Mucho gusto. Parte 2

Observar, conocer, admirar, besar. ¿Pasos para llegar a un acuerdo?. Mejor dicho... Pasos para llegar a una tragedia.

Segunda parte, espero sea de su agrado, esta es un poco mas largo les recomiendo escuchar esta canción de fondo.

http://www.youtube.com/watch?v=YUJP9Zt5ZaE

Espero sus comentarios chicas y diganme si continuo o no con la historia, es mi primer relato aquí. Besos.

______________________________________________________________________________________

Maya:

Muchas personas dicen que los adolescentes somos incapaces de manejar situaciones y afrontarlas con madures, ¿Pero saben algo? Lo pensé bien… ¿Qué tenia de malo, verme con esta mujer? Digo… ¿Podíamos ser buenas amigas no? No se veía ni tan mayor debe tener unos 27 por mucho, pase el resto del día pensando en que escribirle y como escribirle que si quería verla y que quería conocerla un poco más y mínimo para que me diera una explicación de porque me dejo tirada ahí, o mejor… No, no iba a tocar ese tema ¿O sí? ¡Ah, maldita sea quiero parar de pensar!

Tome la decisión de escribirle sin pensar mucho, agarre mi teléfono y le escribí que si podíamos vernos, ¿Actué bien? Había pensado que si hasta que vi la hora… Pasadas las 11 le había escrito definitivamente estaba loca, pero bueno… Al menos afronte las cosas con madurez ¿O no?

Medio día, lunes mis papás iban a llegar en la tarde porque su vuelo se les había atrasado… Me levante casi sonámbula había olvidado que le había escrito a esta mujer, hasta que tome mi teléfono porque tenía un mensaje ¡Por Dios! ¿Qué hice?, esta mujer me había escrito exactamente “Espero que no me dejes plantada, porque a las 3 de la tarde estaré ahí ;)” Me tembló cada parte de mi cuerpo, mi mañana ya se había puesto tensa, si medio día para mi es mi mañana ¿Problema?, continuo… Fui a la cocina a prepararme algo de comer para calmar los nervios, no paraba de pensar en que ponerme pero al mismo tiempo pensaba ¿Por qué me preocupo en que ponerme, me gusta acaso?, estaba en ese dilema y quería resolverlo al verle la cara, con eso de las luces de la discoteca, recordaba muy poco su cara en el único momento que medio la observe fue en el baño y la verdad, no es un recuerdo muy agradable que digamos.

Elena:

Mi día comenzó algo ajetreado, levantarme tan temprano me estaba matando… Recuerdo esos días en los que podía dormir hasta medio día, los extraño eternamente. Pase todo el día ocupada resolviendo una que otra cosa de mi trabajo, realmente no tenía cabeza para más nada, durante la mañana fui recordando la cita pendiente de las tres de la tarde, entonces… Fui calculando fríamente mi día para poder cuadrar estar libre perfectamente de 3 de la tarde hasta el anochecer, no aguante mas… Tuve que escribirle porque ella no lo había hecho, me sorprendió un poco su mensaje, se había acabado de levantar a las doce del medio día, era un poco extraño, pero me imagine que debía estar en la universidad y estaba de vacaciones, regrese a mi casa para tomar un baño y ponerme algo lindo no tan de señora, quería verme bien, y llamar su atención, por segunda vez claro.

Maya:

¡Mierda qué hora es! ¿¡QUÉ?! Dos y media y ni siquiera me he maquillado… Si, aquí estoy como si se tratase de salir con Carlos, que es mi ex novio… Todo lo que llevaba de día lo había pasado muy desestabilizada no soportaba tanto estrés, por fin conseguí algo que ponerme, no muy atrevido ni muy de niña de 16, me puse unos shorts blancos no tan cortos de tirantes, con una camisa manga corta marrón y unas zapatillas marrones, uno que otro accesorio, sin maquillarme porque no me daba chance.

Tome la camioneta de mis papás y arranque, si chicos… En Venezuela una adolescente como yo, sin licencia puede manejar ¿No les dije? Mi país es hermoso, pero realmente es un caos y bueno ¿Qué mas queda? Beneficiarse supongo…

Las colas eran inmensas, es que estaba en hora pico, estaba normal, tranquila, relajada como una lechuga en una cesta con lentes hasta que iba pasando la calle 30, les juro los nervios me estaban comiendo, de haberle contado a alguna amiga hubiera sido más sencillo que me acompañase. Lo pensé mil veces antes de llegar al café, tarde en estacionarme porque soy patética haciéndolo, no sabía si esta tipa era puntual o no o si me había jugado una broma, o si estaba equivocada en fin… Como pude tambaleándome me baje del carro, estaba tan nerviosa que casi dejo las llaves adentro, temblaba… Les juro temblaba no sabía a dónde mirar ni que hacer, lo cierto es que llegue hasta el famoso café de la 32, me senté y hasta ahora no veía a nadie que me recordara a ella.

Ya son las tres… Esta mujer no va llegar… ¿Será que era una broma? Yo como que me voy.

Iba dispuesta a levantarme de la silla cuando me llega un texto: “Disculpa, estas colas están horribles voy por la 27”. ¡OK, ME IBA A MORIR! Estaba demasiado cerca, creo que quería salir corriendo en ese instante, pero tranquilamente empecé a bloquear pensamientos pensando tonterías.

