Mujer sumisa
Cuatro días de morbo y sexo salvaje con su sumisa mujer, tras una apuesta tonta entre ambos.
Empezaremos por las presentaciones, Nacho tenia casi 30 años, altura 1.85, y unos 80 Kg de peso, las mujeres dicen que es atractivo, aunque no guapo, y sin estar fuerte, tiene un cuerpo aceptable, siendo el culo lo que más les gusta a ellas.
Su mujer, Marta, es muy sensual, pelo castaño, ojos marrones, 1, 68 de altura, su peso oscila entre 52-55 Kg., y con unas medidas de 92- 62- 94, como a casi todas las mujeres, no le gusta su cuerpo, cree que sus pechos son demasiado grandes, pero a él le encantan, son grandes, duros y se mantienen arriba, le encanta chupárselos y jugar con su lengua en sus pezones rosados mientras se los toca suavemente con las yemas de los dedos. A ella tampoco le gusta su culo, y a pesar de que ciertamente se le ha agrandado estos últimos años, a él le sigue gustando porque completa una figura con curvas y carne para disfrutar, no como las chicas delgadas a las que a ella le gustaría parecerse. No le gusta vestir de forma provocativa y intenta esconder sus pechos, casi nunca se pone las piezas que el le compra para que se exhiba y todos vean lo buena que está su mujer, que es lo que a él le gustaría, ya que es exhibicionista y voyeur, a pesar de que intenta disimularlo porque está seguro que ella no lo entendería.
En sus inicios como novios. El sexo había tenido mucha importancia, practicaban sexo casi cada día, en cualquier situación y posición, pero después de casarse ella se había vuelto muy cómoda, solo le apetecía realizarlo en casa, la periodicidad también había descendido, aunque cuando lo hacían seguían practicando todo tipo de posturas, eran habituales los juegos con sexo oral, del que ambos eran auténticos expertos, pero nunca habían practicado el sado ni usado juguetes eróticos más allá de un antifaz y unas esposas, y ella siempre se había negado a qué el se corriera en su boca.
Todo empezó meses antes como una tontería, una amiga suya lo había dejado con el que era su novio desde hacia cinco años, el la había engañado y ella no podía aceptarlo.
- Seguro que en cuanto se le pase el cabreo volverá con él , comentó Nacho cuando Marta se lo contó.
- ¡Estás loco! Eso es imperdonable, nunca volverá con él .
- Ya eso es lo que se dice siempre, pero luego todos perdonamos..
- Pues yo me apuesto cualquier a que nunca volverán a estar juntos.
Nacho vio una oportunidad única, - De acuerdo , contestó.
- ¿De acuerdo .que?
- Que acepto tu apuesta ¿Que quieres apostar?
Ella le miró y después de un momento de duda contestó:
- ¿Qué te parece un viaje a Paris por Semana Santa?
A él Paris no le apetece nada, ella siempre quería ir y el siempre ponía excusas.
De acuerdo ¿Y si pierdo?
Sonreí mucho .
- Si pierdes, iremos a Ibiza, y tendrás que plegarte a mis exigencias y hacer lo que yo te diga durante todo el viaje
Ella iba protestar, ya estaba iniciando el movimiento, pero él sabía como picarla
- Vamos, vamos si no quieres Pero si confías tanto en tu intuición ¿Qué más te da lo que apueste?
La miró un rato y sonriendo como solo ella sabe hacerlo, le lanzó un beso.
- De acuerdo, acepto para que te des cuento de que ciertas cosas son sagradas
Ni que decir tiene que al cabo de quince días sus amigos habían hecho las paces, el había prometido que jamás volvería a ser infiel y ella le había perdonado. Marta protestó e intentó buscar otras apuestas con las que recuperar su pérdida, pero él nunca le dio opciones de recuperar. Como prólogo el le pagó a Marta diez sesiones de solarium las dos semanas antes para que luciera morena y espectacular, cosa que ella aprovechó gustosa.
