Naciste para mi 4ª parte
Noche de amor
NACISTE PARA MÍ
4ª PARTE
Me acerque a ella lentamente, abrió sus brazos y me cobijo en ellos con dulzura. Me beso en los labios largamente y sentí su cuerpo pegado al mío, su calor y su perfume parecían embriagarme de felicidad. Sentía sus pechos en los míos y sus manos recorriendo mi espalda. Paradas nos besamos en los labios. Me aparto de ella para comenzar lentamente a desabotonar mi blusa.
Mi blusa quedo suelta, todos sus botones sin abrochar. Sentí sus tibias mano recorrer mi espalda hasta mis glúteos. Paso sus manos adelante sin abrir mas mi blusa y moldeo con sus manos mis pequeños pechos y pellizcando mis pezones. Me abrace fuertemente a ella y a su oído susurre, lo pequeños que eran. Ella solo dijo son hermosos, al tiempo que dejaba mi torso completamente desnudo al caer la blusa en el piso. Quede solo con mi pequeña tanga, expuesta solo para ella. Ella bajo los breteles de su enagua haciéndola caer en el piso, quedando totalmente desnuda ante mí.
Toque, bese y mordí esas tetas. Tenía frente a mí su cuerpo tan deseado durante años. Con el que había soñado los días y noches de mi vida y me parecía increíble que fuera mío. Su cuerpo de 35 años conservaba la frescura de una de 25, con sus tetas firmes y duras.
Quise bajar mi tanga y me detuvo con un gesto de manos.
Entonces comenzó a besarme en los labios, en mi cuello. Su lengua juguetear en mi oreja y en mi boca. Bajaba lentamente, pareciendo querer besar cada centímetro de mi cuerpo, hasta mis tetas. Mordió y chupo mis pezones, parecía querer estirarlos con sus labios. Yo solo emitía suspiros y runruneos de placer.
Ella siguió bajando y jugueteo con su lengua en mi ombligo, haciéndome estremecer de goce.
Luego comenzó a bajar lentamente mi tanguita al tiempo que la suplantaba con besos y lengua. Sentí mis mejillas rojas y un placer inmenso recorriendo mi cuerpo. Enseguida y sin saberlo sentí mi primer orgasmo con ella, que con amor ella saboreo. Sentí un poco de vergüenza sin siquiera avisarle, pero fue tan repentino que no me dio tiempo. Abrió mis labios genitales y paso su lengua a lo largo de ellos, hasta atrapar mi clítoris, a quien mordió y chupo con sus labios.
Yo trata de abrirme más de piernas por miedo a caer ante ese inmenso placer, ya que mis piernas parecían temblar. Me afirme y con mis manos acaricie su pelo rubio y su nuca, tratando que no saliera nunca de ahí. Se levanto y me abrazo, sentí su cuerpo desnudo pegado al mío y parecía un sueño. Me hizo recostar en la cama y se tiro a mi lado, musitando palabras de amor en mis oídos.
MARCELA: por fin te tengo conmigo, quiero hacerte feliz, que seamos muy felices juntas. Quiero que vivas en mi casa, que despiertes cada mañana a mi lado que estaré contemplándote, para cuando abras esos hermosos ojos verdes. Que camines junto a mí y nos besemos cuando alguna de las dos quiera, sin importarnos ni el lugar ni la hora. Que hagamos de nuestro amor un mundo
MARIELA: no sabes cuanto te amo Marcela, las veces que soñé con esto. Estoy dispuesta a todo por ti
MARCELA: si amor, juntas las dos y si alguno critica este amor, ignorarlo y seguí adelante.
Nos volvimos a fundir en un apasionado beso. Yo quería que esa noche no acabara nunca. Pero ambas sabíamos que deberíamos enfrentar por nuestro amor a mis padres, a tu hija Nora y a quien no entendiera lo que es un amor puro.
Me fue acariciando con su mano derecha mi cuerpo, en especial de cintura para abajo. Su mano parecía tener una carga eléctrica y me hacia estremecer. Su boca iba de mis labios a mis pezones, a quienes besaba, mordía y estiraba. Yo estaba como en una nube y presentía que se acercaría el momento de ser suya. Puso su mano derecha en la entrada de mi concha, como jugando ahí. Se detenía y daba suaves palmadas en ella, haciendo que tuviera pequeños brincos y suspiros. Me dispuse lo mejor que pude esperando ya la penetración de sus dedos.
Ella de a poco con sus dedos se abrió paso por mi concha. Yo estaba ya totalmente mojada de pies a cabeza por mis flujos. Ya sentía llegar sus dedos. De pronto sentí dentro mío un Plot! al romper el himen y escaparon de mi boca un tenue ay y un prolongado suspiro.
Me beso en la labios y respondí con mucho amor ese beso, mientras ella con sus dedos trataba que no quedara ningún resto de himen.
Lo que vino fue colosal, dos mujeres que se amaban en una hermosa escena de amor. Abrió bien mis piernas y se puso encima de mí hasta sentir su concha pegada a la mía. Inicio y yo le seguí el movimiento constante del roce las dos, mientras nos dábamos besos de lengua.
Yo, inexperta total, trate de seguirla en todo y con felicidad vi. que ella reaccionaba muy bien. Aparto su concha de la mía y bajo con su boca a la mía. Comenzó a chuparla con ahínco. Yo quise incorporarme para poder hacer algo, pero caía de nuevo en la cama sin fuerzas para erguirme. Sentí de pronto como si un río bajara por mi cuerpo en forma descontrolada y empecé a mover mi cabeza hacia un lado y a otro frenéticamente. Levantaba y bajaba mi pelvis constantemente todo el tiempo
Siiiiiiiiohhhhhhhamorrrrrrrrsigueeeeeeno pares pfavvvvvvvvvvvvvvvvv soy solo tuyaaaaaaaaaaaa
Seguí así hasta caer rendida sobre el colchón. Nunca pensé que iba a ser tan activa.
Ella subió hasta mi boca dándome besos de amor con mis propios flujos.
MARCELA: pequeña eres una maravillosa mujer ya.
MARIELA: si tu mujer, me has dado el placer de haber pasado a mujer en tus brazos.
MARCELA: hoy siento, que contigo revivi 20 años y que vas a ser, para mi, algo muy importante en mi vida. Sabes….
Dejo la frase en suspenso, mientras me parecio se contenía para no llorar delante mío. Le acaricie el rostro, la bese tiernamente y dijo.
MARCELA: sabes, creo que hace 21 años, cuando naciste, creo que “naciste para mí”. Que la espera, no fue tanta al ver tanto amor.
MARIELA: si amor, ya no podía callar lo que sentía por vos. No poder decírselo a nadie, no poder demostrarte a vos que eras para mí, me estaba volviendo loca, pero hoy, por suerte la vida nos dio una mano.
MARCELA: uy, que tarde es. Tenemos tantas cosas que contarnos que el tiempo vuela. Tantas cosas que realizar juntas.
MARIELA: si quieres nos quedamos mas, no tengo problemas, porque a mis padres con lo de la semana pasada, están curados de espanto.
MARCELA: si, pero por ser la primera vez debemos ir despacio.