Nacida para follar 3

Papi por fin viene a mi...y aunque no toca mi coñete...

Estoy sentada frente a su gran escritorio de madera; piernas cruzadas delicadamente, con mi biquini y un pareo (prenda fina que utilizan las mujeres para “taparse” en playa o piscina/tipo pañuelo con mayores dimensiones), retuerzo un mechón de pelo con uno de mis dedos mientras muerdo mi labio inferior, a la espera de que sea donde sea que esté mi nuevo padrastro venga a mí. Observo la ostentación que me rodea, las grandes sillas, sillones y sofás de piel, el enorme plasma, las lujosas alfombras, los excéntricos cuadros, la gran ventana que da a la piscina…

Definitivamente la perra se superó a si misma esta vez.

Encima del escritorio una foto llama mi atención, dos muchachos casi idénticos de unos cinco años sentados en la encimera de la cocina pringados de chocolate y con grandes sonrisas, que adorables bebes.

La espera se me hace eterna, mi mirada ahora clavada en el reloj antiguo de la esquina, la luz que entra de la mañana golpea en el oro que lo bordea y decora haciendo que sea lo más llamativo de la oficina. Tic tac tic tac.

10 minutos

20…

25…

Y escucho unos pasos acercándose hacia la gran puerta. Mi pulso se acelera y mi coño se moja. Dios no he hablado con él desde el primer día que llegué aquí, se pasa la vida aquí dentro o en sus oficinas en el centro de LA. Sin contar con la enormidad de la dichosa casa que aun viviendo veinte personas en ella podrías pasar meses sin verlas atendiendo a sus horarios. Y definitivamente quiero esos ojos encima de mi cuerpo otra vez, que mierda, quiero mucho más que sus ojos, no se trata de una venganza hacia mi madre, más bien un pequeño trabajo del Karma, nació puta, vendiéndose en subasta para un hombre, cuanto más dinero mejor, y parió a una hija puta de verdad.

Siento su presencia en mi espalda hasta que lo veo caminar frente a mí para sentarse en su gran silla. Arregla un par de papeles haciendo espacio para poner sus manos entrelazas sobre la madera y después levanta la vista hasta llegar a mis ojos.

El silencio inunda la sala, creando una increíble tensión entre ambos, y no es una tensión fraternal o filial.  Espero callada con mi rostro mostrando toda la delicadeza posible hasta que el habla;

-          Tu actitud en la piscina no puede volver a repetirse, no es digno de una dama de tu estatus social- su voz ronca y aterciopelada acaricia cada pulgada de mi cuerpo.

-          No hice nada malo, me encuentro muy sola aquí- bajo la mirada jugando con una esquina de la tela semitransparente que me cubre- sumisión y una pizca de tristeza- Necesitaba un poco de contacto humano.

-          No sabía que te sentías de esa forma, ¿por qué no me dijiste nada?- dice cambiando su voz a una más delicada. Elevo la vista para enfrentarme a él.

-          Nunca estás en casa, nunca te veo, ni si quiera te conozco y eso que eres mi nuevo pap..padrastro- me corrijo con toda la intención de dejar un punto, incluso consigo ruborizarme un poco sin esfuerzo.

-          Oh pequeña lo siento- dice mientras se levanta para sentarse en la silla de mi izquierda. Vuelvo a bajar la vista cuando posa su mano en mi rodilla- Pero eres una mujer muy hermosa, puedes salir y encontrar hombres mucho mejores que un simple sirviente.

-          ¿Y a dónde voy? Realmente no conozco a nadie aquí- mentira, tengo buenos amigos en LA.

-          Podrías venir conmigo a una gala dentro de un par de semanas, tu madre no llegará hasta dentro de un mes, y odio ir a estas cosas solo- doy un pequeño salto lleno de entusiasmo iluminando mi cara con una enorme sonrisa, haciendo que mis melones salten conmigo.

-          ¿De veras? ¿me dejarás ir?

-          Por supuesto- su mano acaricia mi muslo y seguramente dejaré una pequeña mancha de humedad en la suave piel de la silla. Levantándome como un resorte dejo mi silla y me siento a horcajadas sobre él rodeando su cuello con mis brazos y poniendo mi cabeza en su cuello.

