Mujer Lunar Una Nueva Superheroína
Una nueva superheroína en la ciudad tiene exceso de confianza por eso sufrirá la peor noche de su vida.
Amanda no podia estar más entusiasmada, por primera vez en sus 25 años sentía que todo lo que había hecho a lo largo de su vida cobraba sentido, todos los sacrificios, las penurias, las noches de estudio en vela, la soledad y no poder tener ni siquiera un novio habían valido la pena, ahora que por fin había cumplido su sueño.
Es que había soñado desde que tenía uso de memoria con ser hacer grandes descubrimientos históricos, ahora después de una ardua de investigación había encontrado un templo maya que había permanecido oculto por siglos, en los lugares más recónditos de la selva de Centroamérica, nuestra joven arqueóloga se encontraba en este momento rodeada de lugareños que la acompañaban en la expedición, agobiada por el calor y atacada por mas mosquitos de los que había visto antes pero nunca había estado tan feliz.
-señorita- le dijo uno de sus ayudantes mientras le ofrecía una botella con agua que aceptó agradecida y bebió un largo trago, mientras sentía las miradas de todos fijos en ella, pensaba que era admiración por su reciente logro, la verdad era que eran miradas de deseo y lujuria, pero ella sin mucha experiencia en esos asuntos ni siquiera era consciente de lo hermosa que era, ella no era muy alta y bastante delgada, tenía un bello rostro con ojos color miel grandes y expresivos y una nariz respingada, su pelo era color castaño oscuro y le caía suelto hasta el centro de su espalda, tenía pechos pequeños pero lo compensaba con un lindo trasero.
Después de devolver la botella comenzó a dar rápidas instrucciones, todos obedecieron con prontitud y eficacia no solo porque era su jefa sino por que ordenaba con voz tranquila y amable además de saber el nombre de pila de todos sus ayudantes, en menos de una hora la expedición ya se encontraba lista para ingresar al templo, las ansias de aventura pudieron más que la prudencia y decidieron entrar a pesar de que ya estaba oscureciendo.
Ella caminaba a la cabeza con antorcha en mano, el edificio estaba sorpresivamente intacto no había escombros en el camino ni muchas plantas tampoco se veían rastros de animales o trampas así que después de un rato todos se relajaron visiblemente, llegaron después de avanzar bastante a la habitación central del templo donde Amanda pudo darse cuenta, por las representaciones de ella, que el templo estaba dedicado a Ixchel la diosa maya de la luna.
Pese a todas las maravillas que se encontraron en el camino (para todos era claro que con solo lo que el estado les pagaría podrían vivir cómodos el resto de su vida y en el caso de Amanda se haría millonaria) la arqueóloga no pudo sino sentirse decepcionada por la simplicidad del centro del templo, la que debería ser la habitación mas importante era una simple sala circular donde en el medio había un altar de piedra, el resto de la expedición siguió avanzando pero Amanda siguió en la habitación convencida que debía de haber algo más en alguna parte.
Estuvo ahí un buen rato completamente sola frente al altar, cuando ya se rendía y se disponía a marchar, la habitación se iluminó, una vez que se sobrepuso a la sorpresa inicial se percató que en el techo de la habitación había un tragaluz que dejó pasar un halo de luz lunar directamente al centro del altar, Amanda vio maravillada como la luz mostraba una figura plana, blanca y redonda como la luna llena del tamaño de un puño, sin poder contenerse la tomó entre sus manos, sintió un impacto y todo se volvió negro.
Cuando despertó se encontraba en un saco de dormir, con la luz del sol iluminando su cara y con el amuleto aun en sus manos, supo después que el resto de la expedición la encontró inconsciente, según ellos por un golpe de calor o deshidratación, la sacaron del templo y la llevaron al campamento para que descansara, ella sospechaba sin embargo que algo de raro tenía el amuleto.
Los días pasaron, todos estaban tan ocupados ordenando y esquematizando los descubrimientos que se olvidaron del desmayo de la jefa de la expedición, ella casi le paso lo mismo, se amarró el amuleto y se lo colgó al cuello dejando que reposara entre sus pechos, decidida a no preocuparse por lo que paso hasta que tuviera tiempo de procesarlo, sin embargo, un accidente en la expedición le hizo reconsiderar todo.
