Mundo Paralelo 11 Parte: 2
Sonia esta temblorosa por el mundo que se le pone por delante, Sindy y Carlos discuten; al final todo se solucionara en un combate entre ambos y no te puedes ni imaginar; quien ganara.
Mundo Paralelo 11 Parte: 2
Al entrar en la enfermería, Sonia se me abrazo temblando al ver tantos heridos, tanto desanimo y la peligrosa operación a vida o muerte, que estaban repitiendo en Julio. Ryoko mantuvo el tipo, se nota que está acostumbrada a la muerte, a cosas que nosotros los jóvenes de mi mundo ni soñamos en nuestras peores pesadillas que los mayores intentan imaginar para darle emoción a vidas insulsas, que no tienen un objetivo claro y nos preguntamos a veces, que hacemos en este mundo; esperando que algo nos lo conteste pero siempre queda sin respuesta.
Lagrimas sin embargo brotaron de ambas y estuvieron a punto de caerme a mí también, por contagio, por empatía, pero aguante como un hombre, total, ya me dije a mi mismo que había llorado suficiente y que no lo volvería a hacer. Abrace a Sonia y segundos después a Ryoko, que por un momento quiso quitarse, pero luego al ver que no lo hacía con la malicia típica de los hombres para pillar cacho o para sacar algo de todo esto, al ver en mi mirada y mis gestos…que solo quería consolarla, se quedo ahí en mis brazos, ambas siendo abrazadas, siendo consoladas por mí.
Solo Sonia me abrazaba, gesto que era suficiente para mí.
Estuvimos así un rato, hasta que Ryoko más tranquila y acalorada, se quito. Más tarde fue Sonia la que se quito, ambas me agradecieron con sus gestos corporales y su mirada, mi gesto aunque ninguna se pronuncio con ello.
Poco después Sindy se me acerco llorando e ignoro a ambas, para ir a mis brazos, el doctor la siguió preocupado y llego hasta nosotros.
- Tranquila Sindy, está fuera de peligro (Por primera vez, lo veía totalmente serio y preocupado)
- Doctor, ¿Pero durante cuánto tiempo? (Dijo Sindy lloriqueando casi como una niña pequeña)
- Eso ya… (Dijo apenado) no lo sé… (susurro inaudiblemente)
- No llores mas, Sindy, el es un tipo duro, no morirá fácilmente. (Dije triste, al ver como aun lloraba mas)
- Tiene daños internos y graves, cuando le arreglamos una cosa, se rompe otra (Dijo, provocando que el doctor mirara hacia abajo al sentirse impotente)
- Debéis salvarlo, me salvo (Dije cabizbajo, Sonia miraba la escena en silencio, mientras que Ryoko intentaba animar al doctor)
- Lo intentamos, Fernando ah reunido a siete hombres, de los mejores y va a intentar traer medicinas y equipo para curarle (Me conto, sin tranquilizarme mucho y sin dejar de llorar.)
- Quiero ir (Digo sin pensarlo lo mas mínimo)
- Ya sabes que no puedes (Me mira a los ojos suplicante)
- ¿y yo? (Interrumpe Ryoko, una vez que el doctor nos ha dejado por imposibles y se ha ido a cuidar a los pacientes por los que puede hacer algo)
- ¿tu? No puedes tampoco (Dijo algo descuadrada Sindy)
- Que no dejes a este novato infantiloide, me parece normal (Comento seriamente Ryoko)
- ¡Eh! Que te salve la vida (Protesto a la japonesa)
- Sí, pero calla niño. (Me mando a callar sin contemplaciones) Pero que no me dejes salir a mí, no me parece muy inteligente por vuestra parte. (Se quejo la japonesa)
- No soy un niño…(Proteste)
- Tienes doce años (Argumento)
- Ya…pero aquí no. (La mire mal, estaba dolido por sus palabras)
- No importa, yo soy una mujer combatiente experta entrenada desde niña para combatir, mi abuelo me enseño y por si mi entrenamiento no estaba completo, los militares hicieron su trabajo. (Añadió a su argumento, mirando a Sindy)
- Pero si te entrenáramos aquí… (Quiso debatirle esta)
- ¿Qué pasa cuando llenas una tetera que ya está llena? (Pregunto con cara de suficiencia)
- Que rebosa (Contesto Sindy) Quizás tengas razón, obligare a Fernando a que te lleve (Contesto de nuevo) No mueras en el camino (Dijo preocupada)
