Naci esclava 12ª Parte y final

Por fin, la libertad

NACI ESCLAVA

12ª Y FINAL

Mis nervios y ansiedad iban en aumento a medida pasaba el tiempo de ese viernes. Igualmente seguí recibiendo machos durante todo el día, para no despertar sospechas. Sabia que al día siguiente me venderían si o si y eso me tenia mal y apurada por huir. Si pasaba ese viernes, seguro el sábado era vendida y vaya a saber cual seria mi destino, perdiendo todo contacto y esperanza de reencontrarme con mi familia.

A las 22 hs aun tenía machos que venían y yo seguía atendiendo. Cerca estaba ya de la 0,30 cuando cayó uno. Sabía que si lo atendía tenía la posibilidad de perder el viaje. Entro y lo hice sentar en el suelo sobre la paja. Salí unos minutos de la choza y volví con un grueso palo escondido en mi mano detrás de mi cuerpo.

Lo atendí mimosamente con unos besos en los labios y cuando se confió, descargue sobre su cabeza el golpe. Cayo redondo al suelo. Lo mire como pidiéndole perdón, pero era él o mi fuga.

Comencé a caminar primero a fin de evitar sospechas rumbo al rio. Luego entre a correr, mirando dos pisaba, dando saltos en los lugares peligrosos. Sentí la sirena de alarma por algún escape y pensé que no le habría pegado mucho si ya reacciono.

Eso sirena me hizo redoblar mis esfuerzos por correr, que gracias a mis semanas de poni habían fortalecido mis piernas y mi aguante físico total. Escuche los perros ladrar y los gritos de perseguidores, cuando llegaba ya a la orilla. Así como venia corriendo me tire al agua sin calcular la orilla. Comencé a nadar hacia el centro del rio, cuando sentí la lancha del abuelo que se acercaba. En tanto los perros y los perseguidores llegaban a la orilla.

El abuelo no me hizo subir al bote, me dio un junco y que mantuviera en el agua agarrada al bote desde el lado que no se veía desde la playa.

JEFE: oye abuelo, has visto a alguien en el rio?

ABUELO: no, recién salgo del muelle y no encontré a nadie. Que paso se escapo alguien.

JEFE: si, la misma de la vez pasada, esa perla

ABUELO: que barbaridad, no escarmentó con los castigos.

JEFE: fíjate si la ves, agárrala y tráela, que estas ves la escarmentaremos nosotros. Allá viene la lancha de vigilancia, nosotros buscaremos por acá.

ABUELO: bien, hasta luego.

El abuelo siguió adelante, en tanto la lancha se acercaba.

ABUELO: sumérgete perla y respira con el junco, trata de ponerte abajo del bote y no salgas hasta que la lancha se vaya.

Así lo hice acomodando el junco de forma no se viera.

MARINERO: alto abuelo.

El abuelo para la embarcación, mientras la otra se acercaba por babor. Uno de ellos subió al bote y reviso todos en especial adonde había unas bolsas vacía de arpillera y podía estar debajo de ellas.

MARINERO: no hay nada? Bien, vuelve acá e iremos a rastrear mas abajo en el rio. Capaz esta en tierra o no escapo y esta con alguno entre los arboles cogiendo. Abuelo si la ves agárrala y el Amo te recompensara.

ABUELO: ok, seguiré atento, pero ya estoy casi en destino.

Estaba aterida de frio tratando no se viera el junco y no me vieran.

Cuando la lancha se alejo el abuelo me hizo subir, cuando yo saque mi cabeza afuera del agua. Subí al bote temblando de frio, mis labios temblaban.

ABUELO: tírate en el suelo y tapate con esa bolsas de arpillera que estas helada, pronto llegaremos al punto de contacto.

PERLA: gracias abuelo, joel estará en el punto de contacto.

ABUELO: seguro, ahí ya no hay peligro. Los pocos que han logrado huir viven en el poblado y trabajan ahí libremente.

Tapada con la bolsas atenué un poco el frio que tenia, sin sacar la cabeza de debajo de las bolsas.

