Mutua soledad

Dos almas solitarias se unen para darse calor...y algo más

Durante mis años de estudiante no lo pasé bien, y menos cuando llegué a los 18 años, yo lo había pasado muy mal, tenía ciertos problemas conmigo misma, había tenido ansiedad y depresión durante algunos años y nadie estuvo dispuesta a ayudarme, lo pasé muy mal, se burlaban sobre todo de mi aspecto físico, una mujer delgada, de pechos planos, sin culo, cabello rojo y ojos azules, con lentes, no creí que hubiera alguien que lo pasara peor hasta que tuve que cambiarme de colegio al empezar el bachillerato, ya que mi colegio no ofertaba esos cursos. Una vez allí me di cuenta que en mi anterior colegio, lo que me hacían eran caricias comparado con lo que me hicieron allí, el primer día unas compañeras me sorprendieron en el pasillo y me llevaron a la fuerza al baño, me colocaron de rodillas y metieron mi cabeza en la taza del váter tirando de la cadena, las chicas eran muy crueles allí.

Continuamente me hacían putadas como darme tirones en las bragas por detrás haciendo que toda la tela se apretase sobre mi coño y yo no podía soportarlo más, no habían pasado ni tres meses cuando me escondí en el baño, me apoyé en el lavabo y lloré a lágrima suelta mientras alguien entraba, yo pensando que era una de mis acosadoras me giré para gritarles, pero me encontré con un muchacho más bien enclenque, de cabello rubio algo largo, gafas redondas y la ropa desarreglada, venía jadeando como si viniera corriendo, sin detenerse a mirarme se metió en uno de los cubículos y esperó, a ese chico lo conocía, iba a mi salón, era el más listo, siempre sacaba 10 o 9, escuché voces que lo llamaban de fuera mediante apodos nada bonitos, entraron al baño y me preguntaron si lo había visto

-No, aquí no ha entrado ningún tío, por si no lo sabías, este es el aseo de chicas-respondí yo enfadada, al final se fueron y yo, tras asomarme al pasillo le dije que ya podía salir

-Gracias por no decir nada-dijo él rascandose la parte trasera de la cabeza

-¿Porqué debería?-pregunté yo

-Bueno, esos tíos me perseguían para pegarme, podrías haberles dicho que estaba aquí-dijo él

-Yo no soy como los otros chivatos de la escuela, pero si quieres les llamo-respondí yo

-No, así estará bien-dijo él

Esa tarde tenía sesión de biología y nos organizaron por orden alfabético, me tocó con el chico de antes, Nicolás. Tras salir a las cinco me fui con él a su casa ya que habíamos decidido hacerlo cuanto antes y quitárnoslo de en medio, la mala fortuna quiso que empezara a llover y corrimos hasta la casa mientras él, caballerosamente me tapaba con su mochila.

-Cómo se ha puesto el tiempo-dije yo nada más cerrar la puerta de su casa

-No puedes quedarte así, cogerás un resfriado-dijo él

-Sí ¿no tendrás ropa de tu madre o hermana?-pregunté yo

-Ehh..-respondió él mirando incomodamente a otro lado.

Al instante ví que la había cagado y recordé lo que me habían dicho de él en el colegio

-Lo siento, no lo recordé, perdón-dije yo reparando en mi error, su madre y su hermana habían fallecido unos años atrás, desde entonces vivía con su padre, con el recuerdo de ambas muy presente en ellos

-No importa, déjalo, te prestaré algo de ropa mía, sino te molesta-dijo él

-Para nada-respondí yo, subí detrás de él las escaleras y entré a la habitación, una sencilla habitación con una cama, un escritorio, armario y estantería, le ví un poco apurado mientras ordenaba un poco aquello y escondía calzoncillos, me sacó una camiseta gris oscura grande que seguro me llegaría por las rodillas y unos pantalones de chándal.

