Morir de Amor

Tener sexo es vaciar el cuerpo, es liberarlo de tensiones, darle placer, pero el placer se acaba y cuando ese placer acaba y la realidad golpea en la cara también llega el vacío, el vacío del alma

Morir de amor es la peor de las muertes, es morir por dentro y estar vivo a la vez se pierde la noción del tiempo y solo quieres que tu cuerpo deje de funcionar, quieres que algo suceda algo que acabe con tu dolor, todos te miran pero nadie te entiende suelen decir cosas como la vida continua, hay miles de personas en el mundo, ya se te va a pasar, un clavo saca otro clavo.

Lo que no entienden es que ese clavo esta en lo más profundo de tu ser, que no puedes y no quieres entender, que el dolor te ahoga y el vacío que queda dentro te mata. No entienden que no sabes que hacer porque todos tus planes y futuro incluía a una persona que ya no está, no entienden que estás muerto aunque sigues respirando y que tu llanto

dificulta la respiración, tus pensamientos te hacen enloquecer intentas seguir con tu vida pero ya no le encuentras el sentido ni el gusto, todas las canciones te recuerdan ese amor perdido, decides fingir una sonrisa aunque sabes que carece de felicidad y está llena de dolor, sales con tus amigos o simplemente decides encerrarte, el alcohol se pinta como una solución que solo empeora las cosas porque cuando se suben los tragos a la cabeza aumentan los recuerdos y los pensamientos; vuelve el llanto y la desesperación haces locuras y expones tu vida, deseas tener el valor para acabar con todo y en ese momento es cuando te preguntas que pasa si lo haces, luego te respondes y es que ya sabes lo que va a pasar, tu mueres y la vida continua, no haces alguna diferencia solo desapareces, dejando en el mundo una estela de desolación y preguntas, lastimando en lo más profundo de su ser a personas que si te aman y valoran.

Luego solo te conviertes en un recuerdo, la vida siempre sigue, las personas no son insustituibles, desaparece tu dolor y desapareces tú, negándote la oportunidad de encontrar nuevos motivos para sonreír y amar aunque en ese momento seas un ser vacío y sientas el peso de la soledad a tus espaldas, aunque quieras borrarte la memoria y arrancarte el corazón, aunque una parte de ti está muerta, la vida sigue

Morir de amor es una muerte cruel, cuando mueres de amor solo quieres olvidar y es curioso que mientras más quieres olvidar, mas recuerdas, comienzas a cargarte de trabajos y cosas por hacer para dejar de pensar porque ya entendiste que seguir sufriendo no te va a devolver ese amor perdido, así de simple y sabes que no solo perdiste tu amor, sabes que tú también te perdiste en el proceso

Morir de amor es un nuevo renacer, te conviertes en alguien diferente, tan diferente que ya ni te conoces, no sabes tus reacciones y debes empezar a convivir con tu nueva personalidad, todos te recalcan tu cambio y es cierto, lo sabes pero ya no puedes ser como antes porque esa persona que eras ya murió, murió de amor.

Esta historia es de una chica normal, con una vida normal, una chica que murió de amor que se perdió y que intenta recuperarse, que descubrió cosas de ella que desconocía una chica que descubrirá que el amor siempre es el mismo lo que cambia es la persona por la que lo sentimos

Sarah una chica sencilla se arreglaba para salir un viernes en la noche, necesitaba salir, estar en casa se le hacía agobiante en otros tiempos para ella un viernes en su casa era genial, estaba tranquila y feliz pero ella no era la misma chica de antes.

Sarah:

¡Mamá me voy!

Mamá:

¿A dónde vas?

Sarah:

¡A dar una vuelta!

Mamá:

¿Una vuelta como la de la semana pasada que duro hasta el domingo?

Sarah:

¡Mamá tu sabes dónde estaba!

Mamá:

¡Eso no tiene nada que ver señorita! En esta casa hay normas y no es un hotel del que entras y sales cuando te da la gana.

Sarah:

¡Bueno mamá ya! ¿No que te preocupaba que durara días encerrada en mi cuarto?

