Mujer acosada y emputecida v

Historia de cómo una mujer se entrega a los caprichos de un hombre, hasta el punto de que finalmente su vida sólo gira en torno a su control y dominación, cambiando totalmente su concepto de lo que debe ser una mujer

Al día siguiente regresamos a Madrid, y como su pareja sabía el vuelo y ella acababa de aterrizar también nos esperó a la llegada.

Supongo que Cristina quería cotillear para ver como era yo, ella iba con el uniforme de azafata, desde luego era muy atractiva, delgada sin curvas como las modelos, exceptuando el pecho operado, besó a Roberto, lo apartó de mí, nos presentó, y nos dimos dos besos.

La noté molesta, mas bien celosa, y mosqueada, yo era físicamente lo que había querido Roberto, una tía con curvas, culo, caderas, y una 90 de pecho que no era mucho pero que con el Wonderbra parecía, más, y encima como no la esperábamos íbamos vestidos informales, o sea que no se tragó lo del viaje de trabajo, diciendo que para haber trabajado tanto se nos veía muy morenos, en pleno otoño.

Me hizo sentir una zorra, luego Rober me contó que ya en su casa tuvieron una bronca impresionante, pero bueno ese era ya su problema.

Llegaron las navidades, el proyecto ya estaba lanzado, 20 consultores a mi cargo, escogí 3 chicas más bien feas en Alcalá de Henares conmigo, para que Rober no se encaprichara de alguna, y el resto una consultora mona por cada centro (para que sus jefes estuvieran contentos), y sólo 3 chicos, por si había algún embarazo cubrir las bajas, ahora pensaba como un hombre, contrataba chicas porque se las puede pagar menos.

Cuanto menos gastara en personal y en el proyecto, con mayores rendimientos, además del sueldo fijo mi paga variable podría llegar a otros 30.000 € al año.

Yo la verdad que no trabajaba nada, llegaba a eso de las 10:30 desayunaba generalmente con Rober, y me dedicaba a presionar al equipo, para que trabajaran e hicieran horas que no les pagaba, y yo mientras tanto todo el día en Internet, o fuera con Rober.

Me cambié de piso cancelamos la hipoteca y compré un chalet nuevo, mi sueño con piscina, en Valdebebas, cerca de la ciudad deportiva del Real Madrid, con 5 habitaciones, 3 baños y piscina, por 450.000 €, y contraté una empleada del hogar para todas las tardes, hacer la casa y eso, mayor para que no se liara con Tomás.

En navidades toda mi familia me felicitó por mi “éxito profesional” incluso mi madre y hermana se alegraron por los kilitos que había ganado, para ellas siempre parecí una anoréxica, pero se disgustaron porque me vieron fumar de nuevo.

Con Rober mi relación siguió de amantes, el estaba encantado en como llevaba el proyecto, y en que había logrado convertirme en lo que yo tanto criticaba cuando me conoció hace menos de un año, y en lo cabrona que era con mi personal sólo por mi interés y egoísmo.

Un día me dijo que ahora que ya todo iba sólo, es decir, nuestra relación, y el trabajo, que quería que me operara el pecho.

  • Bego ya sabes que siempre me ha parecido que tienes poco pecho, pues bien creo que antes de que llegue el buen tiempo (estábamos en febrero de 2014) quiero que te operes el pecho, para que se note menos aquí en el trabajo, irías con ropa holgada un par de meses y luego ya en verano no notarían un cambio de golpe.

  • No sé Rober si tengo una 90 con el wonderbra, para que quieres más, creo que estoy bien, ¿Qué talla quieres una 95?.

  • No una 100, como eres alta y con curvas no desentonaría, Cristina tiene una 95 y se nota más, por lo delgada que está.

  • No me fastidies, voy a parecer una mujer a unas tetas pegadas, ¿que dirá mi marido, y mi familia?.

  • Bego estarás de muerte y a tu marido le gustará, si estuvieras de delgada como antes sería desproporcionado pero ahora no.

  • Joder déjame pensarlo y hablarlo con Tomás.

  • No, Bego, a ver si te enteras es que te quiero así!!, es ya lo único que te falta, estos son los datos del cirujano que operó a Cristina, costó 4.000 € por prótesis, pero es muy bueno.