- Pero yo... (Me iba a quejar)
- Da igual, lo considero algo personal él me salvo también (Pero Ryoko me hizo callar de nuevo) Además prometo que cuando vuelva, me dejare entrenar si queréis (Añadió terminando de convencer a Sindy)
- No es eso, yo quiero salir y salvarlo (Me queje esta vez al fin)
- Ya, pero si tu sales ahora serias más un estorbo que una ayuda (Argumento, poniéndose de parte de Sindy)
- No creo eso (Dije enojado)
- No te enamores de tu propia leyenda (Me susurro en el oído)
- …Quiero salir (Dije con las lagrimas saltadas de impotencia)
- No puedes (Negó Sindy)
- ¿Quién o qué, me lo impide? (Mire a todas excepto a Sonia, como si estuvieran contra mi)
- Yo y el protocolo (Sindy sujeto mi mirada)
- Y yo (Dijo Sonia, con mirada suplicante)
- ¿Quién es esa? (Dijo levemente celosa)
- Hola, soy Sonia, tu nueva aprendiz (Le hizo una reverencia a Sindy en señal de respeto)
- Ah verdad, la Tajata que accidentalmente despertaste (Dijo con una sonrisa con malicia)
- ¿accidentalmente? (Repitió preguntando Sonia, mientras me miraba)
- No fue así, que no sabía cómo hacerlo vale, pero no fue un accidente; ¿Qué tengo que hacer para ir mañana a esa jodida misión? (Primero explique lo que paso y segundo pregunte, ya que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa)
- No digas palabrotas (Se quejo Ryoko)
- Lo siento, ¡¿pero qué diablos tengo que hacer?! (Me disculpe y le grite a Sindy)
- Mmm…Vencerme (Esta pensó y luego me puso una sonrisa engreída)
- ¿Vencerte? (Pregunte confuso) Pues nos vemos en una hora en la sala de entrenamiento (Dije pensando que no se atrevería)
- No hagas tonterías… (Me dijo sacándome un poco de mis casillas)
- No me vencerás (Me dijo sonriendo con chulería)
- Allí nos vemos, no vencerás a un wecker (Dije pensando que quizá sí que lo era)
- No creo que seas un wecker, quizás tenias tantas ganas de despertarla, que lo lograste. (Empezó a vacilarme claramente)
- ¿Cómo? (Pregunte, sin terminar de creerme lo que me había dicho)
- Pues si fueras un wecker, no solo la habrías despertado a ella, hubieras despertado a los otros cien (Dijo señalándome con su dedo, pensando que me iba a amilanar)
- Te arrepentirás de eso que has dicho y mañana iré a la misión. (Dije con orgullo)
- No iras y no me arrepentiré, falso wecker. (me empujo, haciéndome dar un paso atrás al no haberlo esperado)
- Lo veremos, Gerwek (Ahora fui, el que reí)
Nuestras miradas se unieron en unos rayos invisibles de carácter confrontado. Ella se puso a atender a los heridos evitando mirarme y yo fui a ver al sacerdote, seguido de Ryoko y de Sonia.
- ¿Qué crees que estás haciendo? (Me dijo Ryoko enfadada y preocupada a la vez)
- Déjame solo Ryoko, no estoy de humor (Dije evitando mirarla)
- ¿Qué diablos te pasa? (Se quejo esta preguntándome)
- No soy un niño (Comente molesto por eso que dijo)
- Pero lo eres (Dijo con seriedad)
- Déjame, por favor (Le pedí por las buenas, aunque tenía ganas de sacarla de aquí a empujones)
- Está bien, nos vemos en la sala de ocio cuando te zurre Sindy (Dijo sin callarse lo más mínimo, mientras empezaba a irse)
- … (Guarde silencio, ya que no pensaba decir nada bonito)
- No deberías de ir a esa peligrosa misión (Aconsejo Sonia preocupada)
- Sonia, hay muchas cosas que tú no sabes (Le conteste)
- Pues cuéntamelas (Pidió con una simpática sonrisa)
- Está bien, veo al sacerdote y nos vemos en el bar (Le comento sin pensar mucho en lo que digo)
- Vale, ¿te espero allí o voy contigo? (Dice con tristeza en la voz)
- Como quieras (Me encojo de hombros)
- Vale (Se me agarra del brazo, empeorando el gesto de Sindy, aunque ahora mismo no me importa)
Cuando llegamos adonde esta el sacerdote, Sindy evita mirarnos, Ryoko ha salido molesta de la enfermería y por casualidad o no tanta casualidad, está el doctor tratándole en este momento.