ABUELO: bueno niña estas a salvo, espera que atraque bien y bajamos.

Me pare mirando la costa de la libertad en medio de lágrimas silenciosas que surcaban mi rostro. El abuelo tomo una botella que había en el suelo y me ayudo a pisar tierra firme. Una vez en tierra mire hacia todos lado y no había nadie, mientras el abuelo tiraba el liquido de la botella dentro del bote y encendía un fosforo, provocando enseguida el incendio del bote. Corrimos mas hacia adentro y vi acercaba un coche viejo haciendo luces con sus focos delanteros.

ABUELO: perla, ahí esta joel, justo a tiempo.

Cuando vi su figura bajar del coche, corrí desesperada hacia él, quien abría sus brazos para recibirme. Nos abrazamos y besamos con desesperación.

PERLA: amor, por fin juntos. Creí nunca iba a llegar este momento.

JOEL: te dije que no iba a descansar hasta traerte acá. Toma pinte esta ropa.

Me dio un pantalón vaquero, una blusa y un pullover, me vestí y todo me quedaba un poco justo. Luego una campera, que se notaba era de él, porque me sobraba por todos lados.

El abuelo se había sentado, mientras tanto, se había sentado al volante del coche, esperándonos a nosotros.

PERLA: y los chicos y mi madre. Supe por el abuelo que se llamaba elena

JOEL: si, así se llama. En cuanto a los chicos están muy bien. Les dije que hoy posiblemente traería a su mamá, así que deben estar esperando.

PERLA: te agradezco haberlos criado durante este tiempo joel. Te agradezco tanto

JOEL: no me agradezcas nada, también son mis hijos si su madre es mía no?

PERLA: si amor, tuya por siempre.

Subimos en la parte de atrás del coche y el coche arranco manejado por el abuelo que cantaba viejas canciones, mientras nosotros no besábamos constantemente.

Llegamos a una casa, bien cuidada. Apenas paramos se abrió la puerta y aparecieron corriendo cinco criaturas al grito de mamá, que me emociono hasta las lágrimas. Me puse de rodillas y los abrace y bese largamente a cada uno de ellos y luego a todos juntos, bajo la mirada de joel.

Levante la mirada y unos metros mas atrás estaba ella, mi madre, elena esperando poder abrazarse conmigo. Me pare y corrí hacia ella. Nos fundimos en un abrazo y miles de besos.

ELENA: por fin libres hija. Bienvenida a tu hogar, tienes unos hijos hermosos y un marido que siempre pensaba como sacarte de ahí.

PERLA: gracias madre, Uds. y joel eran el sostén para seguir resistiendo allá. Supe por el abuelo que te llamabas elena, hermoso nombre madre.

ELENA: si, así es, pero pasa y conoce tu casa.

Entre y me encontré con una casa muy acogedora, hermosa y grande. Vieja pero bien cuidada. Una amplia cocina y baño, un comedor. Y una habitación con cama matrimonial, otra con cuatro camitas, para las nenas, una para el niño y dos mas una para mi madre y otra para el abuelo, que se iba a quedar definitivamente con nosotros. Llore de felicidad abrazada a joel.

Luego de un largo rato, los chicos fueron a dormir. Nosotros estábamos tan alterados que no podíamos dormir, ninguno de los cuatro.

Al medio día luego del almuerzo

ABUELO: bueno elena tenemos que ir a pasear con los chicos en el coche.

ELENA: si, así ellos descansan un poco

ABUELO:  Descansar , si jajaja

Se marcharon todos, pese que los chicos querían quedarse conmigo, pero entre mi madre y el abuelo los convencieron y salieron en coche. Quedamos los dos solos, mirándonos a los ojos.

JOEL: no sabes como te amo y extrañe amor.

PERLA: y yo, joel, soportando día a día a tipos, pensando solo en ti.

Nos besamos en medio del comedor, luego me levanto en sus brazos y besándome me llevo al dormitorio. Supe que había llegado el momento de ser feliz y libre. Ni que decir que los nueve meses nació mi sexto hijo, varón