My host father, el macho que me estrenó VII

Otro polvazo con mi "padre"

Después de la corrida en la ducha, el recuerdo que tengo es un maremágnum de piernas, brazos, pollas, besos…me follaron otra vez todos y cada uno de ellos, mi host father fue el primero, después Calvin enamorándome con sus estocadas y Bruce con su potencia, para acabar de nuevo con el pollón de John que me sumergió en una sensación de placer continuo.

Creo que perdí el sentido porque el siguiente recuerdo que tengo es estar en mi casa, en mi cama, con el pijama puesto y recién duchado. Después me enteré que había sido Trey el que me había ayudado a hacerlo sin que Candace se diera cuenta de nada.

Obviamente al día siguiente en la High School parecía un zombie, iba de un lado a otro como un autómata…apenas había dormido y me había pasado toda la noche follando, normal que estuviera exhausto, pero no lo suficiente para escaparme con Billy a uno de los lavabos para morrearnos y refregarnos los paquetes duros como piedras. Poco después lo vi agarrado a su novia pegándole un morreo de escándalo y me puse palote imaginando que entre los dos me hacían un sándwich…Me gustó pensar que un buen par de tetas me seguían poniendo, seguía con ese universo de posibilidades ante mí.

Al acabar las clases, en vez de volver a casa en autobús como solía hacer, decidí dar un paseo. Necesitaba un poco de tranquilidad después del día anterior en el que no había parado de follar. Caminé sin rumbo durante una hora, hasta que decidí volver a casa. Me apetecía una ducha e irme a dormir pronto.

Enfilé el camino y cuando estaba a una manzana una furgoneta se paró a mi lado y oí un “Hey boy”…levanté la vista y era Trey que me llamaba haciéndome señas para que me subiera a la furgoneta. Una vez lo hice me pegó un muerdo de escándalo y puso mi mano en su paquete. Empezó a conducir mientras yo pasaba mi mano por el contorno de ese rabazo que ya estaba duro como una piedra y manado lefa que empapaba el vaquero de mi “padre”. Mientras él gemía y hablaba de la noche anterior.

“It was a great night boy, you made me proud fucking like a champion, but don’t forget: you are mine, even if sometimes I want to share you with some friends”.

“Fue una gran noche chico, me sentí orgulloso de ti follando como un campeón, pero no lo olvides: tú eres mío, incluso si a veces quiero compartirte con algunos amigos”.

Parecía que llegábamos a casa, pero no paró, estuvo conduciendo unos minutos más hasta que salimos de la urbanización y nos adentramos en una carretera rural primero y después por un camino de tierra que se adentraba en el bosque.

Cuando paró la furgoneta se abalanzó sobre mí morreándome como un poseso, follando su boca con su lengua e inundándome con su saliva mientras gemía “my boy” repetidamente. Sus manos y las mías no estaban quietas, él ya las tenía dentro de mi pantalón amasando mi culazo, mientras yo estaba luchando para sacar su monstruo por la bragueta.

Paramos y nos desnudamos como pudimos dentro de la furgoneta. En cuanto se quedó desnudo empecé a comerle los pezones y a lamer sus pectorales hiper desarrollados y tapizados de vello rubio. Me volvía loco ese hombre.

Él a su vez, no paraba de gemir mientras intentaba empujar mi cabeza hacia su polla. Yo no me resistí mucho y en cuanto su capullazo rozó mis labios, gruñó satisfecho. Se sentó en el asiento del copiloto y yo me puse de rodillas para poder hacerle una mamada en condiciones. Me la tragué de una tacada, sus 20cm se alojaron en mi garganta y su vello púbico me hacía cosquillas en la nariz. Él se movía hacia arriba intentando follarme la boca y yo me retiraba lo justo para no desalojar ese trabuco de mi garganta. Mis babas caían por sus muslos y tanto él como yo empezábamos a sudar como cerdos.

Estuve follando su polla con mi boca durante un buen rato. Cuando me la sacaba de la garganta, le pasaba la legua por su capullo y repasaba de arriba abajo el tronco que estaba duro como una piedra, pero que también palpitaba y corcoveaba con vida propia. Trey gemía y se agitaba con cada movimiento nuevo de mi boca, lo tenía a mi merced y me encantaba.