- ¿Cómo esta doctor? (Pregunto preocupado)
- Creo que salió de peligro, debería estar despierto, pero por alguna razón no lo está. (Dice sin saber muy bien que decir)
- ¿y por qué no? (Pregunto a pesar de saber que no lo sabe)
- No lo sé, con un poco de suerte, pronto despertara (Intenta sonreírme aunque lo hace sin mucho ánimo)
- Gracias (Le agradezco ser paciente conmigo)
- Oye, no es que yo me quiera meter en nada, pero si te pones a las malas con Sindy solo puede pasar una cosa (Dice antes de que me vaya)
- ¿Qué, que me ponga un ojo morado? (Digo con seriedad)
- (risa) Eso es lo que menos te puede pasar (Dice sonriéndome al ver que me contagie de su risa, al darme cuenta del humor de su palabra tras decirla)
- Bueno no creo que me salve para matarme luego (Le pongo media sonrisa)
- ¿No? Bueno, te sorprendería saber lo bipolares que son algunas…Bueno si vas a hacerlo, ten cuidado y ¿puedo pedirte un favor? (Dice el doctor, mirando para los lados con gesto preocupado)
- ¿Cuál doctor? (Lo miro pensando que me va a pedir algo importante)
- ¿Puedo montar una timba? (Me dice por lo bajini)
- ¿timba? (Pregunto incrédulo)
- Si, ya sabes, apuestas (Me confiesa avergonzado)
- Como quieras, este es un país libre (levanto ambas manos en señal de que me da igual)
- ¿País? Ojala, déjalo en refugio. (ríe ante mi comentario)
- Vale, apueste por mi (Pongo gesto chulo)
- Mas quisieras, suerte (Me confiesa con frialdad, que no piensa que vaya a ganar)
- Gracias, pero no la necesito (Le miro impasible)
- La necesitaras (Dice asintiendo con la cabeza sin variar el gesto)
Cuando salimos de la enfermería, Sindy se choco con nosotros accidentalmente.
- Huy disculpa (Escupe, mirando a Sonia mal)
- ¿disculpa? Mmm… ¿estás tan nerviosa que te chocas con nosotros? (Bromeo, para crisparla)
- ¿nerviosa? Que gracioso, quizás estas nervioso tu (Pega su pecho al mío, mirándome con chulería)
- ¿por qué iba a estarlo? (Digo manteniendo el tipo)
- Porque vas a perder (Dice sacando una pequeña sonrisa nerviosa con dificultad)
- ¿estás segura de eso? (La miro a los ojos fijamente)
- Carlos no se rinde fácilmente (Comenta Sonia, riendo ella misma de su comentario)
- Cállate (Le ordena Sindy, celosa)
- Déjala hablar (Le pido)
- Uh, como la defiendes (Pone un tonito al decirlo que por un lado me gusta y por otro me desagrada)
- Hombre al menos ella me apoya (Dejo caer como un cuchillo entre nosotros)
- En realidad no te apoyo (Mientras que Sindy, abre la boca sorprendida por mis palabras; Sonia me remata diciendo esto)
- Cállate (Le pido molesto)
- Déjala hablar (Me imita riéndose Sindy, con cara de mala)
- ¡Cállate! (Le grito enfadado)
- Te vas a callar tu, cuando beses la lona (Da un paso más contra mí, pegando su nariz a la mía, pero no siento que me vaya a besar, siento como nuestros cuerpos se pegan, nuestras respiraciones se aceleran y mi corazón late rápido)
- Quizás la beses tu (Digo pegando mi frente a la suya, notando su nariz en mi cara y el roce de mi nariz en la suya, no sé cuantos milímetros nos separan pero lo que si tengo claro, es que ni un solo centímetro lo hace)
- Nos vemos en media hora (Avisa separándose al fin)
- Allí estaré (Consigo decir, mientras pienso… ¿Por qué anhelo ahora estar tan pegado a ella?)