Yo empecé a desvestirme quitándome la remera rosa que llevaba empapada, él se dio la vuelta y se puso a rebuscar en su escritorio

-¿Por qué te giras?-pregunté yo

-Preparo todo para trabajar-respondió él

-No me molesta que mires, para lo que hay que mirar, lo que sí me molesta es que me mientas-respondí yo

-Lo siento, es que...no puedo mirarte-dijo él dejandose caer en la silla, aún de espaldas a mí

-No importa, venga, trabajemos-dije yo con una sonrisa acercando otra silla a la suya

Pasamos el resto de la tarde haciendo el trabajo y ya lo teníamos casi terminado

-Fuá, estoy cansada no, lo siguiente-dije yo tumbándome en la cama

-Venga, que ya no queda nada-animó él con su sonrisa infantil

-Ehh, cuidadito, que son las ocho, yo tengo que comer algo, llevo desde las tres sin probar bocado-dije yo

-Sí, yo también he pensado que podríamos comer algo-dijo él apartandose del escritorio

Bajamos abajo y comimos algo, nos echamos unas risas en el sofá y luego volvimos a subir para terminar el trabajo, sobre las diez me despedí de él y le pedí mi ropa

-Mañana te la devuelvo seca, no te preocupes, puedes quedarte esa-dijo él en la puerta

-Gracias-dije yo dándole un fugaz beso en la mejilla

Aquel día mis padres me preguntaron el porqué de ese brillo en mis cara, ellos no sabían nada de que yo había tenido ansiedad o depresión, lo sufrí sola, como muchos otros, ya estaban acostumbrados a verme mustia que verme distinta les sorprendió

-Nada, un buen día el de hoy-dije yo sin revelar mis cartas

Al día siguiente no lo ví por la escuela, empecé a preocuparme por si le había pasado algo, ya casi era la hora de irse, andaba por el pasillo cuando la ví, allí estaba Gloria, más alta que yo, con más pecho, aunque no excesivo, cabello rubio, rizado y atado en una coleta y llevaba una goma de mascar en la boca

-Mira quién está aquí, si es la plancha-dijo ella, se rio secundadas por el resto de su grupito

-Déjame Gloria-dije yo en un susurro

-¿Qué has dicho, planchita?-preguntó ella con voz burlona

-He dicho que me dejes-dije yo dándole un puñetazo en la barbilla

El público se calló al instante mientras ella me miraba malamente...

Caí al suelo bocabajo, tenía la cara hecha un cuadro y la ropa tres veces más grande debido a los tirones que todas habían dado, tenía un corte en la mejilla que me había hecho cuando un cristal de mis gafas se rompió, sin gafas no veo tres en un burro, me salía sangre de mi boca que chorreaba por la barbilla, escuché un rumor, unos pasos que se acercaban, una voz, un cuerpo calló junto al mío, abrí los ojos y ví una figura borrosa junto a mí, vestida con polo azul, la figura se levantó y plantó cara a Gloria, lo que le valió otro puñetazo de vuelta al suelo

-Para-le dije con la voz pastosa sujetandolo del brazo

-Eso, haz caso a la plancha esta, que una mujer como esa te tenga dominado, no vales nada-dijo Gloria riendose

Yo tuve que sujetarle con más fuerza para que no fuera tras ella

-¿Estás bien?-me preguntó en la enfermería

-Sí, gracias-respondí yo forzando la vista para ver la brecha de mi barbilla en el espejillo que me habían dejado

-¿Por qué me has parado los pies?-preguntó enfadado

-No quería ir a dejar flores a tu tumba-respondí yo

-Qué chistosa, podría con ella y con diez más-dijo él

-Ya-dije yo dejando a un lado el espejo

-Toma, me he fijado que ya no tienes las tuyas-dijo él dándome sus gafas

-Sí las tengo-le señalé las gafas rotas

-Toma anda-dijo él

-¿Y tú?¿Con qué verás?-pregunté yo

-Hoy no queda mucho por ver, ya están cerrando-dijo él

Me dejó en un cruce y siguió él andando hasta casa, con los cuatro sentidos que le quedaban muy agudos, ya que yo me había quedado sus gafas, a medio camino no pude más y di la vuelta para ayudarle a llegar al menos a su casa

-Nicolás, espera-le dije corriendo detrás de él

-¿Qué haces aquí?-preguntó él

-Ayudarte a llegar a casa-respondí yo tomándole del brazo

La verdad es que aquel chico me estaba empezando a gustar, le conocía del día anterior, pero ya había hecho por mí más que todos los demás

-Pasa, te devolveré tu ropa-dijo él en la puerta

-Oh no, no hace falta, si tengo más ropa, quédatela-respondí yo

-¿Y qué hago yo con un sujetador y bragas por la casa? Mi padre me mandará al psicólogo-replicó él

