Morir de amor II

...

Sofía:

Lucí te quiero presentar a mi hermana Sarah

Lucí:

Hola Sarah

Sarah:

¡Un placer Lucí! ¿Qué tal el viaje?

Lucí:

¿Tú también me vas a preguntar sobre el viaje y Londres y todas esas cosas aburridas que me preguntan las demás personas?

Sarah:

Si, debe ser aburrido, sin embargo debes saber que fue un formalismo

Lucí:

Odio los formalismos Sarah

Sarah:

¡Somos dos! Aunque debo decir que los utilizo por educación

Lucí:

Bien, conmigo puedes olvidar la educación y los formalismos

Sarah:

Genial

Sofía:

Bueno veo que no necesitan me retiro chicas, Sarah te veo al rato

Sarah:

Si Sofí

Lucí:

¡Bye cuñada! Oye me cae bien tu hermana

Sarah:

Es la mejor

Era verdad, para Sarah Sofía era la mejor hermana y amiga que podía tener, Lucí por su parte le había dado una buena impresión, una chica linda y simpática no se conocía todos los días, además no sabía lo que significaba el salto que dio su corazón al ver esos ojos y esa sonrisa, era absurdo pensar que se había enamorado, porque ni siquiera la conocía pero si sabía que había llamado su atención, decidió no darle importancia al asunto y siguió conversando y conociendo a esta fascinante chica, hasta que fueron interrumpidas por una llamada que llego al teléfono de Sarah en la que sus amigos le pedían que llegara al lugar habitual de reunión porque se iban a desarrollar unas carreras "piques" automovilísticos.

Sarah recordó la primera vez que estuvo en esos eventos, no había pasado mucho tiempo un mes o dos, recordaba que salían de un lugar nocturno y ella estaba lo suficientemente ebria como para no poder conducir, eran alrededor de las tres de la madrugada y las calles estaban muy solas uno de sus amigos la llevaba a casa pero hizo una parada, tenía conocidos en las carreras, esa noche su amigo corrió ella fue su copiloto se había sentido increíble y quería sentir de nuevo esa adrenalina

Sarah colgó el teléfono y dirigió de nuevo su atención a Lucí que la veía curiosa ya que no es normal recibir una llamada después de la media noche

Lucí:

¿Todo bien?

Sarah:

¡Excelente! Sabes, es un placer estar aquí contigo y conocerte pero me tengo que despedir, me están esperando

La cara de Lucí mostraba decepción

Lucí:

Tu novio supongo

Sarah:

Supones mal Lucí, estoy soltera y dado el caso de que tuviera pareja dudo mucho que sea hombre

Lucí:

¡Que interesante!

Sarah:

No le veo lo interesante, bueno te dejo

Lucí:

¡Espera! ¿A dónde vas?

Sarah:

Mis amigos me esperan, tal vez otro día te los presente

Sarah se despidió de Lucí y fue en busca de su hermana para comunicarle que se iba, le pidió que la despidiera de la señora Yaneth y de su cuñado, también le dijo que la vería luego.

Fue en busca de su auto, encendió el motor y fue al lugar de las carreras, las apuestas estaban muy interesantes esa noche, Sarah sabía que había mucho dinero en juego sus amigos habían apostado por ella y no los podía defraudar, llegaron a la línea de salida improvisada, hicieron rugir sus motores, esperaron la señal de partida y arrancaron sus autos con mucha velocidad, el otro conductor le saco un trecho de ventaja a Sarah y ella sabía que no se iba a dejar ganar tan fácil, mantuvo la calma esperando el momento adecuado y cuando ese momento llego se la jugo por la victoria, se fue acercando hasta estar a la par, Sarah sentía los latidos rápidos de su corazón, la adrenalina recorría su cuerpo, las manos en el volante, ella estaba concentrada en la situación, ganar era la meta, la carrera estaba a punto de terminar y los dos autos iban a la par, el auto de Sarah fue adelantando al otro y gano, gano por muy poca distancia, una victoria mediocre eso era lo que pensaba, con el tiempo se había vuelto más exigente y aunque no le gustaba nada la manera en que había ganado sus amigos ya tenían planes para festejar esa victoria

Mientras Sarah estaba en su carrera Lucí estaba en su fiesta de bienvenida, se sentía muy agotada pero feliz, feliz por estar con su madre y sus hermanos, feliz por el detalle que habían tenido y recibirla así, feliz porque los veía felices y expectante por vivir con ellos, desde los doce años había vivido con su padre, él pensaba que en Londres recibiría una mejor educación, sus hermanos mayores se negaron a ir con ellos y dejar sola a su madre pero ella era una niña, una niña que amaba a su padre y que aunque no quería dejar a su madre decidió ir con su padre porque sentía que era lo correcto pensaba que igual su madre no iba a estar sola porque estaba con sus hermanos igual la vería en vacaciones, pero llego al punto en que necesitaba más de su madre, sentía que se había perdido mucho de su maravillosa presencia y quería compensar ese tiempo.

