Naci esclava 5

Comenzó mi vida en mi nuevo lugar y nació mi hija Nadía

NACI ESCLAVA

5ª PARTE

Incomoda en esa jaula, que a duras podía moverme, encima con el arnés puesto, la boca reseca y hambre. Vino uno de los que me habían traído y en perfecto español, me dijo que iba a sacarme el arnés, pero si me portaba mal, gritara o cualquiera otra cosa me lo pondría mas ajustado. Dije entender lo que me decía con murmullo y asintiendo con mi cabeza. Abrió la jaula y me saco el arnés.

CACHORRA: gracias, dije, prometo portarme bien, podía salir de la jaula para estirar las piernas un rato?

No contesto y se fue a la parte delantera del avión. Volvió a los pocos minutos con un collar y una cadena.

GUARDIA: Amo permitir que salgas de la jaula, portándote bien y con este collar y cadena.

CACHORRA: si, prometo hacerlo. Tengo sed y hambre.

Abrió la jaula y me hizo salir, sosteniéndome del brazo los primeros momentos, hasta lograr estar bien parada. Puso un collar en mi cuello en reemplazo del que tenía y era un poco más grueso que el viejo. Luego una cadena del collar hasta un barra que había en el avión. Por lo menos tenía libertad de movimiento y posiciones ahora. Le agradecí y no contesto nada. Luego apareció con dos bol, uno con comida y otro con agua, que comí y bebí con furor, pese a que la comida era una especie de guiso de arroz, papas, batatas y carne cortada en trozos pequeños. Estaba frío, un poco soso pero lo comí igual, era mas grande mi hambre y e del futuro bebe. Bebí toda el agua y el guardia la repuso dos veces. Le agradecí y aproveche para preguntarle.

CACHORRA: quien es el Amo, adonde me llevaban y que harían conmigo?

No recibí ningún tipo de contestación, como si no entendiera el idioma que minutos hablaba. Se fue y quede sola. Me acosté de costado en el piso del avión y trate de dormir. Pero no podía, mi mente estaba llena de recuerdos, desde mi infancia(los que podía recordar) hasta mis 18 años de ahora, incluido mi embarazo. Como a los 5 años correteaba inocente por lo jardines del harem, llamando madre a “perra” y papá a Diablo, el amo que me preño.

Cuando me dijeron que no era mi padre y que nadie ni siquiera mi madre sabia era. Mi enseñanza a decirle amo a Diablo y empezar a los 8 o 10 años a ser sumisa. Luego mi etapa de transformación a mujer. El crecimiento de mi cuerpo y pechos, los pezones rosados igual que mi madre, la demás los tenían negros. Mis primeras menstruaciones y todo el movimiento del harem.

La espera dilatada para ser desflorada por el Amo. La marca a fuego con sus iniciales en mi muslo derecho y luego lo terrible. La posesión por orden de mi amo por parte de sus cuatro perros de diferentes tamaños y colores. Al final me acostumbre a ello al pasar a ser una parte diaria de mi vida.

La conversación con “perra” confesando no tener ni siquiera noción quien era mi padre pero si me dijo el nombre humano que me había puesto: Perla. Me Gustavo ese nombre que hasta ahora no pude usar y que retumbaba constantemente en mi cabeza. Me gustaba y ansiaba que alguno me llamara así.

De pronto el avión comenzó a descender y se disiparon mis recuerdos. Me levante como pude y vi que aterrizábamos en lugar muy despoblado. Cuando el avión se detuvo vi que había mucho movimiento alrededor de el.

Pero no bajo ni subió nadie solo cargaron combustible y reiniciamos ese largo y tedioso viaje.

Quise volver a mis recuerdos pero no pude y me quede dormida sobre el piso del avión.

No se cuanto habré dormido, pero desperté y la única luz que había era la de la bodega. Me pare como pude y pude ver un hermoso cielo, con una luna llena y muchas estrellas. Pensé que hermoso seria caminar bajo un cielo así con un hombre al que amar, pero mis pensamientos no concordaban con mi situación.

Joven, 18 años, esclava, embarazada de casi 5 meses y sin hombre.

Estaba resignada a mi suerte y con ansia de llegar a mi destino, solo para ver como seria. Mientras miraba y pensaba eso, acariciaba mi panza. Pensé en mi madre, como nos habían separado, a las dos embarazadas y unas lágrimas caían por mi rostro. Solo pedí que mi hija o hijo, lo que fuere, tuviese una vida mejor que la de nosotras.

