Muy Zorra... El inicio (1/3)

El relato trata sobre un jovencito que me llegó al limite. La intensidad de relato ira subiendo según se avanza.

Mi nombre es Celeste, físicamente para la edad que tengo estoy bastante bien. Mi cabello es largo y negro, los que me conocen dicen que tengo una bella sonrisa,mis pechos son grandes sin ser exagerados, acompañados por unos pezones relativamente pequeños, que al estar excitada se ponen paraditos. Además, tengo una cintura pequeña, que ayuda, a que mis curvas se vean más pronunciadas, mi trasero, muchos lo describen perfecto, grandecito y con forma de melocotón, sin olvidar unas piernas largas y el grueso justo. Tengo una relación con Antonio, desde hace cinco años. Él es una persona muy liberal, con un cuerpo muy atlético, pues es amante de los deportes, sin olvidar su exquisito pene con un tamaño y grueso superior al promedio. Nuestra relación, siempre ha sido muy intensa. Él siempre me ha impulsado a que sea más atrevida, con otros hombres, sin embargo, siempre me he negado, tal vez por miedo a cambiar nuestra relación o por medio a experimentar algo que podría gustarme más de lo debido.

Para las vacaciones de fin de año, mi novio y yo decidimos pasar un fin de semana, en un lujoso hotel de playa; el 31 en el baile de año nuevo, mientras mi novio fue por unas bebidas, un chico joven y bastante atractivo, me invitó a bailar, lo cual acepté sin pensarlo dos veces, estuvimos bailando por unos minutos y luego regresé con mi novio.

Antonio, como era de esperar, me pregunto por el chico, que si lo encontraba guapo y si había sido atrevido. Yo le respondí, que, si era guapo pero que era muy joven, además de que había sido muy respetuoso. Él me dijo, que estaba casi seguro de que el joven volvería a invitarme a bailar y que, si lo hacía, que fuera muy atrevida. Más avanzada la noche, Antonio, nuevamente fue por bebidas y el joven no tardó en aproximarse donde estaba para que fuéramos a bailar. En la pista, comencé a bailar lo más sexi posible, sin pasarme de vulgar; rápidamente el chico tomó confianza y comenzó a tocar mis nalgas mientras bailaba, cada vez con más descaro, al ver que yo no ponía objeciones. Dado que me estaba comenzando a excitar más de lo permitido, le indique que después continuamos.

Antonio: ¿Te excito el chico?

Celeste: Si, pero él también y por lo que pude sentir, tiene un instrumento casi igual que grande que el tuyo.

Antonio: Si en este momento, vas a los servicios sanitarios que están más retirados (por el Spa), estoy seguro de que el chico te seguirá.

Yo sonrío, pero tenía mis dudas de hacerlo, pese a que el chico realmente me había gustado, no obstante, Antonio me indico, recuerda que confió plenamente en ti y que no tengo problemas en que hagas cosas atrevidas siempre y cuando no asumas riesgos innecesarios. Volví a sonreír, respiré hondo y caminé a los servicios sanitarios recomendados por mi novio. Tal y como lo predijo mi novio, una vez que salí de los baños, el chico estaba esperándome y me invito a conversar, en unas sillas, aun más retiradas de donde estábamos. Estuvimos conversando, luego comenzamos a besarnos y posteriormente, comenzó a tocar mis tetas y cuando me di cuenta, estaba chupando con gran maestría mis tetas. Tenia curiosidad, por saber, si Antonio, nos estaba mirando, pero, estaba muy oscuro y no podía ver con claridad. El chico me comenzó a insistir que deseaba que le diera una mamada, al principio me negué, pero dado que seguía insistiendo, sin dejar de besar y acariciar mis tetas y tocar mis nalgadas; la excitación me terminó ganado.

Celeste: Tu ganas; te voy a complacer, pero primero dime tu nombre.

El Chico: Me llamó Fabio y sabia que me ibas a terminar complaciendo.

Celeste: Mucho gusto Fabio, veamos que tenemos dentro de tus pantalones.

Fabio, se puso de pie, frente a mi y bajo sus pantalones de tela, para que contemplara su pene totalmente erecto. No lo pensé dos veces y lo llevé a mi boca para comenzar una mamada. Fabio comenzó a marcar el ritmo de la mamada poniendo su mano sobre mi cabeza. Fabio me indico que iba a correrse muy tarde, por lo que, al intentar sacar su pene de mi boca, el semen cayó sobre mi cara, cuello y tetas. Me limpie la corrida con el brassier que había quedado en el suelo, conversé unos minutos más con Fabio y él comenzó a insistir que fuéramos a su habitación, pero me negué rotundamente, al despedirnos le prometí que tal vez otro día, aceptaría su invitación de ir a su habitación.

Al regresar a mi habitación, Antonio me esperaba, me pidió detalles de todo lo que sucedido. Antonio se mostraba muy emocionado por lo que le contaba y no tardamos en comenzar a follar. Mientras follabamos, Antonio me preguntaba: ¿Quieres que el chico te chupe las tetas? ¿quieres que el chico te de sexo oral? Yo respondía Siii.

