Muy pequeña zorrita (5 - Final)

Imagino que algun dia me tenia que pasar algo como esto, era de esperarse siendo tan puta como soy.

Me recuerdan soy Anabel y este es mi ultimo relato de la serie de muy pequeña zorrita, lo cual me pone muy triste, fue muy rico recordar mis años de niña putita, pues aunque ahora sigo gozando del sexo, no es lo mismo ya siendo una mujer. Adoraba como los hombres me deseaban a escondidas con lujuria, ahora lo hacen abiertamente. Ser una muy pequeña zorrita tiene sus ventajas pues se podía conseguir de los hombres todo y por temor a ser descubiertos podían hacer lo que una quisiera, pero bueno el objetivo es hacerlos gozar . Tal vez ahora me dedique a narrar otras anécdotas en otras series, pues he disfrutado mucho hacerlo. Bueno comencemos.

Después de Lo de Karla, que fue muy doloroso, seguí con mi hermano y mi amigo. Después de ese comienzo que tuvo Karina no le costo trabajo conseguir más hombres y pronto se convirtió en una ardiente travesti y conseguía muchos hombres. Mi hermano me encantaba y fue uno de mis más grande placeres hasta que yo cumplí los 18 años. A esa edad mis senos ya estaban algo desarrollados, la verdad bastante para mi edad, pues siempre han sido grandes y mi cuerpo ya atraía la atención de cualquier hombre. Fue la primera vez que tuve un novio, se llamaba Gerardo, y con él viví una de las aventuras más cachondas, lujuriosas y a la vez espantosas que puede vivir una mujer. Yo para esas fechas ya había tenido relaciones sexuales con más de 25 hombres y dos mujeres aparte de Karla. Me imagino que era cuestión de tiempo para que a una zorra como yo le pasara algo así.

Una tarde de miércoles que recuerdo perfectamente llegó mi novio a mi casa en el auto de su papá. Yo estaba de lo más caliente pues mi hermano no estaba y el tenía familia en su casa, así que no había podido coger con Oscar y no habíamos podido usar su casa para coger Gerardo y yo. Esa tarde me propuse revelarle un secreto. Me Salí de mi casa después de comer, como alas cuatro de la tarde.

Fuimos a comprar un helado y no dejábamos de hablar de sexo. Fue cuando le conté sobre un lugar muy solo que yo conocía en el fraccionamiento. (Me lo había enseñado un amigo con el que lo hice). El lugar estaba al final del fraccionamiento, apenas y había algunas casa lejos y en otra zona cercana apenas construían casas. Entramos en la calle que era una tremenda bajada y cuando la pendiente se terminaba el camino se cerraba y los árboles no dejaban que se viera nada, y alrededor no había nada, era perfecto.

En cuanto paramos el auto nos empezamos a besar y empezamos a cachondear. Nos pasamos al asiento de atrás y él me empezó a desnudar, primero la falda de la escuela y luego la blusa, así que me quede en bragas y zapatos de la secundaría (estaba en tercero) Yo ya estaba muy urgida y de inmediato le saqué la playera y le desabroché los pantalones. Tomé esa rica verga de mi novio que ya estaba en la universidad (Tenía 18 años) y comencé a masturbarlo, pero para ser sincera no duré mucho, pues no aguante las ganas de meterme esa verga en la boca. Así que él se levantó un poco y yo me recosté boca arriba en el asiento, me tragué esa vargota y comencé a hacer lo mió, mientras me dedeaba mi vagina bajo las bragas.

Yo estaba muy divertida en lo mió cuando mi novio me sacó la verga de la boca de un jalón, al principio creí que me la quería meter , pero el trató de brincar al asiento de adelante y fue cuando escuche la puerta abrirse. Me levanté y me di cuenta de que lo que él quería era bajar el seguro de su puerta antes de que uno de los siete hombres que estaban fuera viéndonos lograra abrirla.

Me espante mucho y empecé a gritar, de inmediato y sin saber como me metí la falda de la escuela. Ellos estaban gritando y riéndose. – creyeron que nadie los iba a encontrar aquí cachondos.- Dijo uno de los hombres, eran jóvenes de unos 25 a 30 años. Dos entraron al auto y sacaron a mi novio a jalones. Él empezó a gritar y se aferro del auto tan duro que para sacarlo tuvieron que jalarlo cuatro. – Cierra.- Me gritó, pero dos hombres del grupo ya estaban sobre el auto y sobre mí. No alcancé a ponerme la blusa, así que me sacaron en brasiere, la falda ya la traía.

En cuanto salí del auto todo comenzaron a gritar y a chiflar una sarta de vulgaridades que de no ser por el miedo que tenía me hubieran puesto cachonda de inmediato.

Trae a la puta mama vergas.

