Mujeres sin rostro ni nombre
Relato de sufrimiento y venganza por parte de las trabajadoras de la calle. Ballbusting y humillación
Irina había llegado a este país con la esperanza de encontrar un trabajo digno y esos derechos humanos que suponía que existían en algún lugar. Allí de donde venía la pobreza y la violencia eran el pan de cada día y un gobierno corructo no ponía solución, mientras se llenaba los bolsillos explotando los recursos del país.
Había encontrado un trabajo de camarera en el que le pagaban una miseria y le hacían trabajar el doble de una jornada habitual… Aquel trabajo le había permitido pagarse una habitación en un piso patera donde había conocido a Ely una chica pelirroja de su mismo país.
Aquella chica le había explicado a Irina que todo lo que creía que iba encontrar era mentira que la gente de este país las veía como meras inmigrantes sin papeles.
-tienes un cuerpo bonito- le dijo Ely un día -una melena rubia y unos ojos azul profundo, podrías tener a cualquier hombre-
Irina la miró sin saber muy bien porque le decía eso ahora, y Ély siguió hablando.
-No me mires así, sabes a qué me dedico y a que me refiero, podrás ganar dinero y mandarlo al país para que tú familia viva bien… y tal vez poder alquilar un piso para ti- a Ely se le iluminaron los ojos repentinamente - podríamos alquilarlo juntas? Piensatelo-
Irina no daba crédito a lo que oía, no había venido hasta aquí para prostituirse, aunque tuvo que reconocer que en lo que había trabajado hasta ahora apenas le daba para la habitación y la comida.
Irina se negó al principio pero poco después aceptó la propuesta de Ely que le presentó a una señora mayor y muy gruesa con cara de pocos amigos que siempre iba acompañada por dos gorilas de piel morena, pelo largo y mucho oro en el cuello.
Ely le dijo que tenía que pagar por prostituirse en la zona a esa mujer y ella le "protegería".
Una vez acepto las normas se dispuso a hacer la calle por primera vez.
Se vistió con un vestido muy corto de raso color morado y unas botas altas con un tacón impresionante, todo era de Ely que se lo prestó para sus comienzos.
-tu estate tranquila y haz lo que te pidan, hazlo rápido y acabarás rápido- le dijo Ely de camino - más clientes, más dinero- explicó a una nerviosa Irina.
-y si no doy la talla? Y si no les gusta lo que hago? Y si me piden cosas raras?-
Elynenka sonrió ante la retalia de preguntas.
-son hombres, les gustará lo que haces, si se la mamás a uno masajea sus huevos, si lo cabalgas masajea sus huevos, diles guarradas y se irán pronto- Ely sonreía mientras hablaba aunque sabía que a veces no era todo tan fácil - si te piden algo que no quieres hacer sube tu tarifa al triple-
-y si me lo pagan?- preguntó Irina
-lo haces y ese día ganas más dinero, pero nunca aparentes inseguridad- esto último Ely lo dijo muy sería - y cuidado con la policía,- Ely no dio más explicaciones pues no quería asustarla más de la cuenta.
Irina no preguntó nada más, imagino que lo de la policía sería por los papeles y demás.
Su primer día estaba siendo un éxito, había tenido varios clientes jóvenes y uno mayor y no le habían pedido nada raro. Había ganado bastante dinero y solo se había tenido que subir un poco el vestido… y lo de los huevos era fantástico solo rozarlos con la mano y masajear y zas se corrían como adolescentes hormonados.
Eran las tres y media de la mañana y tras tan lucrativa noche decidió que ya era hora de irse a casa.
Andaba tranquila, sus tacones resonaban con cada paso, había separado el dinero para la señora y había guardado el suyo aparte. Sumida en sus pensamientos no oyó el coche que se acercaba hasta que las luces azules de la sirena la sacaron de sus pensamientos, sobresaltada se giró para ver cómo el coche patrulla se acercaba a ella.
Vio que eran dos hombres, un chico joven muy atractivo y uno más mayor y algo gordo.
"En especial un chico joven y uno mayor" resonó en su cabeza las palabras de Ely.
Bajaron del coche haciéndo el alto a Irina que miró alrededor en busca de una salida algo asustada.
-tranquila señorita- era el joven el que hablaba -no tenga miedo solo queremos identificarla- siguió el chico jove
-va! Si sabes que no tiene papeles, no te hagas el bueno con esta zorra Carlos- el viejo habló y su voz sonó cavernosa.
Irina estaba cada vez más asustada.
-no le hagas caso Manuel es un hombre mayor al borde de la jubilación- Carlos hablo amablemente -ahora señorita saque su documentacion-
-no… no tengo- balbuceo Irina -yo me la deje en casa- trato de mentir la asustada chica.
