NACIDA PARA FOLLAR tercera parte
Las guarrerías de una madura explosiva
Seguía teniendo un cuerpazo macizo y exuberante. Todo empezó en algunas orgías cuando los amigos de mi hijo empezaron a mearse sobre mi lujoso cuerpo cuando estaba en la bañera.
Eso pervertío a mi hijo, no sabía que fuese tan depravado me obligó a chuparle el culo cuando follabamos, cosa que no le dejaba hacer su abuela,
Yo le complacía calentándome un montón. Me pidió que le mease encima y lo hice poniéndome tan cachonda que a continuación lo bañe con un squirting de mi chocho.
Se corrió la voz entre los amigos y en los gangbangs que hacía con ellos me duchaban entre todos, yo empecé a beberme los meados sin ningún asco. También me gustaba cómo me llenaban las tripas y el hondo coño meandose dentro.
Me escupían y me zurraban llamándome puerca, cerda, cochina, guarra.
Mi hijo también se convirtió en un guarro, bebiéndose las meadas de su madre y su abuela.
A los cuarenta y cinco años la cosa se agudizó convirtiéndome en una adicta sumisa a las guarrerías. Todo fue debido a la llegada a casa de mi padrastro que de nuevo se juntó con mi madre.
Pepe, que ya tenía 74 años y se conservaba muy bien para su edad. Era un viejo verde muy pervertido.
El fue el que me obligó a limpiarle el culo con la lengua después de cagar. Me gustó tanto que me corrí sola sin tocarme. A partir de entonces mi hijo, mi madre y mi padrastro, cuando van a cagar me llaman para que le sirva de papel higiénico.
Empecé a engordar, desde entonces tengo unas tetas enormes, un culazo respingón gordísimo y unos muslos que parecen columnas. Es decir soy una curvy madura cachonda.
Poco a poco me fui enviciando en las guarrerías. No me daba asco de nada. Me encantaba chupar culos y pies, tragar escupitajos, etc.
Mi padrastro me obligó un día a tragarme su meada entera y desde entonces mi hijo y mi madre me usan como orinal.
Un día mi puta madre cagó un mojón muy duro gordo y largo y la guarra me lo metió en mi culo, obligándome a llevarlo dentro durante todo un día.
Mi padrastro otro día me metió su mojón junto a uno de mi hijo y tuve que retenerlos durante un juicio que tuve delante de los magistrados y el juez. Me tuve que poner compresas para absorber los flujos que segregaba mi chumino.
Les daba de beber mis corridas de leche en el bol para desayunar y ellos me llenaban la barriga de semen y pis. Delicioso.
Con los animales también empecé a hacer cochinerías lamiéndole los pollones, los culos y bebiéndome sus meadas. No veas cómo me pone la vaca cuando me ducha con su orina.
Llegue a hacer de todo, tantas cosas degeneradas que me da hasta vergüenza confesar: una vez entre mi hijo, mi padrino y mi madre se cagaron sobre mi voluptuoso cuerpo untándomelo por toda mi piel blanca.
El colmo fue que llegué a comerme entera la mierda de mi hijo un día que estaba salidísima, mientras mi padrino me enculaba y me daba tirones fuertes en mi enorme clítoris.
No obstante a los cincuenta se me pasó un poco mi vicio por la escatología. Y empecé a centrarme más en mis otros hijos, el incesto es lo que más gusto me ha dado siempre.
A los cincuenta y dos mi hijo mayor convenció a sus hermanos a que me metieran mano. Estos ya tenían 18 y 20 años y su hermano mayor 38.
Decidí dejar de trabajar y como tenía mucho patrimonio y años cotizados pude prejubilarme para disfrutar solo del sexo.
Me convertí en ama de casa, cosa que nunca había sido, deseando que llegaran todos los días mis hijos de estudiar y trabajar para que me follaran los tres a la vez llenándome mi vagina, mi recto y mi boca, a veces de dos en dos.
Ya solo follaba con mi familia: mi madre, mi padrastro, y mis hijos. Llegué a la menopausia y creí haber perdido la capacidad de quedarme preñada, pero no fue así, solo desajustes premenupausicos, y no fue así porque con 54 tacos me he quedado preñada de alguno de mis hijos. Sé que es de ellos porque mi padrino con ya 84 años aunque aun se le empina, sólo me folla por el culo y la boca, nunca se corre en mi coño.
Este embarazo me ha puesto cachonda perdida, con 55 años, con un cuerpazo enorme ya tengo un bombo de ocho meses descomunal. Mis tetas se han crecido aun más y lo más curioso, cuando me corro, me salen solos, sin tocarme, chorros de leche por mis pezones.
Me da mucho morbo estar preñada de mis hijos y mi higo chorrea mas leche que nunca.
Mi madre está muy ilusionada de ser abuela/bisabuela, ya sabemos que es una niña, ojalá sea tan zorra como yo dice mi padrino.
Ayer cumplí 55 y mi familia me organizó una orgía especial para celebrarlo, mi hijo mayor me prometió una grata sorpresa. Hicimos de todo, pero eso lo contará en el siguiente capítulo mi hijo con todo lujo de detalles.
Un saludo de Bárbara y encantada de calentaros a todos. Mi cuerpo nació para follar y que disfruten de él.