— ¿Qué desea tomar? Se me acerca el camarero.

—Espero a una amiga. Le sonreí patéticamente, el  susto me mataba, perdón mesero donde quiera que estés.

—Perfecto. Se retiro un poco apenado, pobre mesero.

Ya te vi.

Texto que me dejo estupefacta pegada a la silla como una momia, vi de lejos como una mujer extremadamente elegante y atractiva se bajaba de una camioneta exageradamente cara, lentes gigantes, pelirroja aparentemente natural, blanca, vestida elegante, con unos zapatos de tacón hermosos que les juro… Se los quería arrancar de los pies. La verdad me esperaba una mujer con una chaqueta de cuero y unas botas de vaquero con un cigarro en una mano y una cerveza en la otra… Estereotipos everywhere.

— ¿Maya? Se me iba acercando.

—Si, hola. ¡Qué sonrisa más patética le di!

—Hola. Se reía la muy payasa.

— ¿Cómo estas?

—Excelente y tú.

—Bien muy bien, gracias a Dios.

— ¿Crees en Dios?

—Si claro, ¿Por qué? ¿Tú?

—Claro, es que tenemos que buscar algún tema de conversación, estoy medio nerviosa. Se ríe.

Acompaño su risa, estaba demasiado nerviosa y al parecer yo no era la única.

— ¡Mesero! Decía Elena.

—Dígame señora.

—Señorita.

—Disculpe, dígame señorita.

—Gracias, gracias. No paraba de reírse, su vida era como un chiste creo.

— ¿Qué desean tomar?

—A mi me da un cappuccino y…

—Igual. Le digo.

—Perfecto, dos capuchinos, ¿Desean algo más?

—Ohm, galletas con chispitas, dos… De esas grandes ¿Te gustan las galletas maya?

—Si, claro...

—Perfecto, dos capuchinos y dos galletas grandes con chispas de chocolate, sale en 20 minutos.

— ¿Son ricas las galletas? Le pregunte.

— ¡Aww, divinas! ¿No las has probado?

—No, nunca había venido.

—Pues te perdías de mucho, este es uno de los mejores cafés de aquí.

—Risas —Es bueno conocer cosas nuevas.

—En eso estas en lo c-i-e-r-t-o. Decía mientras husmeaba en su teléfono.

—Es raro. Le digo.

— ¿Qué es raro?

—Esto… Nunca lo había hecho.

— ¿Qué? ¿Salir con una mujer que te gusta?

—Nadie dijo que me gustaras.

Si, lo sé… Fui demasiado estúpida ustedes querrán matarme, pero estaba en lo cierto aun no sabía si me gustaba o no, era muy extraño no sé si les ha llegado a pasar, note la incomodidad en su cara y como nada mas soltó un, “Mmm, perdón” Me sentí realmente incomoda al igual que ella y por eso quise arreglarlo todo, adelante ámenme.

—Si, pero nadie dijo que no me gustaras tampoco, calma.

—Creo que está mucho mejor. Se me quedo viendo mientras se tronaba los dedos de la mano izquierda y reía muy despacito y tierno.

—Entonces Maya… Cuéntame ¿Qué edad tienes? ¿Trabajas? ¿En qué universidad estudias?

Quede como un hielo, totalmente congelada me impresiono demasiado que dijera trabajo y universidad en la misma frase… Ella no me conocía pensé, ¿Por qué decirle que tenia 16? ¿Por qué decirle que no estudiaba en una universidad? De verdad, no quería decepcionarla y me toco meter los pies al barro.

— ¿Cuántos calculas? No iba a caer tan fácil, ¿Soy buena o no?

—Mmm, como unos 20 ¿Si?

V-e-i-n-t-e… ¿Era en serio? ¿Tan vieja parezco?, pero bueno, si me veía vieja, tenía que hacérselo creer mas.

—Casi, casi.

—Jajaja, ¡Dime!

—22.

— ¿¡Qué!?

—Si, 22. Sentí que no me iba a creer y me puse más nerviosa de lo normal.

—Te juro que pensé que tenías 19 o 20, pero bueno… ¿Qué estudias?

—Ya va, vamos despacio ¿Qué edad tienes tu?

No tenía ni la mas mínima idea de que universidad inventar que estudiaba, si le decía que no estudiaba iba a ser peor, mientras hablaba lento y le preguntaba su edad, le envié un mensaje a mi prima preguntándole que carrera estudiaba y en que universidad, ella tiene 22 era perfecta muestra.

—Calcúlame.

— ¿27?

—No, 28.

— ¡Uy! Casi.

Si, aparentaba esa edad y bueno… Una mujer de 28 años, atractiva, simpática, divertida, hermosa… ¿Qué había de malo? No estaba segura de mi sexualidad, pero si deseaba salir conmigo… ¿Cuál era el problema?

— ¿Y entonces estudias?

—Psicología, en la Yacambú. Le dije sin parpadear.

Aunque no tenía idea de la psicología, ella no iba a empezar a preguntarme cosas y si empezaba yo iba a saber cómo pararla.

—Ohm, ¡Qué bueno! ¿Y en que semestre vas?

—Permiso, aquí están sus cafés y sus galletas señoritas.

¡Bendito seas mesero! Pensé… No sabía que mas inventarle… El mesero puso todo en la mesa y se retiro.

—Muchas gracias. Decía muy cortes Elena.