  • Y si me niego me echas a la calle ¿no?

  • Exacto cielo tú lo has dicho.

Como no podía perder el trabajo por la hipoteca del chalet, y porque me había metido ya en un tren de vida que implicaba gastos, tuve que aceptar, y pedí hora con el médico, y esa noche se lo conté a Tomás, no le gustó la idea, pero le expliqué que vivía acomplejada desde siempre por tener poco pecho, y que lo necesitaba para mi autoestima. Que era muna mujer grande y con poco pecho estaba desproporcionada.

Al día siguiente fui al cirujano plástico, el me operaría los pechos, mamoplastia de aumento. Me dijo que el no era partidario de ponerme una talla 100, porque era demasiado, las prótesis pesarían al yo tener una 90 escasa, 400 gr, cada una y que podría tener dolores de espalda por el peso. Que me recomendaba una 95, pero le expliqué que estaba decidida, que era una mujer alta y que mi espalda podría soportarlo.

El médico me avisó además que un pecho tan grande podría producirme complejos, porque todo el mundo me miraría ahí, pero yo le respondí que eso me daba igual, y que en el trabajo no llevaría ropa muy ajustada.

A continuación como ya estaba desnuda, empezó a sacarme fotos del tórax, para comprobar luego el cambio, y el poder pedir las prótesis más adecuadas, y me contó como sería el postoperatorio.

Me dijo que los pechos permanecerían inflamados unos días. Las areolas y otras zonas del pecho pueden tener la sensibilidad temporalmente alterada y puede existir una hipersensibilidad al tacto en los pechos. La vuelta a la actividad normal se puede realizar entre el tercer y séptimo día de la intervención, aunque las mamas permanecerán sensibles durante dos a tres semanas. En una semana se te permitirá ducharte y se te eliminarán los puntos de sutura. Los resultados se ven inmediatamente.

Se ha de volver a la consulta del cirujano para que éste evalúe los resultados. Posteriormente a la operación se ha de vestir con un sujetador de gran soporte, para que los pechos se muevan lo menos posible. No conviene hacer ejercicios bruscos ni el amor hasta que pasen 3 o 4 semanas.

Como quería que no se enteraran en mi familia me acompañó a la operación Tomás, muy a su disgusto.

Cuando llegamos fuimos a la habitación, una enfermera me dijo que me desnudara y me puse un camisón del hospital. Luego me llevaron a quirófanos y me operaron los pechos, durante 2 horas. Después me llevaron a la habitación, con los pechos sujetos con una venda que me daba la vuelta por la espalda, que llevaría una semana. Desde luego ya se notaba el cambio de volumen.

Estuve un día hospitalizada, y a la semana siguiente fui a consulta del cirujano y por fin me quitaron el vendaje de los pechos. Los tenía con mucho más volumen y más erguidos, y me los dejaron bastante naturales al haber elegido la forma en gota de agua, quedando más redondeados por la parte inferior que por la superior.

El médico me quitó los puntos que había alrededor de los pezones, y me dijo que en un par de semanas no se notarían las cicatrices. Me recordó que me pusiera un sostén de buen soporte.

Al vestirme me puse un sujetador que me había comprado para esa talla y me quedaba justo, el médico me dijo que los pechos de silicona son rígidos, no como los naturales, se deforman menos, por eso que tendría que comprar una talla para un pecho 105 natural.

Enseguida me di cuenta del peso de mis nuevas tetas, desde luego a partir de ahora tendría problemas para encontrar vestidos y sostenes de mi talla. No sólo por las tetas, si no por mi cuerpo en general, una tía de 170, pesando 62, kg, y con ese pecho, tendría que ir a tallas grandes, aunque no estaba gorda, al ser proporcionada, pero las tías normales no son así, eran los gustos de Rober.

Mi marido se quedó impresionado por el cambio, le gustó la verdad, aunque me pidió que no me vistiera llamativa, porque parecería un tanto vulgar.

Estuve de baja dos semanas, y el primer día cuando fui al trabajo iba discreta vestida, aunque claro se dieron cuenta de mi cambio, y empezaron a hablar entre ellos, porque se notaba bastante, por mucho que no fuera ajustada.