-señorita si es eso cierto tendrá que acompañarnos a comisaria- Carlos miro Manuel que tomó posición detrás de irina deleitándose con la vista de tan hermoso culo.
-no por favor, déjeme ir…- Irina estaba cada vez más nerviosa - are lo que quiera pero por favor déjeme ir-
-lo siento- dijo Carlos y la tomó por el brazo llevándola al coche patrulla -no te preocupes, pronto estarás en la calle de nuevo- dijo él mientras la metía en el coche poniéndole las esposas.
El coche giró y pasó muy lentamente por donde las otras chicas estaban haciendo la calle, unas la miraban con compasión, las más novatas apartaban la mirada al verla y algunas como una que siempre llevaba gafas de sol no la miraba fría como el acero.
Vio a Ely que la miró e hizo gestos para que estuviera tranquila.
El coche giró por un callejón que daba a un gran solar oscuro e Irina entró en pánico.
-¿dónde estamos?- pregunto sin obtener respuesta y viendo como el coche entraba en el solar.
Avanzaría hasta el centro y una vez allí se detuvo, Carlos salió del coche y abrió la puerta trasera metiéndose dentro del coche con Irina.
-cómo te llamas?- pregunto.
-iri.. irina-
-Bien Irina ahora te voy a quitar las esposas y me la vas a chupar en posición de perrito- dijo Carlos fríamente.
-pero…- intento hablar Irina.
-no hay peros, o haces lo que decimos o te llevamos a comisaría y te deportamos-
-usted dejo que estaría pronto en la calle- protestó ella.
-y tú qué harías lo que quisieramos- hablo Manuel desde la parte de alante del coche mirando la entrepierna de irina pues el vestidito se había enrollado sobre sí mismo y dejaba ver sus bragas.
Carlos sin previo aviso llevó su mano entre las piernas de Irina y agarró su clítoris retorciéndodelo y apretándolo. Irina se inclinó hacia alante mientras Manuel reía, trato de no gritar pero el dolor era insoportable.
-claro que también te puedo hacer mucho daño y que no puedas trabajar unos dias- Carlos retorcía su clítoris con fuerza -y no podrás pagar a señora… creo que eso es pero que te deporten… que es peor que comerte una polla a cuatro patas-
Carlos soltó su clítoris al terminar de hablar e Irina se encogió sobre sí misma por el dolor. Carlos le quitó las esposas y y la agarro por el mentón obligándole a mirarlo.
-por las buenas… o por las malas- amenazó.
Ella comenzó a llorar tanto por el dolor como por la humillación y asintió poniéndose a cuatro patas, Carlos se sacó la polla y acercó su boca mientras oía como Manuel bajaba del vehículo
Ella recordó lo que Ely había dicho sobre los huevos y decidió acariciarlos para que acabase cuanto antes pero entonces la puerta del otro lado se abrió y noto unas manazas acariciando sus nalgas.
Al notarlo bajo la intensidad de su llamada y caricias testiculares casi sin darse cuenta, la reacción de Carlos fue bajarle la cabeza para que se tragara su pollaza entera.
Le entraron náuseas atragantandose con esa pollaza Mientras notaba los rechonchos dedo de Manuel hurgar en su ano.
Luchó por respirar y movió su culo de lado a lado tratando de evitar lo inevitable.
Noto una fuerte palmada en su vagina y el dolor fue horrible.
-no te muevas zorra- bramo Manuel al tiempo que escuchaba la risotada entre jadeos de Carlos por el golpe.
Solo el hecho de que Manuel la sujetaba impidió que se encogiera de dolor.
Noto como su culo se dilató un poco por esos rechonchos dedos y acto seguido noto como la gorda polla de Manuel entró en su culo mientras Carlos movía su cabeza de arriba abajo sobre su polla.
Mientras Irina pasaba el que probablemente sería el peor día de su vida los hombre disfrutaban como fieros animales comiendo de su presa.
Le faltaba el aire debido a que Carlos no le daba cuartel y Manuel embestía su culo con fuerza.
Pronto noto como Manuel se corría dentro de su culo sin dejar de embestir como un animal y Carlos hacía lo propio en su boca.
Cuando los hombres acabaron la tiraron del coche sin miramientos.
-mas te vale tener la boca cerradita- amenazó Manuel mientras le pateaba sin piedad el coño.
Carlos no dijo nada se abrochó el pantalón y se montaron en el coche dejando a la pobre Irina tendida en el suelo.
Cuando se hubieron marchado logro ponerse en pie con dificultad y vómito. Marchó a casa y se metió en la ducha llorando como nunca lo había hecho. Sentía rabia e impotencia había venido hasta aquí para ganarse la vida y se había visto obligada a prostituirse por necesidad y ahora los que se supone estaban para protegerla la habían violado.
