sé ( yo estaba seguro de que tenía un 10, me sabía las 20 preguntas, además era la primera que haciamos un examen tipo test, y me pareció facilísimo)

  • ¿Me lo explicas a mi o se lo explicas a la zapatilla?. ¡¡¡Elige!!!

Mi Nana hizo un gesto como de juntar los pies, muy característico en ella, que lo solía usar para descalzarse la zapatilla, juntaba las dos zapatillas apretando una contra otra, y levantaba el talón quedando descalza rápidamente... lógicamente yo casi me meo del susto , no esperaba que mi hermana me pegara enfrente de aquella bruja. Fue entonces cuando inesperadamente mi profe dijo.

  • Un momento, quizá haya una explicación. El examen fue tipo test, y recuerdo que Juan acertó las 4 primeras preguntas, y desués las falló todas, la verdad es que eso es normal, quizá se confundió al marcar una, y después ya fueron errores en cascada.

Mi hermana se me quedó mirando muy seria, y después le dijo a su recién estrenada amiga Mari Carmen.

  • Mire, tiene que ser algo de eso, porque le aseguro  que ese examen se lo sabía de pe a pa, hay muchas asignaturas, como Sociales, Lengua, y Naturales, que yo misma me encargo de tomarle la lección, y hasta que no me lo diga como dice el libro no se acuesta,es verdad que más de una noche se ha acostado caliente, pero también le digo que siempre se lo ha sabido todo antes de irse a la cama.

  • Anda pues ya sé porqué Juan saca sobresalientes en esas asiganaturas, no solo sobresalientes, sino dieces, la verdad es que así da gusto, se lo repito otra vez, es usted mejor madre que todas las demás, aunque sea su hermana.

  • Muchas gracias, pero yo sólo hago lo que me enseñó mi pobre madre, y lo que creo que es mejor para educar a mi hermano en el respeto a sus mayores, y a sus maestros, siempre le dije que sus maestros eran sagrados, ¿si o no Juan?

Mi hermana no me  había dicho eso en su vida, sólo quería regalarle los oídos a aquella arpía, pero a mi no me quedó otra que decir:

  • Si es verdad.

  • Entonces lo que ha debido de pasar ha sido un despiste de Juan, que le va a costar bajar la nota de la evaluación, pero seguro que en el próximo no tendrá más despiestes y podrá recuperar la asignatura, ¿verdad que sí?

Y aunque la pregunta era para mí, la que respondió fue mi hermana.

  • Ya le digo yo a usted que de eso me encanrgo yo, porque es verdad que es un despistado del diablo, pero el despiste de lo quito yo a base de zapatilla, vaya si se lo quito, venga vámonos, y ve preparando el culo, que cuando lleguemos a la casa te voy a enseñar yo a hacer exámenes tipo test.

Cuando oyó esta maravillosa amenaza la profesora se dió por satisfecha y se levantó para dar por concluida la entrevista, y le dió la mano a mi hermana diciendole:

  • No sea usted muy dura con él , aunque estoy segura de que lo que usted haga estará bien hecho, como siempre.

Mi Nana se sintió muy halagada de que una autoridad como era una profesora en aquellos años, la tratara de usted y sobre todo le dijera que estaba actuando tan bién, se sentía orgullosa, henchida, y mientras se despedían apretándose las manos, le dijo.

  • Le daré su merecido, ni más ni menos, lo que sí que quiero es agradecerle sus palabras, y decirle que estoy muy contenta con que sea usted su profesora,  tenemos mucha suerte de que esté usted aquí.

  • La suerte es mía de tenerla a usted como tutora de uno de mis mejores alumnos, y además amiga

  • Muchas gracias, de verdad, y ya sabe... ( y dijo mirándome)a éste si tiene que zumbarle, le zumba, y me manda una nota.

  • Pues mire lo que tengo aquí.

Entonces la profe abrió un cajón de su mesa, y sacó una zapatilla , era de esas típicas de cuadros azules y grises, con la suela de goma amarilla.

  • No creo que tenga que tenga que usarla con Juan, pero con algunos otros seguro que sí.

  • Mire,¿ve esta?. En ese momento estiró hacia delante su pierna derecha y moviendo su zapatilla de un  lado a otro, y sin esperar respuesta, siguió diciendo;pues con ésta le voy a quitar el despieste al señorito éste.

  • No me cabe  ninguna duda amiga mía, no la entretengo más, vuelva usted cunado quiera, aquí me tiene como una amiga.

  • Gracias, de nuevo, igualmente, adios buenas tardes... de momento borró su sonrisa y me dijo; y tú delante de mí... era otra de sus frases cuando me llevaba a darme una zurra.