De nuevo el avión descendía, me apresure a levantarme a fin mirar el lugar. Era un hermoso lugar, lleno de árboles y un río que corría bastante caudaloso parecía. Luego plantaciones de no se que, no podía identificarlas y al fondo una mansión antigua hermosamente mantenida. Tras ella la pista donde íbamos a aterrizar. Vi gente trabajando en la plantación y en lo alrededores de la mansión. También había dos establos grandes del que salían constantemente mujeres y hombres. Y aun costado una cantidad de chozas, imposible de saber cuantas. El avión toco pista y yo me agarre la panza instintivamente. Se acerco una limusina y no pude ver quien subía a ella, partiendo supongo a la mansión. Luego bajaron cajas que había en parte de la bodega y por último me hicieron bajar a mí. Con las manos esposadas a mi espalda y tirada de la cadena de mi collar. Me hicieron subir a un jeep y salimos disparando a la parte trasera de la mansión. Entre llevada casi en el aire, llevada por dos guardias. Me entregaron a dos mujeres que esperaban. Note que las mujeres y los hombres tenia los genitales tapados por rusticas ropas y el resto del cuerpo desnudo. A diferencia que estaba completamente desnuda y era mirada raramente.

Después de sacarme las esposas y la cadena de mi collar, me hicieron entrar a un baño pequeño donde me hicieron bañar. Ya había olvidado como era una ducha y la disfrute enormemente a una buena temperatura. Me hicieron secar y me pusieron una pollera que apenas iba de mi cintura a la mitad de mis muslos. Realmente me sentí rara vestida, nunca lo había hecho. Me sentaron en una silla y una mujer comenzó a cortar mi cabello al ras. Me mire al espejo y me parecía rara sin cabello. Luego me llevaron a un salón y esperar al Amo. De rodillas esperando trate de espiar alrededor. Lujo por todos lados. Entro el Amo y solo veía sus desnudos pies y el comienzo de los pantalones. Me hizo parar y que lo mirara.

Era un hombre negro de unos 35 años, vestido de pantalón y camisa blanca y en su mano blandía un látigo.

AMO: te he comprado porque tienes 18 años, estas preñada y necesito que tengas muchos mas, para formar parte de esta hacienda trabajando como esclavos. Como te llamas?

Cachorra mi Amo.

Hizo restallar el látigo al ras de suelo y su punta golpeo mi tobillo derecho, haciendo que emitiera un grito y quedara con una rodilla en tierra.

AMO: levántate y dime como te llamas.

Me levante rápidamente pese al dolor y no sabia que decir y pensé un segundo y dije

Perla mi Amo. Es mi nombre humano me dijeron

AMO: y el apellido?

PERLA: (feliz que la llamaran así) no lo se, Amo. Mi madre era esclava también y no sabía quien la había embarazado de mí. Mi madre era la esclava que vendieron antes y embarazada de casi nueve meses.

AMO: y ese que llevas dentro de quien es?

PERLA: del amo Diablo, Amo y el de mi madre también.

AMO: así que naciste de una madre esclava

PERLA: si Amo

AMO: bien. El apellido será el del esclavo que será tu macho de ahora en más. De cuanto estas embarazada?

PERLA:   creo de cinco a seis meses Amo.

AMO: (haciendo restallar el latido en el aire, cerca mío, sin tocarme) como no sabes?

PERLA: (cerrando los ojos a la espera de recibir el golpe que no llego) no Amo, no lo se bien se lo juro.

AMO: bien, ahora partirás a la parte montañosa con tres mujeres que te enseraran como se vive acá y el idioma, pero antes te revisara la medica. Llévenla

PERLA: gracia mi Amo.

Me llevaron ante una mujer de unos 40 años que estaba sentada detrás de un escritorio leyendo un libro. Me hizo sacar la pollera y acostar en la camilla. Abrir bien las piernas poniéndolas en un estribo. Me reviso a conciencia. Luego me hizo acostar en la camilla y me reviso de pies a cabezas. Donde mas reviso fueron mis tetas y pezones, que apretó a su gusto y placer.

Después me pasó, con el tiempo supe que era un ecógrafo para ver a la criatura, la previa pasada de un gel. Me mostró dijo que era mi hijo lo que veía en pantalla y me emocione. Me dijo que no se podía ver todavía el sexo de la criatura y me comento que estaba entre lo cinco y seis meses.