Pasaba que estaban inspeccionando uno de los últimos pasillos ocultos, cuando Amanda piso una trampa oculta, de la pared salió una cuchilla perfectamente afilada pese a los años de antigüedad y la golpeó con fuerza en medio del cuerpo saliendo lanzada hacia atrás, pese al golpe que debería haberla partido por la mitad apenas si sentía dolor, solo una sensación rara en el pecho donde estaba el amuleto, recién ahí considero que el amuleto era especial, lo que no sabía era que apenas rallaba las superficie y que su vida, para bien o para mal, había cambiado para siempre.
Pese a su sorpresa y entusiasmo por su lo que podría ocultar su amuleto los siguientes meses no lo siguió investigando, estaba demasiado ocupada con la expedición, las posteriores entrevistas con los medios especializadas y reuniones con el ministro de cultura del país la mantuvieron suficientemente distraída, además cuando volvió a su ciudad se compró una nueva casa cerca del centro así que la mudanza le tomo más de su tiempo.
Recién 7 meses después de la primera vez que tocó el amuleto pudo sentarse a analizarlo, se dio cuenta que parecía ser de plata, pero mucho más duro, no pudo rallarlo o dañarlo a pesar que lo intento varias veces, era bastante ligero por lo que era fácil no darse cuenta que uno lo cargaba, pero lo verdaderamente sorprendente era lo que provocaba cuando se lo ponía al cuello, se sentía una mujer distinta, mejor.
Luego de varias semanas practicando ya creía saber todas las virtudes que le otorgaba el amuleto, la hacía más resistente y fuerte pero mucho más, podia levantar una tonelada si se esforzaba y podia resistir todo tipo de golpes y cortes que antes la habría matado, lo más sorprendente era que le dio habilidades de telequinesis, podia, si se concentraba, mover cosas sin tocarlas y después de mucha practica incluso podía usarlo para flotar.
También supo las falencias, la energía que le otorgaba el amuleto no era infinita, a medida que lo ocupaba el color blanco puro iba disminuyendo dando paso a uno negro, quedando el amuleto con la forma de una luna menguante, y si se vaciaba el blanco, el amuleto se hacía completamente inútil, otra limitación era que durante el día actuaba a mitad de rendimiento y se gastaba más rápido la luz en él, era durante la noche que alcanzaba todo su potencial además de que se cargaba solo durante esa hora.
Después, de estar convencida de que ya controlaba toda la información sobre el amuleto era hora de decidir qué hacer con él, lo primero que pensó fue en entregarla a las autoridades o a un museo, pero le preocupaba que pudiera caer en malas manos, así que sus ganas de ayudar a la gente sumado a sus ansias de aventuras la hicieron tomar la opción más alocada y convertirse en una nueva superheroina para la ciudad.
Después de todo en los últimos meses la ciudad se había vuelto común ver mujeres enmascaradas luchando contra el crimen, desde que una joven empezó hace un tiempo, claro que no siempre terminaban bien, también se había vuelto común encontrarlas denudas en los callejones cubiertas de semen y en algunos casos más graves muertas de un tiro en la cabeza o una puñalada al corazón.
Sin embargo, ella no tenía miedo, tenía confianza en el amuleto además que ella se prepararía a conciencia, los siguientes dos meses entrenó hasta el agotamiento, con y sin el amuleto, estudió tipos de pelea y fundamentos de las artes marciales, memorizó los nombres de las calles y focos de crimen, recién cuando pensó que ya estaba lista diseño su uniforme.
No fue algo fácil para ella, tenía una infinidad de ideas distintas en la cabeza, pero después de varios intentos consiguió dar con el que consideraba perfecto para ella, era un traje de tres piezas blancas, empezando por una antifaz que dejaba su rostro irreconocible, una prenda de spandex blanco sin mangas muy ceñida a su torso con dos aberturas, uno en forma de diamante entre sus pechos por donde dejaba el amuleto a la vista y el segundo en forma de triángulo en la parte baja que dejaba su ombligo visible, terminaba el traje con una falda que le llegaba hasta unos centímetros por encima de la rodilla.
Una vez que diseño el traje, ella misma confeccionó 4 de ellos, sabía que se terminarían dañando en el proceso así que quería estar preparada, lo único que le faltaba preparar era la ropa interior que usaría debajo de la falda, se decidió unos de seda igual de blancos que el resto del traje, ahora ya estaba lista.
La primera semana fue sorpresivamente tranquila, curiosamente en una de las ciudades más inseguras del mundo no se encontró ni siquiera con una infracción de tráfico, por lo que se quedó dando vueltas por las áreas conflictivas hasta la madrugada y luego volvía frustrada a su casa. Su verdadero debut fue a su octava salida, con un clásico, un ladrón le robaba una cartera a una anciana que pese a la hora que era se encontraba caminando sola por las calles.