Al día siguiente, durante el almuerzo, le confesé a Antonio, que tenía muchas ganas de follar con el chico, pero que desistí, pues no quería ir a la habitación de Fabio, pues él andaba con dos amigos más y podrían llegar en cualquier momento y que tampoco me gustaba la idea de follar al aire libre. Antonio, me respondió, que los chicos normalmente se ponen de acuerdo, en esas situaciones, donde van a llevar una chica a la habitación. En otras palabras, Antonio, sutilmente seguía motivando mi deseo de ser infiel con ese  chico, bastante más joven que yo. En la noche, cuando nos alistábamos para bajar a cenar, Antonio me dijo: Celeste ponte ropa bien sexi y recuerda que tienes mi permiso para hacer todo lo que desees con ese chico, con la única condición que después debes contarme todo con lujo de detalles. Además, recuerda, que probablemente nunca lo vuelvas a ver, una vez que salgamos del hotel. Yo le confesé, que me daba mucho morbo, pensar que un chico tan joven se mostrara interesado en mi.

Dado que soy una chica obediente decidí vestirme con la parte de arriba de un traje de baño, un hilo negro trasparente y un falda corta con una abertura a un lado. Durante la cena, vimos dos chicos que reiterativamente se me quedaban mirando. Antonio, me dijo; esos deben ser los amigos de Fabio y sin duda, él les contó la mamada que le diste. Al rato, llegó Fabio y confirmo el comentario de Antonio, dado que se sentó en la mesa con los dos chicos. Antonio, terminó de cenar, me trajo un postre y me dijo: Mucha suerte y sin darme tiempo de reaccionar se fue y me dejo sola con el postre. Como era de esperar, los tres chicos no tardaron en sentarse en mi mesa. Los dos amigos, se llaman Oscar y David. David tiene 24 años y Oscar y Fabio 23 años. David sin duda es el más atrevido del grupo y Oscar es más tierno y aparentemente el mejor dotado, pese a que ya había conocido el miembro de Fabio y sin duda estaba por encima del promedio, muy similar a mi novio. La conversación con los tres fue muy amena y divertida con las historias que contaban. Igualmente, no pudieron faltar las preguntas sobre sexo. ¿Cuándo perdí mi virginidad? ¿has tenido sexo con alguien mayor o menor que tu? ¿harías un trio?¿cuáles son tus fantasías eróticas?

Al rato, Fabio me dijo que fuéramos a caminar. Fuimos a un sitio más privado, donde comenzó a besarme y tocarme las nalgas, subiendo mi nalga a mi cintura. En un momento dado, quede de espaldas a él. Fabio siguió besándome, pero llevó sus manos a mis tetas y comenzó a darle un masaje y a pellizcar mis pezones sobre la tela, lo cual me encantó.

Fabio: Quiero ir a mi habitación.

Celeste: ¿Qué pasa si llegan tus amigos?

Fabio: Les damos un espectáculo ja ja ja

Fabio: Ellos saben que vamos a ir y no van a llegar hasta mas tarde o cuando yo les avise.

Celeste: Vamos…

En el trayecto a la habitación, Fabio no me quito las manos de encima. Yo estaba un poco nerviosa y muy excitada. Al llegar a la habitación, nos besamos, yo le pedí el servicio sanitario. Al salir, Fabio, había quedado solamente con un boxer. Realmente, tenia un cuerpo espectacular. Me volvió a besar, me quito la falta justo en la entrada del baño, me levanto en sus brazos y me llevo a su cama que estaba justamente al otro extremo de la habitación. Me comenzó a besar las tetas y a pasar sus dedos por mi coño. Luego me pidió que le hiciera una mamada y posteriormente follamos en varias posiciones, me hizo tener varios orgasmos. El chico resulto ser una maquina pues me estuvo penetrando por un largo rato, además de que al correrse rápidamente su pene estaba nuevamente duro. Me daba nalgadas y me decía frases obscenas, me jalaba el cabello. Mientras lo hacíamos en la posición de perrito o de 4 como le quieran llamar, tomo mi pelo y lo jalaba para delante y para atrás, haciendo ruidos como si estuviera montando una yegua. También quería sexo anal pero no me negué.

(En la segunda parte del relato, tendrán más detalles de esta noche de sexo)

Cuando por fin, mi semental se cansó, nos quedamos conversando desnudos en la cama. Fabio me pidió el número de teléfono, yo le pedí el teléfono lo apunté y me grabé como Zorra. A lo cual él sonrió de forma maliciosa. De pronto la puerta se abrió y los dos amigos entraron; yo me quedé congelada por unos instantes y me senté  sobre la cama. Ellos se pusieron a conversar sin dejar de verme. Rápidamente les dije que debía irme. Recordé las palabras de Antonio, donde me decía que nunca los volvería a ver, así que, me puso en brassier y el hilo que estaban cerca de la cama y caminé lo mas normal posible, hacia donde sabía que estaba la falda, me la puse, fui donde Fabio, lo besé, le dije gracias y le di un beso a cada chico y sali de la habitación. La cara de los chicos al verme, caminar casi desnuda para la habitación, jamás la olvidaré. Al llegar a mi habitación, Antonio estaba como un niño pequeño esperando su regalo. Solo le dijé que disfrute mucho con Fabio y le había dado mi número pues si me escribía para follar le diría que si y que mañana lo compensaría pues estaba agotada de follar, pues lo habíamos hecho literalmente sin parar por unas

dos o tres horas.