Morir una vez más… Corazón negro (6)

Yolanda conduce hacia su casa temiendo lo peor para ella y el futuro de su familia

Entró en la casa a paso acelerado hasta el salón. Roberto, inmóvil en el sofá, miraba la pantalla negra del televisor apagado. Paula y Marc estaban en la entrada de la estancia observando lo que hacía su padre. Una botella de vodka medio vacía estaba sobre la mesita.

-        Roberto ¿estás bien? – le preguntó asustada -.

-        Hola Yolanda, perdona, estaba un poco distraído – hablaba con toda normalidad, y si había bebido, no se le notaba en absoluto -.

-        Los niños estaban asustados por tu comportamiento y… estas bebiendo…

-        No pasa nada chicos, estoy cansado del viaje y quería relajarme con una copa. Marc, ¿puedes acercarme el maletín de la entrada, por favor?

Mientras su hijo le traía el maletín, Roberto escribió alguna cosa en su móvil. Ya con el maletín, sacó de su interior un tablet al que acopló un pendrive que sacó del bolsillo de su camisa. Copió su contenido a la tableta y la volvió a guardar dentro del maletín. Yolanda observaba todo el ritual sin comprender que estaba haciendo su esposo.

-        Yolanda, está a punto de llegar un taxi que he solicitado. Erika me ha pedido ver a los chicos para premiar sus buenas notas. No puede venir ella porque le ha salido un imprevisto y tiene que volar de urgencia a Marsella. Yo les acompaño, pero como he bebido un poco, prefiero ir en taxi.

-        Pero ¿cuándo volvéis?

-        A la hora de la cena estaremos en casa. No te preocupes en preparar nada, traeremos unas pizzas.

Sonó el timbre de la puerta, era el taxi.

-        Chicos, coged una chaqueta que vamos a ver a la tía Erika. Luego volvemos a cenar pizza con mamá.

-        Bien… – dijeron a coro los dos. La ilusión de la actividad propuesta les tranquilizó- .

-        Roberto, dijiste que hablaríamos. Yo…

-        Tranquila, lo hacemos a la vuelta. Calculo que estaremos fuera unas 3 horas. Si te parece hablamos más tranquilos cuando los chicos se vayan a la cama.

-        Vale, ¿seguro que no quieres que prepare algo especial para la cena?. Ya no voy a volver al trabajo.

-        No, la pizza les hace ilusión a los chicos. Ah, por cierto, aprovecha el tiempo mirando esto – le puso el stick de memoria en su mano -  Yo lo he visto dos veces, al principio no lo acababa de entender, pero luego se comprende todo. No pongas esa cara, que no son problemas de algebra…jeje. Luego lo comentamos, a ver qué te parece. Cariño, me voy que los chicos ya están esperando en el taxi.

Se despidió dándole un suave piquito en los labios a su esposa. Yolanda estaba descolocada por el comportamiento de Roberto, aunque afable y cariñoso, se apartaba a lo habitual en él. Había algo extraño. Y el pendrive que le había dado, ¿a cuento de que venía?

Fue hasta el estudio, donde tenía el PC de sobremesa y pinchó la memoria usb. Al cabo de unos instantes se disparó de forma automática el reproductor de video predeterminado. Sobre un fondo azul cielo aparecían unas letras rojas, como un título de película.

FIN DE SEMANA DE LA ESPOSA EJEMPLAR

Desaparecían las letras y aparecían otras un poco más cutres que las anteriores.

A Yolanda casi se le para el corazón, sus manos taparon su boca mientras abría los ojos como platos. Sabía lo que venía.

EL JACUZZI DEL PLACER

Las imágenes del video no eran nada cutres, sino de gran calidad. Empezaban con ella siendo follada en el jacuzzi en el momento que pedía la entrada de los otros dos y empezaba chuparles las pollas hasta que todos se corrían. La única cara que se reconocía claramente era la de ella. Los demás tenían el rostro pixelado en todo momento. El sonido era perfectamente audible.

EN LA MESA COMIENDO

Imágenes con Yolanda y los tres estaban con ella en la silla y luego gateando bajo la mera para comérsela a los tres de enfrente.

SIGUE LA FIESTA

Se veía a Yolanda multipenetrada por todos sus orificios y en todas sus variantes por los seis tíos.

HABLANDO CON EL NIÑO

Habían escogido el momento justo cuando la penetraban por detrás, con otra polla en la boca y sujetando el teléfono contra su oreja.

ANTES DE DORMIR

Follada en la cama de la habitación.

LA GALLINITA CIEGA

Follada con la venda y luego con los chicos negros en infinidad de dobles penetraciones y con varios del grupo, gozando como una loca, tragando leche, cubierta de lefa. Visión de la terrible dilatación de su ano después de albergar esas enormes pollas negras.