Me cansé de jugar con su rabo y empecé a deslizar mi lengua por sus huevazos, hasta llegar al perineo. Él entendió que quería trabajarle el culazo y levantó sus piernas subiendo las rodillas hasta el pecho dejando su agujero a mi disposición. Tenía ganas de hacerle una buena comida de culo, a ver si me dejaba volver a follarlo de nuevo. Tiré un par de lapos en su ojete y me lancé como un cachorro hambriento. Lamí, escupí y repasé con mi legua ese agujero que boqueaba, hasta que metí mi lengua dentro y empecé a follarlo. Su rabo seguía duro y manado lefa que rebosaba por su tronco mientras se pajeaba con una mano y con la otra sujetaba mi cabeza para que no la separara de su culo. Cada vez gemía más fuerte y se agitaba como un loco, estaba disfrutando como un cerdo.

Como pude me incorporé escupí en mi capullo y apunté hacia ese hoyo que me había trabajado. Me lo había currado y quería mi recompensa. Al rozarlo con mi polla abrió los ojos pero no se movió, parecía que me autorizara a follármelo y eso hice, se la clavé de golpe y él aulló de placer y dolor pero no hizo nada para que se la sacara.

Me comporté con él tan cabrón como él se comportaba conmigo, pero lo cierto es que si hubiera querido ser considerado y tierno tampoco creo que hubiera podido. Ese culo duro y peludo que me apretaba con ganas me volvía loco, y desde el principio le estuve dando fuerte y duro. La furgoneta se bamboleaba al ritmo que yo marcaba y Trey se retorcía de placer gimiendo como una perra.

Me abrazó y caí sobre él. Nuestros cuerpos se rozaban empapados en sudor y nos comíamos la boca muy cerdos sumergidos en nuestro placer. Trey sujetaba mis nalgas intentando que le llegara lo más hondo posible mientras yo seguía dándole con ganas. Lo estaba taladrando a base de bien y mi machazo estaba completamente entregado a mi pollón que babeaba como un cabrón lubricando el culazo de mi “host father”. Mi orgasmo estaba cerca y mi polla se hinchó a punto de soltar trallazos de semen. Trey lo notó y me empujó fuera de su culo. “In my mouth” me dijo.

Subí como pude aguatando la corrida y al entrar en su boca empecé a soltar leche mientras él jugaba con su lengua. Yo daba alaridos de placer y él tragaba leche como un cabrón entregado. Cuando acabé, me incliné sobre él para besarlo. Intercambiamos mi semen jugando con nuestras lenguas dándonos un morreo muy guarro. Me separó y escupió en su mano para lubricarse el trabuco. Sabía que me tocaba a mí y que tenía que volver a comportarme como un campeón, mi hombre se lo merecía, se había comportado de primera y ahora le tocaba cobrar su premio.

Salimos de la furgoneta en pelotas. Me dio la vuelta y me hizo apoyarme en la furgoneta mientras se pegaba a mi espalda y pasaba su pollón por la raja de mi culo.

Me estaba abrazando y besando mi cuello cuando él también me la clavó de golpe. “It’s my turn, bitch”.

Empezó como yo: a saco, inmisericorde, reventando mi ojete como yo había reventado el suyo. Me tomó por la cadera y siguió embistiendo fuerte, muy fuerte, llegando más hondo que nunca. Me estaba follando a base de bien se estaba saciando con mi cuerpo, martilleándome con su badajo, mientras gritábamos de placer en medio del bosque. Me embestía desde abajo y con cada embestida me elevaba separando mis pies del suelo. Así estuvo un buen rato hasta que salió de mí, me dio la vuelta y me alzó a pulso apoyando mi espalda en la furgoneta para volver a meterme el rabazo y empezar a besarme como un poseso mientras recuperaba el ritmo de la enculada.

Era alucinante la tremenda clavada que me estaba pegando. No dejábamos de morrearnos sumidos en el placer más infinito. Empezó a darme aún más fuerte y más rápido, hasta que una marea de leche manó de su trabuco inundando mi culo, fue sentir eso y volví a correrme sin tocarme mientras no dejábamos de besarnos.

Buah, que follada, pero es que con Trey cada polvo era de antología.

Salió de mí sin dejar de besarme. Ahora era más tierno…casi diría que cariñoso, pasaba sus dedos por mi rostro, acariciaba mi pelo sudado, me besaba en la frente mientras murmuraba: “my beautiful boy”.

Nos aseamos como pudimos para volver a casa. Todo el trayecto lo pasó rodeando mis hombros con un brazo mientras conducía…y yo tenía la mano dentro de sus pantalones, masajeando su polla que volvía a pedir guerra.