Salí de ahí y esperaban tres mujeres que eran las que me iban a llevar a la montaña y enseñar la vida y el idioma de ahí.

Nos llevaron en un jeep hasta el pie de la montaña y luego subir por estrechos senderos ya transitados. A mitad de camino paramos, menos mal, no podía respirar bien y descansamos unas horas, para luego seguir transitando.  Menos mal no era muy arriba adonde fuimos porque no se como hubiera podido llegar, por mi condición.

Llegados a una cueva y entramos y como era casi de noche me dieron algo de comer y beber y a dormir. A la mañana siguiente me despertaron muy temprano y empecé a aprender el idioma, preparar comidas, llevar leña en mi espalda, pescar pero siempre en el idioma de ella. Fui aprendiendo palabras suelta. Cuando quería algo tenia que pedirlo en ese idioma, sino decían no entenderme. Lo que mas costo fue hilvanar oraciones para mantener diálogos, pero por suerte, no se si por mi juventud lo fui logrando hasta hacerlo. Ya con ocho meses de embarazo volvimos a la hacienda y me ubicaron en uno de los establos. La mayoría de las mujeres que había allí eran de edad, como para tener hijos y los hombres también.  Yo era la mas joven en ese establo de mujeres. Se levantaban al amanecer e iban a sus trabajos en la plantación o en la chacra u otros lugares. A mi no me hacían hacer nada y solo me hacían caminar. Creo seria para favorecer el parto. Me hicieron otra ecografía y la doctora me dijo que seria una niña. Por un lado me puso feliz pero por el otro mal, más que nada porque no quería se repitiera mi historia en ella.

Al amo lo vi muy poco en ese tiempo. Una mañana me llevaron adentro de la mansión y me alojaron en un cuarto con dos mujeres mas que estaban embarazadas muy avanzadas. Después me entere que nos tenían ahí para tenernos a mano por el parto. Una noche sentí que estaba mojando y me dijeron que había roto la bolsa. Vino la doctora justo cuando parecía que me estaban desgarrando en mi interior en las caderas. Me reviso vio que había buena dilatación, según dijo y me llevo a la sala de parto. Lógicamente tenía un susto bárbaro y extrañe la presencia de mi madre a mi lado. La doctora con sumo cariño me hablaba mientras me hizo abrir bien las piernas y mirar. Mis contracciones aumentaban a cada instante y la doctora dijo ya viene.

Me hacia respirar y pujar. Parecía no querer salir. Pensé en mi madre que ya habría tenido y atendía las indicaciones de la doctora. Después de estar pujando un rato me dijo que ya asomaba la cabecita de la niña.

Un poco mas y ya esta- dijo la doctora-

Yo estaba ya cansada, sin fuerzas pero lo hice y la pudo sacar. Sentí en llanto de la niña y llore, quise verla pero la estaban higienizando. La trajo la doctora y a la apoyo sobre mi pecho y me emocione. Luego la llevaron y me prepararon a mí para ir a la habitación.

Estaba realmente extenuada por el trabajo de parto. Al rato apareció un enfermera con la beba para que le diera el pecho. Me indico como hacer antes, durante y después de que mamara. Me encanto dar de mamar a mi hija.

Pasados dos días me llevaron ante el Amo llevando a mi hija. Nadie me había preguntado su nombre, pero yo la llamaba Mía.

De rodillas espere al Amo. Se presento y me felicito, no solo por el parto, sino también de cómo me había comportado.

AMO: ahora tendrás unos 30 días de descanso y con tu hija, hasta que llegue tu futuro macho, que fue enviado a otra plantación por ese tiempo. Tu hija se llamara Nadia y asila llamaras de ahora en adelante. Cuando llegue tu macho te asignaremos una choza para vivir con el y espero pronto tener noticia buenas tuyas.

Se fue y me llevaron a una habitación con una cama y una cunita. Pasaron los días y lo único que hacia era caminar por la mansión, amamantar a mi hija. Hasta que un día llego un contingente de esclavos y me dijeron que los que venían estaba mi macho. No se hablaba de marido, sino de machos y hembras. Mire y eran unos 50 y era imposible saber quien era, sino no lo conocía. Esa noche noche dormí intranquila y me sentía mojada. Como vivía ahora, lejos estaban las torturas de Diablo y sus perros. Sentía deseos de estar otra vez con un hombre.