Nací esclava 1ª parte

Hija de esclava, esclava nací

NACI  ESCLAVA

1ª  PARTE

La historia que les contare a continuación es mi propia vida. Tengo 17 años, castaña clara, ojos verdes, 1,68 y 91-61-90, nací una noche de invierno del vientre de una esclava. Mi madre, una hermosa mujer ahora de 41 años responde al nombre de “perra”.

Era esclava de un Amo de 52 años. Mi madre me tuvo a los 24 años. No se quien es mi padre ni nunca lo sabre dado que mi madre era usada por otros hombres, con permiso del Amo que tenia en ese momento, quien la prestaba o daba en alquiler. El Amo actual Diablo, es como su nombre lo indica un demonio total. Compro a mi madre con vientre ocupado, diciendo que se aseguraba que su esclava podía tener crías. Esa primera cría fui yo. Luego tuvo dos varones, esos si hijos de Diablo, de 15 y 14 años, a quienes envío a estucarse a Europa.

Desde que nací respondo al nombre de Cachorra y realmente desconozco mi verdadero nombre y apellido, si lo tengo. Dicen que el Amo tiene mi partida de nacimiento y DNI guardados en una caja fuerte.

Mi madre nunca quiso develarme o no sabrá mi verdadero nombre. Así que soy Cachorra.

Cuando empecé a balbucear mi primera palabra llamaba papá al Amo. A medida que fui creciendo me fueron cambiando el carácter y a quien le decía papá le debía decir Amo.

Me inculcaron la sumisión desde mis 8 años, aunque ya antes me hablaban de ello. A los 8 años ya caminaba como mi madre, desnuda y en cuatro patas. Diablo me puso collar al cumplir 9 años que decía “cachorra, perra del Amo Diablo.” Cuando estaba sola con mi madre, trataba de saber mi verdadero nombre, quien era mi padre y siempre encontraba en ella un hermético silencio. Solo me dijo una vez, que no podía hablar por orden del Amo y que me contentara con el nombre que me habían impuesto. Luego de eso nunca más tocamos el tema ese. Ni siquiera  ella sabía adonde habían enviado a sus hijos varones. El único que mantenía contacto con ellos era Diablo, por lo que mi madre nunca más los vio después de cumplir ellos 4 y 5 años

Después de los 12 años tuve mis primeros arrebatos de pudor. Fue cuando mi primera menstruación y el crecimiento de mis senos. Trate de tapar con mis manos las partes intimas, pero el Amo me castigo con una dura varilla en mis manos, en especial mis dedos. Estuve varios días que parecía nunca mas iba a mover mis dedos. Desde momentos aprendí que una perra no tenia pudor y debía mostrar mi cuerpo naturalmente y que no podía usar mas ningún baño de la casa, que debería salir al jardín o el patio de tierra, hacer un hoyo en la tierra con mis manos y orinar y defecar ahí, para luego taparlo otra vez con mis mano. Solo podía bañarme cuando el Amo o quien designara abría un grifo de agua fría a menos de80 centímetrosdel suelo. Esa misma canilla la usaban para conectar una de las mangueras de riego.

A los 15 años ya tenía el cuerpo formado totalmente como mujer y llego el día que el Amo decidió ponerme su marca a fuego, igual a la que tenía mi madre.

Me ataron de pies y manos, como a una res, me colocaron un mordaza y estando inmovilizada por dos hombres de la hacienda, el propio Amo, acerco a mi muslo derecho, centímetros debajo de mi cadera  un hierro candente y lo estampo sobre mi cuerpo. Los que me tenían me soltaron y quede solo con las ataduras. Me retorcí de dolor, mis lágrimas caían a borbotones y mi mordaza ahogaba mis gritos de dolor.

Mi madre presencio inmutable la ceremonia, ese día la odie, pero luego con el tiempo la comprendí. Si bien yo era su hija, nacida de su propio vientre, amamantada por ella, sabía que su mayor fidelidad era con el Amo y Señor, a partir de ese momento de las dos. Cuando él lo decidió me desataron y permitió que mi madre, pusiera bálsamos que atenuaban el escozor en mi pierna. Mire mi pierna marcada y tenia casi un círculo con las iniciales del amo {AD}. El mismo símbolo que ostentaba en mi collar.

Con mi madre y por imposición del Amo teníamos prohibido una relación madre-hija, por lo a partir de ahora la nombrare como perra, su nombre. Seguí el aprendizaje día a día. Asistía a ver los castigos que el Amo infligía a sus esclavos, en especial a perra.

Como la ataban, la colgaban, velas e incluidos fisting. Al principio me causaban terror, pero viendo como perra disfrutaba me empezó a gustar.

Una vez mientras perra estaba atada sobre una equis de manera, el Amo, me tomo del collar y me llevo al baño. Me hizo tirar en una rincón y sacando se pene orino sobre mi cuerpo, cabeza y cara. Luego me hizo limpiar con mi lengua su pene. Fue la primera vez que mi boca alojo una pija. Ya para ese entonces dormía en el pabellón de esclavas. Había siete en total contando a “perra” y a mí. Cada una tenía una cama, separadas por 50 o60 centímetrosde la otra. Un baño general con 10 duchas y 6 con inodoro y bidet. Un jardín que rodeaba a una pileta donde estábamos casi todo el día en espera de la llamada del Amo.

De las siete que éramos había tres ya embarazadas. Uno por el Amo y las otras dos no de sabia por la innumerables reuniones de Amos y Amas a las concurríamos.

Casi todas las noches el Amo hacia ir a una y a veces dos esclavas a su recamara a veces para coger y otras veces para divertirse con ellas.

Yo aun, salvo el episodio del baño, conservaba mi virginidad. Un día le pregunte a “perra” que iría a hacer conmigo y me contesto que no sabia, porque según ella ya estaba lista para ser tomada por él. Que podía ser que en una subasta me vendiera al mejor postor, invocando mi virginidad. O también me haga participar en una orgia de Amos con el que más plata ponía por mí. Esa noche nos acostamos y al rato vinieron a buscar a mi madre para ir a la recamara del Amo.

Realmente me dio un poco de envidia que fuera no solo ella esa noche sino también las anteriores que llamaba a otras y a mi me tenían en cuenta. Pero por otro lado tenia miedo a que llegara ese momento, aunque seria mejor con el Amo, suponía yo, y no con cualquier Amo o esclavo desconocido.

Cerca de la mañana me levante con las demás esclavas y en ese momento llegaba mi madre de ver al Amo. Se la veía muy cansada y no quise preguntarle nada, además no me iba a contestar seguramente. Pero se veía que no había podido dormir nada, por las ojeras que tenia en su cara. Fue derecho a dormir en su cama, mientras la demás salíamos a los jardines. Era un día esplendido con un sol radiante que mantenía la temperatura del agua de la pileta.

Llegado el mediodía comimos lo habitual en esclavas cuidadas con esmero, por s alguna era vendida. Mucha vitamina y cereales con jugos de frutas. Mi madre seguía durmiendo y nadie oso en despertarla, porque ella tenía la experiencia y yo no, de una noche con el Amo.

Según ellas era una noche vertiginosa.