Cuando salimos de la enfermería…
- Kock (Me llamo de la forma en la que me llamaba, cuando estábamos solos)
- ¿sí? (Respondí nervioso)
- Ella te gusta, ¿verdad? (Pregunto mirándome de forma extraña)
- No lo sé, puede (La mire un momento sin saber muy bien que responder y dije lo primero que se me vino a la mente)
- Ah, vamos al bar… (Dijo con gesto extraño)
- Vale… (Respondí un poco incomodo)
Fuimos en total silencio de camino a la sala de ocio, para ir al bar ella iba delante pensando en sus cosas y yo detrás de ella sin atreverme a decirle que ella me tenia enamorado desde preescolar y que ahora que era grande era todavía más hermosa, como si cada día hubiera sido un poco más bonita hasta llegar a hoy. Por el camino me sorprendió como la gente parecía más animada, gente que no había visto en mi vida me felicitaba por mi proeza en el campanario y algunos me llamaron “demolition-man”. Esta era la jugarreta que me tenía preparada Fernando.
Sonia se mostro curiosa ante el ánimo diferente de la gente y ante el apodo que pronunciaban…Entre otras cosas dudo que esa película este entre sus gustos. Al fin llegamos al bar, todavía no habían llegado ni Marcos ni Ryoko, ella se sentó en frente mía, en la única mesa que tenía el bar y me pregunto abiertamente.
- ¿Qué paso en este mundo, desde lo del libro? (Dijo pensativa) No quiero un resumen como antes, quiero cada detalle. (Confirmo levantando su mirada y manteniéndome la mía, que mantenía a duras penas con gesto estupefacto.)
Tomando un par de refrescos que me salieron el doble de caros, doce puntos, mire con gesto triste el cheque que bajaba mucho más fácil de lo que había costado ganarlo, le conté todo, mientras ella me escuchaba casi sin pestañear. Al terminar la historia ella quedo bastante impactada, casi sin saber que decir, ni cómo actuar. Tras un rato analizando la misma, al fin consiguió decir algo.
- ¿Y aun sabiendo todo esto, no te dejan salir? (Pregunto incrédula, haciéndome pensar que quizás había sido más impresionante de lo que a mí mismo, me había parecido)
- No y eso es exactamente lo que me frustra (Conteste melancólico)
- Bueno, según lo veo, eso es porque piensan que entrenándote podrás dar mucho mas (Comento lo que a ella le parecía todo esto)
- ¿tú crees? (Pregunte, aunque personalmente no estaba de acuerdo en que pudiera aprender mucho mas, dejando morir a un amigo; prefería mil veces aprender sobre la marcha.)
- Eso creo (Admitió Sonia)
- ¿Tan impresionante te parece? (Pregunte aun sin creérmelo)
- Bastante, sé que si la despierta hubiera sido yo, no hubiera sobrevivido (Dijo cabizbaja)
- Bueno para ser sincero, casi no la cuento, sino hubieran venido a por mí…Ahora estaría muerto (Confesé avergonzado)
- Pues quizás…Y solo digo eso, quizás, solo quieren que la próxima vez puedas volver solo (Confirmo de forma tajante, haciéndome abrir los ojos de par en par)
- Quizás, pero no podría soportar que Julio muera por salvarme a mi (Dije dando un golpe en la mesa con la mano, provocando que el camarero que ya de por si tenía la oreja puesta, no apartara la mirada de mí, no mejor dicho; de nosotros.)