Sin dudarlo saltó de la azotea del edificio en que se encontraba, disminuyendo la velocidad de caída mentalmente, aun así sus rodillas se doblaron y cayó al suelo, el ladrón que ya le había quitado la cartera, corrió en la dirección contraria sin siquiera mirarla, recomponiéndose salió corriendo detrás de él, se tardó un par de segundos en darse cuenta que era más rápido que ella y no lo alcanzaría, cuando pensaba ya en lanzarle algo giró de golpe y se metió en un callejón, ella le siguió a toda velocidad, encontrándose con un callejón sin salida y ni rastro del ladrón.
Se quedó estupefacta, tanto que no se percató que el ladrón, que se había escondido detrás de un basurero, la miraba por atrás, antes que ella reaccionara corrió a toda velocidad y le propino un empellón por la espalda, pese a que era más fuerte y resistente seguía siendo una mujer pequeña de 50 kilos así que lo siguiente que supo ella que había volado dos metros y caído de cara al suelo, el único daño que le causo fue a su orgullo, rápidamente se comenzó a incorporar pero al verla en una posición tan comprometedora el malhechor no pudo evitar propinarle una feroz patada justo en medio de su trasero.
Otra vez Amanda cayó hacia adelante besando el asfalto pero, por suerte para ella, esta vez el ladrón gritó de dolor, el pobre estaba seguro de haberse roto el pie, fue como patear cemento, con mucha rabia saco la cuchilla que siempre llevaba cuando “trabajaba” y se acercó cojeando, ella que ya se había recuperado se dio vuelta antes de levantarse, estaba a medio camino cuando el lanzó un corte horizontal sobre ella, no le hizo nada y la cuchilla se partió para sorpresa del atacante, pero el traje no era indestructible, quedo irremediablemente arruinado con un largo corte justo por debajo de sus pechos, anteriormente se había sentido tremendamente humillada ahora ella también estaba furiosa y con esa emoción dirigió toda su telequinesis hacia el ladrón lanzándolo violentamente hacia la pared.
La ira se desvaneció inmediatamente, el tipo se golpeó muy duro contra la pared se acercó preocupada pero salvo un brazo en una posición extraña no se veía muy mal, el alivio dio paso al cansancio, lo cual era raro normalmente no se cansaba con el amuleto puesto, lo miro y se dio cuenta que la luz de él se había reducido hasta un cuarto más o menos, Amanda se dio cuenta que en situaciones de peligro real el amuleto se gastaba mucho más rápido que en las practicas ya que no podia ir lanzando siempre a la gente.
Dejo a un lado las cavilaciones y le quito la cartera mal habida y se la fue a devolver a la anciana que se le quedó mirando con molestia en los ojos y sin agradecerle de ningún modo se marchó, a Amanda no le importo mucho, tenía otras preocupaciones, la más urgente llegar a su casa antes de gastar lo que quedaba de energía.
Finalmente llegó, casi al amanecer, fue un viaje bastante tedioso y largo, sin atreverse a dar grandes saltos se tomó su tiempo para asegurase de llegar de una pieza, al entrar a su casa lo primero que hizo fue mirarse en el espejo de cuerpo completo, ahí se dio cuenta que su traje era un completo desastre, no solo tenía ese feo corte sino que parte de la falda también se había roto, probablemente en la caída, además lo que no se había roto estaba asqueroso con mezcla de barro, agua sucia y su propio sudor , le sorprendió darse cuenta que al estar mojado el traje se le pegaba casi como una segunda piel y en el estado que se encontraba se podia distinguir hasta el color de sus pezones a través de la tela.
Obviamente el traje que usaba en ese momento debía ser desechado, pero se resistía a cambiar el diseño por uno que no sea tan transparente con un poco de agua, había algo en cómo se veía que le hacía sentir calor en el vientre, en solo imaginarse siendo observada así hacía que se sofocara, sacudió su cabeza y se recrimino pensar esas estupideces, enojada dio por terminado el día esperando que los siguientes fueran mejores, sería más decidida, preparada y precavida, se acabaron las tonterías… pero no cambio el traje.