VUELTA A CASA CON EL CORNUDO - FIN

Yolanda quería morirse por lo que acababa de ver. Y Roberto se lo había entregado después de visualizarlo él. Dos veces había dicho.

La historia se había repetido, y si la primera vez lo mató, aunque pudo recuperarlo, ahora esto era fin de todo.

Su amor había visto con todo detalle la vileza sexual que era capaz de desplegar su amada su esposa.

El hijo de puta de David le había montado una encerrona en esa casa, la casa propiedad de su padre, en la que había podido infestar con cámaras y micrófonos todas las dependencias. Y ella había picado por zorra. Seguro que también lo utilizaría para destrozar su carrera, recordaba la advertencia de Esther. Igualmente acabaría con su matrimonio.

Todos los episodios seguían la misma pauta, imágenes y sonidos estratégicamente escogidos para resaltar el nivel de emputecimiento y sumisión alcanzado por Yolanda. Las caras de los hombres pixeladas en todo momento para impedir su identificación. Las escenas estaban recortadas para no alargar la duración del video, pero sintetizaban cada una de las situaciones que había protagonizado durante esos dos días. Evidenciaban las mentiras sobre la asistencia de más mujeres, la excusa de la avería de la furgoneta para justificar que había estado follando todo ese tiempo, sin importarle la celebración con su familia.

El miedo de enfrentarse a la reacción de Roberto, y con sus hijos presentes, ralentizaba su capacidad de reacción. Debía prepararse para lo que estaba a punto de caerle encima.

Sentada en el sofá oyó como se abría la puerta de la casa. Eran las 21:30h y al instante entró Roberto en el salón. Avanzó hasta sentarse frente a ella. El semblante afable que mostraba cuando se fue había cambiado por otro totalmente diferente. En ese momento sintió un escalofrió que recorrió todo su cuerpo de arriba abajo.

-        ¿Has podido disfrutar del regalo que me encontrado en el buzón nada más llegar a casa?

-        ¿Dónde están los chicos, Roberto?

-        No van a venir. Se han quedado con Erika.

-        Esta es su casa y Erika no es su madre.

-        Tienes razón, no es su madre. Su madre es la zorra más grande de este mundo, y está sentada frente a mí.

-        Roberto ya sé lo que has visto y es innegable. Te juro que me arrepiento de todo lo que he hecho y no tiene justificación posible, pero…

-        Pues es mejor que no sigas hablando, me da asco oír tu voz. Pensé que te habías arrepentido del dolor que causaste con tu traición y la de Mario. Bajé al infierno y viví muchos años en él, viendo y sufriendo las cosas más terribles que la condición humana puede crear. Pero resucité, te perdoné y te entregué todo el amor del que fui capaz de sentir. Regresé del infierno manteniendo mi corazón limpio.

Y ahora te miro y todo ese amor se ha destruido para siempre.

Yolanda estaba llorando y lo que más la impresionaba era la mirada de Roberto. Nunca lo había visto así, ni cuando la descubrió follando con Mario. Entonces su mirada transmitía pena, dolor y un sufrimiento terrible, junto con ira, odio y desprecio.

Pero ahora era muy diferente. Sus ojos miraban con una frialdad inhumana que helaba la sangre, desprendían oscuridad…, muerte. No había odio, ni ira, ni rabia, solo frio.

-        No sé lo que te ha llevado a volver a traicionarme de esta manera, pero te aseguro que esta vez te arrepentirás. No es necesario que llores, las lágrimas que resbalan por tus mejillas me son tan indiferentes como los chorretones de esperma de 8 hombres, rezumando por todos tus orificios.

-        Tus infidelidades durante tantos años me han llevado a perderme de esa forma. – contestó rabiosa Yolanda - .

-        ¿Mis qué…? – Roberto asombrado-

-        Mira todo esto y explícamelo – le entregó una carpeta de color rojo llena con la impresión de todos los documentos, mensajes y fotografías que había recibido anónimamente.

Roberto estuvo unos cinco minutos ojeando los documentos, repasándolos varias veces. Yolanda lo observaba con la respiración agitada. Cerró la carpeta y la dejó a su lado.

-        Veo que alguien ha trabajado mucho. Y que has caído como una imbécil. – continuaba sin alterar el tono, con voz gélida-.

-        ¿Tienes explicación para todo eso?

-        Lo único cierto de todo esto es que eres una hija de puta como un campanario de grande, además de ser una puta que se abre el ojete del culo para que le metan todas las pollas del mundo, por el simple hecho de enseñarle una foto y dos papeles. Parece mentira que seas tan buena fiscal como para no cerciorarte de la autenticidad de unas pruebas.

Y lo que más me duele es que has vuelto a romper el compromiso que nos hicimos el día que me desvirgaste. Y lo ha vuelto a romper para meterte una polla, bueno, en este caso por 8 pollas que yo haya contado.