— ¿Entonces?.. Repetía su pregunta.

—Ohm, en el segundo, empecé hace poco.

—Ahh ya ¿Y por qué?

—Problemas familiares, pero ya… No hablemos mas de mi universidad estoy de vacaciones.

—Tienes razón lo siento.

— ¿Y tú ya te graduaste?

—Si, de licenciada en letras.

— ¡Wow, que bien!

—Jajá, si genial… Me gusta mucho.

— ¿Y ya tienes trabajo?

—Pues algo así voy a estar en un periodo de prueba.

— ¡Que bueno! Ojala y se te de todo.

Pasamos casi dos horas hablando de tonterías conociéndonos, me contó que era de Caracas donde había cursado la universidad, su familia actualmente se había mudado a los Estados Unidos, estaba totalmente sola en Venezuela, sin familia… No deseaba mudarse de Venezuela puesto que sinceramente Elena ama muchísimo su país y no deseaba construir una vida en otro, me comento que tenía muy pocas amigas aquí que había trabajado en Caracas un tiempo pero se vino a Barquisimeto porque era una ciudad más tranquila y más agradable, que se compro un apartamento en el Este y que iba a empezar a trabajar ¿Qué les parece? Mi primera ida a una disco ambiente y semejante partido de mujer había encontrado, me gustaba me agradaba su forma de ser, como me trataba sin coquetearme suciamente en ningún momento, obvie todo comentario acerca de lo que paso en el baño esa noche, no quería arruinar la bonita impresión que me estaba dando.

— ¿Nos vamos? Me dice mientras pedía la cuenta.

—Pues, si… Creo que sí.

— ¿Qué quieres hacer?

Quería hacer muchas cosas realmente, pero mis papas debían estar camino a la casa si es que ya no habían llegado así que decidí no aceptarle ninguna invitación.

—La verdad, creo que ya es un poco tarde.

—Ehm, Maya… Son las 5 y media es demasiado temprano. Risas.

—Tienes razón. Risas.

— ¿Entonces?

—Van a llegar mis papás y no quiero que lleguen sin que este yo en la casa, se fueron de viaje y tengo varios días sin verlos.

—Ehm, tenías que haber empezado por ahí, bueno… ¿Dónde vives? ¿Te llevo?

—No, yo traje… Ehm…Mi carro…

— ¡Ahh, ya!, Bueno, entonces nos despedimos fue un placer conocerte así.

—Si, fue un placer. ¿Nos vamos a volver a ver?

—Pero claro que si, tú me avisas y yo hago lo posible por aparecerte pero la próxima vez, no vayas a traer tu carro. Se ríe.

—Prometido.

Obviamente no me iba a ver más en el carro, porque ni siquiera era mío, la verdad no sé que me estaba pasando le mentí en absolutamente todo de mi vida, me sentía un poco mal… Pero me estaba gustando tanto que tenía que mentirle.

Nos despedimos como dos amigas, un abrazo un beso en la mejilla pero añadiendo unas palabras que me dijo al oído “Me encanto verte, me gustas más que la primera vez, eres hermosa”. Se dio media vuelta, espero que me montara en el carro de mis papás y que arrancara.

Hermosa, realmente hermosa… Me pueden llamar bisexual si quieren, pero créanme, era hermosa, es hermosa…

Elena:

Como siempre Elena Piolo tardando una vida en las colas, voy a tener que escribirle que tardare un poco o esta muchacha se me va a ir.

Le escribí el mensaje y justo después me llamo mi amiga Ana.

— ¡Quiubo vieja! ¿Qué haces?

—Voy a ver a alguien.

— ¿Qué, y eso a quién, con que permiso?

—Si eres ridícula vale, a alguien deja el chisme.

—Dime a quién porque te tengo alguien que quiere conocerte.

—Déjame ver, como salen las cosas hoy y depende de cómo salgan yo te llamo y te digo si quiero o no quiero conocer a otra de tus amiguitas, que todas están bien patéticas mi amor.

—Pero es que tú tienes unos gustos más exquisitos, quieres a un ángel de Victoria Secret chico.

—Jajaja, no seas ridícula, yo después te cuento, te llegas a mi casa en la noche y te echo todo el cuento.

— ¿Y si vas a llegar a tu casa querida?

—Por supuesto que sí, tu sabes lo lenta que soy.

—Claro, sinceridad… Nada de mentir con tu edad ¿Ok?

—Eso es una mentirita piadosa depende de la edad que tenga, igual yo no aparento mucho.

—No seas puta.

—Chao, chao, chao, estoy llegando, hablamos después.

Colgué el teléfono y mientras apagaba el carro, observaba detalladamente si podía ver a la niña por ahí… Digo, para saber si era bonita o fea o horrible, uno nunca termina de saber con esas luces de la discoteca, pero no… Tenía que irme hasta adentro.

Si es fea, me hago la loca y me voy. Pensé mientras me bajaba, cerré la puerta y me fui acercando poco a poquito.

Allá está, pensé. ¿Qué puedo decir? Bella, muy hermosa la niña ya sabía que me iba a quedar un buen rato ahí. Tome la oportunidad para saludarla y tratar de hacer mi mayor esfuerzo por quedar mal, me agradaba su voz, su cara, sus gestos, sentí por momentos que estaba frente a la mujer que me iba a volver el mundo al revés, suele pasar… Soy muy entregada cuando de verdad me gusta alguien cuando de verdad me hace sentir cosas bonitas, es un defecto por naturaleza con el que me ha tocado vivir.