-Dile la verdad, que te los ha dado una chica-respondí yo dándole un beso en la mejilla y largándome de allí

Pero aquella noche no pude dormir bien, me atemorizaban pesadillas y malos sueños, sí, tengo 18 años y aún pesadillas, venga, burlaos. Me desperté a las dos de la madrugada envuelta en sudor y ví la pantalla del móvil iluminar la habitación, leí las notificaciones, eran todas mensajes de él, de hacía unas horas mandándome el trabajo, ya editado, que hacíamos el día anterior, con un poco de culpa le llamé y le propuse ir a verle, necesitaba hablar con alguien, la suerte es que no vivía a más de diez minutos de allí, me puse un anorak encima del pijama y salí así de la casa.

Él me recibió con ropa de casa, se había puesto una bata encima de su cuerpo medio desnudo, usando únciamente un calzoncillo

-¿Sabes la hora qué es?-preguntó abriendo apenas la puerta, parecía enfadado

-¿Las 2:45?-pregunté yo inocentemente, era consciente de que había hecho una estupidez

-¿Te parece que es una hora razonable para venir?-preguntó secamente

-No, es verdad, no debería haber venido, lo siento-respondí yo culpable

-No, no lo es, debería darte con la puerta en las naricess, pero como no me importa, por que me la suda, te dejo entrar-respondió él

-¿No estás enfadado?-pregunté yo mirándole a los ojos

-¿Contigo? Ni aunque quisiera-dijo él riendo y abriendo la puerta

-Mamón-dije yo dándole un puñetazo amistoso

Pasamos a su habitación y allí le conté mis cuitas y abrí mi corazón a él, necesitaba a alguien a quién contárselo, él estaba sentado en su cama, con la espalda apoyada en la pared, yo tendida bocarriba sobre sus piernas mientras él me acariciaba los cabellos rojos, nadie nunca me había tocado con tanta delicadeza, yo sentía una presión sobre mi nuca, sabía lo que era, pero no quería avergonzarle, esa presión cada vez se hacía más dura, pero él no dijo nada, tampoco querría que yo me diese cuenta

-No pasa nada, ven aquí-dijo él levantándome, me dio un beso en la frente por lo que pude ver su polla de reojo mientras él no me veía, qué pollón, se notaba un huevo sobre el calzoncillo, él me dejó tumbada en la cama y se puso a mi vera bocabajo para que no se le notara la erección

Seguimos charlando unas horas más hasta que nos dormimos

Me desperté, eran las diez, Nicolás estaba encima de mí, con su oreja derecha escuchando el latido de mi corazón, por suerte era sábado, ví en mi móvil varias llamadas perdidas de mi madre y para no despertar a Nicolás le texteé diciendo que había salido temprano a ver a un amigo, lo cuál no era del todo falso...El padre de Nicolás entró en la habitación, era alto y ancho, aunque no gordo, de cara alargada, cabello moreno con canas muy revuelto y gafas, tenía una expresión triste

-No es lo que parece-susurré yo

-Ya lo sé, me comentó que por primera vez tenía una amiga, no ha tenido mucha suerte en la vida-un poco de color había vuelto a su rostro

Caminó hacia nosotros y besó muy fuerte su mejilla mientras lloraba silenciosamente

-¿Se encuentra bien?-pregunté yo preocupada

-Sí, tranquila. Dile que no me espere para comer-respondió él, la tristeza había vuelto a su rostro

Nicolás despertó poco después, le sorprendió que nos hubiéramos quedado dormidos allí y se apartó de mí como si yo quemara, había vuelto a empalmarse

-Tu padre ha estado aquí, ha dicho que no le esperes para comer-dije

-Gracias, voy...al baño-dijo él cogiendo ropa del perchero

Me puse a buscar por su cuarto, por simple curiosidad, escuché gemidos en el baño y pensé en entrar a verle, pero a medio camino comprendí lo que estaba haciendo y volví a la habitación, busqué mi ropa del día que llovió y no estaba, será cabroncete el nene, se las daba de bueno y mira