Salimos del colegio, yo apenado por lo que se me venía encima, pero mi hermana encantada por saberse tan bien mirada en el colegio y sobre todo con doña Mari Carmen como a ella le gustaba llamarle.

En la puerta del colegio había dejado su bicicleta, una bicicleta grande de mujer , y al subirse me dijo, sube detrás.

A mi me daba vergüenza subirme ya con mi hermana, de niño si que me llevaba a todos sitios, pero desde hacía un tiempo ya me consideraba demasiado mayor para subirme ahí como un paquete, asi que le dije.

-  No Nana, me voy andando, de verdad que no tardo nada.

  • ¿Subes o me la quito aqui mismo?

Una chica un año mayor que yo pasaba por allí y oyó la respuesta de mi hermana, y no se si sabía que era lo que se iba a quitar si yo no subía rápidamente a la bicicleta, pero yo sí que sabía que lo que era la zapatilla, y a eso sí que no estaba dispuesto así que me subí lo más rápido que pude rezando porque no me viera nadie conocido, y mucho menos, ninguno de mis amigos.

Nada más llegar a casa entramos por la cochera que la usabamos como trastero porque no teniamos coche, y yo rapidamente me fuí al patio sin saber donde meterme, así que opté por entrar a la cocina. Mi hermana me seguía como un rayo, y me dijo.

  • Donde vas? es que te crees que te vas a escapar?, ven aqui!!!!

  • No Nana no, dije alejándome.

  • Ven aqui ahora mismo te he dicho!!!!. Mientras lo decía juntaba mucoh sus piernas y sus pies y yo ya sabía lo que venía después, empezó el sinuoso movimiento de restregarse una zapatilla contra la otra para descalzarse como siempre la derecha, y se agachó veloz como una gacela, la recogió con su mano y salió a por mí al rincón de la cocina donde me encontraba.

  • Noooooooooo Nanica, con la zapatilla nooooooooo buaaaaaaaaaaa

-PLASSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSS, VEN AQUÍ QUE TE VOY A QUITAR YO EL DESPITE PLASSSSSSSSSSSSSSSSS PASSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSS, EN QUE ESTABAS PENSANDO? PLASSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSS.

Aquello estaba siendo una buena paliza, daban vueltas en medio de la cocina, la hermana detrás del hermano soltando su aquella zapatilla granate con tres circulitos blancos a modo de adorno en el empeine, si vieramos desde fuera la escena veríamos un objeto moverse a grandisima velocidad, amarillo por el lado de la suela, y granate por el otro.

  • No, BUAAAAAAAAAAAAAA Para NANA PARA BUAAAAAAAAAAAAAAAA AUUUUUUUUUUUUUUUU AYYYYYYYYY AYYYYYYYYYY AYYYYYYYYYYYYY AHHHHHHH

  • Te voy a eslomar, PLASSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSS, como no recuperes las Naturales te rompo la zapatilla en el culo PLASSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS, A TI TE ENSEÑO YO A HACER TESTS PLASSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSS, QUE PARECES TONTO PLASSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS BURRO PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS

-BUAAAAAAAAAAAAAAAAAA BUAAAAAAAAAAAAAAAA AHHHHHHHHHHHHHHHHH AUUUUUUUUUUUUUUUU AYYYYYYYYYYYYYYYYY NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

La paliza fue de órdago, cayeron más de 100 zapatillazos por todo el cuerpo, pero sobre todo en el culo, el pobre Juan, ya no trataba de evitar los zapatillazos de su hermana, ni poniendose la mano en el culo, ni intentando esconder en el culo, así que se quedó apoyado en una silla donde su hermana aprovechó para darle los últimos diez o doce últimos y tremendos zapatillazos, que le arrancaron unos gritos que debieron de oir los pocos vecinos que había en aquella zona a las afueras del pueblo.

Entonces tras unos segundos de calma, oyó caer la zapatilla al suelo con el aquel sonido sordo tan característico, y metiendo el pie en la zapatilla para dejársela puesta en chancla le dijo:

  • A ver si te sirve de escarmiento... anda tira y lávate la cara y las manos y empieza a poner la mesa que la comida está hecha.

Juan apenas podía moverse de aquella silla donde le habían dado aquellos último azotazos, pero al ver el pie desnudo de su hermana metido en la zapatilla en chancla no pudo evitar una punzada de placer, que si no hubiera sido por el dolor le hubiera producido una erección, y entonces con renovadas energías le dijo.

  • Si Nana, ya voy.

Y tras asearse un poco en el baño, estuvo poniendo la mesa y mirando de reojo como su hermana deambulaba por la cocina con aquella zapatilla en chancla tan amenazante como maravillosa.