Hablamos de muchísimas cosas, temas tontos, temas graciosos, le pregunte su edad y mentí por conveniencia no quería que supiera que estaba al frente de una vieja de 35 años, nada más me bajé 7 añitos ¿No es gran cosa o sí? Era muy gracioso, Maya estaba muy nerviosa su risita me conmovía y sabía que de cierta forma yo le había gustado, así… Estando sobria.

Se perfectamente a lo que me estoy afrontando, es una hetero con confusiones, es muy grave pero sabré como afrontar las consecuencias decía…

Que suerte tengo, me dije a mi misma. 22 años, futura psicóloga, inteligente, linda, extrovertida, con una sonrisa y unos ojos hermosísimos ¿Qué más? ¿Esta era o no?

¿Entonces? No podía darme por vencido tan rápido, hablamos muchísimo se nos pasaron dos horas en eso, quería llevarla a su casa pero por des fortuna ella tenía su propio carro, en miles de oportunidades me moría por darle un beso pero no podía hacerlo públicamente, nos despedimos y estaba decidida a sacar tiempos de mis ocupaciones para salir con ella y conocerla más. ¿Podía salir algo lindo de esto, o no?

Maya:

Llegue a mi casa pensando en cómo hubiese sido si me hubiera ido en taxi, probablemente nos estaríamos besando ahora mismo, fui una estúpida era el momento para saber si de verdad me gustaba o no… Pero bueno, supongo que las cosas han de pasar por algo, por suerte mis papás aun no habían llegado. Llame a mi casa a Susy para jugar video juegos un rato y desestresarme un poco, nos divertimos un rato y alrededor de las 8pm llegaron mis papás.

— ¡Buenas noches! Gritabami papá como siempre tan enérgico.

— ¡Papi! Salícorriendo a sus brazos.

— ¿Cómo pasaste el fin de semana mi amor, nos extrañaste?

— ¡Genial, la pase muy bien! ¿Y ustedes? ¿Y mamá?

—Esta bajando unas cosas del carro mí reina.

— ¡Hola mi amor! Apareció mi mama con su sonrisita hermosa.

— ¡Mami! Bendición ¿Cómo les fue?

—Ay mi amor, hermoso todo muy hermoso me encanto todo ¿Y tú?

—Genial, fui con Susy y unos amigos a ver una película.

—Ay que bien, me alegra princesa.

—Por cierto, hoy saque el otro carro para ir a comer algo en la calle a eso de las 3, estaba muy aburrida.

—Tranquila mi amor, no pasa nada. Decía mi papa mientras llegaban.

Me hacían falta, aunque solo fue un fin de semana, me agrada mucho pasar tiempo con ellos ya que todo se lo dedico a mi colegio, soy de las mejores allí y por eso me tienen tanta confianza, además mi mamá es la Directora de mi colegio y debo ser mucho más responsable que los demás.

—Bueno Baby, yo me voy. Susy medio extraña.

— ¿Y eso? Quédate a cenar boba.

—No, relájate Baby tuve un problema con André.

— ¿Qué pasó?

André era su novia tenían como 1 año juntas, nunca había conocido mujer mas agobiante que Andrea, fastidiosa, celosa, maniaca, sus celos por mi amistad con Susy eran patéticos.

— ¿Otra vez celos por mi? ¡Que ladilla! Mientras giraba la cabeza de lado a lado.

—No vale, no tienes nada que ver, le contaron que me di los besos con Mónica ¿Qué tal?

—Ay marico…

—Si, esta fea la cosa… Yo voy para su casa a ver si puedo arreglar algo.

—Dale, cuídate ve por la sombrita.

— ¡Ja! Como siempre, chao Baby, despídeme de tus papas dile a Soraya que la amo y que se porte bien.

—Dale, yo le dejo el mensaje besos. Mientras nos abrazábamos como siempre.

Entre Susy y yo jamás paso nada extraño, ella duro un tiempo “Enamorada de mi” según… Se confundió conmigo, pero la verdad jamás llegue a sentir nada por ella, no es mi tipo y no tanto eso ¡Es mi amiga! Quería contarle pero… No me salía por ese mismo antecedente, iba a ser muy cruel no haberle correspondido siendo bisexual, la iba a hacer sentir mal y no quería estar en esa posición.

Pasaron los días más divertidos de mi vida, realmente no me había sentido así desde hace mucho tiempo, me escribía desde que me levantaba hasta que me acostaba con Elena, no sé como tenía tiempo para mi, ella se veía una mujer con muchas ocupaciones, eso me encantaba. Habíamos quedado para vernos el fin de semana antes de empezar clases, después de empezar no iba a tener mucho tiempo para estar viéndola, ya le había comentado que era muy aplicada en mis cosas y ella lo había comprendido.

Toda la semana transcurrió muy normal, algunas salidas con Mónica, Susy, Mariana, Julieta, David, Marcos mi ex y algunos otros amigos, salidas a cine y esas cosas que uno suele hacer, contaba los días para que se hiciera sábado y así ver a Elena, había quedado en llegar a su apartamento ¿Tan atrevida yo, no?. Pero realmente quería estar en un lugar en el que pudiéramos dejar de hablar tanto, y ver que pasaba.

¡Sábado!

