Mostrando mi mujer a un mocoso

Queria mostrar mi mujer a un mocoso pero todo salió mal... o por lo menos diferente...

Mi mujer Ana tiene 38 años, todavía es una mujer muy atractiva, es profesora de literatura en un instituto privado y aparte da clases de catecismo en la parroquia.

Es bastante vergonzosa y puritana, pero es una mujer realmente bella, tiene buena figura, caderas anchas, cintura estrecha y buen pecho, viste muy clásica, faldas y blusas, es realmente una mujer muy sexi aunque no pretende serlo.

El verano pasado, vino mi hermana mayor con su hijo David de 16 años, ella es arquitecta y está divorciada, hasta ahora todo le iba bien pero con la crisis ya no puede pagar a la asistenta que tenían en casa ni al delineante de su estudio y la pobre no puede con todo, el caso es que necesitaba terminar un proyecto y nos pidió que nos quedáramos con David durante quince días.

Evidentemente accedimos gustosamente para echarle una mano. David había crecido mucho, ya había dejado de ser el mocoso que era para convertirse en un adolescente lleno de granos y con bigotillo. Ana lo conocía bien porque lo tenia de alumno en el instituto, siempre decía de él que era un poco raro y que era muy vergonzoso.

No tardé en darme cuenta que David se mostraba muy nervioso con la presencia de Ana, pero estaba claro que se trataba de una tensión sexual, estaba claro que mi mujer le gustaba a mi sobrino.

Cuando ella le dirigía la palabra él se ponía rojo y nervioso, cuando salíamos a la piscinita de la casa él guardaba las distancias pero no dejaba de mirarla, sobre todo cuando se quitaba el pareo o la camiseta para quedarse en bikini.

Un mediodía después de salir un rato a refrescarse, mi mujer se puso una blusa y como llevaba la parte de arriba del bikini mojada se lo sacó marcándose ligeramente con la humedad de sus tetas en la blusa los pezones y las aureolas. David estaba muy nervioso. Ana preparaba la comida y mientras, David, la ayudaba a poner la mesa intentando espiar por su escote en busca de más. Yo lo observaba todo desde el sofá simulando que hacia una llamada de trabajo. Me estaba excitando muchísimo viendo al muchacho babear por mi mujer, me ponía como una moto cada vez que Ana se agachaba frente a él dejando que su blusa se abombara y sus tetas se movieran de un lado a otro mientras pasaba un paño por la mesa, no creo que le viera más que la canalera de las tetas pero seguro que él se estaba poniendo a mil.

Por la tarde les dejé ir solos a la piscina haciendo ver que me quedaba haciendo la siesta y mientras les miraba desde una ventana vi como David sacaba el móvil y con disimulo le hacía fotos a mi mujer que estaba tendida en la tumbona boca arriba con los tirantes del biquini bajados pero sin dejar ver nada.

Se me tenía que ocurrir algún plan, necesitaba más, estaba completamente loco de lujuria después de la escenita de la mesa, por lo que me propuse dejárselo lo más fácil posible para que pudiera espiar a mi mujer, pero yo quería verlo, quería ver como alguien más disfrutaba de la visión del cuerpazo de Ana.

No se me ocurrió nada más que inutilizar el baño de nuestra habitación de matrimonio para tener que ir todos al aseo pequeño que quedaba frente a la habitación que usaba David. Provoqué una pequeña inundación en nuestro baño y les dije que se habían obturado los desagües y que hasta que no vinieran a repararlo todos utilizaríamos el aseo pequeño. A David se le iluminó la cara, se había dado cuenta que se podía espiar en el aseo a través de una ventana de ventilación que daba a un pequeño patio interior al que se puede acceder a través de la coladuría. Tanto la ventana como el acceso de la coladuría tienen unos cristales translúcidos pero en verano siempre están medio abiertas para que ventile.

La trampa estaba puesta, ahora sólo tenía que esperar a que el niño lo pille y no ser descubierto con lo del engaño del baño. Hice ver que llamaba a un fontanero conocido pero que hasta dentro de cuatro días no podría venir.

Por la noche puse una cámara de video escondida en un altillo de la coladuría, esta cámara tiene un dispositivo que hace que se active la grabación cuando detecta movimientos o ruidos.

Ana nos dio las buenas noches y se fue dirección a la habitación, el ambiente se tensó muchísimo, David y yo sabíamos que Ana iría a tomar una ducha como cada noche antes de acostarse, ahora sólo faltaba darle paso al chico, mientras se oía a Ana andando ya con zapatillas en dirección a la ducha, me levanté como si hubiera pasado algo y fui hacia Ana, le dije que me iba a la oficina, que me había olvidado de enviar unos presupuestos importantes.

