Mundo Paralelo 11 Parte 4-B
Jack Glaiden va a cumplir la misión que le ha sido encomendada incluso a riesgo de su propia vida, pero un misterioso enemigo no se lo pondrá fácil; pero Jack Glaiden no es un americano normal y corriente.
Mundo Paralelo 11 Parte: 4 B
Jack Glaiden:
La criatura, me miro con una sonrisa perversa; tenía un cable en su boca que estaba masticando, esto no podía ser casualidad; esto estaba planeado por alguien.
— Detente, bicho inmundo – ordene, acercándome para golpearle.
Nada más mi puño toco su cabeza, incrusto sus dientes en el cable y sentí la electricidad atravesando mi cuerpo; lanzándome por los aires. me levanto aturdido, Al ver que la bestia, suelta el cable y se va acercando hacia mí. Pero no puedo levantarme tan rápido, como él se acerca; y empieza a darme patadas en el suelo. Tiene una fuerza brutal, con cada patada me estampaba en una pared distinta; empecé a escupir sangre con cada golpe, que recibía. Negué con la cabeza, no iba a morir aquí; no podía permitírmelo. El refugio dependía de mí, este bicho; iba a morir ahora. Se acercó a mí y me golpeo otra vez, pero esta vez el golpe no me atrapo desprevenido. Saqué en el aire las dos, nueve milímetros; y le metí un par de balas en la cabeza.
El bicho se sorprendió, sorbió para dentro y escupió las balas, mientras que la electricidad; lo regeneraba con lentitud. Observe esa escena, sorprendido; mientras pensaba en como carajos, matarlo.
— Mientras tenga electricidad soy inmortal, pequeño humano – empieza a reírse, la bestia.
— Vaya…eso tiene fácil, solución. – me levante con fuerza, mientras que lo acribillaba a balazos.
Las balas no lo mataban, era cierto; pero su electricidad se desvanecía cada vez más, con cada disparo. Lo rodee, hasta llegar al generador y lo apague.
— ¡¡NOOOO!! – grito el bicho, convirtiéndose en un líquido asqueroso y viscoso, que expulsaba humo, que se filtró por las rendijas del suelo; hasta desaparecer.
Escupí un poco de sangre donde estaba antes el bicho, y me puse a examinar el generador; ese puto bicho era inteligente. se había cargado los cables de unión con la electricidad del ayuntamiento, pero no el generador; para poder alimentarse.
Vaya, no traía nada para repararlo; así que esta parte del plan, ya había fallado.
La música no la puedo poner, así que tendrá que ser solo los fuegos artificiales; recargo las pistolas y las guardo en su funda, recupero mi mochila; que se me cayó en la pelea. Empiezo a ascender por las escaleras, al llegar al primer piso; veo que Rose; está sentada sobre los escombros de la sala de antes. Veo que la sala está destrozada, me sorprende; pero no pregunto…sería inútil, pues no contestaria. Me fijo bien en la sala está hecha una porquería, y ella está también muy herida; pero mantiene su sonrisa, nos miramos y sigo con lo mío…asciendo hacia el segundo piso. El segundo piso está lleno de las habitaciones del ayuntamiento, las ignoro no tengo tiempo para registrarlas; además no debe haber nada. Asciendo a la azotea y escucho la música cesar, vaya deben de saber, que algo va mal y la fiesta se ha cancelado.
Mea culpa o más bien de los sin apellidos. No importa, la parte B del plan; debe ejecutarse.
Al subir a la azotea, veo que esta tan destrozada como siempre…empiezo a preparar los fuegos artificiales, para la señal; de paso alejaran a los escuchadores del refugio y los traeremos directos a aquí. Pero de repente, el bicho de antes sale de un charco; magullado con un par de capas de pieles menos…y una graciosa mancha de sangre en la cabeza.
— Voy a detenerte – dice sin duda en su rostro
— ¿ah sí?, me gustaría saber cómo – contesto de forma chulesca
— Muerto no podrás encender el fuego – argumenta, de forma convincente
— Muerto, no podrás detenerme – devuelvo el argumento, copiando su estructura.
— Aquí no podrás dispararme con tanta facilidad – explica, lo que piensa
— Aquí, no podrás alimentarte – digo, mirando que no hay ni generador ni cable alguno.
— Cállate y muere – dice molesto
— Espera – digo, para ganar tiempo
— ¿Qué? – Pregunta, sorprendido
— ¿Quién te envía? – pregunto, convencido de que no me lo dirá
— ¿Piensas que te lo voy a decir? – ríe como un loco o como una bestia, quizá como los dos.
— O sea que te envía alguien – deduzco inteligentemente.
— Agh, maldito seas; ¡Muere! – abre los ojos de par en par y ataca como un loco.
Empezó a tirarme líquido, que esquivaba a duras penas; y menos mal, porque cuando tocaba el suelo, lo corroía. A cambio le disparaba, a veces esquivaba la bala, otras; le impactaba y la escupía después. Pero la mayoría de veces, la bala le impactaba y él se deshacía en líquido, para volver a formarse al lado.
Estábamos en esas, disparos contra salpicón de ácido; que no nos percatamos…de que estábamos atrayendo compañía. Escuchadores, empezaron a caer en los bordes de la azotea, algunos eran atraídos por los disparos; pero cuando llegaban yo ya no estaba allí. Otros eran atraídos por el ácido y caían al piso de abajo, sin remedio. Otros eran salpicados con ácido o se llevaban una bala a la deriva, los que se llevaban el ácido morían entre terribles gritos agonizantes; definitivamente…el ácido, no les gustaba. Las balas solo los herían o los acababan siempre que acertaran, por casualidad o destino; en la cabeza.
La batalla se terminó cuando ambas pistolas me hicieron “click”, el familiar sonido; del cargador vacío.
— ¿Ya? Tuviste un gatillazo, ¿amigo Jack? – me provoco el bicho
— ¡¿Cómo sabes, mi nombre?! – grite y me tape la boca, al saber, lo que eso significaba.
Fue un error y en este mundo, los errores se pagan; solo espero poder pagar el precio y salir vivo de esta. Empezó a disparar acido, mucho más rápido; pero, cuatro escuchadores lo rodearon, molestándole; evitando que disparara…por mi parte, también cayeron dos; rodé a un lado, para evitar su golpe. Evite su golpe, pero parte del ácido me salpico en la armadura y la cara. Nada más caer, me quite la armadura, que se siguió corroyendo en el suelo. Lo de mi cara, no tenía arreglo, me acuclille en el suelo; tapándome el ojo afectado con la manga de la ropa y manteniendo el otro abierto…para no llevarme más sorpresas. Los que vinieron a por mí, cayeron por el ácido.
El bicho reía sin cesar, provocando mi ira; se deshizo con facilidad de los cuatro que le rodeaban. Y empezó a dispararme de nuevo, agarre la mochila con una mano; grite todo lo que pude. Saqué el rifle de asalto y empecé a disparar, cargando contra él. Prácticamente todo su esfuerzo, se centró en vomitar las balas, conforme iban saliendo y cuando estaba cerca de él…saque de mi mochila la bomba Glaiden, la introduje en su cuerpo; por el boquete de las balas y salte lo más lejos que pude. Me tape con el cuerpo casi corroído de un escuchador y me fije que la azotea, se había llenado de escuchadores; y de repente… ¡Boom! Todo había reventado.
Estaba colgando de la azotea, con los pitidos en los oídos; cuando de repente… vi que los fuegos artificiales, empezaban a ascender, algo me quemo la mano y me solté; caí al vacío.