Me levante mas enérgica que nunca ¿Enamorada? No lo sé, esta mujer me estaba gustando mucho, se me estaba saliendo de las manos ¿Pero que más iba a hacer? Todo se sentía muy agradable.

—Buenos, buenos, b-u-e-n-o-o-o-o-s días mamista.

— ¡Mi amor! ¿Pero que haces levantada a esta hora? ¡Son las 9 de la mañana!

—Ya casi voy a empezar clases mami, además a las 12 voy a verme con Ulises.

— ¿Ulises? ¿Ya llego de vacaciones?

—Si, llego hoy.

— ¡Ahh que bueno! Bueno, come y te llevo hasta su apartamento.

—Perfecto mami, me llevas a las 11 quiero llegarle de sorpresa.

Era verdad, iba a verme con Ulises pero a él le había dicho que tenía una cita y debía usarlo… Es mi mejor amigo hombre es súper simpático, muy atractivo y quizá todos pensaban que teníamos algo pero… Había un detalle, eh si… Están en lo cierto Ulises es gay ¿Casualidad? ¿Qué todos mis amigos sean de ambiente? No lo creo.

Comí aceleradamente para bañarme y ponerme hermosa. Escogí una braga negra con unas sandalias de tiritas grises, me planche el cabello y me maquille un poco.

—Mami, son las 10 y medía porfía llévame.

— ¿Tu tan puntual y tan bella? Subía una ceja detenidamente.

—Siempre soy bella ¿No?

—Bueno...

A carcajadas tomo sus llaves para arrancar al apartamento de Ulises. ¿Adivinen qué?... No era tan tonta, Ulises vivía en el mismo edificio que Elena, yo le dije que iba al Sambil que es un centro comercial de aquí a verme con el supuesto niño que me gustaba. Durante el camino mi mamá me iba haciendo preguntas como… ¿Te gusta Ulises? ¿Por qué vas tan linda? ¿No me estarás mintiendo o sí?

Estaba ya tediosa con tantas preguntas, llegamos a golpe de las 11 y algo a casa de Ulises, yo le pedí que bajara para que mi mamá lo viera, se saludaron políticamente y me baje. Lo abrace como nunca tenía más de 4 semanas sin verlo, se había ido de vacaciones con su familia a Margarita y lo extrañaba muchísimo, fuimos hasta su apartamento y comenzamos a hablar de su viaje y lo mucho que nos extrañábamos.

—Ahora, me vas diciendo quién, cómo, dónde y cuándo señorita.

—No quiero hablar de eso, después te cuento. Mientras me levantaba del sillón.

—No, no, no. Me debes cuentos ¿Qué pasó con Marcos? Me tocaba el hombro con el dedo índice.

—Nada, ya no siento nada por él. Hacia cara de “No me importa”.

—Eso es por… ¿El chamo que conociste?

—No, no sé, deje de quererlo y ya.

— ¿Es un chamo verdad? Me miraba con incredulidad.

— ¡Pero claro que es un chamo! ¿Qué te sucede? Me retire un poco mostrando desprecio a su pregunta.

—Ya relájate, sabes que es molestando…

—Bueno, tu sabes que soy hetero lo mío son los niños igual que tu.

—Epa, cállate carajita. Susurraba, pues sus papás no sabían lo suyo.

—O sea, que soy hetero igual que tu. Mientras me reía.

—Si eres ridícula, ¿A que hora vas al Sambil? Ya es tarde.

— ¡Mierda, ¿Qué hora es?! Rápidamente buscaba mi teléfono para ver la hora.

—Nagüara son las 12 y media.

— ¡¿Qué?! ¡Chao me voy!

— ¿Te acompaño a agarrar el taxi?

—No, no, quédate aquí. Lo empujaba .

—Bueno, dale… Mucho cuidado puta. Mientras me empujaba también.

—Dale, te amo ¡Chao!

Salí corriendo de ahí, Ulises vivía en la torre C y Elena en la torre A que quedaba, para mi suerte ambas quedaban lo suficientemente alejadas como para que Ulises no me cachara, le mande un texto a Elena y ella respondió que estaba en la puerta abierta esperándome, entre al edificio y pedí el ascensor, era el piso 6, las piernas me temblaban y no precisamente de frio.

No había ni tocado la puerta cuando Elena ya me había abierto, estaba hermosa… Cargaba un short azul con algo de rotos y una franelita de tiras negras con unas cholitas de calzado y el cabello recogido, era obvio que estaba terminando de cocinar.

—Discúlpame por estas fechas, estaba terminando la comida. Me decía al oído mientras me abrazaba.

—No te preocupes, te ves muy linda. Respondiendo a su abrazo y diciéndoselo también al odio.

—Hermosa te ves tú, pasa, pasa.

—Jajá, muchas gracias… Permiso.

—Eres demasiado educada cuando esta sobria. Mientras se reía y me halaba la mano llevándome a la cocina.

—Yo te lo dije, soy muy educada.

—Ya veo… Mira lo que prepare espero que te guste.

— ¿¡Qué!? ¡Amo el pasticho y el puré de papás! Decía saltando mientras veía la comida.

— ¿En serio? Me miraba sorprendida.

— ¡Si, es mi comida favorita que rico!

— ¡Que bueno, estaba dudando de que si te iba a gustar o no, falta que lo pruebes!