Por suerte para ella en las próximas semanas pudo recuperar su autoestima, sus salidas comenzaron a tener mayor éxito, no pasaba noche sin que detuviera algún delito y en ninguna otra ocasión paso por el más mínimo peligro, incluso comenzó a resaltar entre el resto de superheroinas y se volvió conocida, la prensa le empezó a llamar mujer lunar y relataba todas sus apariciones, sobre todo después de que detuvo una violenta reyerta de narcotraficantes en la que había involucrados un par de jefes de la droga, que quedaron arrestados.
Ella estaba muy emocionada, cada noche se sentía más segura y confiada, lo que la hacía divertirse más durante las peleas, se burlaba de los delincuentes y a veces tomaba riesgos infantiles pero debido a que seguía ganando a pesar de eso más seguridad sentía y más imprudente actuaba. Era evidente que tarde o temprano su orgullo la llevaría a su derrota.
Pasó en una noche brumosa, durante las vacaciones de invierno, ella acababa de salir a patrullar, esta vez con un objetivo preciso, era una banda que durante la semana habían robado distintas casas de un barrio de clase media alta, aprovechando que por las vacaciones muchas de esas casas se encontraban vacías, la policía se encontraba sin pistas ni ideas, pero ella no era la policía pensaba mientras se acercaba buscando algo raro en esa zona.
Después de dos horas sin resultado estaba bastante ofuscada, pensaba que sería fácil pero no había ni rastro de ellos, además empezó a llover a cantaros, así que ahora estaba empapada y con frio, sus pezones puntiagudos se distinguían claramente a través de la ropa, cuando ya estaba decidida a buscar un poco más lejos sintió un grito de mujer cercano, de dos saltos llegó al techo del edifico más cercano donde pudo observar que pasaba, eran dos hombres de aspecto peligroso que tenían acorralada a una mujer contra la pared, pese a que no estaba ahí por esa razón no dudo en dejarse caer entre ellos y la joven, al tocar el suelo les lanzó un pequeño golpe telequinético para hacerlos retroceder, le dijo a la chica que se fuera y ella corrió mientas agradecía.
Los asaltantes quedaron estupefactos por unos segundos, ella podría haberlos atacado pero encontraba más divertido si tenían la opción de atacarla, y así lo hicieron se lanzaron sobre ella como dos toros ciegos, fue tan burdo el ataque que Amanda dio solo un paso al costado y uno de ellos se estrelló con la pared, el otro alcanzo a frenar y le lanzo un golpe a la cara, ella se agachó con gracia y le devolvió el golpe con un gancho a la cadera que lo elevo del suelo hasta estrellarse con la pared del otro lado del callejón.
-uno menos- dijo sonriendo mientras se acercaba al restante, él viendo lo que hizo ahora estaba más preocupado, avanzó lentamente hacia ella con la guardia en alto, mujer lunar lo encontró gracioso así que dejó que se acercara con las manos en la cintura y una sonrisa, confuso dirigió golpes rápidos y certeros que ella esquivó tranquilamente, cuando ya se había divertido demasiado y se disponía a mandarlo a volar el otro bandido que ya creía derrotado se acercó a toda velocidad y se lanzó en una envestida que los dejo a ambos rodando por el suelo.
Amanda estaba tremendamente confusa, nunca había peleado tan cerca con nadie y mucho menos había sentido el cuerpo de un hombre tocándose de esa manera con el suyo, incluso sentía su pene endurecido rozando la parte interna de su muslo, algo dentro de ella despertó, le costaba pensar y sentía la pelea algo erótica, se quedó aturdida mientras él no dejaba de golpearla y de manosearla a partes iguales, lo peor vino cuando su compañero se le unió retorció brutalmente su pezón derecho a lo que ella respondió con una mezcla de gemido y grito, esto se estaba poniendo feo pensaba mientras quito la mano de su pecho bruscamente y se revolvía buscando liberarse sin que ella se diera cuenta la cuerda que sujetaba el amuleto se dañó ligeramente, se puso más nerviosa cuando de un tirón le sacaron la máscara,
De todas maneras, no la iban a reconocer, pero se defendió con mas ahínco dando golpes a sus atacantes, lamentablemente como no tenía mucho espacio para moverse apenas si hacía daño y no podia concentrarse lo suficiente para hacer telequinesis.
De pronto sintió una mano que levantaba su falda, gritó al sentir la misma mano tocando su ropa interior sobre todo porque ella sabía perfectamente que estaban empapadas de sus propios jugos, pero a él no le interesaba eso metió la mano directamente a su sexo debajo de la ropa interior, el primer contacto de un hombre a su vulva hizo que algo se rompiera dentro de ella sin saber cómo hizo una bomba de telequinesis que mando a ambos a volar a distintas direcciones dejándolos inconscientes en el acto.
