Naira

Una de tantas tardes que mamá trabajaba de turno de 14:00 a 22:00 horas, dejamos a mi hermana en la academia de música y mí me propuso no entrar a mis extraescolares e irnos a conocernos mejor… comeríamos snacks y lo pasaríamos estupendo viendo pelis...

Me llamo Naira y me cautiva mi tío… un viejo de 45 años. Fernando se acababa de divorciar, sin embargo, le encantaban las fiestas y las mujeres, pero desde que nos fuimos a vivir a su casa todo cambió para él y para nosotras. Ya sabéis mi hermana y yo nos quedamos sin padre y ahora era mi tío el que se encargaba de llevarnos a diario al colegio y al instituto a mí, ya que mi madre entraba a trabajar muy temprano en la ciudad. Mi hermana tenía 18 años y yo 20 por entonces, vamos que apenas empezaba a desarrollarme, sin embargo tenía curiosidad por el sexo desde muy chiquilla, algunas veces espiaba por las noches a mis padres, me despertaba el gemir de mi madre y los gritos que pegaba cuando él se la metía… a los pocos años era yo quien gritaba y gemía con las clavadas de papá…pudo follarme durante cuatro años antes de fallecer, justo cuando más me gusta y lo necesitaba ¡Lo echaba mucho de menos en todos los sentidos!

Una de tantas tardes que mamá trabajaba de turno de 14:00 a 22:00 horas, dejamos a mi hermana en la academia de música y mí me propuso no entrar a mis extraescolares e irnos a conocernos mejor… comeríamos snacks y lo pasaríamos estupendo viendo pelis. Yo accedí, ya que me llevaba de maravilla con él, siempre me hacía reír con sus chistes y cosas agradables. Llegamos a casa, sacó helado. Mientras buscaba una peli, él se daba una ducha rápida. Me quité el suéter y los zapatos y me tumbé en la cama a comer de la tarrina de helado. Encendí el televisor y ¡Wooow! Mi sorpresa fue ver que estaba puesta una peli porno en la memoria conectada al televisor. Ya había visto alguna con mi familia, en donde mi hermana y mis padres éramos los protagonistas, pero una porno de verdad nunca la habíamos dejado por mucho tiempo porque mis padres decían que no era muy educativas, así que decidí dejarla en lo que mi tío se bañaba. En la peli un viejo calvo y fondón se follaba a una colegiala y ella disfrutaba mamándosela y posteriormente siendo penetrada con un gran pollón…, el tipo tenía una polla bien recia, aunque no tan larga como mi padre. No pude evitar que mi coñito se mojara… ¡Me imagine por un momento follando con mi tío! De igual manera que lo hacíamos con papá. En ese momento el salió del baño y yo estaba tan metida en la peli que no me dio ni tiempo de apagar el televisor, me espanté al verlo habiéndome pillado…

…me dio mucha vergüenza, él sonrió y me dijo… – Tranquila nena, es normal, el sexo es lo más rico y placentero del mundo, cuando seas una mujercita lo sabrás y lo disfrutaras así como esa chica de la peli. No te apenes, no le diré a madre, es más, sigamos viéndola.

Se sentó junto a mí y seguimos viendo la peli. Yo escurría, sentía mis bragas húmedas y mis piernas sin querer se abrían esperando sentir alguna caricia, como las que me proporcionaba mi nuevo papá, al autentico le echaba mucho de menos, sobre todo sumimos y arrumacos. Mi tío se me acercó y me dijo al oído… – ¡A poco no se nota que la nena del vídeo lo disfruta! Yo estaba ardiendo y la nena del video goza con esa vieja polla recia y dura dentro de su coñito, sin embargo sentir que me decía eso, fue lo que hizo que me recorriera un escalofrió por la piel, ya que videos de esos había visto unos cuantos con mis padres, siendo yo misma la protagonista… creo que después de meses sin ser bañada por la esencia de mi padre, necesitaba a un hombre que le sustituyera y nadie mejor que mi propio tío… maduro, viril y con los mismos gustos que papá.

