Naci esclava 4

Se efectúo la subasta y me separaron de mi madre

NACI ESCLAVA

4ª PARTE

Realmente me sentía muy bien con mi cuarto mes de embarazo, atrás habían quedado los días de mareos y vómitos. En tanto dentro del harem de  Diablo seguía mi rutina diaria y acudía al llamado del Amo cuando me requería, a veces para él, otras para los perros y a veces para ambos.

Esa noche fue distinta, primero fue Perra y luego yo. Intrigada entre  en la habitación del Amo estaba perra en posición de sumisión. Cuando entre me puse en igual posición en espera del Amo. Ni nos hablamos y miramos con “perra” ya presumíamos que no estaban filmado y grabando. Entro el Amo haciendo chasquear al aire una fusta larga y fina. Puso la fusta en la boca de ambas, se paro detrás nuestro y tomado de nuestras trenzas nos hizo caminar por toda la habitación. Nuestras trenzas eran como las riendas de un carro tirado por un caballo. Cuando quería girar a la derecha tiraba de mí y a la izquierda la de perra. Cuando nos hacía parar pegaba un brusco tirón de ambas trenzas hacia atrás. Las dos teníamos lágrimas en los ojos de tanto tirarlos. Luego tomo ambas trenzas atándolas entre si con una soga. Si no nos movíamos al mismo tiempo nuestra cabellera se tensaba y no dolía el tirón. Las dos embarazadas aguantábamos todo en especial ella que estaba más avanzada que yo en el embarazo. Tratamos de movernos al unísono para evitar dolores. El Amo se tiro en el centro de la cama y nos llamo para que nos acostáramos a cada lado suyo. Con sumo cuidado, no solo por la panza sino por nuestras cabelleras subimos. Con una cuchilla corto nuestro pelo arriba del nudo de la soga y tiro los pelo al suelo. Fue terrible ver perder parte de nuestro cabello, pero al mismo tiempo un alivio para nuestros dolores de cabeza. Nos hizo poner de costado, mirando a él. Mientras su boca succionaba leche de los pecho de “perra” aprestándolos con una mano y mordiéndolos produciéndole dolores, su otra mano jugaba en mi concha, metiendo sus dedos y pellizcando mis labios vaginales. Mientras “perra” sufría con sus pechos en boca de Diablo, yo tenía sensaciones de dolor por los pellizcones de mis labios vaginales y placer por sus dedos jugando en mi concha. Ya estaba caliente ya. Él se levando y me hizo poner de costado de forma que chupara las tetas de “perra”, mientras me penetraba con todo por mi culo.

Nos miramos con “perra” y en ambas vimos la mirada de seguir hasta el fin, ya que Diablo esperaba que una de las claudicara para castigar a las dos. Mientras me cojia golpeaba fuertemente mis nalgas y cuado se tiraba mas sobre mi, mordía la teta libre de “perra”. Paro, la saco y nos hizo cambiar de posición, yo acostada y “perra” chupando mi teta derecha y él pellizcaba fuertemente mi pezón libre. Ni que decir del sufrimientos mío con “perra” tratando de extraer algo de leche que no tenia aun, solo creo que calostro. Acabo dentro de “perra” que creo por la dureza del trato y su estado avanzado de gravidez sufrió llorando y gritando. Yo con mi panza la pase mas aliviada. Luego nos envío al harem. Caminábamos juntas, tomadas del brazo llorando y cuando llegamos nos tiramos cada una en su cama. Yo pensé y maldije a mi Amo, que maltrataba a dos mujeres que llevaban cada una en su vientre un hijo de él.

Pasó la noche y la mañana volando, desde nuestro lugar vimos llegar muchos coches y 4x4 de alta gama de las que bajaban distintas clases de tipos y algunas limusinas. De todos los vehículos bajaban hombres altos, bajos, negros, blancos toda una muestra de razas. Calculo que habría unos 20 o 25 Amos y unas 3 o 4 Amas. Cuando todos habían entrado al edificio frente al nuestro, llegaron 2 camiones jaulas de los que bajaron esposados y encadenados de pies y manos unas 50 personas entre esclavos y esclavas., que fueron llevadas a un establo de madera detrás del edificio principal.

PERRA: la ventas viene brava, muchos oferentes y esclavos a subastar.

CACHORRA: conoces alguno de los amos o amas.

PERRA: si algunos y con la peores referencias.

CACHORRA: bueno, espero no nos ponga a la venta o que, por lo menos, no nos separen.

PERRA: no te ilusiones con nada y acepta tu destino.

Nos llevaron a bañar a perra, a mí y a otra chica embarazada.

Luego nos pusieron túnicas blancas que trasparentaban todo. Pusieron la correa a nuestros collares y nos llevaron rumbo al establo. Nos metieron en un jaulón con 10 o 15 mujeres más, todas paradas en espera de ser llevadas al escenario de la subasta. Las tres estábamos muy nerviosas. Vimos que empezaron a llevar primero a los esclavos y se escuchaban peleas a los gritos entre los oferentes porque uno se llevaba al que quería él, pero ante la oferta mayor se lo llevaba el que la hacia.