Por otra parte se sentía extraña con respecto a esa chica que acababa de conocer, le parecía que era la persona con la mirada más triste que ha visto en su vida, y si bien estaba sonriendo su mirada no acompañaba esa sonrisa, se propuso conocer más de esa chica y no se le haría nada difícil al ser la hermana de su cuñada.

Eran las diez de la mañana Sarah dormía plácidamente, después de una noche muy movida, llego a las cinco de la mañana y no hizo ruidos para no despertar a sus padres, sabía que si la escuchaban llegar a esa hora tendría problemas muy serios

La cama estaba cómoda, el sueño era placentero y reparador pero algo le molestaba, un sonido distante que se fue haciendo más claro, era una llamada en su celular aun con los ojos cerrados saco una mano de la cama y fue tanteando en su mesa de noche hasta encontrar el aparato, no se molestó en abrir los ojos y contesto de mala gana

Sarah:

¿Si?

Mamá:

¿Se puede saber dónde estás metida?

Sarah:

Si mamá estoy metida en mi cama y estas interrumpiendo mí sueño

Mamá:

Tú no estás en la casa, anoche no llegaste

Sarah:

Mamá si quieres comprobar puedes venir a mi cuarto pero por favor ¡déjame dormir!

Colgó la llamada de mala gana y se dispuso a dormir, de pronto se abrió la puerta de su cuarto y era su madre confirmando que si estaba en casa, Sarah la vio y puso los ojos en blanco, ya era un hecho estaba de mal humor no volvería a dormir el sueño se había desaparecido.

Sarah:

¡Eres increíble! Viniste a comprobar que estaba aquí

Mamá:

Contigo no se sabe Sarah, hace meses que contigo no se sabe

Sarah:

¡Déjame en paz mamá!

Mamá:

Sarah te molesto porque me preocupo por ti, tal vez no lo entiendas pero eres mi hija y me duele, me duele todo lo que te pasa, tu comportamiento, hija tú no eres así

Sarah:

No era así mamá, acostúmbrate esto es lo que soy ahora

Mamá:

Eso es lo que quieres ser, sabes, eres más que esta muchacha problemática y eres más que la muchacha deprimida de hace unos meses

Sarah:

Ya no sé lo que soy mamá

Mamá

: Bien, en ese caso te toca descubrir que eres, lo que no debes olvidar es que estoy siempre contigo hija y te amo

Sarah:

Siempre no existe mamá

Mamá:

Cuando digo siempre quiero decir hasta el último día de mi vida

Lucí se preparaba para ir a la montaña, esa montaña preciosa que tenía años sin visitar y que era pulmón vegetal de su ciudad, lo que más le gustaba de ese sitio era la vista, desde ahí se veía toda la ciudad le daba esa sensación de libertad única además de respirar aire fresco y el clima frío le proporcionaba al lugar las características de perfecto para Lucí.

Llego al sitio respiro y dejo que el aire llenara sus pulmones el frío se hacía sentir era ideal, estaba paseando admirando la vista de la ciudad cuando vio a una chica conocida, si era Sarah estaba sentada en un banco leyendo un libro y sin dudarlo se acercó a ella

Lucí:

Hola ¿interrumpo?

Sarah:

¡Hola! No, no interrumpes

Lucí:

No imagine que eras este tipo de chica

Sarah:

¿Cuál tipo de chica?

Lucí:

El tipo de chica que busca lugares bonitos y naturales para disfrutar de un libro

Sarah:

Y buena música, se te olvido mencionar los audífonos

Lucí:

Es muy raro ¿Cómo puedes leer y escuchar música a la vez?

Sarah:

No lo sé, costumbre supongo

Lucí:

¿Te molestaría hacerme compañía?

Sarah:

Es un placer hacerte compañía, así conozco un poco más a la hermana de mi cuñado

Lucí:

Hermana menor

Sarah:

Cierto, te invito a patinar sobre hielo

Lucí:

invitación aceptada

Se dirigieron hacia la pista de patinaje y alquilaron los patines, a Sarah le gustaba la compañía de Lucí sin contar con la atracción que sentía hacia ella, le atraía mucho y mientras más la conocía la atracción pasaba a ser gusto.

Patinaron y las dos lo hacían muy bien, estaban tomadas de la mano y patinado juntas parecían una pareja feliz cuando de pronto Lucí hizo un mal movimiento y perdió el equilibrio, Sarah que la tenía tomada de la mano intento sujetarla pero no pudo y terminaron las dos en el piso helado Sarah encima de Lucí, mirándose a los ojos Lucí deseo con todo su corazón que Sarah la besara y Sarah quedo prendada de esos ojos azules que cada vez la atrapaban más, en un impulso Lucí beso a Sarah un beso corto pero intenso que agarro des prevenida a Sarah

¡Hola! Agradezco a todos por comentar y valorar

Adi:

me parece muy interesante tu analogía con respecto a Sarah y creo que ya has pasado por una situación similar, mmm.. No sé qué tenga preparado, hay que dejarle todo a mi imaginación.

Gracias por siempre leer y comentar

Besos y abrazos desde Venezuela