Así llegó el Puente de Semana Santa, era una primavera cálida, sobretodo en la costa mediterránea donde ellos viven, son esas fechas en las que el calor se hace cada vez más evidente, la gente se vuelve más alegre, más positiva, más abierta a todo, las mujeres empiezan a enseñar piernas y escotes, y todos tenemos más calor corporal , nos aumenta la libido y el morbo Él estaba deseosos por iniciar el viaje, tenia apunto la video cámara y la cámara de fotos digital, había preparado toda esa ropa que le había regalado a su mujer y que ella no se ponía habitualmente, vestidos sexys, cortos y escotados, tops ceñidos, camisetas escotadas, faldas cortas, le había comprado algunas piezas especialmente para el viaje, incluyendo un vibrador de 20cms sin que ella lo supiese.
Ella solo había preparado la ropa interior, el resto del equipaje lo preparó el con la ropa que quería que ella se pusiera durante las vacaciones.
Para el viaje de avión le había dejado fuera de la maleta una falda blanca corta que no llegaba hasta las rodillas, junto con una camiseta roja de lycra que realzaba sus pechos.
Entraron al tren que les llevaría al aeropuerto, el se sentó junto a la ventana y ella se sentó junto al pasillo y cruzó las piernas como hacía habitualmente, entonces el le susurró en l oreja
- ¿Qué haces? Te prohíbo que cruces las piernas durante todo el viaje, debes tener las rodillas con una separación mínima de dos palmos, y no taparte nunca con los brazos ni las manos
Ella se giró con cara indignada, pero el le recordó la apuesta y le dijo que se dejara llevar, que iban a ser unas vacaciones inolvidables, y que iban a follar como locos con lo calientes que se pondrían con estos juegos, a Marta no pareció hacerle mucha gracia, pero accedió, unos asientos más adelante y frente a ella había un chico de unos 16 años, que sin duda podía ver su tanga blanco por debajo de la faldilla, intentó cerrar las piernas, pero Nacho le cogió una de las rodillas y le separó las piernas
- ¿No me digas que no te gusta saber que se la estas poniendo dura a ese chaval ? Le dijo mientras le daba un morreo y deslizaba la mano hasta tocarle levemente el tanga por debajo de la falda ante la mirada del chico.
- No quiero que te muevas en todo el viaje
Ella empezó a disfrutar de la situación, y empezó abrir más las piernas y a mirar al chaval, a sonreírle mientras imaginaba su miembro duro y la paja que él se haría cuando llegara a casa.
Así, con ella calentando a ese desconocido y el leyendo el periódico pasaron los 30 minutos hasta llegar al aeropuerto, una vez allí, sacaron los billetes y esperaron en la sala de embarque, Nacho buscó un sitio estratégico donde sentarse, delante de un grupo de chicos que enseguida se fijaron en las piernas de Marta... y en su entrepierna, ahora era ella la que se hacia la despistada leyendo el periódico mientras Nacho había ido a comprar revistas dejando que los chicos pudieran mirar sin disimulo, una vez hechas las compras, él se quedo detrás de los chicos, escuchando como hablaban de su mujer, de si seguro que era una guarra, de lo buena que estaba y se había puesto a cien, tras unos minutos volvió junto a ella y le explicó todo lo que había escuchado de los chicos, ella no contestaba y se hacia la enfadada, pero la situación le gustaba y le excitaba, se sentía caliente y húmeda, las vacaciones estaban empezando a gustarle
Ya en el avión se volvieron a sentar igual que en el tren, él junto a la ventana y ella junto al pasillo "¿Te está gustando exhibirte verdad?" ¿Estas cachonda ya?" Le soltó él nada más despegar, a ella le sorprendió este lenguaje, pero decidió aceptar el rol que le tocaba, y contesto sinceramente "Sí cariño, me está gustando, ya estoy cachonda, tengo ganas de llegar al hotel y que me folles "
- "No tan rápido, quiero que vayas al baño, quítate el sujetador y el tanga y los traes en la mano y me los entregas" ella puso la misma cara de indignación que en el tren, pero Nacho le guiñó el ojo y le dio un beso apasionado, Marta se levanto y fue al baño.