- Bueno, deberías confiar en Fernando y… (Añadió metiendo la pata hasta el fondo, la interrumpí fuera de mi)
- ¡¿Fernando?! No le confiaría ni la cobaya de mi hermana (Me queje, cruzándome de brazos)
- Y si no quieres confiar en él, ¿por qué no confías en Ryoko? (Pregunto preocupada)
- Ya…Pero mi padre me enseño: “si quieres hacer algo bien, hazlo tu mismo”. (Dije rememorando los consejos de mi padre, como si llevara un año entero sin verlo o hubiera muerto)
- Ya, te entiendo; pero esta vez tendrás que delegar (Dijo pensando en otra cosa, como si añorara a su familia también)
- O Vencerla (Añadí con media sonrisa, ella la miro y se ruborizo ligeramente)
- ¿Crees que puedes? Parece muy ruda (Comento apoyando su cabeza sobre sus brazos cruzados en la mesa)
- No lo sé, eso creo (Comente, pensando en la leyenda de Sindy)
- ¿Podrás esforzarte al máximo con la que te gusta? (Añadió esbozando una ligera sonrisa)
- No lo sé, pero lo intentare, vamos. (Comente sin darme cuenta que su sonrisa se había borrado al oír la confirmación de sus sospechas)
- Vamos, suerte, Kock (Susurro para el universo, como si algo nos escuchara aquí también)
Tras todo esto, ambos nos pusimos de camino a la sala de entrenamiento, estaba tenso, y Sonia intentaba constantemente relajarme sin éxito, antes de entrar se puso en mi camino.
- ¿Qué haces? (Le pregunte)
- Cierra los ojos (Ordeno)
En un principio pensé que me iba a hacer alguna clase de relajación, pero no, no fue eso lo que paso. Cuando me di cuenta sus labios tocaron los míos tímidamente, abrí los ojos de par en par y al verla tan cerca con los ojitos cerrados, mi primer instinto fue separarme, luego la abrace en silencio; la sentí aliviada, efecto contrario que consiguió en mi. Me puse mucho más nervioso, con su gesto. Pero eso si…consiguió despejarme la mente, ya que ahora solo podía pensar en otra cosa.
Al entrar en la sala de entrenamiento, me fije en que teníamos público y un público bastante impaciente por ver acción; ninguna cara conocida salvo la del doctor, que me saludo y susurro un agradecimiento, de manera inaudible para nadie. Cuando me quite el abrigo y empecé a calentar al poco escuche un portazo detrás. No estaba seguro de si había sido ella, pero mi corazón lo sospechaba porque había hecho un parón y luego había continuado con su latir. Al girarme efectivamente era ella, aunque una versión diferente a la que esperaba…Se había quitado su bata de enfermera y en su lugar iba vestida de militar, con una chaqueta militar que desabrocho mientras la miraba, dejando al descubierto una camiseta de tirantes también de militar con un escote espectacular, que no haría más que distraerme. Una mini falda militar, que no dejaba mucho a la imaginación, medias de red tanto en pies como en sus manos que llevaba guantes de red, que no hacían otra cosa que hacerla ver más sexy; unas botas de combate y el pelo recogido en una pequeña coleta que dejaba un par de flequillos sueltos por la frente y las orejas, mostrándome que era más bonita, de lo que imaginaba.
Al ver eso todos hicieron un “ohhhh” ya que estaban impresionados, a mí lo que me impresiono fue su cara de cabreada al ver a la gente, primero me miro a mi, que le mantuve la mirada y luego al doctor que se escondió entre la gente.
- Estas preciosa (Dije sin poderlo evitar) ¿Qué intentas? (Susurra Sonia en mi oído molesta)
- Cállate (Me ordeno Sindy, pero era casi una petición para evitar meter sentimentalismos en la pelea) Doctor, ya que ha hecho las apuestas, ¿Por qué no hace usted de arbitro? (Pregunto con malicia) Amansar a la fiesta (Contesto a Sonia también en un susurro, ganándome una mirada de reproche de Sindy)
- Claro, será un honor… (Dice asustado) Esta pelea es una pelea amistosa, no se permite sangre ni armas, iremos a diez toques, el que toque a su adversario diez veces gana, cada caída son diez puntos, si una persona llega a veinticinco puntos antes que la otra le golpee diez veces, gana. Si llegaran a diez golpes o veinticinco puntos a la vez, ganara el que desempate antes, dando dos golpes o un derribo mas, ¿entendido? (Grito el doctor saliendo de su escondite, para que todos supieran las normas)
Mientras que el doctor habla, Sindy se cruje el cuello, la espalda, los nudillos mirándome con cara de loca, esta preciosa a la vez que la veo muy peligrosa, me pregunto: ¿habrá entendido eso de “pelea amistosa”? Buena pregunta.