Amanda se quedó por unos minutos en el suelo simplemente respirando pesadamente, cuando dejo de temblar se incorporó con dificultad, miro a sus enemigos no parecían muy heridos solo inconscientes, el que antes lo tenía encima tenía algo blanco en su mano derecha, se acercó con curiosidad y se dio cuenta que se trataba de su ropa interior, no tenía idea de cómo había conseguido sacársela y conservarla pero no le importaba se acercó con la intención de recuperarla, pero un gemido de él la detuvo, quedó petrificada, era incapaz de reconocerlo aun a si misma pero estaba aterrada, había estado bastante cerca de perder y de haberlo hecho… no quería ni imaginarlo, así que retrocedió recogió su máscara y se fue de un salto.
Se dirigía a su casa pensando que la noche había sido un verdadero desastre, el viento entre sus piernas se lo recordaba a cada salto, no solo no había encontrado los ladrones que buscaba, sino que casi pierde su virginidad en un oscuro callejón, realmente necesitaba golpear algo y tuvo su oportunidad y bastante pronto.
No había dado dos saltos desde el callejón cuando vio algo extraño, un camión pequeño se estacionaba en una casa bastante alejada del resto, no tenía ningún sentido que fuera a ese lugar a esa hora así que se acercó y acertó al hacerlo, tres hombres con aspecto sospechoso se acercaron a la casa y forzaron la entrada, no era necesario ser una genio para darse cuenta que ellos eran los tipos que buscaba, le molesto su descaro incluso prendieron las luces de la casa, rápidamente revisó su amuleto le quedaba solo un cuarto de la energía, sería suficiente pero no podia usar mucho su telequinesis tendría que bastarle con una pelea cuerpo a cuerpo.
Se preparó para entrar, debía mejorar la noche de alguna manera, se preparó mentalmente, lamentablemente no podia hacer mucho con su aspecto, sabia sin mirarse al espejo que era un desastre, la incesante lluvia dejo su traje transparente y ni siquiera llevaba ropa interior se le vería absolutamente todo si se le levantaba la falda, respiro profundamente y entro por la puerta principal.
-hay una fiesta y no me invitaron- dijo nada más entrar con voz inocente- son unos chicos malos.
Los tres ladrones se giraron sorprendidos, ella aprovecho para verlos más de cerca los tres parecían relativamente jóvenes, de veintitantos, tenían buen estado físico y vestían ropa negra, el de la izquierda era el más alto, tenía una tez morena y la cabeza rapada era, por la apariencia, el más peligroso del grupo, mentalmente le llamo calvo para distinguirlo del resto del grupo, el que estaba al frente de ella tenía una apariencia más llamativa con varios piercings en la cara y un pelo teñido en punta, mentalmente le llamo punk, el último, el de su derecha era el más extraño, tenía el pelo ordenado y usaba lentes a Amanda le pareció hasta guapo, tenía más pinta de bibliotecario que de ladrón, por como lo miraron dedujo que era el jefe del grupo y mentalmente lo llamó así, jefe.
Ella se esperaba un ataque fulminante instantáneo, pero solo se le quedaron mirando, sin darse cuenta como quedó en el centro de la habitación rodeada de hombres que la miraban con más deseo del que había visto nunca, cada uno de sus ojos se posaban en su cuerpo y le recordaban su estado de semi desnudez, sin poder evitarlo se cubrió los pechos con ambas manos, pero eso pareció ser una señal de ataque para ellos.
-agarren a esa perra-grito el jefe, orden que obedecieron de inmediato se lanzaron intentando agarrarle los brazos, Amanda que no quería que la agarraran de nuevo de un salto avanzó a la derecha, el calvo y el punk chocaron uno con otro, no muy fuerte pero lo suficiente para que no molestaran por un par de segundos, avanzo a grandes zancadas hacia el jefe buscando derribar rápido a uno, cuando estuvo a su alcance golpeó hacia su pecho pero él lo esquivo dando un paso al costado a una sorprendente velocidad, lo intentó de nuevo pero desvió el golpe con un giro de manos, era evidente que sabía algún tipo de arte marcial, aun peor el calvo y el punk ya recuperados se acercaron cautelosamente.