-          Gracias Will, muchísimas gracias- dejo que mi susurro ronco golpee en su cuello y lo siento temblar, muevo mi pelvis como queriendo abrazarlo más fuerte solo para comprobar su polla dura que se clava entre mis piernas, ¡Joder, si!

-          No hay de qué pequeña- sus brazos aprisionan mi cuerpo fuertemente en su contra, acariciando con sus manos mis costados. Papi está excitado y yo lo quiero traspasando el borde.

-          Estaba tan caliente- sigo susurrando en su cuello, su piel crispada y sus manos me agarran más fuerte- como has dicho soy una mujer- lo dejo claro moviendo mi culo en su regazo, como una niña pequeña que quiere el consuelo de su protector- necesitaba que alguien apagase ese fuego, Sandy no puede hacerlo todo.

-          ¿Sandy?

-          Sí, mi chica se ocupa de mi de vez en cuando-miento, ya que es todos los días. Le escucho aspirar aire entre los dientes.

-          ¿Te acuestas con mujeres?

-          Claro, el sexo es sexo- digo ahora mirando a sus ojos entrecerrados- Y a mí me gusta mucho- pongo cara de inocente- Solo que Sandy no tiene una buena polla que me llene profundamente- jadeo interpretando, ni siquiera me corrige por mi lenguaje- aunque Mike es un niño, tampoco puede hacer mucho por mi- juego con su corbata.

-          ¿Qué te gustan, hombres más mayores?

-          ¡Oh sí! Amo a los hombres fuerte, varoniles, que sepan lo que quieren y lo tomen sin precauciones ni miramientos- le doy mi mejor mirada cachonda- Soy un poco mala. Me gusta aquello que no debería de tener.

-          Eso parece, no podría imaginarlo- sé que miente, mi ropa incluso el primer día que llegué aquí pedía guerra. Sigo jugando con su corbata.

-          Me gusta lo prohibido, amo jugar en el borde, saltarlo, enfrentarlo y ensuciarme en él- nuestras caras están muy cerca y sus manos dejarán moratones en mi pequeña cintura.

-          Me estás engatusando- no se anda con rodeos de ningún tipo.

-          Si

-          Estás jugando con fuego- se inclina para susurrar, ahora melosamente, en mi oído.

-          Como ya he dicho, me encanta jugar.

-          Eres una niña muy mala…- dice como cliché, aunque sea verdad.

-          Me encanta ser mala.

-          A las niñas malas se les da lo que se merecen.

-          Entonces creo que merezco muchas cosas- mi mano viaja ahora totalmente descarada a ese rabo duro que tantas ganas tengo de probar, un gemido escapa de sus labios, y sé que no me va a detener.

Sin mediar palabra sus manos se posan en mis muslos y acarician lentamente mientras suben y suben, mi piel se eriza de excitación y con el suspense.

-          Vamos a jugar- dice mirándome a los ojos- y tú no vas a decir una palabra sobre esto, no vas a decir nada porque eres una putita que pide que le den caña- levanta la tela del pareo y su mano se introduce por debajo de mi braguita del biquini- ¿Está claro?

Maúllo sin contestar, haciendo un puchero y asintiendo con mi cabeza. Con fuerza su otra mano viaja a mi pelo y lo agarra con fuerza tirando hacia atrás para que lo mire a los ojos.

-          Pequeña zorra, te pregunté si está claro.

-          Si- ronroneo.

-          Dame esa sucia boca

En cuanto mis labios se separan su lengua húmeda entra aplacando cualquier gemido, me folla con su lengua como si me follase el coño, duro y rápido entrando y saliendo. En un momento me levanta de su regazo y me sienta en el escritorio, sus ojos enardecidos llenos de lujuria y un extremo de cachondez que nunca había visto. Posicionado por encima de mí; dominando.

-          Abre

Mi boca obedece y el coloca su mano en mi garganta de forma poderosa, no me corta el oxígeno, pero pensar simplemente en el enterrado profundamente dentro de mi con sus dos manos alrededor de mi cuello ahogándome mientras me folla hace que mi chocho tiemble de deseo desenfrenado.

