Nadya, esclava de todos (2)

Nadya es torturada por su amo y violada por 2 esclavos, luego es crucificada en una X de madera para el disfrute público.

Nadya, esclava de todos (2)

Nadya esperaba nerviosa la decisión de su amo. Sabía que la condenaría a morir, era cosa de cómo y que tan lentamente. Maximus había sorprendido a uno de sus esclavos robando comida, lo mandó a clavar desnudo en un árbol del jardín y luego lo cubrío con miel. Los insectos literalmente se lo comieron vivo.

A una esclava que sorprendió auto satisfaciéndose se la entregó a sus sirvientes para que la follaran hasta matarla. Nadya sabía bien que a él no le temblaría la mano para mandarla a una muerte cruel. Pero la suya sería especial, aún con los castigos y vejaciones era a la que mejor trataba y sabía bien que le ofrecieron varias veces grandes cantidades por ella siempre negándose a venderla.

Nadya escuchó pasos acercándose a la bodega donde la tenían encerrada. La pesada puerta se abrió; eran Maximus y 2 esclavos. Sus caras lo decían todo, lo que le esperaba era dolor y humillación. Los esclavos le amarraron los brazos a su espalda pasándole una vara gruesa atravesada, la levantaron por la vara hasta que sólo la punta de dedos tocaba el suelo. Maximus se acercó mirándola detenidamente…..

Nadya, ¿Por qué me traicionaste? ¿Qué te negué? ¿No te puse sobre las demás?

Me has usado, pegado, violado y humillado cada día desde hace 5 años. Ya prefiero morir a vivir así otro día.- le contestó temblorosa.

Pues morirás Nadya, crucificada frente a todos los que quieran verte, he mandado a avisar a todos. Ya puedo contar mis ganancias, voy a recuperar todo lo que invertí en ti estos años. Incluso en tu cruz te cogerán. Serás la esclava de todos, morirás dando placer.

Ha Nadya se le heló la sangre al oír aquello. Sabía que podían pasar días hasta que la muerte llegara, mientras la violaban una y otra vez.

Maximus con mirada sádica sentenció: Pero antes que vayas a la cruz me daré un último gusto contigo – y sacando una larga y filosa aguja con una mano y apretando su teta derecha con la otra le traspasó el pezón. Nadya gritó aterrada. Las otras esclavas sollozaban al oírla, se le partía la garganta del dolor. Maximus miraba complacido las finas líneas de sangre manando del busto perforado, entonces sacó de su bolsillo un aro pequeño de oro de unos 10 cm. de diámetro y sacando la aguja le colocó el anillo en el hueco. Con los dedos haló suavemente el anillo mientras Nadya se retorcía sintiendo que le arrancaban la delicada parte. Ella sabía bien que faltaba su otro seno y después quien sabía que más. No bien ella pensó en esto cuando Maximus apretó su pecho izquierdo, y repitió el procedimiento entre las lágrimas y suplicas de Nadya para que se detuviera. Cuando ya estaba anillada, Maximus ató los aros con cuerdas finas a las vigas que sostenían el techo asegurándose de que se parara de puntas para no desgarrarse los pezones. Nadya se tambaleaba mareada por el dolor. Sentía los chorros de sangre bajar por su abdomen hasta perderse en su entre pierna y muslos.

Maximus le dió a cada esclavo un fuete hecho de unas cañas finas que si bien no cortaban la piel al golpear, dejaban surcos que ardían ferozmente. Se dirigió a Nadya que trataba de mantenerse en pie.

Pensaba darte un azote por cada moneda que pagué por ti, 100. Pero sé que no sobrevivirías así que serán 50, cada esclavo te dará 25, no quiero que se vayan a lastimar castigando una puta como tú.

Los azotes no se hicieron esperar ni los gritos de Nadya, que veía cada golpe venir al tener un sirviente a cada lado. Sus tetas y culo fuero especialmente castigados, uno sobre otro los fuetazos se marcaban, primero eran rojizos luego de un color violáceo. Nadya no contaba cuantos azotes faltaban pero ya casi no se podía sostener, sus piernas fueron también castigadas para ver si caía, pero los anillos en los pechos eran demasiada razón para soportar.

El último azote cayó y con él Maximus cortó las cuerdas, Nadya se desplomó.

Muchachos- les dijo Maximus- háganle lo que quieran, cuando terminen dénle agua y comida, quiero que tenga fuerzas.

Ellos le quitaron la vara que inmovilizaba sus brazos y la tiraron sobre unos sacos de grano. Cayó boca abajo, su culo y sexo expuestos a ellos. Estaba inconsciente y no los vió desvestirse. Uno comenzó a besuquearla mientras el otro le mordía las nalgas cruzadas de marcas. Ellos tocaban su cuerpo, explorando cada parte con premura, habían soñado con clavar la esclava personal de su amo, pero nunca pensaron que pasaría. Las pollas se endurecieron y decidieron satisfacerse. Uno se la puso en la boca, los labios gruesos y rosados rodeaban el miembro. Ella poco a poco recuperaba el conocimiento solo para abrir los ojos y ver ese pedazo de carne explorando su boca. El otro esclavo la cogió por su sexo que estaba húmedo y dilatado por las constantes clavadas de Maximus.