Ana refunfuñó un rato pero ella ya sabe lo despistado que soy por lo que no le extrañó, le dije a David que me tenía que ir a la oficina a hacer unos envíos y que tardaría más de una hora en volver (supongo que el corazón le dio un vuelco, se lo acababa de dejar en bandeja)

Una hora y media después regresé a casa, ya estaba todo a oscuras, fui sigiloso a la coladuría para retirar la cámara y me fui a la habitación, cuando me acosté y después de apagar la luz, Ana, a la que yo creía ya durmiendo, me dice:

-Tenemos que buscar a otro fontanero, no podemos estar así cuatro días -Yo Me quedo muy sorprendido-

-No puede ser Ana, cielo, mi amigo nos lo hace muy barato y al fin y al cabo son sólo cuatro días -después de decir esto ella enciende la luz y muy enfadada me dice:

-De eso nada, cueste lo que cueste esto se arregla mañana. Si no buscas tú a un fontanero, lo buscaré yo.

-Vale chica, pero, ¿qué te pasa? -Esta reacción agresiva no es normal en Ana por lo que estaba claro que allí había pasado algo

-No me pasa nada, solo que... mira no me gusta el hijo de tu hermana y me ha dado la impresión que cuando tú te has ido ha intentado espiarme mientras me duchaba. Por lo que si no nos queda más remedio que quedarnos al hijo de tu hermana quiero tener mi baño y mi intimidad -Vaya, se había ido todo al garete, ese estúpido había metido la pata, pero tenía que disimular y hacerme el sorprendido-

-¿Pero que me estás contando? ¿estás segura? voy a decirle cuatro cosas y este se va mañana mismo a Barcelona con su madre

-No Carlos, no... -intentando ahora que no me pasase con mis broncas y mi reacción (tengo fama de ser un poco bestia cuando me enfado)- no quiero que le digas nada ni ningún escándalo que nos enemistase con tu hermana y además ni siquiera estoy segura, y él no me ha podido ver porque sólo entrar he cerrado bien la ventana, o sea que no te pongas así cariño que no pasa nada, pero por si acaso haz arreglar el baño mañana mismo.

  • Pues si no lo has visto como lo sábes

  • Que te digo que no lo sé me ha parecido ver movimiento pero no lo sé y al fin y al cabo no ha pasado nada

Vaya, está claro que se ha ido todo al garete, que habrá hecho ese capullo

Por la mañana el desayuno fue un poema, David con la cabeza baja no se atrevía a mirar a Ana y ella también trataba de evitarlo. Estaba claro que allí había pasado algo más y yo estaba muerto de curiosidad para ver qué coño era, por lo que, con la excusa de que tenía que volver a la oficina un rato salí de allí lo más rápido que pude para poder ver el video.

Llegué en un santiamén a mi despacho, y enseguida conecté la cámara al ordenador. Efectivamente funcionó, veo como se activa al abrirse la luz del aseo cuando entra Ana, la ventana está apenas cuatro centímetro abierta pero suficiente para poder ver desde el patio perfectamente el interior.

Desde ese ángulo sólo veo su sombra moviéndose dentro, luego se abre levemente la puerta de la coladuría y entra David sigilosamente, abre el cesto de la ropa sucia y coge unas bragas, se escurre por el patinejo sin hacer ruido y se asoma con mucho cuidado por la ventana.

Tal y como está puede ver perfectamente a Ana, se lleva las bragas de Ana a la cara y las aspira profundamente y cuando pone su mano en el paquete sé con seguridad que le está gustando lo que ve, oigo de fondo que se abre el grifo, David se abre la cremallera del pantalón y se saca la polla para masturbarse mientras sigue mirando, se oye ahora como hay alguien debajo del agua por lo que está claro que Ana se ha desnudado y se está duchando ya mientras David sigue masturbándose y oliendo las bragas.

Ana no había cerrado la ventana como me había dicho, ¿por qué me mentiría?, supongo que para evitar que me cogiera un ataque de furia y matara al chico.

Luego sorpresa! David saca una cámara y empieza a hacer fotos, al cabo de un buen rato se oye como para el agua, David sigue masturbándose, esconde su cámara y  saca ahora su móbil y sin parar de tocarse va haciendo fotos, hace un gesto brusco de agacharse, pero no pasa nada, vuelve a espiar y acelerando el movimiento se corre allí mismo en las bragas que acababa de robar del cesto.