Volvió con el tanga y el sostén que se veían perfectamente en su mano, sus pezones se marcaban descaradamente en la camiseta, se notaba que estaba excitada y que no llevaba sujetador, pero nadie pareció fijarse en el detalle, tan solo les pareció que el hombre del otro lado del pasillo se había fijado, incluso podría ser que hubiera escuchado la conversación
- "Que pasada, que morbo" decía ella mientras le entregaba su ropa interior
- "Muy bien Marta, pero déjame comprobar que no lleves otro tanga puesto, súbete la falda para ver que no llevas nada debajo" dijo él mirando hacia el hombre situado al otro lado del pasillo, ella se giró hacía él, que inmediatamente bajó la vista hacia el suelo, y mirando a su marido se subió la falda lo suficiente para poder comprobar que no llevaba nada ante la atenta mirada de su compañero de viaje, que había vuelto a levantar la vista.
- "Muy bien así me gusta que obedezcas ", le dijo mientras le tocaba las tetas descaradamente para asegurarse que también había cumplido con esa parte del trato mientras le daba un beso largo y profundo.
- "Además de llevar las piernas siempre separadas, te olvidaras de tu ropa interior durante estas vacaciones" le dijo.
Ella estaba más caliente de lo que nunca había estado en su vida, solo tenía ganas de llegar al aparthotel y hacer el amor toda la noche sin parar, mientras pensaba que otras sorpresas podría haber preparado su marido.
Habían cogido un apartamento dentro de un complejo turístico, en primera línea, junto a la playa, con una pequeña terraza privada, el apartamento tenía grandes ventanales que dejarían entrar mucha luz y desde los que se podía ver la playa, las aguas tranquilas y el cielo lleno de estrellas y con luna llena, dando una total sensación de quietud y de tranquilidad , a pesar de tener la ciudad y la zona de ocio nocturno a menos de dos kilómetros de paseo por la playa.
- " Desnúdate" le dijo él nada más entrar en el apartamento, ella lo hizo sin rechistar, mientras él colocaba la videocámara en el comedor en una esquina desde donde se podía ver todo, Nacho sacó de la bolsa el antifaz ciego y las esposas , le puso el antifaz y cogiéndola de la mano le dijo - "Siempre que estemos dentro del apartamento irás desnuda, únicamente podrás usar las sandalias, y te dirigirás a mí asintiendo y sin hablar a no ser que te lo pida explícitamente ¿entendido?" Ella asintió, obediente, con la cabeza, Nacho la llevó a una de las sillas del comedor y la sentó, le esposó las manos por detrás de la silla, sacó tres pañuelos, usó dos para atarle los tobillos a las patas de la silla y otro para taparle la boca, se la veía preciosa en esa postura, se apreciaban los pechos erguidos y el clítoris totalmente abierto y humedecido,
Marta cada vez estaba más caliente, no sabía si la cámara la estaba grabando en esta situación, pero le excitaba más todavía la idea de que así fuera.