No soporte la risa, y comencé a reírme recordé que debía probarla a ella sobria a ver si me gustaba o no ¿Un poco bizarra yo, no les parece?

— ¿Cuál es la risa?

—Nada, es gracioso que hayas preparado mi comida favorita . Le dije.

—Pues, tienes razón. ¿Qué música te gusta?

—Me gusta mucho el…. El Jazz.

— ¿Jazz? Me miro sorprendida.

—Si, me encanta. Mentí.

Mi música favorita es el rock alternativo, pero ¿Qué? Le iba a decir bandas de la actualidad mostrándome como una niña, pues no. Solo conocía a Ray Charles, porque había leído algo de la historia del Jazz por un trabajo del colegio.

—Bueno, ¿Qué artista, que canción?

—Cualquiera de Ray, estaría genial. Lo dije muy sobrada.

— ¿En serio? ¡Es mi cantante favorito ! Me miraba aun sorprendida.

— ¿Si? Fingiendo una sonrisa estúpida, pensando en “Mierda, espero que no me pregunte mucho de él”.

—¡Si! Bueno, mi favorita es Georgia en my minad ¿La tuya?.

—¿La mía?.

—Claro.. Jajaja.

—Ehm, pues… También me encanta mucho esa, no tengo ninguna canción favorita ni ningún género favorito de música, el Jazz y Ray me agradan mucho es todo.

—Bueno, pondré esa.

Pues, así paso… Estaba en el apartamento de una mujer hermosa, cocinando para mi, una mentirosa empedernida, me provocaba salir huyendo por momentos cuando me preguntaba cosas acerca de la universidad, pero su risa me detenía para seguir observándola, como cocinaba, como bailaba, como me miraba y me coqueteaba mucho mas indecentemente. Me pidió que me sentara en una silla cerca de el mesón de la cocina, su apartamento era muy bonito y lujoso, mesones con acabados de mármol, cuadros realmente hermosos, el piso de granito, una horno plegable, todo muy hermoso, los colores eran llamativos, ella me preguntaba que si esos colores estaban bien que si eran adecuados según la psicología, yo simplemente le dije que, para la cocina eran perfectos que el amarillo y el rojo dan apetito, que iba a engordar pero que, estaban perfectos, eran cosas que recordaba del colegio, me alegra ser estudiosa, muchísimo…

Me daba a probar comida mientras escuchábamos música, se me quedaba viendo y luego de darme de probar me daba besitos en la mejilla, era tan delicada y tan poco obscena que lograba atraerme más. Tenía unos brazos hermosos se notaba que hacía mucho ejercicio, unas piernas bastante fuertes, largas y blancas… Su blanco de piel era exquisito muy diferente, neutral, limpio, me encantaba, su mirada hacia mí, su risa, me gustaba… Esta mujer en realidad me gustaba.

En uno de tantos acercamientos, no aguante mas y gire mi cabeza justo cuando fue a besarme la mejilla, para que me besara los labios en lugar de mi cachete, se me quedo viendo sorprendida y comenzó a besarme, me derretía en sus labios, besaba riquísimo, no se detenía y comenzaba a sentir como me excitaba ¡Por Dios! Besaba tan despacio y apasionado, con tanta delicadeza que me partía en cuatro partes multiplicadas por 600, me comenzó a besar el cuello.. Yo simplemente le permitía hacer todo lo que quisiera hacer conmigo, total todo me encantaba, ella noto que yo estaba cediendo y sin mas precaución se subió en mis piernas para seguirme besando, me besaba el cuello, las mejillas, la frente, la parte de atrás de mi oreja y esto cada vez lograba encenderme más, yo respondí a todos sus coqueteos, y comencé a acariciarle la espalda con mucha delicadeza, ¿Saben? Se sentía muy bien, era muy agradable ahora entiendo porque hay tantas mujeres lesbianas, así como ustedes… Los besos y las caricias iban subiendo de intensidad, pero como siempre, yo… Y mis comentarios básicos para arruinar cualquier momento.

—Se te va a quemar el pasticho. Dije susurrando.

—¡El pasticho!.

Salió como una bala para revisarlo y sacarlo del horno, yo simplemente me reí y bueno… De no haberla parado seguro se hubiera quemado.

—¿Se quemó?. Me acerque a ella.

—A mi no se me quema nada. Me miro mientras me sonreía coquetamente.

—¿Ah no?. Respondía a sus coqueteos .

—Para nada.

Mientras con sus guantes sostenía el pasticho para ponerlo sobre la mesa, aproveche para ponerme detrás de ella y abrazarla por la cintura, comencé a besarle el cuello y a hacerle caricias por la cintura, sentí como se estremecía, giraba la cabeza hacia adelante y hacia atrás lentamente mientras se mordía los labios con los ojos cerrados ¡Esta mujer era tan sexy!. Ella se volteo cuidadosamente dejando el pasticho sobre la mesa, para comenzar a besarme, me empujo suavemente y muy sexualmente hacia la pared, comenzó a besarme más rápido suspirando en mi boca, sus manos fueron bajando desde mi cintura, hasta mis glúteos, yo deje que me tocara donde quisiera, quería llegar a cualquier lado con ella, realmente no puedo explicar con palabras cuan mojada estaba, creo que necesitaba hacer cambio de ropa interior, sentía la necesidad de tirarla a la mesa y penetrarla aunque no supiera cómo hacerlo, quería escucharla gemir y decir mi nombre repetidamente.

