Muerte y amor
Un extraño amor que surgió sorpresivamente y es inevitable destruir...
MUERTE Y AMOR.
Aquel día me levanté cansado, con un dolor en mi cuerpo, en mi alma y en mi corazón, mientras lo veía durmiendo a mi lado, tan tranquilo… ¿Cómo es que llegué a esto? – me pregunté, con lágrimas en los ojos, mientras mi corazón me dolía tanto, porque sabía la respuesta a esa pregunta, pero me dolía aceptarlo…
Aun recuerdo todo lo que pasó con Luis Torres, aquel chavo moreno de ojos cafés tan vivos que encajaban perfectamente con su impecable sonrisa, mostrando sus dientes blancos y perfectos, mientras se caracterizaba por su alegría permanente... pero no todo es lo que parece, y la lección la aprendí de la forma más dura…
“¿Te gustaría bailar?” su sonrisa y su carisma fue lo que hizo que inevitablemente me negara aquella tarde de Octubre en el bar, cuando él me vio entrar, pero quería divertirme, así que acepté bailar con él, fue un momento increíble, sin saber cómo ni por qué, en aquel baile cupido me flechó, y fue entonces cuando impulsivamente le di un beso en los labios…
“¿Qué está pasando aquí?” escuché que preguntaba Ricardo, mi novio, un chavo tierno y hasta cierto punto infantil, pero que siempre me hacía sentir feliz, cómodo… se veía tan enojado que se abalanzó sobre Luis y empezó a golpearlo, pero éste le respondió los golpes y lo dejó tirado en el piso, con el labio roto y la nariz sangrando, mientras yo me quedaba observando todo el espectáculo, sin saber qué hacer ni que decir, Ricardo se levantó y me vio fijamente a los ojos, se veía furioso, intentó pronunciar algo pero dio media vuelta y salió del bar.
“Ahora que se ha ido ya podemos divertirnos ¿no crees?” me preguntó mientras sentía su duro paquete rozar mi trasero, mientras me besaba el cuello desesperadamente, Luis me llevó a una mesa donde se encontraban tres chavos mas, quienes me vieron con lujuria, pero yo no le quise dar importancia… gran error. Luis me presentó con ellos como su “juguete”, palabra que hizo que aquellos hombres se rieran a carcajadas mientras se acercaban para manosearme, a lo cual traté de evadirlos, pero en ese momento conocí al verdadero Luis, quien me dio un golpe en la cara para dejarme bien claro que solo quería “divertirse” conmigo, al igual que sus amigos, mientras uno de sus amigos me daba una nalgada.
“Harás lo que nosotros te pidamos” me dijo uno de sus amigos, me sentí aterrorizado, no sabía como escapar de ellos, me armé de valor y traté de caminar rumbo a la salida, pero dos de los chavos me detuvieron mientras un tercero me golpeó en el estómago, fue ahí cuando me dejaron débil, me arrastraron para sacarme de ahí y me subieron a un auto, mientras seguían riéndose y comentando su “hallazgo del juguete”, el trayecto fue demasiado largo, tiempo después me bajaron del auto y me llevaron a una habitación dentro de aquella vieja casa, con las paredes deterioradas y los muebles dañados, me recostaron boca abajo en la cama y, cuando me soltaron, traté de incorporarme para escapar de ahí, pero uno de ellos me golpeó el rostro y me detuvo las manos para que quedara nuevamente boca abajo en esa cama mientras otro de sus amigos me quitaba el pantalón y los calzoncillos.
“Gozarás como nunca” me dijo Luis, quien separó mis nalgas y me metió uno de sus dedos en mi culo, sin lubricar, lastimándome inevitablemente, mientras yo me quejaba a causa del dolor, segundos después retiró su dedo y me empezó a penetrar, su pene era como un taladro para mi, tan grueso, que a cada movimiento sentía que me partía en dos… yo empecé a llorar, pero uno de ellos me golpeó de nuevo, así que me tuve que callar y dejar que me utilizaran… después de unos minutos se corrió dentro de mi, para después levantarse y dejarme adolorido… pensé que ya era todo, pero no, casi enseguida otro de ellos me penetró sin contemplaciones, hasta el fondo, destrozándome completamente, mientras me arañaba mi espalda por debajo de mi playera, se corrió casi en seguida, por lo que el tercero de ellos lo sustituyó, penetrándome como fiera, haciendo que mi cadera se moviera a cada embestida que me daba, yo ya me sentía demasiado cansado y, además, adolorido, tardó una eternidad en correrse, dejándome su semen caliente en mi culo, que se mezclaba con el semen de los otros dos y mi sangre, finalmente el último se acercó a mi culo, pero, a diferencia de los otros, me penetró lentamente, con delicadeza, mientras se movía con mucho cuidado para no lastimarme, al mismo tiempo que acariciaba mi espalda con suavidad, hecho que me hizo pensar que él era diferente a ellos… tiempo después también se corrió en mi, inundándome con su semen, se levantó y se vistió de nuevo, mientras yo me quedé ahí sin decir nada, llorando, sintiéndome como una basura, mientras escuchaba las carcajadas de Luis, que en ese momento se acercó y me levantó la cara para que lo viera “Dime que te gustó ¿no es así?” me sentía muy mal, pero quería que se fuera pronto, así que decidí decirle “Si”, mientras él sonreía y me decía “Eres mejor que cualquier prostituta, además saliste gratis” Luis se levantó y se dirigió a ellos “Vámonos” les dijo, mientras se encaminaban a la salida, mientras yo los veía con rabia y miedo, sintiendo mi cuerpo dañado, y mi alma herida “antes de conocerte era virgen” le grité a Luis, quien me miró y me dijo “lo sé, se te notaba, por eso quería penetrarte, gracias por regalarme tu culo” dijo con una sonrisa burlona en el rostro “hasta nunca”.
