Mu cuñadita- Estrenandome como papá 2

En esta historia no hay infidelidad propiamente, pero el protagonista sigue a su cuñada a donde ella vaya...

Mi suegra entró a la cocina con bolsas de mandado, hablaba pero no escuchaba lo que decía… mi cuerpo aun no terminaba de reponerse de lo ocurrido, finalmente reaccioné:

-Guillermo, Guillermo… que te pasa hijo? Te pregunto si Clarisa ya tomo su jugo y sus vitaminas y no me respondes- decía mi suegra.

-Que te pasa cuñado? Despierta!!! Ja ja ja ja- la sonora carcajada de Melissa hizo que se erizara mi piel en volver a pensar en la cogida que le di- yo le llevo el jugo y las vitaminas a mi hermanita… pero tendrás que llevarme al club de tenis Memo!!!- así me llamó desde que era niña, por un momento sentí remordimiento pero de inmediato fue sustituido por lujuria… que mamada me regaló esa niña, así que atiné a contestar:

-Si, dime a que hora, yo te llevo.

Mi suegra puso el desayuno en la mesa, era zacahuil, un platillo típico de la región, a los pocos minutos mi mujer, mi suegro, mi cuñadita se nos unieron y desayunamos como la familia feliz que éramos, hablaron de cuando mi hijo hiciera esto, que si es niña mejor esto otro… yo no podía dejar de ver a Melissa, de ver su boca, escuchaba su risa y por mi mente pasaban sus gemidos de placer; sabía que por su cabeza pasaba lo mismo porque de reojo me miraba y sonreía.

Subí a bañarme y me vestí deportivo, y en honor a la verdad estaba pasmado de sentir excitación en llevar a mi cuñada al club, baje a buscarla y la encontré ya lista, con un diminuto short y playera deportiva, lista para jugar tenis.

Subimos al carro cuando mi esposa salió, había decidido acompañarnos, me sentí frustrado pero tomé camino, llegamos al club y pase la mañana con Clarisa en una mesa refrescándonos a orilla de la alberca, yo llevaba mis gafas así que sin repujos pude mirar a Melissa jugar… que piernas, como se movían sus tetas al correr de un lado  otro,  su cabello recogido dejaba ver lo largo de su cuello. Realmente era una belleza, estaba absorto en mis pensamiento cuando vi que tomaba de la mano a su instructor y se reitiraban de la cancha, sentí una punzada de celos y le pregunte a mi mujer que a donde iba su hermana, Clarisa me dijo que no sabía pero que Melissa le había hablado de Joel, el instructor, al parecer el quería tener una relación con ella.

Pasaron cinco minutos que sentí eran eternos, finalmente dije que iría al baño, pero lo que hice fue rodear el edificio y seguir el camino que mi cuñada y su instructor habían tomado, caminaba cuando alcance a escuchar un gemido familiar para mi, silencie mis pasos y busque ahí, detrás de una barda encontré una puerta que llevaba a un tipo de bodega, entre sin respirar a fin de no hacer ruido alguno, había ahí sombrillas, redes, sillas en mal estado, los gemidos de placer ya no solo me eran familiares sino que sabía de quien era, encontré una puerta entreabierta y observe:

Melissa con todo su esplendido cuerpo desnudo bocarriba, estaba tendida sobre una mesa de masaje, sus manos echadas hacía atrás y sus piernas abiertas, en medio de ellas estaba su instructor, inclinado, comiéndose el coño de mi cuñada, desde donde estaba podía ver la lengua de su amante subir y bajar por su bien depilado coño, se hundía en su vagina, volvía a subir y daba vueltas sobre el clítoris, las piernas de mi cuñada reposaban sobre los hombros de su amante, las manos de ese se ocupaban de masajear sus nalgas, un dedo se hundía en su vagina mientras la otra mano comenzaba a buscar su culo, en un rapido movimiento la levanto de las caderas y su boca quedo en sus nalgas y su lengua busco el ano de mi cuñada, ella grito de placer y sus caderas hacían movimientos circulares y de arriba hacía abajo, era claro que mi cuñada estaba en medio de un orgasmo, pero el no bajo el ritmo de sus movimientos, con dos dedos en la vagina entrando y saliendo y la lengua comiendole el culo, mi cuñada arqueo todo su espalda, se levanto y echó hacía atrás gritando y gimiendo, sus piernas se estiraron y su cuerpo al unisono se tenso unos instantes para después aflojarse y caer rendido…. Su amante limpiaba su corrida con la lengua, ella tenía su respiración entrecortada pero se enderezo quedando sentada al borde de la mesa y tomo de los cabellos a Joel  para levantarlo y le besó, hundía su lengua en la boca de su instructor, mientras él con sus manos masajeaba el culo de mi cuñada, ella sonreía y le empujo para sentarlo en un camastro con las piernas abiertas de lado a lado, ella bajo de la mesa para acercarse a él y jalar del short para desnudarlo por completo colocándose mi cuñada parada frente a él, su verga se alzaba, era grande tengo que reconocerlo pero no tan gruesa, desde abajo Joel le miraba embelesado mientras Melissa lentamente bajaba, pronto estaba en cuclillas con el miembro de Joel entre las piernas, haciendo movimientos circulares para que la verga de Joel jugara con su clítoris hasta dejar caer su cuerpo y metersela por completo, ella gimió y echo el cuerpo hacía atrás, y el gruño de placer…

Mi verga estaba por explotar, tan perdido estaba viendo como mi cuñada disfrutaba de otra ración de verga a tan solo tres horas de que me hubiera dado el mejor polvo de mi vida que no me di cuenta cuando comencé a pajearme…

El camastro le permitía al instructor quedar sentado cómodamente con la espalda recargada, lo que hacía que los senos de mi cuñada quedaran a la altura de su cara, pronto estaría lamiendo y chupando los pezones con avidez, los tomaba entre sus labios y daba pequeños jalones, mi cuñada se sostenía agarrada del cuello de Joel mientras las manos de este tomaban de la caderas a Melissa y marcaban el ritmo, pausado pero profundo, pronto aceleró lo movimiento y Melissa echó el cuerpo hacía tras, ocasionando que la boca de él tratara de aprisionar un pezón jalándolo con algo de violencia, ella cambió su postura agarrándose de los tobillos de Joel y levanto sus piernas, Joel se las sostuvo y las coloco en sus hombros sin dejar de realizar movimientos de penetración, desde esa posición Melissa pudo realizar movimientos circulares, apretando y sumiendose, podía ver como los testículos de Joel se perdían entre la entrepierna de Melisa, pensé que no tardaría en correrse pero me equivoque, continuo con sus movimiento, alzando la cadera y haciendo rebotar el culo de mi cuñada, ella trataba de ahogar sus gritos pero eran tan fuertes que me hacían voltear a la puerta en espera que alguien más llegara, los gemidos de Joel se volvieron alaridos y luego gruñidos, mi cuñada se levanto rapidamente y acerco su cara a la verga de Joel cuando explotó, fueron chorros se semen que bañaron la cara de mi cuñada, su cabello, su pecho y tetas, su cuerpo estaba ruborizado, sin fuerzas comenzó a besar suavemente la verga de Joel que expulsaba las ultimas gotas, la cabeza de mi cuñada descanso en el vientre de Joel mientras este enredaba su mano en el cabello de ella, ella sonrió y me quedé helado…. Su mirada se clavó en mis ojos lo que hizo que me corriera en ese instante mientras salía huyendo.

Logre limpiarme con unas cortinas que había en la misma bodega y salí de ahí, casi corrí para alcanzar a Clarisa quien ya me buscaba en el restaurante del club, nos sentamos a comer cuando llego Melissa, aun con la misma ropa, le mire de arriba abajo y el cabello visiblemente mal acomodado, ella me sonrió cerrándome un ojo y acerco su mejilla a mi esposa quien le dio sonoro beso, tuve ganas de evitar ese beso, mi esposa ponía sus labios en donde instantes antes había estado el pene de Joel, pero Melissa se poso frente a mi haciendo lo mismo y me dice

-Cuñado, no me saludas?

Instintivamente le plante un beso, deseando cogermela en ese momento….