Empezó a besarme la mejilla mientras me decía... – Tú eres una nena hermosa, espero que el día que decidas tener sexo lo hagas con la persona correcta…, cerré los ojos y me deje llevar, el no paraba de decirme cosas como… – Estas bien guapa mi niña, si me dejas tocarte podemos pasar un rato estupendo, tienes un cuerpecito maravilloso que me encantaría llenar de besos… mientras me acariciaba las piernas…Sentí como llegó su mano a mi vulva hinchada… – mi princesa, sabes que cuando una nena esta mojadita así, es porque desea sentirse mujer.

Yo no podía decir nada, mi respiración estaba acelerada. De pronto me abrí de piernas para que pudiera tener mejor acceso, le invité a tocarme con premura, la calentura me subía por todo el cuerpo en un sopor que empezaba a ser sofocante. Mi tío hizo mi braguita a un lado y bajo su cabeza, ¡¡Mmmmmmm empezó a chuparme la vagina!! Sentí un escalofrió delirante al notar su primer lengüetazo. Pegué un suspiro y un gemido que le indicaron que podía seguir, era lo que necesitaba y lo estaba haciendo deliciosamente. Me chupó la boca mientras me quitaba las bragas y abría mis piernas, exprimió todo lo que pudo mis labios y lengua… yo no paraba de gemir al sentir sus dedos en mi rajita de abajo arriba buscando mi pepita diminuta y cruel tan necesitada de sus frotes dactilares. Acto seguido percibí su lengua húmeda dándome un placer extraordinario. Los escalofríos recorrían mi piel una y otra vez, y sentí que se me acababa la respiración, yo no sabía que era un orgasmo hasta cumplir los 10 años cuando ya había follado unas decenas de veces con papá y creo que ahí tuve el primero del día con mi tío, el muy cabrón sabía cómo usar la lengua lengüeteando mi clítoris y follándome con la lengua hasta conseguir mis clímax. VISITA LA WEB DE MI PERFIL PARA LEER TODA LA HISTORIA DE NAIRA Y NATALIA.

Fue sensacional, sentía que mi alma se alejaba de mi cuerpo y no quería que mi tío parara jamás. Se incorporó, me besó en la boca, el cuello y bajó a mis tetas desabotonando mi blusa. ¡Joder qué bien se sentía! Después de tanto tiempo, había vuelto a resucitar mis ganas de macho encarnado en mi amado tío… a él también se le notaba sus ganas de hembra, divorciado y sin un coño fijo en el que desahogar su testosterona, esa polla forjada en mil coños ahora deseaba al de su sobrinita, y seguramente nunca había probado uno tan joven. Me llevo a la orilla de la cama y me sentó ahí. Él se puso de pie y se quitó la toalla… vi su gran verga frente a mí con su ojo mirándome directamente, mis dos manos no la cubrían necesitando al menos mi boca en su gordo cabezón…sus venas inflamadas bombeaban deformado su cilindro, una gran vena superior y otras muchas jalonaba el hermoso tronco rematado por un cabezón enorme, orondo y brillante por donde salía líquido pre-seminal…

Todo el conjunto era grande, por su puesto sus huevos también… era tan larga que el prepucio no lograba cubrir el glande como lo hacía en la polla de papá, mi tío tenía toda la cabeza despejada y el prepucio retraído, tanto que se confundía con el tronco. Lo que más me llamó la atención seguidamente fueron sus grandes testículos, estos colgaban pesados formando una gran bolsa escrotal contenidos dentro, los agarré y sopesé como queriendo saber cuánta cantidad de leche albergaban, el manoseo le gusto a mi tío, por eso continué unos segundos más jugando con ambas bolas entre mis dedos. No supe que pensar pero no eran fácil de contener en una sola mano de tan gordos que eran.

Lo miré y me dijo…– Mi vida, ven, ahora te toca a ti, te voy a enseñar como volver loquito a un hombre. Como si eso no lo supiera ya, de momento no le iba a descubrir el gran secreto de mi familia, así que me ocuparía solo de gozar con tan gentil semental, por ello simplemente asentí con la cabeza… – Abre tu boquita cariño, y chupa como si fuera un helado derritiéndose. El secreto está en que cuanto mejor lo hagas y más fuerte chupes… más grande y dura se va a poner la polla de tu tío, y cuando eso sea, me habrás vuelto el hombre más feliz del planeta. Empieza mi amor, con entusiasmo y con muchas ganas de que yo sienta eso que tú sentías mientras yo te chupaba. Tal cual me dijo, abrí la boca y empecé a chuparle la verga, el me agarraba el cabello y me apretaba la cabeza haciendo que me metiera lo más posible en mi boca, me la metía tanto que de pronto dieron arcadas con ganas de vomitar escucharlo decirme… – ¡Aaaah mi niña, eres maravillosa, que boquita tan rica!

