Nada pasa todo permanece
Un instante de desorden entre cuerpos liberados.
Sofía tiene mucha energía, siempre se la ve yendo y viniendo, no se sabe a qué lugar, subiendo y bajando sin parar, sin ver más allá de donde sus miras alcanzan; trabaja en un teatro y su cometido es el de organizar a todo el mundo para que cada espectáculo se lleve a cabo, siempre pisando fuerte allá por donde pasa, hay quien la ve desde la oscuridad y la tilda de borde, arisca, idiota…miles de comentarios de los cuales ella nunca se hace eco; otros, sin embargo, la ven y saben que, aunque, aparente brusquedad y dureza es una buena persona, con carácter, con decisión, cosa que a ella le gusta más.
No suele salir mucho de casa y de fiesta aun menos, con los años se ha tranquilizado y a aprendido a disfrutar de los placeres de la vida desde un punto de vista menos atropellado y estresado que cuando era una joven adolescente, casi roza la treintena pero con los años su imagen se ha visto mejorada en un 200% y ella es consciente de eso, sabe que el paso del tiempo, de momento, juega a su favor; a eso se le suma el hecho de que su experiencia ayuda a ello.
Hace ya un año Sofía está soltera, durante cuatro años y medio se ha visto sometida bajo la fustigación de un hombre que no le llegaba a la suela del zapato, un hombre que se aprovechaba de ella y no le daba nada a cambio ni en el ámbito sexual ni en los demás, así que de tanto en tanto Sofía era una niña mala, una niña que se revelaba contra la opresión que sentía sacando a la superficie el vicio que tan contenido tenia.
Durante un mes, cercano al verano, Sofía tuvo que convivir casi 4 semanas con una misma compañía española la cual tenía una gran cantidad de hombres en filas, eran menos las mujeres, así que por una vez Sofía se pudo alegrar la vista de forma aleatoria.
Durante aquellas cuatro semanas se las paso tonteando y arrimándose a dos de los chicos que actuaban y que seguían su juego intentándola llevar más allá, aunque Sofía estaba deseando hacerlo se resistía, aunque sabía que el hombre que la aguardaba en casa merecía ser despreciado y abandonado ella no se veía capaz de hacer algo tan feo.
Durante esas semanas Sofía fue desatendida duramente por su pareja y eso la mantenía en una especie de sensación de inutilidad e infelicidad que para nada le gustaba así que decidió que basta ya de tanta tontería y que si volvía a tontear con aquellos dos chicos dejaría que pasara lo que tuviera que pasar.
Durante el tiempo de calentamiento de los artistas, ese día Sofía empezó a bailar con uno de ellos en el mismo control de sonido que había instalado en medio de la sala, justo al lado del control de luces. Él se llamaba Koldo y estaba pinchando la música que sus compañeros aprovechaban para concentrarse y relajarse así que Sofía se acerco y empezó a toquetear todos aquellos botoncitos de esa mesa para lograr poner canciones que a ella le gustaran, para ello se coloco justo delante de Koldo metiéndose entre sus brazos apoyados en la mesa, este no se aparto, de hecho la agarro por detrás y la abrazo, fue en ese momento cuando Sofía era capaz de notar, bajo la túnica que usaba él para actuar, su miembro un tanto duro, Koldo era un chico mulato por lo que pudo apreciar que la fama que suelen tener era cierta, bajo aquella ropa había mucho que ver o notar. Canción tras canción sus cuerpos se iban juntando cada vez más, él seguía a su espalda y ella iba notando como su miembro crecía con el roce de su culo, se sentía tan excitada y nada le importaba que más de diez personas fueran y vinieran casi sin darse cuenta de la presencia de ambos en aquella situación. Después de tanto roce llego el momento de separarse para empezar el ensayo general, fue justo en aquel momento cuando el otro chico con el que Sofía llevaba tonteando semanas, Javier, un chico de más de 40 años, moreno de piel, ojos grandes y marrones y cuerpo delgado pero esculpido en fibra se acerco hasta ella para darles un beso en la boca, al cual ella respondió, aquel día nada le importaba a Sofía, se sentía libre para hacer lo que quisiera y así fue.