—Vamos a servir la comida. Se retiro suavecito, si seguíamos íbamos a terminar en la mesa teniendo sexo.

—Si. Suspire . Creo que es buena idea.

—Siéntate, yo te sirvo.

Me sirvió y nos sentamos las dos a comer, la música, su comida, su charla, su voz, era tan perfecto… Su constante coqueteo jugueteando con el tenedor, lo metía a su boca y lo saboreaba provocándome, y realmente… Lo hacía. Por debajo de la mesa mientras hablaba, pasaba su pierna por el medio de las mías hasta llegar a tocar mis partes intimas, balanceaba de lado a lado su rodilla, mientras lo hacía yo simplemente disgustaba el pasticho, cerraba los ojos y decía lo rico que le había quedado.

—¿Si? ¿Muy rico?. Seguía pasando su rodilla, estimulándome.

—Mmmmm, delicioso. Nunca antes me había comido un pasticho así.

—Me alegra que te haya gustado.

Mientras tanto baje mi mano izquierda, para acariciar su pierna y continuar con su movimiento, comíamos como si nada, mientras por debajo de la mesa teníamos la fiesta armada, ella comía como podía, ya que su espalda estaba totalmente recostada al costado de la silla, tenía el plato con su mano izquierda y sostenía el tenedor con la derecha, obviamente hacia esto para poder alcanzar su rodilla con mi sexo, sus senos desde ese angulo se veían increíble, la manera en la que me miraba mientras lo hacía era brutalmente sexy. Les confieso fue el mejor almuerzo que he tenido, dos placeres juntos… Comida y sexo en el mismo momento.

Habíamos terminado de comer y como buena visita, me levante para lavar los platos.

—¿Qué vas a hacer?. Me pregunta confundida.

—Lavar los platos, el que cocina no limpia.

—No seas tonta.

—Así me enseñaron en mi casa.

—No, no, tu eres mi visita. Deja eso así, ven y te muestro el apartamento apenas has visto la sala.

Era obvio que me quería llevar a su cuarto y bueno, ya había insistido lo suficiente, le sonreí y le sujete la mano, ella me iba mostrando fotos de su familia, de sus papás, sus hermanos y algunos recuerdos que había comprado en los países que había visitado. Al final me llevo hasta su cuarto, era hermoso… Unos colores muy llamativos con varios cuadros, una cama enorme, olía muy bien, con el baño en su cuarto enorme, una tina espectacular, Elena tenía unos gustos muy exquisitos.

—¿Te muestro algo?.

—¿A ver?.

—Siéntate en la cama.

Me senté.

—¿Qué me vas a mostrar?. La veía buscando algo en su closet.

—Calma mujer. Risas.

Se acerco a mí y tenía una carpeta llena de escritos, al parecer hechos por ella.

—¿Qué son?. La mire confundida.

—Unas tonterías que he escrito, quisiera que las leyeras.

—¿En serio, me dejarías hacerlo?.

—Claro, si te las saque es para que lo hagas, no soy tan mala. Se reía, esa risa…

—Bueno, a ver léemelos tu.

—No, no funciona así debes leerlo tú misma.

Me dio una de tantas hojas y me dijo que era su favorito, era un relato corto de dos amantes perdidos en un desierto donde daba a entender como dos personas del mismo sexo llegan a enamorarse en una sociedad que los cohíbe de demostraciones afectivas públicas, como empiezas un viaje con esa persona llena de obstáculos y al mismo tiempo como logras encontrar la tranquilidad de saber que estas en un mundo lleno de personas que te señalaran, relataba como esos dos amantes se perdían en un desierto, como lograban encontrar la estabilidad de sentirse solos el uno para el otro en un mismo mundo, en un mismo universo, ambos… Se notaban felices, crédulos de que en realidad estaban perdidos siendo todo un espejismo de su eterna pasión.

—¡Wow!. La mire sorprendida.

—¿Qué? ¿Qué?.

—Me encanto…

—¿Si?.

—Si, incluso creo que me gustas mucho mas ahora.

—¡Que bella eres!. Se reía mientras me abrazaba.

Les juro pensé que habían pasado como 20 minutos con ella, pero ya eran las 3 de la tarde, el tiempo había pasado veloz sin perdón.

—Mierda, son las tres.

—¿Y que pasa?.

—Es raro que mi mamá no haya llamado.

—Ay, ni que tuvieras 16 añitos para que tu mamá te este llamando, dile que estas ocupada con algo de la universidad y ya, ¿no?.

—Si, cuando me llame veo que hago. Me levante pidiéndole prestado el baño.

—Si, ese que esta ahí, ve.

Ella se quedo guardando sus cosas, mientras yo me repetía una y otra vez, que debía disfrutar que no iba a durar para siempre porque cuando ella se diera cuenta de que le había mentido se iba a decepcionar tanto que jamás iba a querer saber de mi, pero iba a disfrutar al máximo no sabía cuánto podía durar ¿Pero adivinen que?... Duro demasiado poco.

Salí del baño y ella estaba acostada en su cama mirando el techo, se veía tan tierna que no parecía verdad yo me quede parada en la puerta y me quede observándola por unos segundos.

—¿Qué?. Me dice mientras se ríe.

—¿Qué de que?. Me uno a su risa.

—Ven, acércate.

—No.

—Ven.