No paraba de hacerlo, me dijo que abriera mi garganta como si se tratara de tragarme un bocado y así lo hice para que follara mi boca a su gusto. Estaba claro que los más de 18 cm de tallo no era posible meterlos enteros en mi garganta, pero la mitad sí cupo pese a su gran grosor. Fue excitante escucharlo gemir y gritar como un loco mientras me llevaba con su mano mi cabeza a tragarme gran parte de su dura verga, estaba todo lleno de babas, me escurrían por la comisura de la boca, salían lagrimitas de mis ojos, pero no quería yo parar…sentirme su hembra era superior a mi sacrificio oral, sé que con el tiempo y un buen entrenamiento diario me tragaría todo la curvada daga de mi tío aunque llegase al mismo estómago.

De pronto, me levanto de la cama y me acostó, me dijo… – Es el momento mi chiquita hermosa, de que te comportes como una mujercita, lo haces perfectamente. Veras que lo vamos a disfrutar como nunca.

Yo se lo confirmé con la cabeza no podía ni articular palabra después de tener todo ese mostrenco atorándome la garganta casi sin respirar. Muy cariñoso, como son todos los machos excitados antes de follarse a la hembra, me besaba el cuello, los pezones y me agarraba del cabello mientras con la otra mano ponía su verga mojada y dura sobre mi rajita mojadísima, chorreando de tan caliente que me tenía el muy Hijo de Puta.

– Te va a doler, porque siempre duele la primera vez, es como romper la bolsa de un regalito, un regalo que me vas a dar y que juntos vamos a disfrutar… ¡¿te apetece…?!

– Si tío, si quiero.

Me abrió las piernas y empezó a intentar meterme su verga, tenía miedo por lo grande que se veía frente a mí, no porque no supiera lo que iba a pasar dada mi experiencia con papá, sino por la incertidumbre de como usaría ese garrote dentro de mi chochito. No negaré que noté un poco de dolor, pero él no paraba de besarme el cuello y los pezones desviando mi atención a tal inserción, después mí boca fue su objetivo. De pronto me miró a los ojos y un golpe de cadera dejó ir su ariete dentro de mí, sintiendo abrirse mis carnes con la dura daga de ese semental. No la clavó entera, sin embargo saltaron unas lagrimitas de la mezcla de sentimientos de amor y dolor envuelto en un placer tremendo en mi vagina. Percibí como si algo se hubiera roto ahí dentro, su falo era bien grueso y cabezón, muy superior a la bayoneta de mi querido padre.

Se percibía durísima penetrándome la vagina…cada vez un poco más hondo expandiendo mis entrañas… – Eres perfecta chiquita, ahora vamos a gozar.

Por unos instantes se quedó quieto besándome los labios con su verga atravesándome, mi cuerpo empezaba a adaptarse, era una sensación extraña que no quería parar. Todo el arrebato del inicio se calmó con este receso en la intrusión del gran invasor. Me agradó ver que mi tío sabía cómo follarse un coñito tan pequeño dándole un trato delicado, algo que agradecí enormemente, y agradecería mucho más con el tiempo. Nuestras miradas se cruzaban y con un sonrisa le di permiso para continuar… empezó a moverse haciéndome recordar esas escenas con papá cuando gemía como loca junto a mi madre….así me sentía en el paraíso terrenal de nuevo mientras mi tío entraba y salía de mi vagina gimiendo con mayor fortaleza a cada instante, al mismo tiempo que yo me abrazaba a su cuerpo musculado y tenso. El macho aceleraba sus embestidas empujando con fortaleza y contundencia jalando mis caderas hacia su verga…

– Disfrútalo nena, esto es lo más maravilloso del mundo, me pones como un loco y quiero que tengas la mejor experiencia de tu vida.