Sigilosamente vuelve a entrar a la coladuría pero tropieza con la pata de la estantería metálica, se apoya en mi caja de herramientas que, sin remedio, cae del estante armando un estruendo increíble.

Ana abre rápidamente la ventana y se lo encuentra agarrándose los pantalones para que no se le caigan con una mano y las bragas en las que se acaba de correr en la otra.

  • ¿Pero que estás haciendo aquí desgraciado?

  • No nada

  • Pero como que nada, pero si vas con los pantalones bajados y... pero qué asco, ¿eso son mis bragas? suéltalas inmediatamente ¿pero qué haces?

  • Nada, nada, no hago nada, he venido sólo a buscar una cosa, no he hecho nada

  • Pero que me estás contando, me estabas espiando sinvergüenza, soy tu tía!

  • ...

  • Cuando se entere tu tío te mata desgraciado, te va a matar

  • No tía, no se lo cuentes al tío, no por favor

  • Pues claro que se lo contaré a tu tío…  y a tu madre…  te vas a enterar cerdo

  • No, no, por favor haré lo que quieras pero no se lo digas

  • Estas enfermo niño, te vas a acordar de esta, vas a ser siempre un desgraciado pervertido y todo el mundo va a saber quién eres

David explota en sollozos y se queda sentado en el suelo con las manos cubriéndose la cabeza en un gesto de auténtica desesperación, ¡¡¡ la había cagado de lleno !!! Allí se quedó un buen rato hasta que se encendió la luz de la coladuría y entró Ana hecha una furia con el albornoz

  • Sal de aquí cerdo - le empezó a gritar mientras cogía el palo de la fregona y le empezaba a atizar

David cogió el palo por el otro extremo y lo inmovilizó, y con los ojos llenos de rabia le espetó:

  • Basta, no he hecho nada que tu no hagas, te he visto que te masturbabas en la ducha, tú también eres una cerda, y te juro que si dices algo de mí me voy a encargar de que todo el mundo sepa que no eres una santa, sino más bien una puta

Me quedé de piedra, no podía creer lo que acababa de oír, y menos todavía el silencio delatador de Ana que duró varios segundos hasta que:

  • Cuidado David no juegues con fuego que tu eres muy niño todavía para jugar a esto, nadie te creerá y entonces mi marido sí que te mata, te juro que te mata, tu no lo conoces.

Otro silencio, mientras yo no podía creer lo que estaba viendo

  • Quizás me mate pero así él también sabrá quién eres, él y todo el colegio , además podrán verlo

  • Pero de qué estás hablando

  • Te he hecho fotos

  • Pero que coño estás diciendo, trae la cámara

  • Ni hablar

  • Que me dés la cámara mocoso de mierda

Y se tira encima de David, pero él la inmoviliza rápidamente sentándose encima y agarrándole las manos

  • Tía, basta

  • Suéltame te voy a matar

  • Basta Tía, esto sólo se puede solucionar con un trato, y el trato es muy fácil, aquí no ha pasado nada

  • Suéltame hijo de puta, te vas a enterar de lo que has hecho, tu tío te va a matar

Se quedan mirándose, con el forcejeo le ha salido un pecho del albornoz, él lo mira y se queda embobado, Ana se da cuenta y temiéndose que la cosa vaya a más decide actuar

  • De acuerdo, de acuerdo, basta ya, suéltame, no voy a decir nada de lo que ha pasado pero quiero que me des la cámara, eres un maldito hijo de puta, te quiero bien lejos de mi el resto de días que vas a estar aquí y ni se te ocurra hacer correr ningún chismorreo porque te voy a hundir, lo hago sólo por tu madre.

David se levanta, Ana se tapa el pecho inmediatamente, se incorpora y le pide la cámara, le saca la tarjeta, y se la guarda en el bolsillo del albornoz

  • Sal de aquí inmediatamente

David se va a su habitación, Ana recoge todo el desastre, coge sus bragas y se pringa con toda la leche de David (a ella siempre le ha hecho mucho asco el semen) las hecha dentro de la lavadora mientras murmura alguna barbaridad, mira hacia la puerta... se huele las manos... se las mira... las vuelve a oler... abre el grifo del fregadero y lava las manos con fuerza, sale de la coladuría y apaga la luz.

Estaba en mi despacho delante del ordenador, completamente impresionado por lo que acababa de ver.

Continuará....