Aquella mujer era una fábrica de placer y comprendieron por que su amo se resistió a venderla. Acariciaban sus muslos y caderas con sus lenguas mientras Nadya comenzaba a jadear como perra.

¡Ahh,Ahh,Ahhhhh,Ahhhhhggggg,Aaahhh,Ahh,Ahhh!- gemía ella y ellos al oírla le daban con mayores ganas. Los buches de saliva brotaban con cada entrada y salida del pene en su boca hasta encharcarse en el suelo. Su coño penetrado destilaba jugos que saboreaban como si fuera ambrosía. Ya no tenían ningún freno o reparo. Sólo sus más bajos instintos los guiaban y poseer ese escultural cuerpo era la meta. Saborearon a lenguetazos y mordidas los pechos ensangrentados, halaron de los anillos y los torcieron hasta llevarla casi al desmayo. Ella podía ver aquel miembro desaparecer de entre sus piernas con cada golpe y sentir las pelotas contra su monte de placer cubierto de vello. El otro la atragantaba hasta casi ahogarla, Maximus la acostumbró a mamar pero aquel mástil era mucho más largo y el grueso bosque del cual nacía le raspaba los labios. Luego de un buen rato los esclavos explotaron sobre ella, poco quedó de su cuerpo sin ser cubierto por sus blancas descargas. Tan pronto se vistieron la sentaron en el suelo y amarraron sus manos a los anillos de sus pezones, la mano derecha al izquierdo, la mano izquierda al derecho, si intentaba soltarse se los desgarraría. Por último le pusieron una mordaza y la dejaron en la bodega. Allí Nadya contemplaba desde una ventana el patio central de la villa donde en 3 días sería crucificada.

En el pueblo muchos ya habían conseguido el dinero para el espectáculo. Muchos sólo mirarían, no por que no pudieran conseguir más sino por que no se atrevían a manifestar frente a una multitud sus más oscuras fantasías. Pero ya unos cuantos habían pagado para disfrutarla por completo. Nadya era llevada por el pueblo por lo general semi desnuda, un trapo la cubría de la cintura hacia abajo. Casi siempre iba encadenada a la silla del semental de Maximus, que gustaba de disfrutar de sus pechos en público, ¿quién le iba a decir algo? Ella era de su propiedad.

Muchos se preguntaban cómo sería la ejecución. ¿La llevarían vestida o desnuda? ¿Sería puesta en un solo poste, una cruz o una X? ¿La amarrarían o la clavarían? Muchos factores determinarían cuanto tiempo podría soportar sin contar cuantos"clientes"vendrían a satisfacerse.

Esos 3 días pasaron lentamente.

Finalmente el día llegó y temprano una pequeña multitud entró a la villa Decimus. Ya con ese grupo Maximus había ganado unas 85 monedas de oro, sin lugar a dudas su idea funcionó. A eso de la novena hora apareció Maximos ataviado con sus mejores galas seguido por Nadya flanqueada por 4 esclavos fuertes y robustos. Ella llevaba puesto los mismos harapos que lucía cuando fue comprada hace 5 años. Aún con ellos las marcas rojizas se veían en sus piernas y muslos. No iba atada, no había necesidad, sabía que no podía escapar de su cruel destino.

En medio del patio una enorme X de madera yacía en el suelo. Avanzaron lentamente hacia ella, cuando llegaron 2 de los esclavos tomaron a Nadya por los brazos y la pusieron de frente al público. De un fuerte tirón le quitaron los harapos. Vestía un paño blanco a modo de taparrabo y los anillos dorados que atravesaban sus pezones. Los 50 azotes cubrían su anatomía estratégicamente dispuestos para provocar la mayor incomodidad. Los presentes la veían asombrados, aquellos que pagaron para disfrutarla ya sentían sus pollas levantarse.

Maximus se dirigió a ellos: ¡Amigos! ¡Esta esclava es culpable de una gran traición en mi contra, me ha negado mi derecho exclusivo a poseerla. Con gran pesar he ordenado esta acción que espero sirve de escarmiento a otras que tengan ideas similares!- miró a los guardias y les dijo- ¡Háganlo!

La tumbaron en la cruz y con rapidez ataron sus brazos y piernas estirados. Luego derramaron sobre ella gran cantidad de aceite aromático para darle "mejor apariencia", pero en realidad era para resaltar la lascivia que provocaba su desnudez. Mientras los esclavos regaban el aceite con sus manos sobre la piel castigada de la condenada los presentes no veían el momento para poseerla. Atada en el suelo, estirada y casi desnuda, sólo aquel paño cubría algo de su coño velludo era digna de la más depravada fantasía. Finalmente los esclavos pusieron la cruz en pie, fijándola con varias estacas. Nadya entonces colgó de sus ataduras. Las sogas cortaban su piel. Cabizbaja y sin decir palabra esperó su primer cliente. A la altura que estaba y con sus piernas abiertas cualquiera podía cogerla. Maximus se le acercó y la acarició en el rostro por última vez y antes de dejarla le quitó el paño diciéndole a la gente;

¡Es suya!