Sin pensarlo escupe dentro de mi boca de forma pausada, dejando el hilo de saliva conecte su boca con la mía, su otra mano arranca mi sujetador, y en cuanto este desaparece, con su mano libre palmea sonoramente mi pecho, para después estrujarlo con rudeza en su mano.

-          ¿Te gusta esto? ¿Te gusta estar a mi merced? ¿A la merced de tu nuevo papi?

Joder.

-          Si papi- respondo en un gemido cuando tira del piercing de mi pezón.

-          Demuéstralo.

Se separa a pocos centímetros de mi dejándome con las tetorras al aire y el pareo arremangado en mi cintura, mi braguita desviada enseñando mi coño desnudo y brillante por los jugos que no dejan de salir.

Saca su camisa del pantalón y baja la cremallera de este para luego bajar hasta la rodilla pantalones y bóxer. Magnifico, una polla gorda y dura como la mierda,  apuntando al cielo, su mano acaricia y bombea de arriba abajo, mi boca se hace agua, todavía no he tragado su saliva la mantengo…

-          Chupa la polla de papi, bebé.

Voy directa hacia él y sin dejarme tiempo agarra mi pelo para que me arrodille.

-          Se una buena zorra y no pares hasta que tu tripa este tan llena de leche que tengas que ir a cagarla- susurra en mi oído- Lo quieres putamente sucio, así es como lo vas a tener.

Hace un movimiento con su mano para que me acerque a él, yo voy directa a metérmela directamente en la boca pero el me presiona contra su ingle, desordenadamente se restriega por mi cara, sus pesados huevos y su increíblemente dura polla, olor a hombre que se pega a mi piel. Miro hacia arriba y le sonrió como la golfa que soy, joder me encanta…

-          Cary…Cary, joder eres más zorra que tu madre- gruñe sin separar sus ojos de los mios- manos prohibidas solo quiero esa boca de puerca.

Y ahí comienzo a mamar,  con toda la boca llena de precum y sudor de mi macho, me la mete hasta el fondo y aguanto sintiéndola bajar incluso por mi garganta, el vómito sube pero consigo frenarlo y mi boca se encharca en saliva que no puedo contener y comienza a gotear por mi barbilla, empieza a follarme la cara lentamente. Me arranco la parte de ariba del biquini y dejo que esta caiga por mis tetas, la cual ayudo a embadurnar por ellas con mis prohibidas manos.

-          Dios quiero toda esa lefa dentro de mi- tan cachonda, tan zorra…

-          Ven aquí- me agarra del pelo y me lleva de rodillas hasta el escritorio, donde se sienta y se desnuda de cintura para abajo. Se sienta y agarra otra vez mi cabello- ensalivame el culo, chúpalo a la vez que me masturbas perra.

Si poderme aguantar ataco directa ese hoyo negro, con la lengua como una flecha lamo escupo y masajeo con mis manos mientras escucho como desgarra sus cuerdas vocales. Suelta guarrerías mientras sigo rellenando de saliva su culo con olores fuertes.

-          Vas a ser mía… voy a hacer que la puta de tu madre pase mucho tiempo lejos…mis hijos tienen pollas descomunales…no me importa compartir…mis tres hijos…todos follando juntos…¿te gustaría cerdita? Si…estoy seguro que sí, te encantará ver como me follo a uno de mis hijos mientras el otro me come el culo…te encantará ser perforada por tres agujeros…zorra…chupa ahora mi polla…más fuerte ¡Que me corro!

Estoy tan jodidamente cachonda, soy todo líquido, y cuando se corre puedo sentir esa lefa líquida y sabrosa por toda mi boca, trago mientras los chorros salen. Y sin darme cuenta un pequeño chorrito de pis sale mi chocho manchando esa carísima alfombra, pero con mis dedos utilizo el liquido caliente para masturbarme como una posesa mientras Will sigue preñando mi boca. Parezco una loca, con la fuerza que lo hago podría desgarrar mi coño, pero al final me corro así como la cerda que soy… y caigo rendida sobre mi meada.

-          Llama a Sandy y que limpie el desastre que has originado perra. Pero que no use utensilios, que luego va a oler todo a meados…