Esto se estaba complicando, estaba en una situación comprometedora, si le quedara más energía los noquearía con telequinesis, pero ahora no podia, decidió que lo mejor sería incapacitar a los más débiles y después ir por el jefe, se giró y empujó al calvo en el pecho lo que lo mandó a volar mientras se giraba para pelear con el punk vio con el rabillo del ojo que caía en un sillón neutralizando el daño, distraída no vio como el punk la golpeaba con todas sus fuerzas, el golpe le dio justo en cara, apenas si pestaño, no le causo ningún daño, aprovechando la perplejidad del atacante le devolvió el golpe que lo mandó al suelo.
No alcanzó a disfrutar su triunfo, el jefe lanzó tres golpes consecutivos a una increíble velocidad, la mujer lunar no pudo bloquear ni esquivar ninguno, el primero le dio en el ojo derecho y el segundo en la boca del estómago, lugares normalmente delicados pero a ella no le hicieron daño, el problema fue el tercer golpe que dio de lleno en su pecho derecho, ese si le afecto todavía tenía los pezones sensibles por su anterior pelea y ahora sentía que ese golpe le quemaba, retrocedió gimiendo aturdida, siguió retrocediendo después por miedo al jefe cuando sintió algo que le agarraba la rodilla, era el punk que recuperado la quería sujetarla, en su arrebato le tomó la falda con fuerza, ella asustada por que además se acercaba el jefe le dio una patada que lo mandó lejos pero arrancó toda su falda en el proceso.
Se generó un extraño silencio en la habitación, todos, incluso Amanda, se quedaron mirando su pubis recién descubierto, su vagina estaba completamente a la vista, así como su pelo púbico, se tardó varios segundos en reaccionar y cubrirse desesperada, ya no sabía cómo taparse entre la blusa transparente su vagina y su trasero sentía que le faltaba una mano, se decidió por tapar al frente lo cual fue un error porque el calvo, que acababa de volver le dio una sonora y fuerte nalgada, sorpresivamente le dolió bastante pero no dejo de cubrirse lo que empezó a sellar su derrota.
Los tres ladrones la rodearon, ella aturdida solo quería buscar un lugar por donde escapar pero no parecía que le dejarían hacerlo, el calvo la abrazó por la cintura y la levantó del suelo, el punk le agarró los brazos e intento separárselos, el jefe por su parte comenzó a golpearle los pechos sistemáticamente haciendo que saltaran de lado a lado, ahora apenas podia concentrarse gemía a cada golpe, en un último intento desesperado levanto ambos pies y pateó al jefe justo en el pecho, eso pilló de sorpresa a todos incluyendo a ella, el jefe salió disparado con fuerza hasta el otro lado de la habitación, aprovechando su sorpresa cabeceó hacía atrás dándole al calvo en la boca, este se sacudió y la soltó, el problema es que al hacerlo se terminó de soltar el amuleto que ya se encontraba suelto cayendo al suelo sin que ella se diera cuenta, incluso ella misma lo pateó al avanzar hacia el punk quedando debajo de un mueble.
Amanda que no había notado nada pensó que era su oportunidad, golpeó con fuerza el estómago del punk y no pasó nada, salvo que le dolió la mano, el punk que ya había visto su fuerza con sus compañeros quedo más sorprendido que ella, pero actuó por inercia y le dio un empujón, esta vez fue ella la que cayó hacia atrás, rebotando sobre su trasero, se quedó tan aturdida que no se dio cuenta que tenía las piernas abiertas y no había nada para cubrirse, cuando reaccionó lo primero que hizo fue buscar su amuleto sin encontrarlo, no lo siguió buscando se dio cuenta de la situación precaria en la que se encontraba, ahora bastaba con el punk para someterla y además el jefe y el calvo ya se acercaban adoloridos pero recuperados, se dio vuelta y gateó hacia la salida.
Lamentablemente para ella el punk reaccionó más rápido de lo que esperaba, antes que se alejara un metro ya la había agarrado por la cintura y la jaló hacia su cuerpo, desesperada se agito sin el menor resultado, se volvió más frenético su intento de escapar cuando sintió como tomó la parte inferior del traje y trataba de quitárselo, en ese momento llegó el jefe que la tomo del pelo y la jaló hacia arriba obligándola a ponerse de pie, si quedaba alguna duda que estaba derrotada los gimoteos que dio lo dejaron claro.
