Naciste para mi 12ª parte
Preparando la boda
NACISTE PARA MÍ
12ª PARTE
Que dulce despertar esa mañana, comprometida a casarme con Marcela aun me parecía un sueño, pero en un dedo de mi mano tenia una alianza que decía “M a M con amor y la fecha”. Hace ya dos año me parecía vivir un sueño y siempre con el temor a despertar y estar sola. Marcela era ya como una parte de mí. A veces la jodia, como anoche que le dije que iba a pensarlo eso de casarme con ella. Ella se ponía seria y esa persona dura ante los demás, ablandaba y parecía pronta a llorar conmigo.
A mi me encantaba su reacción cuando se daba de cuenta y me decía “turrita”.
Después del desayuno, se preparo para ir a trabajar. Antes de irse me dio su DNI, su partida de nacimiento y la sentencia de su divorcio, para que con mis papeles iniciara el trámite de casamiento civil.
Me vestí y tenia que ir a mi casa a buscar mi partida de nacimiento, para colmo pedírsela a mi madre.
Llegue y me atendió bien. Le pedí mi partida de nacimiento.
MADRE: ahora la quieres, espera a ver si la tengo a mano.
Por suerte la encontró enseguida.
MADRE: tanto apuro de golpe, para que la necesitas.
MARIELA: (como no me gusta mentirle) la tengo que llevar al Registro Civil.
MADRE: oh no, no me digas que vas casar también con ella.
MARIELA: si nos queremos casar dentro de un me mamá, espero que vayas aunque sea vos, si papá no quiere.
MADRE: no se, la verdad no lo se. Tu padre se va volver loco con esto. Es una locura.
MARIELA: mamá por favor no empieces, estábamos todos bien con Marcela, falta solo papá, no lo eches a perder.
MADRE: por eso no me mostrabas la alianza que llevas.
MARIELA: no mamá, no te la mostraba porque sabía te pondrías mal. Bueno me voy mamá
MADRE: para cuando es?
MARIELA: voy a pedir para un mes. Chau mamá
Me marche porque sino me iba a tener regañando horas. Tome un taxi y fui al Registro Civil, toda colorada y pedí fecha de casamiento. Me puse colorada cuando rellene el nombre de los contrayentes ante el empleado, que me miro cuando le dije. Conseguí la fecha y me marche. El empleado, machista él, cuando me marchaba le dijo a un compañero de él “mira que pecado esa pendeja divina es torta y se va casar”
Hice como que no escuche y salí.
Cuando llegue a casa, pensé, me voy a sentar a escribir una carta a Nora, agradeciéndole el telegrama y felicitándola por el embarazo. Además le iba a decir que me había comprometido con su mamá y en un mes no casábamos.
Al llegar a casa me lleve una sorpresa, estaba Marcela
MARIELA: amor, viniste temprano. Te pasa algo, vida.
MARCELA: no linda, me tome el día para estar contigo y salir. Hiciste algún trámite del casamiento.
MARIELA: si, para dentro de un mes. Unos días antes debemos ir al hospital a hacernos los análisis prenupciales.
MARCELA: perfecto amor. Pronto serás legalmente mi señora esposa
MARIELA: si vida. Iba ahora a escribirle a Nora agradeciéndole y contándole lo nuestro.
MARCELA: espera miremos el MSN, se iba a conectar hoy, según me dijo en la nota que me envío a mí.
MARIELA: a propósito cariño, no me mostraste la nota.
La saco de la cartera y me la dio, mientras ella trataba de conectarse, pero fue imposible. Leí la nota y no podía creer. Le decía que le parecía bárbaro que se casara conmigo, que ellos en diez días volvían e iban a festejar con nosotros tamaña novedad. Se me empañaron los ojos de lágrimas.
MARCELA: ves tonta, ya empezaste a mojar la nota, dámela por que sino la vas a mojar toda.
MARIELA: que quieres es la emoción
MARCELA: (burlándose y abrazadome) que quieres es la emoción. Tontita, te amo. Tenemos toda la tarde, vamos a comer afuera y a comprar ropa. Después tenes que ir un día solita a elegir el vestido que te vas a poner para el casamiento.
MARIELA: esta bien, yo iba a preparar la comida para la noche.
MARCELA: hay tiempo para eso. Además el fin de semana te voy a enseñar a manejar, así lo usas también vos. Trata de no ser loquilla manejando.
MARIELA: mira quien habla, la lenta.
Salimos, almorzamos al paso y fuimos a comprar ropa. Me hizo probar un montón de ropa y compramos. En lencería me Eligio ella bombachas y tangas. Cuando me pregunto delante de la empleada de comprarme corpiños, le di un pisotón en su pie derecho que cambio la cara risueña y sobradora que había puesto. Salimos riéndonos de ahí.