Mucho más rico que el helado.

Pues eso, tan solo una mamada sin mayores pretensiones.

-¿Así le gusta a la señora?- Te pregunto mirándote a los ojos mientras aprieto el envase y el sirope de chocolate cae sobre la bola de helado de vainilla deslizándose poco a poco hasta el fondo de la copa.

-Justo así- Me respondes divertida y con cara pícara añades. –Pero se me está ocurriendo una cosa, ven conmigo.

Me tomas de la mano y estiras de mi cuerpo arrastrándome torpemente por el apartamento en dirección al dormitorio mientras intento no manchar nada con el sirope.

-¿Pero qué te propones?- Pregunto

-Tu calla y pórtate bien- Me contestas mientras me sitúas junto a la cama y estiras de mi camiseta hasta conseguir quitármela.

Acto seguido me miras a los ojos con una sonrisa de oreja a oreja y llevando tus manos a los pantalones de mi pijama te agachas estirando de estos que caen al suelo dejándome completamente desnudo y con mi pene cobrando vigor por momentos.

-Jajaja, estás loca.

-Pues si estoy loca lo dejamos ahora mismo- Contestas irguiéndote de nuevo y mirándome con una sonrisa desafiante.

-Nooo, por favor- Contesto suplicante.

-Pues calla tonto- Me ordenas a la vez que de un empujón me haces caer a la cama que tiembla al recibir mi cuerpo.

Te contemplo expectante mientras sin dejar de mirarme te deshaces de tu camiseta dejando aparecer tus deliciosas tetas con sus pezones erectos. Me miras y llevándote el dedo a tus labios me haces el gesto de que guarde silencio mientras inclinándote hacia delante comienzas a gatear por la cama recorriendo mi cuerpo. Al llegar a mi abdomen comienzas a besarlo a la vez que subes poco a poco mientras tus tetas acarician mi cuerpo y lo arañan deliciosamente con sus durísimos pezones.

Llegas hasta mi cara y me besas con tus voluptuosos labios como solo tú sabes hacerlo, me muerdes deliciosamente y tu lengua explora mi boca mezclándose nuestras salivas. Tu mano baja hasta mi sexo, que se muestra ya totalmente erguido, y lo atrapas antes de abandonar mi boca y preguntarme con fingido gesto serio, casi de enfado.

-¿Esto qué es?- Aprietas mi falo a la vez que preguntas y no puedo evitar dar un respingo.

-Tú sabrás contesto divertido.

-Ja ja ja ¿Yo sabré? Ahora veras, esto te va a gustar.

Arrancas el sirope de chocolate de mi mano y desciendes de nuevo por mi pecho mientras besas y mordisqueas la carne que previamente acaricia tus tetas. Justo cuando tu boca llega a mi pubis te incorporas y separas mis piernas situándote de rodillas entre ellas.

Tu cara de niña traviesa es impagable cuando levantando el sirope lo aprietas entre tus manos y provocas que un hilo de viscoso chocolate caiga sobre mi glande que apunta al techo. Poco a poco el chocolate se desliza por mi polla hasta llegar a su base mientras que mi capullo queda totalmente cubierto como si tratase de una fálica golosina.

Una vez satisfecha con la pinta de tu postre dejas el recipiente a un lado y te inclinas hacia adelante sin dejar de mirarme con esa preciosa carita que tanto me excita mientras te muerdes el labio inferior en un gesto que sabes me vuelve loco. Hechas tu pelo a un lado apartándolo de tu rostro y finalmente tus labios se posan justo en la base de mi polla rodeándola suavemente y retirando parte del chocolate que saboreas gustosamente.

Tu lengua comienza a recorrer el tronco de mi polla ascendiendo por ella en dirección al glande. Das pequeñas lamidas retirando poco a poco el chocolate y cuando finalmente llegas a mi capullo lo envuelves con tus carnosos labios mientras tu lengua juega retirando el sirope sin que pueda evitar que un gemido escape de mi boca.

-Ummm.

Comienzas a bajar por mi verga que desaparece en tu boca poco a poco mientras tus labios se adaptan perfectamente a su contorno. La sensación de tu boca retirando el chocolate y sustituyéndolo por tu saliva es maravillosa.