Una vez que estuvo de pie el punk terminó de sacarle la ropa, quedando solo con sus zapatillas y su máscara, se quedó temblando y llorando ante la nueva mirada que le dieron a todo su cuerpo, ni siquiera podia cubrirse debido a que tenía las manos ocupadas en su cabello que sentía que se lo iban a arrancar, las cosas se pusieron peores cuando llegó el calvó que traía su falda, con ella le amarró los brazos a la espalda por las muñecas, ahí retrocedieron para admirar su obra, ella ya ni siquiera tenía fuerza para otro intento de escape solo se quedó así, no sabía que le afectaba más si la humillación o lo que a continuación le iban a hacer sin que ella pudiera evitarlo.
Todo empezó con una serie de nalgadas de parte del punk, la primera que recibió fue más una molestia una humillación ahora sin el amuleto cada uno de los golpes le hacían gritar y llorar, no tardo más de 10 de ellos para suplicar que parara sin resultado, pero no duro mucho más, se terminaron aburriendo y el calvo le estrujó los pechos al mismo tiempo que el jefe empezó a jugar con su vagina de una manera brusca y cruel.
Después se acabaron las contemplaciones a empujones la fueron llevando más al interior de la casa hasta una cama matrimonial, donde la arrojaron sin miramientos, ella sabía perfectamente lo que se venía y que, aunque rogara no haría la diferencia así que solo sollozó en silencio, el jefe fue el primero abrió sus piernas de un tirón, y se colocó entre ellas se abrió el cierre con calma y saco su miembro, pese a su miedo no pudo evitar echar una mirada por curiosidad, como era el primero que veía en persona no pudo distinguir bien si era muy grande o no, el jefe se escupió la mano y mojo la entrada de su vagina, luego empezó a penetrarla lentamente.
Avanzó sin pausa, pero sin prisa, era la mujer más estrecha que había tenido y al llegar al himen entendió porque mientras sonría, el ultimo envión lo hizo con toda su fuerza por lo que Amanda no pudo sino gritar de dolor, de ahí la agarró por la cintura y empezó un mete-saca brutal, después de varios minutos donde Amanda solo gritaba y lloraba, él se inclinó y con malicia le mordió con fuerza el pecho alrededor del pezón dejando una marca sangrante, a la vez que eyaculaba dentro de ella.
Antes de que pudiera respirar, el calvo ya había tomado el lugar del jefe, el la giro sobre el colchón dejándola boca abajo, con una mano le enterró la cabeza en la cama y la penetro rápidamente, esta vez no le pareció tan terrible hasta que empezó a azotarle de nuevo el trasero, al menos duro menos que el jefe en dos minutos ya había terminado.
Solo quedaba el punk que prefirió hacerlo de frente como el jefe, se puso sus pies al hombro y penetro despacio, mientras el jefe ya recuperado se acercó por el otro lado de la cama y le puso el pene a la boca, ella ya no tenía animo ni para mantener la boca cerrada así que se dejó meter el pene en la boca, pero a él no le bastaba con eso, le agarró la cabeza por ambos lados y lo hizo como si fuera su vagina llevando a Amanda al bordo del ahogo, se salvó por que no duró mucho rápidamente termino en su garganta, teniendo que resistir sus ganas de vomitar, el punk no resistió mucho más tampoco, terminando otra vez en su vagina.
Al parecer esto termino con la resistencia de todos, debido a que la dejaran tranquila, aprovecho para respirar y secarse las lágrimas antes de levantarse de la cama y mirar a sus agresores, para su sorpresa el jefe se acercó y le desato las manos llevándose la falda, se dio cuenta que era una señal que ya no les suponía ninguna amenaza, y era cierto, aunque tuviera el amuleto lleno no se atrevería a pelear.
Se preguntaba que le harían ahora cuando vio llegar al calvo con un cuchillo de cocina de más de 15 centímetros, nunca se había sentido más aterrada en toda su vida.
-Por favor…- dijo con voz suplicante- no me maten- ellos ni pestañaron, el calvo se seguía acercando peligrosamente, hizo lo único que se le ocurrió y se arrojó de rodillas con las manos y la cabeza pegada al suelo, en la posición más humillante en la que había estado nunca- se los suplico, me rindo, me rompieron… no me maten, por favor. - termino la oración casi en un grito.
- ¿es así como piden las cosas las perras? - dijo con voz tétrica el calvo con el cuchillo frente a su nariz, ella se tardó dos segundos en entender que querían decir, se puso a cuatro patas y dio su mejor imitación de un ladrido, ante eso todos dieron una carcajada que fue como una patada en el estómago para ella, al menos se alejó con el cuchillo.