Mamá:

¡Sí! Pero también me preocupa que salgas tanto

Sarah:

¿Quién te entiende madre? En fin, me voy y vuelvo mañana temprano, ya sabes dónde estaré

Agarro las llaves del auto, beso a su madre en la mejilla y salió de la casa dejándola con media palabra en la boca, la verdad es que no entendía a su madre, se iba a ver con unos amigos pero una llamada hizo que cambiara de planes, ahora iba a terminar en casa de su hermana Sofía, una chica joven cuatro años mayor pero que se comprometió a muy temprana edad y ahora vivía con su también joven esposo y su hijo, tenían un negocio un pequeño restaurante que iba muy bien.

Estacionó el coche en la acera frente al local, apago el motor sus manos sostuvieron el volante por unos minutos como si al aferrarse a él se salvaría de todo lo que estaba sintiendo, salvarse de ese remolino de sentimientos y de ese vacío que la asfixiaba, cerró los ojos y suspiro, en ese momento decidió que dejaría volar sus pensamientos, darle rienda suelta hasta que dejara de pensar en ella, estuvo un rato mas así, tomo un cigarrillo de la caja y lo encendió, salió del auto y se quedó ahí parada frente a la puerta del local hasta que termino su cigarrillo, fingió su mejor sonrisa y entro saludando a su hermana calurosamente, como si nada pasara y era así en su exterior nada pasaba pero su corazón estaba destruido

Sarah:

¡Hermanita! A que no me esperabas. La abrazo y le beso la mejilla

Sofía:

¡Hey! Pensaba que hoy solo me usarías como excusa para ir con tus amigos

Sarah:

No, cambio de planes

Sofía:

¿Debido?

Sarah:

Debido a que Bárbara esta por allá

Sofía:

¿Que hace allá? Por lo que se, nunca sale con ustedes

Sarah:

Buscándome, supongo

Sofía:

No sé cómo pudiste enredarte con ella

Sarah:

¡No sé qué me paso! En mi defensa estaba ebria

Sofía:

Ay por favor, si lo haces ebria lo deseas sobria

Sarah:

Digamos que solo fue un desliz

Sofía

: Ay ya, no quiero saber

Sarah:

Ok, cambiemos de tema

Sofía:

Es lo mejor

Sarah:

¿Y qué planes hay para hoy?

Sofía:

Cena con la Familia de mi esposo

Sarah:

Que divertido (Eso lo decía en tono de sarcasmo)

Sofía:

No seas sarcástica, además hoy vamos a conocer a la hermana menor de José Luis

Sarah:

Que interesante

Sofía:

¡No seas grosera Sarah! Mira que la hermana de José viene de Londres y tenía mucho tiempo sin venir...

Mientras su hermana le contaba sobre la hermana menor de su esposo su mente divagaba entre recuerdos borrosos de lo que paso la semana anterior, solo recordaba oscuridad, música, baile tragos, besos y fragmentos de ellas en la cama, despertó el domingo en la habitación de Bárbara, ambas estaban desnudas, según lo que le dijo la chica había sido uno de los mejores fines de semana de su vida, tenía una semana evitándola y es que no recordaba bien lo sucedido no sabía que podía decirle; se sentía culpable, en otra oportunidad eso no habría pasado, en otra oportunidad no habría estado en esa fiesta, hubiese preferido un lugar tranquilo en compañía de un buen libro, pero ya eso se había acabado, el impulso por salir ese día la había dominado y ya de nada valía arrepentirse

Llegaron su cuñado y su sobrino un niño hermoso de tres años, solo él era capaz de llenar ese vacío interno que Sarah sentía, solo él era capaz de llenarle la vida de alegría y felicidad, su príncipe así lo llamaba, el niño la vio y salto a sus brazos su sonrisa fue real en aquella oportunidad.

José Luis

: ¿Vienes con nosotros cuñada?

Sarah:

Si, hoy me apego al plan. (Todo esto lo decía mientras sostenía en brazos a su sobrino)

José Luis:

Me alegra mucho, así conoces a mi hermanita, tiene tu edad se fue a Londres con papá a los 12, es un día muy especial

Sarah:

Imagino que si

Sofía:

Bueno todo listo ¿Vienes con nosotros Sarah?

Sarah:

No Sofí, yo mejor los sigo

A Sarah le gustaba conducir, se sentía fuera del mundo y cuando lo hacía siempre colocaba música se desconectaba así el trafico estuviera insoportable; llegaron a la casa de la Madre de José Luis la señora Yaneth que siempre era muy amable esa noche se encontraba particularmente feliz por la llegada de su hija, les dio la bienvenida y los invito a pasar y al entrar Sarah se dio cuenta de que lo que ella pensaba sería una muy aburrida cena de bienvenida en realidad era una muy buena fiesta.