Siento el impulso de empujar y clavarme en tu deliciosa boca, pero me contengo sabiendo que debe ser a tu manera. Retrocedes y abandonas mi glande dejando que un hilillo de saliva cuelgue entre este y tus labios.

-Mmm, mucho más rico que el helado- Dices mirándome y guiñándome un ojo.

Tu boca vuelve a recorrer mi falo y repites la misma operación tres o cuatro veces de forma muy lenta, descendiendo cada vez un poco más en el camino que lleva hasta la base de mi pene. Tus labios aprietan y succionan mi polla de forma sublime poniendo especial atención a mi capullo, él cual chupas como si la tetina de un biberón se tratase.

No queda ni rastro de chocolate en mi polla y ahora es tu saliva la que hace que mi miembro brille de una forma especial. Sujetas mi verga por la base y rodeándola con tus dedos comienzas a restregarla suavemente por tus húmedos labios dejando que tu lengua asome entre ellos.

Sacas la lengua y haciendo que mi capullo descanse sobre esta comienzas a masturbarme con la mano.

-Ufff, me vuelves loco.-Consigo balbucear mientras disfruto de la velocidad que está cobrando tu paja.

Detienes la mano y vuelve a ser tu boca la que desciende y sube de forma alterna por mi falo, pero de una forma mucho más rápida que la del principio. La abundante saliva, que llega a escapar por la comisura de tus labios, contribuye a lubricar una mamada que se me antoja perfecta y que se prolonga durante varios minutos en los que vas alternando las atenciones de tu boca con las de tu mano.

-Que gusto vida, no pares por favor, no pares que me matas de placer.

-Hoy no pienso parar hasta el final- Me contestas con voz sensual sacándote la polla de la boca y guiñándome un ojo antes de volver a engullirla permitiendo que esta alcance en tu boca la mayor profundidad hasta el momento.

Tus palabras me excitan más si cabe pues este es un premio al que no estoy acostumbrado.

-Si sigues así el final no tardará mucho en llegar preciosa.

-¿Y a que estás esperando nene? Vamos hazlo, disfruta, dámelo.

Vuelves a engullir mi polla imprimiendo una velocidad endiablada a la mamada mientras tus perfectos labios ejercen la presión justa sobre la carne.

-Umm, me voy a correr, joder me voy a correr ya.-Te advierto entre gemidos de placer.

Te sacas la polla de la boca y comienzas a pajearme con tu mano a toda velocidad mientras apuntas a tu boca entreabierta y la restriegas en tus húmedos labios y lengua.

No puedo resistir más tanto placer y pronto siento como la presión se acumula en mi cuerpo hasta el punto en que no consigo retenerla más y termino por liberarla entre espasmos y gemidos de placer. Un primer chorro de semen golpea tus labios y de forma involuntaria contraes el gesto, pero rápidamente te repones y te dispones a recibir el fruto de todo el placer que me has proporcionado.

Dos, tres, cuatro, hasta cinco son los chorros de leche que salen despedidos por el extremo de mi capullo aterrizando de forma desigual y repartiéndose por tus labios, lengua y boca mientras no paro de bufar de placer.

Tan pronto como los espasmos desaparecen de mi cuerpo tus labios rodean mi glande procediendo a limpiar y chupar cualquier rastro de mi reciente orgasmo mientras no dejas de mirarme a la cara. Estás preciosa con los restos de mi corrida salpicando tus labios.

Una vez satisfecha con el estado de limpieza de mi miembro vuelves a ponerte a gatas y recorres mi cuerpo con un delicioso y delicado camino de besos el que puedo sentir como tus tetas se deslizan sobre mi polla en descenso.

Llegas a la altura de mi cara y separándote unos centímetros y con una preciosa sonrisa me preguntas:

-¿Te ha gustado?

-Me acabas de hacer el hombre más feliz de la tierra. ¿Te parece bien la respuesta?

-Jajaja, la daremos por buena.

Me lanzo a por tu boca y sin importarme los restos de semen de mi corrida te beso desesperadamente. Un beso que se me antoja el más húmedo, caliente y sexi de cuantos pudiera imaginar.