Volvió poco después con una toalla anudada a su cintura

-¿Qué vas a hacer?-preguntó

-Podría quedarme aquí hasta que tu padre vuelva-respondí yo

-No hace falta, si quieres volver a tu casa vete, yo estaré bien-dijo él

-Que no, que me quedo contigo, además, toma tus gafas, anoche no te las devolví-dije yo al ver la falta de vista del muchacho, pues forzaba mucho la vista

-¿Y cómo vas a ver tú, lista?-preguntó él

-Siempre preocupandote por los demás menos por tí, lelo, yo tengo otro pack-respondí sacando unas nuevas del anorak que estaba colgado de la silla

-¿Quieres ducharte?-preguntó él

-Sí, claro, pero ya sabes que tengo esto solo-dije yo

-Te prestaré algo-dijo él sonriendo

Ya en el baño pude ver que cerca de la tapa del váter había unas gotas, al chaval se le había olvidado quitarlas, me quité el pijama revelando su cuerpo delgado y pequeño y me metí bajo la ducha, más tarde me junté con él para desayunar, él estaba esperandome en las escaleras y bajamos juntos a la cocina, luego nos metimos en el despacho de su padre

-Él siempre lo tiene cerrado-dijo él extrañado

La habitación estaba a oscuras, estaba llena de libros por aquí y por allá, pero el laptop sobre la mesa estaba encendido y un vídeo listo para darle al click

-No deberíamos hacer esto-dije yo

-Esto me lo ha dejado para mí, siempre lo hace cuando se va y yo no estoy-respondió dando al play

En la pantalla apareció el padre de Nicolás sentado en la silla en la que estaba sentado ahora mismo Nicolás

-Querido hijo, estos años no he estado mucho para tí, la pérdida de tu madre y tu hermana, siendo tan jóvenes ambas me dejó debastado, no sabía qué hacer, pensé en el suicidio, pero tú eras muy pequeño, solo tenías 13 años ¿qué sería de tí sin mi, el único que tenías? Pero ahora ya tienes 18 y podrás comprender la agonía que siento yo dentro de mí, lo siento hijo, pero no puedo más con esto, ya no-dijo el padre en la grabación soltando unas lágrimas- Me iré de este mundo no sin antes despedirme de tí, ahora voy a darte un último beso, entonces me iré, que esa niña, Natalia, cuide de tí, estos días se os ha visto muy unidos y me has dado a entender que te ha cambiado, yo he visto como la luz volvía a tu cara. Cuidaos el uno al otro y sé fuerte. Te quiero.

Ahí terminó la grabación, Nicolás se levantó de la silla y salió de la casa corriendo, lo llamé, le grité, pero no me hizo caso, no le volví a ver.

El lunes no vino al colegio, pasé por su casa, pero no respondía, el martes tampoco vino. Ya no se metían con él, el colegio se había concienciado por su causa, incluso me dieron a mí las condolencias. Aquella tarde pasé por su casa de nuevo, 4 días ignorando mis llamadas ¿quién se había creído que era?

Tuve que abrir una ventana trasera para poder entrar, la casa estaba a oscuras, él estaba en el despacho, viendo en el ordenador fotos de su familia, se había dejado una barbita descuidada que raspaba, ni siquiera me oyó entrar en el despacho, se me fue toda la ira cuando le ví, se levantó llorando y vino a mi encuentro, se desahogó sobre mi hombro y le acaricié su cabello sucio, como había hecho él varias noches atrás, sentí una presión sobre mi ombligo y bajé la vista, tenía la polla casi fuera de los calzoncillos, le veía el glande

-Lo siento-dijo él sorbiendo la nariz

Pero me importó, es más, me lanzé a él y le pasé mis brazos por detrás de la cabeza mientras le besaba, avanzamos hasta el sofá del despacho y me tumbé sobre él, le despojé de sus ropas y descubrí su polla, 15 cm empalmados y lo suficiente gorda para metermela en la boca

-No-dijo él

-Shhh, tú estuviste ahí cuando yo estuve mal, noté tu erección y te escuché masturbarte, te devolveré el favor-dije yo

Me puse de rodillas en el suelo y me metí su polla por la boca. Apenas me cabía, pero hice un esfuerzo por él mientras unas lágrimas escapaban de mis ojos por el esfuerzo. Al rato lo escuché gemir, aquello le gustaba, aunque ninguno de los dos dijo nada, empujó mi cabecita hacia él y yo chupé con más ahínco pasando mi lengua por su glande, describiendo movimientos que yo ni sabía que tenía, finalmente conseguí mi propósito y se corrió en mi cara

-Lo siento-dijo levantándose para buscar un papel, pero yo se lo impedí y fui yo la que se levantó, me quité la chaqueta y la dejé en el suelo, seguí con la camisa y la falda quedandome en cueros enfrente suya. Miró mi cuerpo de arriba a abajo, pasó por mis pechos sin desarrollar y por mi abundante vello corporal

-No tienes por qué hacerlo-dijo él apartando la vista

-No seas tonto-dije yo.