Llego el turno de las mujeres y llevaron la primera tanda, quedamos en el jaulón nosotras tres y cuatro más de otros amos. Diablo comenzó a dirigir la subasta. Vendió primero a las 4 de otros amos y nos dejo a las tres para el final. Nos hizo parar en el medio del escenario y sacar nuestra tunica. Creo que fue la primera vez que sentí, vergüenza, pudor de estar desnuda y con mi panza delante de ese conglomerado de gente extraña y diversa. Perra se dio cuenta y simuladamente apretó mi brazo como dándome valor.

Primero subasto a la otra chica, embarazada casi de 7 meses. Fue un precio módico rápidamente vendida con entrega inmediata.

Enseguida tiraron de la cadena y la llevaron en medio de sus lágrimas. Enseguida hizo adelantar a “perra” con entrega para tres meses después del parto. Hubo una fuerte puja que al final gano una Ama. Bueno “perra” al menos, según me pareció, no iba a estar mal con esa ama.

Con mis piernas temblando y sudando de miedo me adelanto a mí al centro del escenario.

DIABLO: la otra que compro la Ama, es la madre esta perra, que saco ahora a la venta. Como podrán ver es una estupenda ejemplar. Embarazada de casi cinco meses, será entregada tres meses después del parto.

Algunos subieron al escenario a tocar, mis piernas, mis tetas, mi culo, mi panza y uno fue mas lejos aun, me tomo de los cachetes, me hizo abrir la boca y miro mi dentadura, bajando luego afirmando con la cabeza que Diablo no mentía.

DIAB LO: vieron, realmente esplendida, 18 años recién cumplidos, con muy buena perspectiva de tener muchas crías, por su juventud.

Hubo una puja infernal, cada vez que alguno ofertaba levantando su mano o en voz alta, yo miraba quien era. Pero fueron tantos que deje de mirar porque me estaba mareando de mirar. Por fin uno oferto una gran cantidad y el Amo muy satisfecho por el precio iba a bajar el martillo, cuando se escucho un grito desde atrás. Diablo detuvo la bajada de martillo y pregunto si alguien ofertaba más. Arriba entre las últimas gradas, yo no podía divisar por las lámparas que enceguecían mis ojos y la oscuridad del sector de donde había surgido el grito.

DIABLO: si diga, sino bajo el martillo

Se escucho una voz que no entendí lo que decía, pero Diablo si, porque tenia auricular que le traducía. La voz dijo que, después me entere, ofertaba el doble si era entregada inmediatamente.

Diablo se saboreaba por la cantidad ofrecida, el doble si me entregaba ya. Y jugo su última carta

DIABLO: bien surgió un nuevo oferente que paga el doble del anterior, alguno ofrece mas.

Antes de que alguno pudiera ofertar, el mismo tipo ofreció como precio final, con entrega inmediata de la esclava, US$ 50.000.=

Hubo un silencio total. Diablo estaba recontento, creo que nunca había logrado tal precio por una esclava. La gente comentaba la excelente subasta y mas el precio record logrado esa noche. Diablo repartía sonrisas a diestra y siniestra y estrechaba su mano con todos. Le entregaron el cheque certificado, lo beso y metió en su billetera.

Dos hombres se acercaron a mí y uno de ellos tiro de mi pelo hacia atrás, mientras el otro me puso en la boca un arnés similar a los de los caballos. Luego tirando de mi me llevaron. Mire a Diablo y estaba feliz y yo lloraba. El hierro que tenia en la boca era molesto y estaba tenso. Empecé a babosearme. Encima el que me había tirado del pelo puso a mis costados de la cara una orejeras que impedían pudiera mirar a los costado. Me sentí una yegua total. Fui llevada a una camioneta grande, que estaba estacionada. Abrieron la puerta trasera y me metieron empujándome sin contemplaciones de mi estado. Me ataron a una barra especial que había en la camioneta y cerraron la puerta. Por la ventana alcance a ver la partida de un coche grande de alta gama, delante nuestro, y arrancamos nosotros. Como solo podía mirar al frente no podía divisar nada más. Supuse que seria el amo que me compro. Llegamos a un aeródromo pequeño pero con una pista extendida. Vi que el coche volvía, supuse después de dejar al amo en los salones de adelante en el avión y a mi cargaron en la bodega del avión, metiéndome en una jaula de muy poco movimiento para mi. Encima tenía ese arnés en mi boca que me molestaba cada vez más.

El avión carreteo la pista y en final de ella comenzó a elevarse, produciéndome una sensación de vacío en mi estomago, que con dos mis manos me tome la panza. No sabia quien me había comprado, ni a donde iba, ni que aguardada allí. Lo único que pensé era que no vería nunca más a “perra”, mi madre, y llore desconsoladamente.