Miren el culito que nos vamos a coger.- Dijo otro.

Mi novio no paraba de gritar y vi que otros muchachos con lo que parecían unos cables o algo así lo amarraban a la defensa de una combi (camioneta para los de otros países que no se si saben lo que es) que era en la que venían. Abrieron la puerta de atrás de la combi y me aventaron dentro, mas o menos, porque luego me jalaron las piernas y me dejaron con el culito de fuera. Me bajaron la falda mientras yo gritaba como loca que me soltaran. Empecé a sentir como un montón de manos sobaban mi culo sobre las bragas y luego sobre mi abdomen y mis pechos. En ese momento sin dejar de sentir un miedo horrible, me empecé a excitar como una loca. Seguía gritando y pidiendo ayuda, lagrimas se escurrían por mi carita, pero eso no quitaba el hecho que mi vagina empezara a lubricar como si mi novio fuera el que me la estuviera metiendo. Yo seguí escuchando los gritos de mi novio y eso me excitaba más, cada vez mi lujuria iba en aumento.

Sentí un tirón para bajarme las bragas y esas manos sobre mi culo. Un dedo se insertó en mi hoyito y le excitación fue total, ahora lloraba de placer y deseo y seguía pidiendo ayuda, tal vez sólo porque eso me excitaba más. Me iban a violar, y así fue. Sentí como una verga me abrió y penetró en mi vagina, comenzó a bombear como un animal, debió ser una verga descomunal, pues me daba un placer extremo que se reflejaba en mis gemidos que de vez en cuando cortaban mi llanto. Alguien comenzó a tirar de la parte trasera de mi bra y la soltaba para que me golpeara la espalda como si eso lo excitara, y no se si a él, pero después de un rato ese dolor del resorte de mi bra sobre mi piel empezó a gustarme, giré la cabeza y vi que se masturbaba mientras hacia eso. Otro llegó y se sentó justo en la entrada de la combi, que era donde yo estaba recargada y se bajó el pantalón.

Chúpamela o te rompo el hocico puta.- Creo que al escuchar eso tuve el primer orgasmo de los muchos de esa tarde. Yo con lagrimas en mis ojitos y gimiendo y gritando a la vez, pues esos locos me nalgueaban durísimo y me pellizcaban, me metí ese miembro a la boca y comencé a chupara lo más rico que pude para darle placer a mi poseedor, pues eso es lo que era.- Así cabrona. Pinché puta mama pitos, eres una perra asquerosa.- Yo la verdad no quería que dejara de gritarme, ya me tenía tan caliente que me dediqué a hacerle una de las mejores mamadas que he dado en mi vida.- Degusta maldita puta, chupa hasta que me corra en tu puta boca, y más te vale que te lo tragues todo.

De pronto y sin aviso alguno sentí un tremendo dolor en mi hoyito. Uno de esos perros me la metió completa en el ano y sin antes lubricarme o lubricarse un poquito. No espero ni un segundo y ya estaba que bombeaba como si se quisiera correr de inmediato, pero poco tiempo paso para que ese dolor se convirtiera en gozo inmenso.

¡Tráela para acá¡- Gritó alguien. Me tomaron como un bulto y me aventaron a la calle. Caí sobre una manta que estaba en la carretera, y como traté de incorporarme uno de ellos me volteó una cachetada que me hizo quedarme de rodillas, eso si no me gustó para nada y sentí miedo de nuevo. Como quedé de rodillas ese mismo tipo que era muy alto y de cabello muy rubio, se sacó una impresionante verga del pantalón, jamás y con todos los penes que he visto en mi vida e vuelto a ver uno tan grande y gordo, era de más de unos 23 cm. de largo. Me la metió en la boca y casi vomitó, pues se metió hasta la garganta.

Mira perrita.- Me dijo. Me voy a mover por toda la manta y si por algún motivo el que sea mi verga se sale de tu puta boca, te pongo una paliza como no te han dado.- Se empezó a mover hacia a tras y ahí voy yo de rodillas siguiéndolo tratando de que su verga no se salga de la boca, si era verdad que no quería que me pegaran, pero tampoco quería sentir esa verga fuera de mí, así que un rato estuve dando vueltas de rodillas dándole sexo oral a este perro, mientras todo los demás me gritaban obscenidades y me movían la cabeza. Mi novio no paraba de gritar que me dejaran y de vez en cuando uno de ellos iba y le daba una patada.- Bueno perrita ya te la puedes sacar.

