Mucho mas alla...Atreviendome a recordarte

Esta es la introduccion, digamos el capitulo cero de una historia que llevo un buen tiempo escribiendo. En esta entrega no hay tanto sexo pero no desesperen ya llegara. Espero sus comentarios, todos son bien recibidos, cualquier sugerencia a and1_theboss@hotmail.com

Llueve justo fuera de mi ventana. Justo como el día en que mi mayor sueno y pesadilla empezara. Justo en este punto se me hace difícil pensar en como podría haber sido todo si mis decisiones no fueran aquellas que tome.

Estoy donde todos esperaban que me encontrara. Sin embargo en el fondo de mi corazón soy consciente de que no merezco todo lo bueno que me ha pasado. Es quizá por esa razón que no me atrevo a traer los recuerdos; esos recuerdos que tantas alegrías y tristezas me producen. Han sido ya cinco anos desde que lo conocí. Sigo siendo el mismo tonto enamorado que no desea otra cosa que un beso o un abrazo aun siendo incapaz de pedirlo o de darlo.  Quisiera decir que he sido valiente desde el momento que le conocí. Lo cierto es que no lo he sido. Cobarde es la palabra que yo mismo usaría para describirme. Tengo tanto miedo tan constantemente de olvidar de donde vengo y como no? Todo ha cambiado tanto. Yo mismo he cambiado; sin proponérmelo sin saberlo solo se que ha pasado. Y el tiene muchísimo que ver con este cambio.

Vivo cómodamente solo, justo como siempre quise. Entonces sigo sin entender por que en medio de mi comodidad me siento tan incomodo. Siempre pensé que tener otro ambiente me haría feliz. Ahora me doy cuenta de que no depende de donde este sino de mi. Este inconformismo, este vacio no se llenara con que me siga moviendo. Probablemente solo se haga mas grande si me quedo estático, lo que no significa que se ira si me sigo escondiendo de el.

Recuerdo esa primera caminata por la lluvia, ir sentado en el bus mirando por la ventana e ignorando al resto del mundo. Caminando solo en el norte de la ciudad rogándole a Dios para no perder el ultimo bus. Recuerdo las tardes después del colegio en casa de caro… Ah como extraño a caro! Recuerdo mi primer día en la U sintiéndome un campeón. Recuerdo mi último año de colegio, mi graduación y lo feliz que fue ese día para mí.

Dios me dio la bendición de contar con una memoria brillante. Todos en mi escuela siempre pensaron que yo era muy inteligente. No era cierto. Simplemente era bueno recordando todo. Eso hacia los exámenes muy fáciles. Aunque si me preguntaran hoy algo de lo que aprendí en mi secundaria seguramente no seria capaz de responder. Pero es esa memoria, esa fijación que tengo en mi mente una gran bendición y podría decir que mi mayor desgracia también.

Siempre me ha sido extraño como mientras otros pueden simplemente encontrar su way out, en mi memoria todo se queda grabado y se repite una y otra vez. Sobretodo esos hechos que quisiera olvidar y me persiguen de forma tortuosa.

El recuerdo de esos maravillosos momentos que pase junto a el, caminando en la lluvia o muriéndome de las ganas de darle un beso en el arco del triunfo. O cuando no le defendí como debí haber hecho.  Porque es cierto no soy el mas brillante pero a veces me puedo comportar como un perfecto imbécil.  Como nunca haberle pedido que bailáramos aun cuando me moría por dentro por pedírselo. Como saber que al final no pude evitar hacerte tanto daño como me hice a mi mismo.

Pero no es todo mi culpa o si? Yo no pedí enamorarme de esa forma de el. No pedí no darme cuenta hasta que ya fue muy tarde. Y por supuesto tampoco fue mía la brillante idea de que justo antes de nuestro reencuentro yo no fuera el segundo sino el tercero de la relación. Justo como el día de la fiesta de principio de semestre en mi casa. Recuerdo que llevaba esa hermosa barba de 3 días bien delineada que le quedaba tan bien. El siempre tuvo algo muy particular: su sonrisa. No solo porque sonreía con sus hermosos labios sino porque sus ojos siempre eran capaces de mostrar toda la alegría y es como si ellos también me sonrieran a mí y a todo aquel que le viera. Debería haber sido practico ese día: simplemente acercarme a el y decirle que cada vez que le veía sonreír se me iluminaba el mundo. O confesarle que si en ese momento me hubiera dicho que el cielo era amarillo y el sol azul le habría creído. Pero el dolor, la inseguridad y esos benditos recuerdos que me atormentaban no encontraron la forma de no permitirme decirle todo lo que sentía.

Siempre me ha sido mucho más fácil pensar y sentir para mí. Constantemente pienso en lo bien que se siente ser observado y admirado. Son tantas las veces en las que pienso también en lo bien que se siente no ser observado. Porque cuando nadie te ve puedes ser o no ser y resulta ser que normalmente eres. Por eso, cuando me decidí a dar el paso en halloween lo hice en frente de todos y al mismo tiempo solo entre el y yo. Me pidió el favor que le prestara mi cuarto para reacomodarse un poco antes de seguir la fiesta y yo no podía ser más feliz.  En el momento que entramos a  mi habitación  -con el resto de nuestros amigos y compañeros afuera- no pude evitar abrazarlo y sentirlo cerca de mí como tanto había deseado, preparado para recibir un golpe en cualquier momento.

Sentía mi corazón salirse de mi pecho de lo fuerte que estaba latiendo solo por sentir sus brazos en mi espalda y los míos en su cintura. No había espacio entre nosotros y aunque me moría por darle un beso todavía tenía dudas acerca de su novio y de que pensaría el resto del mundo. Esa mente imprudente y cobarde que me detuvo y no me dejo demostrarle con mis labios todo lo que quería. Deseaba que nuestras bocas y nuestros cuerpos cortaran el poco espacio que aun nos separaba. Pero mi cerebro fue más rápido que mis impulsos y me separe dispuesto a salir de mi cuarto. Pensé que hasta allí debíamos llegar, yo no creía estar dispuesto a asumir las consecuencias de cruzar la línea.

Aunque al parecer Ángel no estaba de acuerdo conmigo. Me tomo del brazo justo antes de que yo lograra abrir la puerta y me atrajo con fuerza hacia el. El impulso nos hizo perder el equilibrio y caímos sobre mi cama, yo encima de él sintiendo cada parte de su cuerpo y dejando mi cabeza sobre su hombro. No podía creer que de verdad todo eso estuviera pasando. Y junto cuando creí que no podía llegar a adentrarme mas en el paraíso Ángel hizo lo que en adelante seria nuestra realidad, me mostro que siempre hay mucho mas paraíso por disfrutar. Ese Ángel puso sus tersos labios en mi cuello y me dio el beso más suave, tierno y apasionado que nadie me haya dado allí. No se cuanto tiempo paso, yo ya había perdido el sentido del tiempo y el espacio con sus brazos acariciando cada rincón de mi espalda, mis brazos y mi cabello. Esos besos en mi cuello y mi pecho me habían llevado a un éxtasis de locura que no creo poder describir…