Yo estaba calientísima y disfrutando de esa puya enorme dentro de mí, aun me dolía un poco, pero insisto, ¡¡No quise parar!! A sabiendas que todo eso se retornaría en gozo en mí. Ensartada y agradecida me aferraba a su enérgico cuerpo, igual que si de un salvavidas en medio de la tormenta que produjo el naufragio…atoraba mi chochito con todo su cilindro de venas inflamadas atormentando mi útero. Así estuvo un tiempo indefinido, comenzaba a perder la noción del espacio y el tiempo.

De pronto me levantó y él se acostó… – Es hora de montarla, así como si fuera un caballo…

Lo vi acostado, su verga erecta a modo de mástil y sin pensarlo mucho me asió de mi cintura y me ayudó a ponerme sobre la gran estaca imposible de albergar en mi cuerpecito…me dejó hacer a mí, y agarrando el cipote por su base la enfilé a mi bocana logrando traspasar su orondo capullo entre mis tímidos labios de nena ¡Se sentía enorme!, no paré de gemir y de procurar no entrase de una o me partiría en dos llegando al estómago de lo extensa que era, sin nombrar el increíble diámetro de su base, imposible de circundar con mis dedos. Mi tío me movía de mi cintura subiéndome y bajándome como una muñeca, explicándome cómo hacérselo…Así que pronto aprendí la metodología para tragar grandes vergas. Una vez cogido el punto de meter y sacar, él se dedicó a darme placer acariciando mis tetas y chupándome mis pezones y entonces…

– ¡Nenita eres fabulosa, me encantas!, me agarraba las nalgas y me las abría, sentía como tocaba con sus dedos mi ano y yo sentía delicioso.

Sin pudor alguno su dedo hurgaba mi anito al tiempo que mi coño se comía sin reparo su gran pollón energizado y musculado como pocas veces he sentido la de papá… completamente rígida como una barra de acero candente. Estaba extasiada, no me importó que mi tío fuera un rudo o que no estuviera todo lo caballeroso en esos instantes, es cuando necesitamos a un macho follador que nos trate como putas y no como señoritas delicadas. Mi cuerpo de nuevo empezó con un montón de escalofríos y no resistí, tuve mi segundo orgasmo junto con un grito de enorme placer…. Me giró de nuevo y me dejó abajo para hundirme contra el colchón…, me acerco su verga a la cara, me pego con ella en mis mejillas y yo abrí la boca por instinto. La mamé con ricura, solo podía mamar su cabezón aún con dolor de las comisuras de mi boquita expandida al máximo…mis manos se dedicaban a cubrir su tronco arriba y abajo con una y la otra manejando sus hermosas bolas. No duré mucho porque se puso entre mis piernas, elevó mi culo a la altura de su ariete y de un solo envión me la clavo en sus dos terceras partes llegando al tope. Aceleraba paulatinamente, por mis conocimientos era la evidencia de su orgasmo, pronto llegaría la gran corrida que durante los últimos 20 minutos esperaba, arreció sus batidas tensado todos sus músculos empujando bestialmente, haciéndome mover como una muñeca de trapo y en ese momento me aventó su leche que me llenó mi fondo uterino…noté el primer gran chorro de leche y el segundo aún fue mayor mientras soltaba su mayor gemido del día…parecía un toro fecundándome, llenando a su ternerita, clavaba fuerte y eyaculaba haciéndome sentir una gran hembra que sabe complacer a su semental. Ahora me notaba plena y feliz.

Me abrazó… – Ahora ya eres mi mujercita, una nena muy sabrosa que además sabe volver loco a un hombre, gracias mi niña, ¡Qué bien lo he pasado y espero que tú también!

Me besó y nos quedamos ahí un ratito mientras me recuperaba, luego me ayudó a vestir y nos fuimos en busca de mi hermana…, me dolía un poco el coñito sobre todo al sentarme… de momento quedamos en que sería nuestro secreto, lo que no sabía mi tío era que mi hermana y yo, ya éramos veteranas folladoras con papá, bajo el consentimiento de mamá con convertimos en sus putitas.

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