Muñeca de Porcelana
El mas difícil de los besos no es el primero, si no el ultimo
Que bella te veías ahí acostada, muy parecida a una frágil muñeca de porcelana, apenas respiras y el tiempo se me hace eterno solo observando cómo luchas para que tu corazón lata nuevamente, no sé que habremos hecho para merecer tal sufrimiento. Llevas acostada en esa fría cama de hospital más de 4 meces y yo siempre a tu lado en ese incomodo sillón blanco solo puedo observar cómo te vas desgastando,¿ pero qué digo? si sigue igual de linda que antes o quizás más, solo extraño esa fortaleza ahora ausente y esa alegría que se te suele escapar.
Despiertas y sin dudarlo miras a mi dirección me dedicas esa mirada tuya tan hermosa, esa que me tiene enamorada desde que te vi por primera vez.
-¿Qué haces ahí mirando?- su voz era de las pocas cosas que me tranquilizaban
-sabes que no te dejare sola hasta que nos vallamos de este lugar- le respondí desde mi sillón que ya hasta tenía mi forma corporal de todas las noches y días que había transcurrido ahí
-Cielo acércate, necesito hablar contigo
Te corriste a un extremo de la cama y me invitaste a acostarme a tu lado, fui sin decir nada y ya cuando estaba en tu cama te acostaste en mi pecho, sentir tu calor nuevamente en mi cuerpo, volver a oler esa fragancia tan particular de tu cabello, no podría ni explicar cómo me sentía cuando estabas tan cerca de mí. Te abrace para apreciarte aun más cerca pidiendo a cualquier ser superior que oyera mis suplicas y te devolviera la salud, pero eso aun no ocurría, nadie haya arriba me escuchaba, era acaso un pecado estar enamorada de otra mujer.
-quiero que me prometas algo- dijiste levantando la mira para poder observar mi rostro mientras llevabas tu mano a mi mejilla para poder rozarla
-dime princesa, sabes que lo que quieras te lo daré-
-Cielo, al otro lado de esa puerta- señalo la puerta de entrada a la habitación- sigue transcurriendo la vida, la gente no se detiene por que la vida no espera a nadie
-Que me estas queriendo decir Verónica
-Ya es hora de que vuelvas a vivir amor, tienes que salir de estas cuatro paredes
-Tengo aquí a lo que más quiero, sabes que sin ti no puedo vivir
Se quedo callada aun sobre mi pecho sumergida en sus pensamientos a la misma vez que yo estaba en los míos, ¿Cómo podría tan solo imaginar que podría seguir mi vida normal si ella, la razón de mi existencia estaba debatiéndose entre la vida y la muerte, no la dejaría sola un solo momento.
-Lorena, ¿Cuánto me amas?- estaría bromeando, como poda preguntar eso
-Tanto como para que la vida no tenga sentido sin ti- se lo dije desde todo el fondo de mi corazón
-Si me amas tanto como dices, entonces tendrías que amarte tanto como yo te amo-
Le levante el rostro para mirarla pues no entendía lo que me quería decir o porque daba tantas vueltas, que es lo que quería que le prometiera
-Verónica que ocurre-
-Los dolores son cada vez peor y ya no puedo aguantarlos, solo la morfina me mantiene lucida por un tiempo definido -tenía una vía que le suministraba morfina cuando ella oprimía un botón que solo tenía que oprimir cuando los dolores ya no los soportaba-
-No te estarás dando por vencida?
-ya perdí la batalla hace mucho tiempo y las dos lo tenemos claro- sus palabras me herían- y solo estoy aquí por ti, pero es hora de que me demuestres que me amas y me dejes ir
No aguante mas y salí de la cama de un salto colocándome de pie al frente de ella, seguía tan serena como antes, tan tranquila, como si lo que estuviera hablando fuera algo banal y pasajero , me hablaba de dejarla morir, de separarse para siempre de mi.
- Amor vuelve aquí
Comencé a dar vueltas por la habitación como león enjaulado, no quería pensar pero las lágrimas comenzaron a apoderarse de mí, miraba al pasado, cada momento juntas, miraba los proyectos que teníamos pero ¡como el destino era tan cruel!, que ocurre con el FELCES PARA SIEMPRE
-Lorena, ¿me amas lo suficiente como para dejarme morir?
Detuve mi paso y sentí como el llanto me inundaba, me acerque y me busco con sus brazos, volvió a acostarme en su cama pero esta vez era ella quien me acunaba, tenía su rostro a centímetros de mí, me miraba dulcemente sin perder detalle.
-Voy presionar el botón de la morfina tanto tiempo que me consumirá en un sueño largo del cual no despertare, ya es la hora mi amor, pero antes tienes que saber que he sido la mujer más afortunada, me diste todo lo que pude necesitar y todo el tiempo junto a ti fue como un cuento de hadas.
No podía pronunciar palabra, tome su rostro entre mis manos y la bese, ella me correspondió el beso y supe que había comenzado a oprimir el botón de su salvación, no pare de besarla pero la intensidad con que me correspondía disminuía cada vez más rápido hasta que sentí como su corazón dejaba de latir y un último suspiro salió de su cuerpo, no me aparte, seguí acunada por el cuerpo sin vida de Verónica y llore, llore, llore hasta que me sumergí en mi propio sueño pero sin poder seguir su camino.
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se puede amar a una persona tanto como para dejarla ir?, cuando egoísta pueden ser las personas???
sacrificarías tanto por amor??
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