—No. Se lo decía despacio mientras le sonreía.

—¿Me vas a hacer buscarte?.

—Ajam.

—¿Si?.

—Sipi.

Se levanto despacio de la cama, y al mismo paso de lentitud se fue quitándose la camisa, yo nada más me quede viéndola, deseándola, de la cama al baño habían aproximadamente unos 20 y algo de pasos fueron eternos, yo me le fui acercando quitándome la braga. Nos veíamos detalladamente dejo caer su franelita al suelo, y se me vino encima para ayudarme con la braga, yo quede totalmente en ropa interior y ella solo en sostenes y su short, se veía tan sexy… Me parecía hermosa en todos los sentidos y aspectos, nos besamos con muchísima intensidad ella me abrazaba y me apretaba muy fuerte, sentía sus senos totalmente apretados con los míos, me alzo con todas sus fuerzas y me lanzo a la cama se poso arriba de mi y comenzó a moverse como si me estuviese penetrando, yo no pude evitarlo más, el rose me excitaba y solté mas de un gemido a la vez, ella gemía exquisitamente haciendo que mojara por segunda vez mi ropa interior, yo no podía mas, necesitaba sentirla dentro de mí.

—Penétrame por favor. Se lo decía despacio mientras gemía.

—¿Qué te que?.

—Que me toques, tócame, penétrame, te lo pido.

—¿Me lo pides? ¿Y si no quiero?.

—Si, si quieres, por favor.

Estuve rogándole por varios segundos, evidentemente eso nos excitaba a ambas, ella muy sutilmente retiro mi panti, esta vez por completo, comenzó a bajar desde mi cuello hasta el vientre, sentía como se me erizaba la piel, al sentir su lengua por todo mi cuerpo… Eso no fue la mejor parte, cuando sentí su lengua ahí… Justo ahí en mi sexo, me moje mil veces más, yo le gritaba que me penetrara, mi cuerpo lo pedía ella no accedía, yo empezaba a mover mi cintura de arriba hacia abajo, de un lado a otro, simulando una penetración, con la mano que me tenia sostenida mi mano, comenzó a bajar.

Fue la gloria, sentirla de nuevo pero esta vez sobria y totalmente de acuerdo, comenzó a penetrarme con su dedo, yo estaba tan excitada que no me importaba lo que decía, le pedía que lo hiciera más rápido con más presión, metió dos de sus dedos mientras con su lengua hacia círculos en mi clítoris, acabe… Tuve un orgasmo increíble, explosión de sensaciones, suspire y levante su rostro para besarla, tenía en sus labios el sabor de mi sexo, se sentía tan bien, rápidamente le quite el short y su panti, para meter mis dedos no la deje ni pensar, así sentadas lo hice, metí los dedos e hice exactamente lo que ella hizo con los suyos, ella me abrazaba y gemía muy despacio y en mi oído, lo hice repetitivas veces variando de intensidad, primero lento y luego tan rápido que sentía que mi mano se iba a caer, la sentí, como se estremeció y como una niña de 16 años le había dado un orgasmo.

Nos abrazamos, nos besamos y lo hicimos repetidas veces hasta que el cansancio nos pudo, me quede dormida sin querer y la hora se me paso.

6 de la tarde, 5 llamadas perdidas de mi mama, 4 llamadas perdidas de Ulises, me levante mas asustada que nunca. Corrí a buscar mi braga y a ponerme todo como podía, Elena estaba muerta tirada en la cama del cansancio, Ulises recientemente me había escrito.

“Tu mamá viene en camino, mueve ese culo, me llamo y le dije que estabas en el baño, corre”.

Me arregle el cabello como pude, me medio maquille de nuevo y salí lo más bonita posible para que Ulises no me notara diferente, le deje una nota a Elena explicándole que debía irme y que no olvidara que al levantarse debía escribirme. Salí corriendo a casa de Ulises, no me dio ni tiempo de saludarlo cuando escuche la corneta de mi mamá.

—Chao bebe, te amo. De verdad discúlpame no fue mi intención. Lo abrazaba y le daba besitos en la mejilla.

—Tienes olor a sexo. Me decía mientras se reía.

—¿Qué te pasa ridículo?. Puse mi cara seria inmediatamente.

—Ay verga, es jodiendo últimamente estas muy delicada, dale chao apúrate.

—Chao te amo.

—Igual, igual bebe.

Me monte al carro de mi mamá, ella no sospecho nada, no me pregunto nada, solo que si la había pasado bien solo le dije que normal, lo mismo de siempre echar cuentos, hablar del colegio de los chismes y así y que sin querer me había quedado dormida un buen rato.

Llegamos a mi casa y estuve esperando el mensaje por horas, cenamos y me metí directamente a mi cuarto, Elena no me había escrito aun, supongo que había quedado suficientemente exhausta como para hacerlo. Me bañe, me puse mi pijama, revise el teléfono más de 20 veces pero pudo más el sueño.

Me levante el Domingo a las 2 de la tarde, mi mamá ni se tomo la molestia de levantarme porque sabía que mañana comenzábamos clases, tenia 4 mensajes de Elena.

·”Que pena, me quede muerta, ¿Cómo amaneces?”.

Por qué te fuiste así. Quería mi besito de despedidaL

“Debes estar súper dormida también, bueno… Cuestión de karma.”

“Me escribes apenas te levantes, un beso grandote cosita.”