Le tumbé en el sofá y le posicioné mi coño en su boca, él se lanzó a comérmelo como un poseso

-Perdona que esté así, pero nunca pensé que nadie me visitaría allí así que no me lo quité-dije yo disculpándome

-Perfecto, a mí me gusta igual, no me molesta-dijo él interrumpiendo el cunnilingus, que volvió a continuar, aunque nefastamente.

Me lo hizo faltal, no lloré por que no quería desanimarle, seguramente yo no lo había hecho mejor, aunque él no me lo hubiera dicho, aún así conseguí correrme y le llené la boca con mis fluidos

Entonces él tomó la iniciativa y se acercó hacia mí a cuatro patas hasta acabar justo encima de mí, con su boca a pocos cm de la mía, su pene rozando mi vagina. Ambos éramos vírgenes, no lo habíamos dicho en voz alta pero lo sabíamos. Antes de penetrarme arqueó la espalda y me besó en la boca, un beso pasional, como ninguno otro. Me miró fijamente y con un movimiento de la cabeza le dije que sí, él penetró lentamente mi vagina con su cacho polla abriéndome lentamente hasta rasgar la envoltura del himen, finalmente él estuvo dentro, entonces retrocedió y volvió a entrar y de nuevo otra vez y otra.

Con cada embestida movíamos el sofá, que chirriaba, pero ninguno prestaba atención. Me miraba siempre a la cara, nunca más abajo

-Eres muy guapa-dijo

-Gracias-dije yo, ruborizándome

-Me di cuenta hace algunos meses, cuando te viniste al colegio. Tú no reparaste en mí, pero yo sí, te veía siendo orígen de burlas por culpa de Gloria, pero no pude hacer nada, yo estaba igual-empezó él

-Ya, sé como te tratan, peor o igual que a mí-dije yo

-Pero cuando te ví en clase junto a mí, cuando nos asignaron la tarea juntos, yo nunca he tenido amigos, tú eres mi primera amiga-dijo él

-Yo también sentí algo muy especial, eres muy buena gente. Me prestaste tu mochila aquel día bajo la lluvia, luego tu ropa, me defendiste en el cole y me consolaste en la noche, eres uno como los que no quedan-dije yo

-Te quiero, y no he sido sincero contigo. Cuando te dejaste la ropa aquí, yo...-dijo él

-Ya, me di cuenta el otro día, también cuando se te puso erecta por la noche-dije yo

-Perdón-dijo él ruborizándose

-No te disculpes, eres el único que se pone así por mi cuerpo-dije yo

-Estás espectacular-dijo él

-Tengo senos pequeños, culo pequeño y pelo en todas partes-dije yo

-Per-fec-ta. No me importa el tamaño de tus atributos ni la cantidad de pelo de tu sobacos, chocho y piernas, por dentro eres buena y por fuera mejor-dijo él

A continuación tomó uno de mis pechos y se lo metió en la boca, con dificultad, pero haciéndome gozar cuando mi pezón se irguió

-Ahhh-solté un gemido que no pasó desapercibido, pues el también gimió cuando volvió a penetrarme agarrándose a mis hombros

Pasó una mano por mi cara acariciándome con el dorso de la mano y se detuvo en mis gafas, casi para quitármelas, pero se contuvo, fui yo quién me las quité y las lancé lejos, él, sorprendido hizo lo mismo con las suyas y enterró su rostro en mi hombro mientras bombeaba con más fuerza llegando al clímax

-Me corro-dije yo en un suspiro

-Adelante-concedió él mientras sentía como su polla era inundada por mis fluidos vaginales

Iba a retirarse él también para correrse cuando cerré mis piernas y lo mantuve ahí

-Córrete dentro, lléname, hazme sentir mujer, tomaré anticonceptivos-le prometí

-Quiero hacerte la mujer más feliz del mundo-dijo él dando la penetrada final. Sentí como su polla explotaba en mi interior y como su semen subía por mi vagina y llegaba a mi útero. Recé para no quedar embarazada, pero luego me dije "¿y qué más da?" No quería quedar embarazada, y tomaría la píldora, pero si me quedaba tampoco le iba a decir que no.