- Si, entendido (Dice Sindy, acercándose a mí y rozando su cabeza con la mía de forma violenta)
- Si (Digo sorprendido por sus actos)
- Señorita más vale que vayas a mi asiento (le indica a Sonia, esta me mira, suspira y asiente, empieza a marchar hacia su asiento) Daos la mano y empezamos (Ordena el doctor)
Sindy se acerca, me da la mano y antes de que pueda reaccionar, nada mas soltar nuestras manos, me da un puñetazo en la cara por sorpresa con la otra mano, que me hace mirar hacia un lado, reacciono con rapidez y doy un paso hacia detrás haciendo que su otro golpe falle.
- ¡Eh! Eso es trampa (me queje acariciando mi mejilla)
- No lo es, nos dimos la mano (Sonrió con malicia)
- No me dejaste ponerme ni en posición (Me volví a quejar)
- ¿vamos a luchar o vamos a hablar? (Protesto el doctor, viendo como los espectadores se molestaban por nuestra conversación)
- Gr… (Rugí cabreado)
- Perro ladrador, poco mordedor (Se rio de mi, ahora más confiada de sus posibilidades)
- Te vas a enterar (Avise, poniéndome en guardia)
Ambos dábamos vueltas en posición de lucha mirándonos fijamente a sus ojos, debo admitir que su mirada tierna se había convertido en una mirada sádica que intimidaba, pero no me iba a dejar intimidar por ella, tenía que ganar. En un momento dado, me pare a escuchar lo que gritaba la gente eran barbaridades: “Sindy arráncale la cabeza” “Novato demuéstrale como tratamos aquí a las mujeres rebeldes” y todo tipo de frases del mismo tipo, aunque la mayoría de gente la animaba a ella. Salí corriendo hacia ella, pare en el último momento e hice un barrido con la pierna por debajo a toda velocidad aprovechando la inercia que llevaba, ella salto para esquivarla sin prever, que sabia capoeira así que di una vuelta en el aire, golpeándola directamente y haciendo que diera un mortal hacia detrás para evitar caer al suelo.
- Uno a uno Señores, la ventaja de Sindy se ha acabado y Carlos vuelve al contra ataque (Grito el doctor, enervándola mas)
Sindy tras el pequeño momento de estupor provocado por ese golpe que no esperaba, salió corriendo hacia mí, me intento meter un rodillazo en el aire, que esquive por los pelos, al tocar suelo, me mando una patada, que para pararla tuve que recibir el golpe en el brazo. Luego alce su pierna haciéndole perder el equilibrio y le golpee las tetas con una palmada entre ellas haciéndola caer al suelo. No podre olvidar su cara de sorprendida en la vida cuando el doctor grito: “¡guau! ¡¡Sindy 2 toques, Carlos dos toques y diez puntos!!.
Sindy se levanto con el gesto cambiado, si pensaba tener alguna piedad conmigo eso se había acabado y más cuando se escucho por encima de las otras voces.
- Acaba con ella, mírale su cara está asustada (La mire y agradecí mentalmente a Sonia que se lo dijera en su cara)
Sindy cambio su táctica de matona que en un principio pensó que iba a funcionar conmigo, ya que al fin y al cabo, no me conocía bien. Se puso en una posición de pelea que no reconocí. Nos acercamos mutuamente, mande una patada hacia su pecho, ella la bloqueo con ambas manos y me hizo rodar, si no fuera por capoeira hubiera caído, hice “el salto del mono” una voltereta hacia detrás con una sola mano y caí de rodillas, justo para agarrarme la cara con ambas rodillas y saltar hacia detrás estrellando mi cara contra el suelo al grito de “iaaa” por un momento mi mirada se puso turbia, aunque el suelo de esta parte estaba acolchado, había notado algo crujir en mi. Mientras que estaba en el suelo, escuche al doctor hablar…
- Huy de esa caída quizás no se levante, siguen dos a dos y ahora también empatan a los puntos, pero Carlos no se levanta, tendremos que empezar a contar. Diez, nueve, ocho
Al fin pude centrar mi mirada, Sindy se había acercado preocupada a mí, gesto que aproveche para devolverle el golpe del principio le di una patada por detrás a sus piernas haciéndola caer de espaldas y una vez en el suelo…intente darle con el talón en el cuerpo, pero me bloqueo con sus manos.