Si quieres, te repito literalmente nuestro juramento: “Te prometo mi amor incondicional y si algo o alguien llega a suponer un motivo de duda sobre nuestro amor, lo hablemos con plena confianza y libertad, sin engaños.”. Suena bastante cursi, pero cumplirlo, ha sido el objetivo de mi vida. El tuyo ha sido mearte en él.

-        ¿Me dices que todo es falso?, ¿hasta lo tuyo con la zorra de Erika”

-        Ante todo, Erika es más buena persona de lo que serás en tú en la puta vida. Y lo digo con el dolor que siento al pensar que si ayer, a esta misma hora, se me hubiese ocurrido decir estas crueles palabras que te estoy diciendo ahora, me habría colgado de un árbol por ruin y malvado. Pero hoy, la única malvada y ruin eres tú.

Y escucha bien porque no lo voy a repetir dos veces. Tienes hasta el lunes para largarte con todo lo tuyo de esta casa, que es mí casa. Pero no pienses que voy a desaparecer como en tu primera infidelidad, dándote la espalda, caminando en silencio mientras no podía contener las lágrimas de dolor. Ahora ya no me queda ninguna.

Voy a destruir tu vida, te quitaré todo lo que tienes, a tus hijos, a los que no volverás a ver jamás – Yolanda miraba a Roberto con cara de horror – Ni se te ocurra ninguna acción legal contra mí para recuperarlos porque, aunque les cause al mayor trauma de su vida, me encargaré de que vean en una pantalla de 70” y mientras comen palomitas, el video en que su madre demuestra lo puta que es.

Firmarás el divorcio renunciando a la custodia de los chicos y a cualquier régimen de visitas.

Desaparecerás de su vida para siempre. Escríbeles diciéndoles que fuiste a comprar tabaco y que no volverás, o que estás meditando en un convento tibetano, o en un programa de la NASA para ir a Marte. Invéntate lo que quieras para convencerles. Mañana Erika se los llevará de vacaciones a Suiza y ya decidiré cuál será su futuro.

-        Roberto por favor, mis hijos nooo… por lo que más quieras… - lloraba desesperadamente -.

-        Te he dicho que escuches con atención zorra, no he terminado – su voz seguía como un iceberg avanzando lentamente al encuentro del Titánic, sin aumentar ni un decibelio su volumen – No exigirás ninguna compensación económica ni el dinero que tenemos en cuentas compartidas.

Si no cumples con lo que acabo de decir, también destrozaré tu carrera en la fiscalía y no te creas que te van a respaldar tus colegas, porque invertiré los recursos que hagan falta para que te quedes sin trabajo, aunque tenga que sobornarlos a todos.

-        Roberto, tú no eres así, esta crueldad es inhumana. No puedes…

-        Cállate. Has aniquilado cualquier resto de humanidad en mí. Has conseguido que el monstruo que aparece en los sueños aprovechando que la razón está dormida, salga a la vida real fuera del sueño, para suplantar a la razón. Y ahora ese monstruo en que me has convertido ya no va a volver jamás a los sueños. Lo has liberado para exterminar a todos los que han destruido a mi familia y tu serás la primera a la que voy a devorar.

Yolanda temblaba sin poder articular palabra, estaba al borde de entrar en un estado de shock emocional. Roberto, continuó sin piedad:

-        A tus amigos de orgia, los voy a matar a todos, uno a uno. Está claro que, de alguna manera, facilitaron y provocaron tu emputecimiento, y por eso van a pagar su parte de culpa. Aunque intenten ocultar sus caras en el video, los voy a identificar y acabaré con sus vidas. Al principal de ellos estoy seguro de conocerlo, el resto será fácil. Ya recibirás detalles de su castigo.

Pero la verdadera culpa es tuya, por no confiar en mí antes que nadie, por dejar que unos celos absurdos nublaran tu inteligencia hasta un punto pueril. Por priorizar tu lujuria de sexo por delante de mi amor y el de tus hijos.

No me vengas con que si los celos, las drogas, el alcohol, los inhibidores y demás mierdas. Tu cara, tu cara de placer desatado, de ninfómana satisfecha te delata, no es producto de nada más que de ti misma.

Y respecto a esto – cogiendo la carpeta roja – haré caer la venda de tus ojos para que veas la verdad y te arrepentirás de no haber querido deshacer el nudo tu misma.

Yolanda estaba en el sofá, plegada sobre sus rodillas y las manos tapándose los ojos intentando contener el alma que se le escapaba en forma de lágrimas. Roberto se levantó y caminando hacia la salida, dándole la espalda dijo:

-        Ahora me voy. Desciendo de nuevo al infierno, del que salí con el corazón limpio y al que regreso para siempre con el corazón negro…

(CONTINUARÁ)