Pensó en dejarlo y se enfado mucho con Ely por no advertirle pero está le convenció de que no lo dejara.
-enfádate conmigo si quieres pero tienes una deuda con la señora, tienes que pagar lo acordado si no lo que te han hecho esos cerdos no será comparable con lo que ella te hará- le había dicho.
Se sintió frustrada y al día siguiente no tuvo fuerza de ir a trabajar, pero sabía que Ely tenía razón y tras pasar un día entero llorando no tuvo más remedio que ir a la calle al día siguiente.
Ese día y los dos siguientes apenas tuvo clientes pues eludía casi cualquier trabajo, estaba frustrada y enfadada.
Esa noche salió decidida a ganar dinero si mirada se había vuelto fría y su carácter había cambiado para siempre, no se hablaba con Ely No quería saber nada de ella.
Llego a su zona y vio que aparte de las chicas de siempre había una chica nueva, una joven latina de pelo negro y finas curvas, la miró con desdén y saludo a la chica que siempre iba con gafas de sol con un ligero gesto de cabeza.
La noche no iba mal con frialdad pero con profesionalidad había atendido a varios clientes. Debía de se las dos de la mañana cuando vio aparecer el coche patrulla con aquellos dos cerdos, la miraron sonrientes y se puso nerviosa, pero estos pasaron de largo y se pararon junto a la chica nueva.
Mismo modus operandi vio cómo gesticulan y la chica terminó por entrar al coche esposada.
Sintió rabia y pena por la chica, vio como el coche tomaba la misma dirección que cuando la habían cogido a ella y sabía que iba a pasar.
Algo ocurrió dentro de ella una rabia irrefrenable la invadió y cuando se quiso dar cuenta hecho a correr en dirección a aquel maldito solar, los tacones de sus botas altas le impedían moverse con facilidad y no dudó en parar para quitarse las botas y con ellas en la mano continuar corriendo, la mini falda de charol rojo que llevaba de le subía con cada zancada pero no le importaba, solo pensaba en llegar lo antes posible, no sabía que iba a hacer pero tenía que actuar, paso por delante de Ely y está la observó perpleja al igual que la chica de las gafas, ambas la miraron y algo les dijo que iba a cometer una estupidez.
Llego al solar y vio el coche detenido en mitad, vio las sombras de los tres y supo que estaba pasando, continuo corriendo en esa dirección. Conforme se acercaba la escena se iba haciendo más clara.
Carlos estaba en pie apoyado en el coche patrulla y la chica era obligada a tragar su polla mientras Manuel se acariciaba el paquete esperando su turno.
Irina grito y Manuel se giró para ver como ella se acercaba a toda velocidad.
Se le clavaban las piedras del solar en los pies desnudos, pero no le importaba su objetivo estaba frente a ella observando como ella se acercaba a toda velocidad perplejo.
Manuel no pudo reaccionar todo pasó muy rápido conforme Irina llegó a apenas un metro de él lanzó una tremenda patada contra las pelotas del hombre mayor clavando su empeine con fuerza sobre ellas y provocando un fuerte ruido que retumbó en el solar, el hombre se alzó en el aire un poco a pesar de su sobrepeso y cayó al suelo con las manos sobre sus testículos.
Irina no se detuvo a comprobar el daño realizado sino que se lanzó contra un Carlos que intentó reaccionar pero el golpe que le propinó Irina con sus botas en la sien lo dejó atontado.
La chica latina que estaba arrodillada frente a él con lágrimas en los ojos no tardó en reaccionar y mordió con fuerza su polla provocando alaridos de dolor en el joven policía.
El instinto de supervivencia del chico salió a la luz y golpeó con fuerza la cabeza de la chica mandándola al suelo aturdida.
Pasada la ira inicial Irina observó sin saber muy bien que hacer ahora a Carlos que a pesar del dolor se lanzó contra ella tirándola al suelo y cayendo sobre ella.
Forcejearon un poco y pronto Carlos la tuvo retenida sujetando sus manos sobre el piso por encima de su cabeza.
-maldiga puta! - gritó colérico el chico - vas a pagar por esto- amenazó babeando y con un terrible verdugón en su cara donde había recibido el golpe de Irina.
Ella se asustó y temió por su vida pues la mirada del hombre era colérica y parecía ido de furia.
Entonces noto como alguien se lanzó sobre él y lo tiró al suelo, era la chica de las gafas la que a la carrera había saltado sobre el quitándoselo de encima.
Parecía que la pelea iba ir en favor de el de nuevo pero entonces escucho el alarido del chico y pudo ver cómo a pesar de que estaba sobre ella está le había agarrado los huevos y los retorcía sin piedad.