- Vaya, esto se pone emocionante, vamos veinte puntos a diez, ganando Carlos y tres golpes a dos, ganando también Carlos. (Sindy no estaba contenta con esto, que grito el doctor)
Mientras tanto fuera, un Pérez muy nervioso que había visto la pelea por casualidad, gritaba a los cuatro vientos, corriendo por dentro del refugio: “¡Sindy y el nuevo se están peleando!” atrayendo a casi todas las personas del refugio, incluso a algunas no deseadas, formando peleas para verlo todo incluso desde la puerta, mientras todo esto pasaba, la gente iba llegando, estos dos seguían peleando.
Sindy agarra la pierna de Carlos con brazos y piernas, tirándolo al suelo, luego lo soltó enfadada y añadió: “Estamos en paz”
- Ambos están a una caída de perder, pero Carlos sigue llevando la delantera del combate (Grita el doctor, bastante emocionado)
Sindy se acerca peligrosamente y retrocedo cojeando, Sindy suelta ambos puños, primero el derecho, que es esquivado de milagro por mi y suelta el izquierdo, siendo bloqueado también por los pelos, recibiendo por sorpresa un rodillazo en el estomago, que me hace arrodillarme. Se acerca a mí con intención de derribarme y le doy un cabezazo haciéndola retroceder. Ambos escupimos un poco de sangre, pero contra todo pronóstico sonreímos mientras el doctor grita.
- Ninguno acepta perder, ninguno quiere retroceder, Carlos vuelve a tener la delantera, pero este combate pende de un hilo, van cuatro golpes a tres. (A la gente se le nota bastante emocionada)
- No te confíes vas a perder, he estado jugando (Confiesa Sindy)
- ¿ah sí? Entonces también me esforzare al máximo (Confieso)
- Mentiroso, engreído (Me insulta)
- Estúpida, preciosa (Le insulto y piropeo a la vez)
- No pillas el concepto de insultar, ¿eh? (ríe al escucharme)
- Quizás no quiero hacerlo (Me encojo de hombros, ante su mirada impasible)
- ¿no? Te voy a golpear y ganar igual (Dice corriendo hacia mi)
Extiende sus puños hacia mi pecho, doy un paso hacia detrás esquivándola, empiezo a mover la pierna hacia delante para darle un rodillazo en la espalda y ella en el aire da una voltereta hacia detrás esquivando mi pierna, ambos jadeamos, por el esfuerzo y los nervios.
- Sin duda, muchos ya han perdido la apuesta de que Sindy acabaría con él en menos de un minuto (Algunos salían de la sala cabizbajos, aprovechando para entrar otros, pagando al doctor con productos de comida y otras cosas)
Mire a Sindy, pero esta empezó con un brutal ataque, patadas, rodillazos, codazos, puñetazos, cada vez que esquivaba y bloqueaba un golpe, venia otro, sin darme opciones a contraatacar. Desvié uno de sus brazos, creando una abertura en su férrea guardia y le di tres golpes, uno en el ombligo con el codo, uno en el pecho con los nudillos y otro en su vientre con los nudillos, también. Pero olvide que esa era una técnica mas para tíos que para tías, reacciono antes de lo que esperaba y me piso el pie, cuando lo quite, agarrándomelo de dolor, me dio un puñetazo en la barriga y al encogerme del todo, un par de puñetazo en la cara. No siguió porque vio que me levantaba.
- Siete a siete, parece que ambos están decididos a acabar con esto ya. (Grito eufórico el doctor)
Ambos nos miramos sonriendo. Empezamos a intercambiar golpes, ambos bloqueábamos los golpes, los desviábamos e intentábamos aprovechar las aberturas, pero no lo conseguimos.
- El empate se mantiene y no son capaces de romperlo, parece que Carlos se quedara aquí y no irá a la misión de mañana (Grito este)
Al oír eso, la tensión nerviosa se me disparo, la adrenalina hizo su efecto y cuando me di cuenta, el tiempo se había parado poco a poco, lentamente. Empecé a verme de nuevo desde arriba, pero esta vez mi alma se dividió en cuatro. Me metí dentro de la primera, mi cuerpo se movió solo hacia ella algo aturdido y recibí un golpe en la cara a cambio, como reacción, mi cuerpo se metió en la segunda alma. Empecé a golpear tal y como estábamos haciendo antes, hasta que me cazo y me golpeo de nuevo. Tras esto, mi cuerpo se metió solo en la tercera alma, aguarde a su movimiento y aunque me golpeo ya sabía por dónde iba a hacerlo. Y en el cuarto, pero último momento de este poder, don o lo que fuera, aguarde pare su golpe e intente golpearla, pero…Lo impidió demostrándome que así no podía tampoco.
