Naciste para mi 11ª parte

Un sueño hecho realidad

NACIDA PARA MÍ

11ª PARTE

Pasaron varios meses, 7 u 8. Nora se caso. Marcela hizo un casamiento bárbaro. Hubo mucha diversión y mucha comida y bebida. Marcela y yo como dueñas de casa atendíamos a toda la gente, organizando a los mozos y viendo no faltara nada en las mesas. Nora y Javier eras felices y nosotras también. Ya no ocultábamos nuestro amor. Éramos como cualquier pareja ella el marido y yo su mujer. Se fueron a Europa y Marcela tenía un dejo de tristeza en sus ojos y yo también. Nora mi amiga de toda la vida, pero trate de mostrarme fuerte para Marcela.

Unos meses antes había vendido la casa y comprado un hermoso departamento, quiso que lo eligiera yo y así lo hice. También me encargue, Marcela trabajaba, de la decoración y moblaje. Quiso ponerlo a nombre de las dos pero yo no quise, era solo de ella.

Cuando Marcela viajaba la interior del país por cosas de trabajo, yo iba con ella y eran como pequeñas lunas de miel.

Me seguí viendo con mi madre y a veces estaba Marcela. Ya no discutían para nada, tenían un buen trato. Es que mi madre noto que yo era realmente muy feliz con ella. De mi padre ni noticias, para verlo, iba a espiarlo cuando salía de su casa a trabajar y moría por correr a abrazarlo y besarlo. Creía yo que era lo único que me faltaba para completar mi felicidad.

Faltaba un día para cumplir mis 23 años y Marcela parecía no darse cuenta de ello, cuando otras veces empezaba unos días antes. Por lo demás estaba como siempre o mejor, en especial en la cama conmigo.

El día de mi cumpleaños me despertó con un beso hermoso en la cama. Trajo el desayuno y un vestido negro escotado hermoso. Lo probé y me dijo parecía pintado para mi.

Antes de irse a trabajar me dijo que a la noche me pusiera ese vestido y fuese a buscarla a la oficina, para ir a cenar afuera las dos solitas. Me llamo mi madre para desearme un buen día.

A la tarde me vestí con ese hermoso vestido, un poco de maquillaje y fui a buscar a mi amor a la oficina. Al entrar todas las empleadas me felicitaban. Todas sabían que era la novia de Marcela.

MARCELA: hola mi amor, felicidades nuevamente

MARIELA: gracias cielo eres un encanto. Viste como me queda el vestido.

MARCELA: ya te dije pintado a tu cuerpo. A ver sigues sin sostén y la tanguita de que color es.

MARIELA: que quieres que sostenga, tengo poco para sostener y mi tanguita es negrita.

MARCELA: hummm... que maravilla, en cuanto a tus tetitas sabes que me enloquecen. Reserve una mesa para nosotras en un restaurante. Espera un minuto y vamos.

Espere un ratito y salio. Fuimos al coche y nos dirigimos hacia la zona norte, a un pequeño restaurante muy íntimo, alumbrado con velas. Era una preciosura de lugar, con vista al río. Enseguida que nos sentamos, vino el maître con un enorme ramo de rosa rojas deseándome felicidades.

Yo me quede boquiabierta, le agradecí y leí la tarjeta a Marcela.

Decía “con todo mi amor a la mujer mas maravillosa que conocí. Marcela” la mire y me puse a llorar como una nena, mientras la besaba profundamente en los labios.

MARCELA: bueno amor, vas a mojar la mesa. No seas tan meona

MARIELA: que hermoso cumple me das Marcela, como no voy a amarte si todos día me lo demostras.

MARCELA: bueno amor, vos lo mereces. A propósito este es un telegrama de Nora para ti. A mi me mando otro.

Lo abrí presurosa para leerlo y decía; “Mari que tengas un hermoso día de cumple y que tus deseos se cumplan todos. Javier y yo lo deseamos desde acá. Quiero decirte que estoy embarazada de tres meses y quiero seas la madrina del bebe, ya que queremos nazca en Argentina. Besos Nora”

Me puse a llorar a lo loca. Marcela me beso y abrazo en medio de mis lágrimas.

MARCELA: para loca, van a creer que te pego y no vas a echar.

MARIELA: (de pronto empecé a reír mirando a Marcela) vas a ser abuela Marcela. Abue Marcela te queda bien, jajaja

MARCELA: si y orgullosa de ello. Vos tambien lo vas a ser, ya que eres mi mujer jajaja

MARIELA: a propósito, tu telegrama que decía.

MARCELA: que iba a hacer abuela

Seguimos comiendo con un buen vino Cabernet, comentando todo lo bueno del día. Fui al sanitario y le dije si venia conmigo y no quiso. Cuando volví habían levantado la mesa y puesto una botella de champaña con una hermosa torta de cumpleaños con una velita sola.

MARIELA: Marcela, también esto, estas en todos los detalles, me sorprendes a cada momento. Bueno conociéndote no debería sorprenderme.

MARCELA: para ti,  todo cielo

MARIELA: brindemos entonces, no solo por mí cumple, sino por haberte conocido y enamorado de ti. Y brindemos por el nieto que vas a tener.

MARCELA: que vamos a tener, pero espera falta algo.

MARIELA: que más puede faltar?

MARCELA: (sacando de su cartera un estuche que me paralizo el corazón lo abrió y mostró). Quiero que esto sea un signo de nuestro amor. Quiero casarme contigo muy pronto.

MARIELA: (embobada, paralizada, deslumbrada mirando las dos alianza y el cintillo solo pude balbucear) amor mío. Te amo, te amo.

MARCELA: si pero no me diste el si, que quieres casarte conmigo.

MARIELA: (sonriendo) hoy tengo que contestarte, no puedo pensarlo unos días?

Viendo la cara que ponía Marcela, temiendo se descompusiera

MARIELA: como no decirte si, con lo que te amo.

Nos besamos mientra ella ponía la alianza y el cintillo en mi dedo y yo la alianza en el suyo. Nos volvimos a besar. Brindamos muy juntitas.

MARIELA: si hubieras visto tu cara cuando dije que lo pensaría, creí te desmayabas y tuve que decir que si. Si sabes lo que te amo, como dudaste.

MARCELA: eres una turrita hermosa, me hiciste transpirar.

Pago la cuenta y subimos al coche rumbo a casa. En todo el camino solo miraba mi mano adornada por dos anillos hermosos.

Tome su mano le bese el anillo

MARIELA: espero no andes por ahí, sacándotelo para aparentar ser soltera no?

MARCELA: yo espero que vos no lo hagas. Bueno no creo, vas a ser también, ahora si, abuelita. Jajaja

Riéndonos y besándonos llegamos al departamento y tuvimos una noche inolvidable de amor, similar a nuestra primera vez.