Mientras la chica latina le había cogido la porra a Manuel recuperada del golpe y dispuesta a no permitir que el gordo policía de recuperase y asestó dos fuentes golpe con la porra en los ya dañados huevos de Manuel que se retorcía llorando y pidiendo clemencia, pero ella no cedió y siguió golpeando loca de rabia.
Irina vio por el rabillo del ojo como Ely también había llegado y observaba la escena sin hacer nada. No le importó ayudo a la chica de las gafas patentado en las costillas a Carlos y este cayó a un lado sujetando sus jodidas pelotas.
Irina vio que a la chica se le habían caído las gafas y vio una terrible cicatriz que le atravesaba el ojo y supo el porqué del feroz ataque contra Carlos sin que ella le dijera nada, solo vasto una mirada.
Irina tomó las esposas de Carlos y se las puso sujetando sus manos a la espalda, entre las dos lo pusieron de rodillas y apoyaron su cabeza contra el suelo dejando su culo en pompa. La morena latina dejó de golpear los huevos de Manuel con la porra cuando esté perdió el sentido por el dolor. Se giró hacia Irina y vio como lo ponían en esa posición.
-me querían dar por culo- dijo la chica morena.
-a mi me dieron- contestó Irina mirando la porra que la otra tenía en la mano.
Sobraban las palabras y la chica se acercó porra en mano mientras Carlos suplicaba piedad.
-los has matado?- preguntó la chica de las gafas mientras cogía la porra de las manos de la morena.
-creo que no- contestó está - pero dudo mucho que vuelva a poder usar su bolitas- continuo con una sonrisa demencial.
La otra chica asintió conforme y se giró hacia Carlos.
-por favor- lloriqueo este -no… no me hagáis nada dejarme ir-
Irina le pateó con fuerza los huevos desde atrás provocando otro grito de dolor de este.
Entre las tres bajaron los pantalones mientras Ely observaba sin saber qué hacer, parecía asustada y paralizada.
La chica de las gafas le pasó la porra a Irina y se giró para separar las nalgas de Carlos con fuerza provocando otro grito de dolor.
Irina se tomó su tiempo observando el ano de este y acercando la porra a el dispuesta a partirle el culo.
Apoyó la porra y sin piedad hizo fuerza mientras las otras separaban más las nalgas del hombre, la porra entró un poco y el grito de él fue espeluznante mientras Irina movía la porra de lado a lado dentro de su ano. Carlos perdió el conocimiento.
El ruido de dos vehículos las sacó de su macabro ritual de venganza, vieron como una furgoneta y un coche de alta gama se aproximaron veloces.
La furgoneta paró y salieron cuatro chicos que se acercaron a las chicas y las hicieron apartarse de los policías heridos.
El otro coche se paró delante de ellas y vieron salir a los gorilas de la señora.
Uno de ellos abrió la puerta trasera y la señora salió del coche apoyada pesadamente sobre su bastón.
-no me miréis así- dijo con voz fría -en este barrio no pasa nada sin que yo me entere-
Hizo un gesto con la cabeza y los chicos que habían salido del furgón agarraron a los policías y los metieron dentro para luego subirse ellos y alejarse con la furgoneta.
La señora las miró una a una haciendo que agacharon la cabeza con su fría mirada.
-estas dos hijos de puta llevaban tiempo jodiendo a mis putas- hizo una pausa para observarlas de nuevo - una puta jodida es una puta que rinde menos- escupió al suelo continuó hablando -pensaba hacerles una visita pero vosotras os habéis adelantado-
-que, que vais a hacer?- dijo Irina asustada y temiendo lo peor pues nunca tuvo intención de matar a nadie pese a la ira.
-tranquila, solo les voy a convencer se que no recuerden nada y de que abandonen su trabajo- una terrible sonrisa se dibujó en su rostro. - otros policías investigarán pero no temáis ellos no dirán nada y vosotras sois chicas sin rostro ni nombre, cambiar, teñidos el pelo poneos lentillas, hacer lo que sea, que no se os reconozca- se giró hacia la chica de las gafas - querida tú tienes que desaparecer una temporada, pero tranquila no te cobraré la deuda… por el momento-
Sin decir nada más entró en el coche y los gorilas cerraron la puerta para meterse tras ella.
El coche avanzó un metro y luego se detuvo. La ventanilla trasera se bajó y la señora apareció de nuevo.
-por cierto…- dijo observando a Ely - no os parece raro que siempre que hay una chica nuevo estos perros aparecían?- sonrió fríamente - no os parece raro que cierta a pelirroja nunca la hayan llevado con ellos?- sonrió de nuevo y subió la ventanilla, el coche arrancó y se marchó de allí dejando a las tres chicas mirando a Ely con odio y rabia avanzando lentamente hacia ella…
Fin