Me quedé ahí, llorando amargamente, mientras el frío entraba en todo mi adolorido cuerpo, no pude levantarme, cerré los ojos y dejé que mis lágrimas siguieran su curso, mientras escuchaba una voz que me decía “tú te buscaste esto” Estaba a un paso de dormirme cuando sentí una mano acariciar mi rostro, limpiando mis lágrimas, levanté mi cara y lo vi, era aquel chavo que me penetró antes que Luis, yo me aparté bruscamente y lo miré con odio, pero él me miró con unos ojos que expresaban remordimiento y al mismo tiempo dolor “no era mi intención” me dijo, mientras acercaba mi cuerpo al suyo con sus brazos “perdóname, yo no soy así, no quise lastimarte” me recosté en su pecho y seguí llorando, hasta que me cansé de llorar, fue cuando él me ayudó a levantarme “me llamo Víctor” me dijo “ven, necesitas descansar” dijo mientras me ayudaba a recostarme en la cama, sin saber por qué, su compañía me hacía sentirme mejor, e instintivamente besé sus labios, y poco a poco nos fuimos envolviendo en una complicidad que nos llevó al sexo, pero no fue sólo sexo, porque tanto él como yo sentimos algo el uno del otro…
“Te amo” me dijo mientras expulsaba todo su semen en mi interior, mientras yo me quedaba inmóvil encima de él.. “Yo también te amo” le respondí, y enseguida me recosté en su pecho para quedarme profundamente dormido…
Después de recordar todo esto por fin acepté aquella dolorosa respuesta… “lo amo” me dije “lo amo a pesar de todo lo que pasó, a pesar de que fue uno de los que me violó, lo amo” dije mientras lloraba de nuevo…
Jamás supe porque tenía que ocurrir así, encontré el amor en donde jamás pensé encontrarlo, porque él fue quien dio ese paso, fue el quien me salvó de mi dolor, porque aquel día oscuro en el que pensé suicidarme, él llegó como un ángel que me extendió la mano y me ayudó a levantarme y a enseñarme a amar... quería casarme con él, pero lamentablemente no pude lograrlo, el SIDA me venció, y por eso está escrito todo esto, para que le puedas dar esta carta, y se entere de todo lo que sentí por él desde el principio…
Querido hermano, no le tengas rencor, porque lo único en lo que él fue culpable es de haber entrado de forma inesperada a mi vida, para hacerme sentir amado en mis últimos meses en la tierra, yo lo perdoné hace tiempo, y espero que tú hagas lo mismo. Algún día él y yo estaremos juntos de nuevo, y entonces nos amaremos en la eternidad, lejos del tiempo y el espacio, mientras tanto esperaré pacientemente ese día desde donde estoy ahora que estás leyendo esta carta. Te amo y siempre estaré contigo, en cada rosa, en cada atardecer, en cada nube… siempre estaré ahí. Lamento que esta carta la estés leyendo ahora que ya no estoy vivo para abrazarte, pero aun así siempre estaré contigo.
Con amor.
Hernán.
Bien, este es el último relato que publico, quiero agradecer a cada uno de los que leyeron lo que llegué a publicar, y les pido disculpas: por borrar UAI y AC, por no poder continuar UAI tan pronto, porque quizás ya no escriba AC y, además, porque quizás sea mi último relato en esta página, aunque no he decidido bien qué hacer, pero mientras tanto quise escribir este relato, algo que ustedes puedan recordar de mi, por si algun día decido no regresar aquí.
Gracias a todos por su apoyo y sus comentarios, gracias por haber leido mis relatos, y gracias por regalarme un poco de su tiempo, me despido de ustedes, y quizás algún día vuelvan a leer algo mío... Saludos queridos lectores..!! Les deseo buena suerte en todos sus proyectos. Gracias por todo.
Con cariño.
Daniel Pérez.