Cuando volví en mi, bloquee su golpe, pero agarre su brazo y la atraje hacia mí, consiguiendo golpearla. Quedando ocho a siete, el doctor y todos los demás empezaron a animarme al ver que tomaba de nuevo la delantera. Gritando: “Demolition-man”, una y otra vez.
- ¿Cómo diablo lo has hecho? (Pregunto sorprendida)
- ¡Ah! Un mago nunca demuestra sus secretos (Conteste, con gesto de no entender nada, ahora no había bebido nada raro)
- Muy gracioso, no saldrás mañana (Apretó los puños furiosa)
Empezó a intentar golpearme por todos lados sin dejar ni una sola abertura mucho tiempo, ambos sudábamos, jadeábamos este combate no tenia fin, pues ninguno de los dos queríamos rendirnos, a veces ella tenía que caminar hacia detrás, en otros momentos podía avanzar y a veces…Era un toma y daca, sin sentido, pues ninguno admitía perder terreno. Sabía que así ganaría ella, pero no conseguía encontrar el camino para vencerla. En uno de los momentos lleno de desesperación agarre su puño, me di la vuelta, recibiendo un golpe en la espalda y la lance por los aires, haciéndole una llave de judo, intentando vencerla de una vez, ella dio una voltereta y me golpeo en la frente con rapidez, con su otro puño, provocando que sonriera a cambio.
- Estas a un golpe para perder (Dijo satisfecha) ¡Increíble maniobra de ambos, pero la magnífica Sindy es invencible, Carlos esta a puntito de perder (Anuncio satisfecho el doctor) ¡Animo Kork! (Animo Sonia)
- ¡¿Kork?! (Se bufo Sindy)
Entonces recordé que aparte de saber en mi mundo algunas artes marciales, la clase que había elegido en este mundo si es que eso fue real…Debería haberme enseñado algo, cerré los ojos un momento concentrándome en encontrar ese conocimiento que no alcanzaba a recordar. Intento golpearme, pero por primera vez mis recuerdos parecían sincronizados y ahora me era mucho más fácil, bloquear todos sus golpes, en un momento use las artes marciales de la policía, le abrí la guardia con ambas manos y le di un puñetazo en la barriga, haciéndola dar un paso hacia detrás, sorprendida.
- ¿Qué diablos? (Me pregunto incrédula)
- ¿satisfecha? (Reí con media sonrisa)
- ¡no! (Grito furiosa)
Paso al ataque de nuevo y esta vez iba perdiendo terreno…
- Nueve a nueve, veinte a veinte un empate total, señores (Grito el doctor)
- No por mucho tiempo (Avise con una sonrisa, ya que casi veía el hueco para cazarla)
- Atrévete (Dijo enfadada)
Le pegue un puñetazo que esquivo agachándose, desde abajo intento golpearme y con una sola mano le agarre ambos puños, intento derribarme usando nuestra inercia y la agarre en el aire, llevándomela conmigo, ambos nos agarramos en el aire y ¡zash! Caímos al suelo ambos, dejándonos inmovilizados mutuamente.
- Es increíble, ambos están en el suelo, ninguno quiere perder (Dijo el doctor, la gente no conseguían contenerse, gritaban nuestros nombres “Sindy por un lado y Demolition-man, por el otro.”) diez, nueve, ocho (intentábamos soltarnos y ninguno lo conseguíamos) siete, seis, cinco (intentamos golpearnos ella con la cabeza, yo con las piernas; ambos esquivamos al otro, yo me pegue a su lado; cabeza con cabeza para que no pudiera golpearme y ella me agarro con brazos y piernas como una desesperada sin dejarme separarme) cuatro, tres, dos…(Conto el doctor, mientras que ambos forcejeábamos)
- ¡¡¿Qué está pasando aquí?!! (Grito Fernando, distrayéndome)
Sindy me mordió el cuello, hizo que la soltara, a la par que grite: “ahhhh” y me dio un puñetazo en la cara, dejándome en el suelo tirado.