Nada más estuvo la verga afuera y tres se me echaron encima uno se recostó y los otros me cargaron y me pusieron montada sobre el, al sentir esa verga en mi vagina el miedo se fue de nuevo y regreso el placer, pero luego me empezaron a dar nalgadas y uno me agachó y se dispuso a penetrarme por el ano, era el que me hizo caminar de rodilla, yo aguante la respiración pues sabía que tremenda verga en mi hoyito no lubricado dolería hasta el alma. La ensartó de un golpe y yo solté un gritó que no sé como nadie escuchó, el placer era mortal y luego otros dos se acercaron, se arrodillaron y comenzaron a meter sus vergas en mi boca, me rompieron el bra y empezaron a aplastar mis tetas hasta que yo gritaba de dolor y excitación, cuando yo gritaba se reían y me retacaban sus vergas en la boca, primero me la metía uno y bombeaba y la mamaba un poco y luego la sacaba y la metía el otro, eran unas vergas deliciosas y circuncidadas, que me mataban de excitación, así estuvieron un rato hasta que se dieron cuenta de que sus dos penes cabían muy bien en mi boquita. El que me cogía por detrás no dejaba de darme unas tremendas nalgadas e insultarme.

Mi novio no dejaba de gritar y mejor no lo hubiera hecho. Los tres que estaban viendo, pues cuatro me penetraban por donde podían, fueron hacía el y le empezaron a pegar, luego a insultarlo. Lo desamarraron y le dijeron.

Par que no grites tanto de envidia te vamos a dar a ti lo tuyo.- A fuerza de golpes lo desnudaron y lo pusieron baca abajo sobre el cofre de su auto.- Ahora si grita puto.- Dijo uno y le metieron el pene en su ano, soltó un grito de miedo y dolor y luego los otros dos también lo violaron.- Mira puta como nos cogemos a tu novio.- La verdad me excitaba escuchar sus gemidos de placer o dolor. Así nos estuvieron cogiendo un buen rato. Todos nos penetraron por todos lado, a él todos lo violaron y a mí todos me la metieron en la boca, la vagina y el ano.- ¿Cuántos años tienes perrita?

18.- dije sacándome una verga de la boca.- Eres una súper perrita.

Luego me tiraron boca arriba y uno se monto en mi y me hizo que le chupara todo el pecho mientras me cogía, otro empezó a meter los dedos por mi hoyito, que fue muy rico, según decía me alcanzó a meter cuatro. El que me cogía fue el primero en venirse, me la sacó y me embarró todo el abdomen y los pechos, que ya tenía súper rojos, incluso un poco de su semen me cayó hasta la cara. Y en cuanto terminó ya tenía otra verga dentro. Me volteaban y me manejaban a su antojo mientras yo pedía a gritos que me dejaran y en silencio que no se detuvieran. Luego se acercó uno que se estaba cogiendo a mi novio y se venía masturbando, justo cuando llego a mi cara soltó toda su leche sobre mi y las vergas que me estaba comiendo. En ese momento creo que tuve mi quinto orgasmo y el más fuerte de todos, pues la verga que tenía dentro de mi rajita era la del güero que me arrodilló. Justo en ese momento un pene explotó dentro de mi boca y como tenía dos, no pude tragar y salio todo sobre mi cara, ya la tenía totalmente empapada. El güero termino dentro de mí y luego me voltearon y otra vez por mis dos orificios, calculo que todos se corrieron dos veces sino es que unos hasta tres, pero me chorrearon la boca, la carita, el culito, la vagina (dentro y fuera), las piernas, el abdomen y los pechos.

Cuando nos dejaron yo estaba cubierta de semen por todos lados. Recogí mi ropa, mis bragas medio rotas y mi falda , mi novio se vistió, no dejaba de llorar y apenas y se podía mover. Nos subimos al auto y nos fuimos. Cuándo me dejó en mi casa yo ya estaba algo repuesta, entre sin que nadie me viera y me fui directo a la bañera, una vez que estuve limpia y calientita en mi cama comencé a recordar lo sucedido y me calenté mucho, de no haber sido por el dolor que tenía en mi hoyito y mi rajota me hubiera masturbado esa noche.

Al siguiente día vino mi novio a preguntar si le había dicho algo a mis papás y le dije que no. Se tranquilizó mucho cuando le dije que no pensaba denunciar ni decirle a nadie, el me dijo que me lo agradecía pues no quería que nadie se enterará. Estuvimos juntos por otros seis meses y luego terminamos. Nunca en ese tiempo noté que él cambiara conmigo y a la fecha a respetado su promesa de no decirle a nadie. Según creo el incidente no le afecto, pues sigue siendo heterosexual al 100%.

Esta fue mi ultima aventura trascendente durante mi adolescencia, ahora tengo 19 años casi 20 y sigo gozando del sexo, pero como dije antes nada se compara con la emoción de ser una zorrita disfrazada de una tierna e inocente niña de primaria o secundaría. Espero les haya gustado está serie de experiencias que yo tuve. Gracias. Besos a todos. Bye.