Entré en el despacho de Rober, el cerró con llave y esto fue lo que pasó:

Cuando entré, Rober me cogió de la cara y empezó a besarme en la boca metiéndome toda la lengua, mientras con sus manos palpaba cada centímetro de mi cuerpo, por fuera del vestido.

De repente me dio la vuelta, y me empujó sobre la mesa de su despacho, quedando mi culo en pompa. Me subió el vestido, me apartó la tira del tanga y me la clavó por el coño de un solo golpe, sin que a mí ni siquiera me hubiera dado tiempo a mojarme, por lo que hasta que me lubriqué me estuvo haciendo daño con las embestidas.

Yo me sentí feliz, porque si había provocado esa reacción en él, querría decir que le gustó el resultado de mis nuevas tetas, que palpó con fuerza, después de quitarme el sujetador.

Mientras bombeaba, me decía que era su putita obediente y que me iba a exhibir para presumir de mujer a lo grande.

A los 15 minutos de darme por detrás dijo que quería estrenar mis tetas, así que me incorporó, me quitó el vestido del todo. La verdad es que mis tetas eran ahora una exageración.

Me tiró en el sillón, se puso encima y empezó a hacerse una cubana con ellas, haciendo un mete y saca a gran velocidad. Era la primera vez que hacía una cubana a un hombre, ya que antes con mis tetas no podía y eso me puso muy cachonda, el saber que ahora mis tetas servían para algo más que adornar mi cuerpo.

Mientras Rober me follaba las tetas, yo me masturbaba con desesperación. Me metía los dedos entre los labios menores y sacudía el clítoris con fuerza, yo estaba en éxtasis.

Me decía que me habían quedado espléndidas y al cabo de un rato entre estertores de placer se corrió en mi pechos. Me dijo que le limpiara la polla con mi boca, y mi cuerpo con unas toallitas.

Cuando su polla y mis tetas estuvieron limpias, empezó el reconocimiento, para explorar todo mi cuerpo, además en su despacho. su secretaria intentó entrar, pero la dijo que se quedara fuera, que estaba cerrado para concentrarse. Yo empecé a vestirme.

  • Ahora Bego desde luego si que eres como la Kardashiam, con tetas, culo y caderas, justo lo contrario que mi pareja, que sólo tiene tetas.

  • Me alegrra que te complazca, espero que ya a parte de follarme no me pidas hacer más cosas raras, porque ¿te he dado todo no?.

  • Todo no cielo, ahora quiero dejarte embarazada.

  • ¿Cómo? ¿Quieres preñarme? ¿Y mi matrimonio que?

  • Tomás no se enteraría, pensaría que el crío es suyo.

  • Pero ¿Por qué quieres algo así?

  • Me da morbo colocarle un hijo mío a otro, y que lo cuide y lo trate como si fuera hijo suyo sin saberlo.

  • Joder Rober eso es lo peor que se le puede hacer a un hombre, a mi marido en concreto, por favor no me pidas eso.

  • ¿No me has dicho que el quería tener hijos?, mira ya tienes 33 años, la edad ideal.

  • Por favor no me hagas esto.

  • Mira es lo último que te pediré en plan bestia, luego ya sólo seremos amantes, podrás ser feliz con Tomás criando a vuestro hijo.

  • Pero es que no entiendo ese desapego por tu parte, te da igual saber que tienes un hijo por ahí, y que no conste que es así.

  • Sí, me da igual, y a ti debería dártelo también, en el fondo sería hijo tuyo seguro, quien sea el padre debe darte lo mismo. Mira o aceptas o terminamos este rollo, mañana me respondes.

Salí del despacho bien folladita, y ya con una vuelta de tuerca definitiva, si accedía mi dignidad ya si que sería nula, y me daba mucha pena de mi marido, pero no quería perder mi status.

Me pasé otra noche dando vueltas hasta arriba de valium, pensando para ver que hacía, y encima con las tetas nuevas, me costaba coger la postura en la cama, mi nuevo pecho me estaba condicionando mucho las posturas, erguida y sentada por el peso, e incluso para dormir, tendría que adaptarme, eso sí, desde que me operaron, me di cuenta que para la mayoría de hombres era muy llamativa, y las mujeres me miraban, bastante mal, supongo que para ellas era vulgar.

FIN

Se agradecen comentarios.

Autor: Corsarionegro

Correo: corsarionegroesp@hotmail.com