Después de la función había una fiesta en el Hall del teatro a la que se unieron parte de los integrantes de la compañía, Sofía y una chica, llamada Elena que también trabajaba en la parte de producción del teatro, bailaron como locas hasta bien entrada la noche y hasta que la fiesta se cerro, fue entonces cuando Sofía llamo a su novio para decirle que esa noche se iba de fiesta y así fue.
Después de varios bares y varias deserciones en el grupo, quedo Sofía, Elena, María y dos chicos más de la compañía, uno de ellos era grandote, feúcho pero simpático y el otro tenía un morbo que atrapaba a las tres, un chico con el pelo largo y rizado, corpulento pero no mucho y de medida estándar, una barba cubría su rostro que le hacía parecer más cromañón y eso le sumaba un morbo añadido.
Tras cerrar la última discoteca de Rock de la ciudad se decidieron a acabar la noche en la habitación del hotel de los integrantes de la compañía que resultaba estar a unos minutos del lugar.
Una vez allí, María y Sofía se colocaron ante el ordenador dispuestas a pinchar algo de música para ese momento mientras uno de los chicos, el grandote, se decidía a cocinar algo mientras se liaba un petilla; Sofía no puede recordar cuál fue la canción, pero con ella llegaron las caricias a María empezó tocándole casi rozándola todo el contorno superior para continuar por la parte delantera, pasando lentamente sus manos, al compas de la música, por los pechos de María, esta se dejaba hacer, arqueaba su cuerpo hacia atrás hacia donde estaba situada Sofía para que esta pudiera seguir con esa faena, en un momento dado María, Elena y Sofía comenzaron a hablar de la forma de sus pezones y sin dar tiempo de reacción las tres se levantaron la camiseta para mostrárselos y seguir hablando de ellos; tras este impas de sexualidad femenina, el chico más deseado cogió a Elena y le quito la camiseta que vestía, la tumbo en la cama y empezó a besarla con pasión, mientras María y Sofía se besaban sensualmente sin brutalidad pero excitadas, los tres empezaron a compartir besos y caricias, Elena beso apasionadamente a Sofía, mientras María hacia lo propio con él, a la vez casi Sofía empezó a chuparle la polla al chico, que se había quitado toda la ropa quedando completamente desnudo, todas ellas estaban desnudas de cintura para arriba e iban intercambiando al chico, ahora lo besaba Sofía mientras María le tocaba la polla, después Elena le besaba y María le tocaba; a todo esto el chico corpulento no podía creer lo que estaba viendo a él nadie le invito a participar así que no se metió pero disfrutaba de la posición de voyeur que le habían dado sin pedirlo. Tres mujeres intercambiando su sexualidad con un mismo hombre, mezclando sus labios y pechos con él y entre ellas hasta que de pronto a Elena le entro una prisa abismal y fue entonces cuando despavoridas las tres salieron de la habitación para dejar a aquel chico solo con su excitación. Mientras Elena ya había desaparecido por la escalera de emergencia del hotel, María y Sofía bajaban en ascensor, la segunda acompañando a la tercera hasta la planta en la que tenía su habitación, antes de que esta saliese le dijo:
-Si hubiésemos estado los cuatro en mi habitación no me hubiera ido.
Y Sofía contesto:
- Yo tampoco María, me lo estaba pasando muy bien.
María salió del ascensor y Sofía continuo hasta salir del todo del hotel, fue entonces cuando encontró a Elena subiendo calle arriba y le grito, esta se paro e hicieron un cigarrillo antes de que sus caminos volvieran a separarse, ya entonces rememoraron lo ocurrido y se reían de la situación, ambas tenían pareja pero eso no les importaba.
Sofía llego a casa que el sol hacia horas había salido y sin inmutarse se acostó junto a un hombre que nada sospechaba de lo ocurrido.