Pero él no se detuvo ahí y me dio la vuelta "joder, ha cogido carrerilla" pensé. Pasó la mano por mi nalga y me dio un azote

-Au-dije juguetonamente

Él siguió dándome azotes suaves hasta que abrió mis nalgas y enterró su lengua en mi culo haciendo que me sobresaltara, intenté aguantar pero no pude retenerlo más y se me escapó

-Cof cof-tosió él apartándose de mi trasero

-Lo siento-dije yo con una sonrisa de culpabilidad

-Me gusta tu lado guarro, no los retengas, que salgan-dijo él volviendo a lamer mi culo y pasó también por mi chorreante vagina limpiandola

Acercó su polla a mi boca lo suficiente para que yo pudiera mamársela por un momento y luego volvió a mi retaguardia, puso sus manos a ambos lados de las caderas y me penetró lentamente abriéndome el culo dolorosamente

-Grita todo lo que quieras-dijo él

-No lo haré-dije yo mientras él seguía penetrándome analmente

-Me corro-avisó

-Ya sabes qué hacer-dije yo empujando mi culo hacia él

-Argghhh-dijo él corriéndose en mi culo, para ello cogió mi cabello y tiró de mi cabeza de forma que ambos gritamos de placer.

Estábamos desnudos sobre su cama, eran las 3 de la madrugada, lo habíamos vuelto a hacer a pelo y ahora estábamos descansando

-Ha estado bien-dije a su lado

-Sí-completó él

-Para ser nuestra primera vez-dije yo

Ambos nos reímos

-Así que te gusto tal y como soy-dije yo poniéndome sobre él

-Sí-dijo él pasando su mano por mi cabello

-¿Más que Gloria?-pregunté con voz infantil

-Mucho más, tendrá mejor cuerpo, no lo voy a negar, pero solo te quiero a tí, con tus ventajas y tus inconvenientes-dijo él

-Gracias Nico-dije yo besándole en la boca

-¿Qué vamos a hacer?-preguntó cuando yo me dejé caer sobre su pecho

-Vente a vivir conmigo, necesitarás mantenerte-dije yo

-No, mi padre me dejó dinero, puedo quedarme aquí, eres tú la que se puede venir aquí, si quieres-dijo él

-Y hacer cochinadas-dije yo

-Todo el día-completó él

-Me gusta-dije yo mordiéndole el labio

Al día siguiente fuimos juntos al colegio, cogidos por la cintura, yo sin ropa interior, la cual cada vez que una prenda pasaba por mis zonas íntimas, tenía que olerlas él y al final se las quedaba, la gente se sorprendió cuando nos veía juntos, Gloria explotó la goma de mascar por la sorpresa y yo le saqué el dedo, en cuanto a Nicolás...de un puñetazo mandó al matón que lo perseguía al despacho del director. El colegio no se convirtió en una excusa para dejar de follar, en los recreos, en los baños, tanto masculinos como fememinos, en los vestuarios, donde fuera, aprovechábamos para follar siempre que podíamos con o sin condón, la verdad, nos importaba bien poco aquello y aquel fue el primer invierno que estuve plena y feliz

==========================================================================================================

No sé si les va gustar el relato, no sé si sabéis que no estoy pasando un buen momento personal y esto fue lo primero que se me ocurrió en meses, no iba a ser una novela erótica, pero me animé y aquí la tenéis, siento si os decepciona, pero bueno. Si queréis una segunda parte dejadmelo en los comentarios. Voy a preparar "La profesora 4" para la próxima semana, si me encuentro bien. No sé si donde estáis (España, Sudamérica, otros) es puente, solo sé que aquí en España, hasta el miércoles 9 es festivo así que os deseo un feliz festivo y para el 10 tendréis a la profesora de nuevo. Cuidaos.

El puto amo.