Pero se acercó el jefe y estiró la mano, era obvio lo que pedía después de todo no tenía nada más que dar, no lo dudo se quitó la máscara y se la entregó la miro por un segundo por si la reconocía y luego se fue con su banda de la casa.
Ella apenas podia creerlo, hace un minuto se había dado por muerta y ahora estaba libre, más sorpresa sintió cuando en el suelo encontró su ropa que se puso agradecida, al final solo quedó su amuleto que estaba en debajo de una cómoda, que se puso sin mirarlo, quería irse rápido antes que se arrepintieran y volvieran.
Salió de la casa sin mirar atrás, y saltó al edificio más cercano desde ahí miro hacia el siguiente cuando se disponía a saltar le llegó un repentino dolor en la vagina que la hizo dudar en medio del impulso lo que resulto en el peor salto de su vida cayendo estrepitosamente en el callejón, le salvo la vida el amuleto… otra vez, se levantó más asustada que molesta, se iba a ir de nuevo cuando se dio cuenta que ese lugar le sonaba conocido, antes que pudiera recordarlo escucho un ruido y vio a los dos violadores que había vapuleado antes de ir a la casa donde los ladrones.
Ahí se dio cuenta que había caído en el mismo callejón justo cuando ellos se recuperaron, su mala suerte debía de ser legendaria, sabía que no estaba en condiciones de pelear así que simplemente se iría del callejón de un salto y que se jodieran esos dos, y así que dio un salto con todas sus fuerzas y se elevó medio metro, demasiado tarde se dio cuenta que su amuleto se encontraba completamente vacío, esta noche no hacía más que empeorar.
Intento parecer temible, pero sus ojos al borde de las lágrimas la evidenciaron, se acercaron y ella bajó los brazos pensaba que no había nada peor que le pudieran hacer esta noche, se equivocaba.
Ellos no sabía que le pasaba pero eran lo suficientemente oportunistas como para aprovecharse, además ella se lo merecía a ambos aun le dolía la cabeza por el golpe, uno se acercó y le tomó del pelo, en realidad lo hizo para ver si se resistía, no lo hizo así que el otro le agarró la falda y se la destruyo de un tirón dejando ambos pedazos en el suelo, sin mediar más palabras ni gestos se bajó los pantalones y la agarró por la cintura, antes de que la penetrara el otro enemigo le mostro su ropa interior.
-recuerdas esto- le dijo y se lo metió a la boca, no era especialmente agradable sentir es sabor de sus jugos y otras cosas, pero no dijo nada no tenía mucho ánimo tampoco, recién se asustó cuando sintió al que tenía detrás también quitarse los pantalones ahí entendió lo que querían hacerle, se quiso revelar pero ya era tarde, sintió como su pene entraba casi sin resistencia en culo virgen, ahora si gritó con fuerza aunque sabía que nadie vendría en su ayuda en esa zona de la ciudad, cuando casi había metido todo y sentía que su ano se estaba rompiendo también la violo el otro delincuente, la sensación de ambos miembros dentro suyo hizo que su mente quedara en blanco, debajo de todo el dolor sintió algo más, algo que se negaba a aceptar, aunque empezó a gemir ligeramente y movía instintivamente sus caderas.
Sin darse cuenta disfrutó de verdad por primera vez en la noche, los gemidos aumentaron de ritmo y volumen, a la medida que ellos se acercaban al clímax ella también, de esa manera con increíble sincronización los tres estallaron y se corrieron al mismo tiempo.
Al terminar simplemente la soltaron, cayendo ella de rodillas mirando al suelo avergonzada.
- ¿sabes que eres una puta verdad? - dijo y la honestidad en su voz fue peor que un bofetón, ella asintió con la cabeza y cerró los ojos, no los abrió cuando destrozaron lo que le quedaba del uniforme con cuchillo, el amuleto se salvó por que parecía una baratija en ese estado, después escuchó que discutían que harían con ella, en ese momento no le importaba si la mataban al menos así descansaría.
No la mataron, abrió los ojos sorprendida cuando uno de ellos la levantó en brazos, para desazón suya el otro abrió un contenedor de basura cercano lleno hasta la mitad, sin mayor miramiento la lanzó dentro.
-este es lugar al que perteneces- le dijo y cerró la puerta.
-puede que tengan razón- susurró antes de quedarse dormida semi sepultada en desperdicios.