Sonó el timbre y se escuchó "Servicio, les traigo su maleta" Marta se estremeció, "Empieza el espectáculo" le dijo él mientras se dirigía a la puerta, ella oyó abrirse la puerta y como su marido hablaba con el mozo, pero no entendía que decían hasta que escuchó a su marido "Tengo que ir al baño urgente, deje la maleta en la habitación, y espere que ahora le traigo la propina" ¿Cómo podía ser? Pensó Marta, para ir a la habitación debía pasar por delante de ella, un desconocido la vería en esa situación, totalmente inmovilizada, sin poder defenderse, sin nadie que le vigilara, cada vez estaba más excitada, su cabeza estaba llena de contradicciones
Escuchó la puerta del baño y los pasos del mozo que se acercaba hacia ella, luego un suspiro y los pasos que cesaban justo delante de ella, unos segundos de silencio en los que sintió como ese desconocido la miraba de arriba abajo, no podía mover las manos, quería cerrar las piernas, pero tampoco podía hacerlo. De nuevo los pasos hasta la habitación, el mozo había ido a dejar la maleta pero ya volvía a estar frente a ella, podía escuchar su respiración cada vez más cerca, de pronto notó el cosquilleo de unos cabellos sobre su hombro, él estaba pegado a su derecha, debía estar agachado y llevaba los pelos largos, Marta notaba todos los poros de su propia piel hipersensibles, de pronto una mano grande y fuerte tocó su pecho izquierdo, ella se tensó como nunca antes lo había hecho en su vida, rápidamente la mano se movió de un pecho a otro, la mano era lo suficientemente grande como para abarcarlos a ambos, ella no podía hacer nada, estaba inmovilizada, nunca en su vida había estado tan excitada, en su mente imaginaba al mozo alto y fuerte, notaba como estaba a punto de correrse de pronto la mano se dejó caer hasta su entrepierna, el tipo ya no se cortaba para nada y Marta notó los cabellos del desconocido abalanzándose sobre ella, pronto notó sus labios, su lengua, sus dientes, él comía apasionadamente sus pechos, Marta empezó a temblar, estaba tan caliente que a ese desconocido no le costó nada meter dos dedos en la vagina y moverlos bruscamente, parecía que estaba poseído, se comportaba como un animal , ella estaba al rojo vivo, tenía los pezones tremendamente duros, sus gemidos, silenciados por el pañuelos ya casi eran gritos, notó un estremecimiento que la recorrió desde los tobillos hasta la nuca, de pronto todo su cuerpo se tensó y con un suspiro largo y profundo se corrió como nunca antes lo había hecho.
De pronto notó como el mozo se separaba bruscamente y oyó como se iba corriendo al recibidor, Marta estaba totalmente desencajada, pero pudo oír la puerta del baño y a su marido despidiendo al mozo antes de oír la puerta de la calle.
Ella estaba en una nube, nunca creyó que podría disfrutar de esta manera, entregada a un desconocido, sintiéndose como un objeto, ¿era esto lo que su marido había querido, o solo quería exhibirla? Fuera como fuera, ella había disfrutado, solo pensaba en como sería el mozo realmente
Ella escucho a Nacho llegar donde estaba ella, le quitó el pañuelo de la boca y el antifaz y le dio un apasionado beso mientras le introducía los dedos en su vagina y le decía "Vaya, parece que a mi mujercita le gusta exhibirse ¿Te has corrido solo de saber que te estaba mirando un desconocido?... Toda la vida diciéndome que no te gusta que te miren y te ha corrido como una putita " ella miró rápidamente hacía donde antes estaba la cámara, por suerte estaba parada Se estaba corriendo de nuevo mientras su marido movía los dedos suavemente donde unos segundos antes había estado otra mano totalmente salvaje, ella asintió, su marido creía que el mozo solo se la había estado mirando cuando la había manoseado por todas partes y le había provocado uno de los mejores orgasmos de su vida.
Nacho la desató y la llevó a la habitación, donde hicieron el amor de forma salvaje.
Mientras follaba con su marido, Marta pensaba en el desconocido que la había poseído sin que Nacho lo supiera, estaba súper excitada pensando en que quería verlo, conocerlo y que acabará lo que habían empezado, se estaba convirtiendo en una mujer más golfa de lo que nunca habría creído, y le gustaba, a fin de cuentas, había sido culpa de su marido
Nacho pensaba en lo bien que lo había organizado todo, había salido a recibir al mozo fuera, donde le cogió la maleta y le dio la propina, luego simuló que le dejaba entrar, se puso una peluca y fingió ser el mozo, un par de portazos en el lavabo y unos diálogos consigo mismo habían hecho el resto, además había parado la cámara justo cuando simuló salir corriendo, por lo que lo tenía todo grabado.
Su mujer creía que un desconocido la había visto desnuda y la había manoseado y metido mano por todas partes sin que él lo supiera, y a ella le había gustado, y mucho estaban teniendo una sesión de sexo salvaje aprovechando lo caliente que estaba su mujer.
Las vacaciones empezaban muy bien, un nuevo horizonte sexual se habría ante ellos y él era el responsable.
Autor: Euricrates