Yaneth:

Sarah hija bienvenida

Sarah:

Muchas gracias por recibirme así de imprevisto

Yaneth:

Siempre eres bienvenida

Sarah:

Gracias de nuevo

Yaneth:

Estas en tu casa, diviértete tengo que preparar unas cosas Antes de que llegue Lucí

Se despidió y de verdad se veía muy ocupada, se suponía que Lucí llegaba en 30 minutos ya habían calculado todo, su hermana mayor había ido por ella al aeropuerto.

Sarah no tardó en encontrar un trago y decidió salir a fumar un poco, le gustaba aquel ambiente familiar y la felicidad que se sentía, ya afuera encendió un cigarrillo aspiro y dejo que el humo llegara a sus pulmones haciéndola sentir tranquila, miraba las casas vecinas y de pronto estaba ahí y sintió como si le hubiesen vaciado un balde de agua helada en la cabeza, Bárbara llegando a la casa del frente y ahora que lo recordaba si, esa era su casa ahí vivía en ese momento el mundo se le hizo muy pequeño, intento que no la viera pero eso fue en vano

Bárbara:

¡Sarah! ¿Qué haces aquí? Me dijeron que estabas en una reunión familiar

Sarah:

¡Hola! Ummm... Bueno si, compromisos ya sabes (La incomodidad de Sarah se notaba a kilómetros de distancia)

Bárbara:

Si, esta semana te he estado buscando, necesitamos hablar

Sarah:

Sabes Bárbara no creo que sea momento para hablar de eso

Bárbara:

Sé que si no es ahora no será luego, y también sé que me estas evadiendo porque consideras que lo que paso entre nosotras fue un error

Sarah:

Solo no recuerdo muy bien lo que paso, lo siento

Bárbara:

Tranquila Sarah, yo sabía que estabas mal y solo quería decirte que me gusto lo que paso entre nosotras y que ya no hay problema, la vida continua

Sarah no sabía que decir, eso no era lo que esperaba y se dio cuenta que seguía haciendo lo mismo, esperar cosas de las personas nunca es bueno, es mejor sorprenderse que decepcionarse.

Sarah:

No sé qué decir, solo se me ocurre gracias

Bárbara:

Solo quiero que tengas recuerdos aunque sea de un beso y que no estés bajo los efectos del alcohol

Bárbara se acercó y le dio un beso, un beso tierno cargado de deseo, Sarah por su parte no esperaba ese beso y lo recibió y correspondió con la esperanza de borrar un poco todo ese sentimiento que tenía guardado intentando sentir algo más que solo deseo y excitación porque una mujer hermosa la besaba olvido la culpa y se dejó llevar, deseo a Bárbara, deseo tocar su piel y sentirla más allá de un beso, intensificó ese beso y ya el ambiente estaba muy caliente, no sabe en qué momento llegaron a la habitación de Bárbara, sabía lo que estaba haciendo y no quería parar, en ese momento solo deseaba esos besos y esa piel que le ofrecían un escape, esos besos y esa piel que no le exigían sentimientos, ni palabras era solo sexo y ambas lo sabían.

El deseo y el placer se intensificaban en cada toque, cada caricia que no era de amor, solo eran dos mujeres en busca de placer, sus cuerpos se tocaban y sus gemidos salían solos, no hubo palabras, solo deseo, tener sexo de una manera alocada y pasional.

Tener sexo es vaciar el cuerpo, es liberarlo de tensiones, darle placer, pero el placer se acaba y cuando ese placer acaba y la realidad golpea en la cara también llega el vacío, el vacío del alma, ese que te asfixia y que te pesa, y eso fue lo que le sucedió a Sarah.

Se vistió y se despidió de Bárbara habían quedado de acuerdo en que solo fue sexo, salió rápido de esa casa, ya tenía mucho rato ahí y su hermana debía estar buscándola, en efecto así fue cuando llego a la casa de la madre de su cuñado su hermana le pregunto dónde había estado y le contó como su linda cuñada había declarado su preferencia sexual por las mujeres cuando le preguntaron por su vida sentimental, también le comento que parecía buena persona aunque un poco rebelde.

Fueron en busca de Lucí ya que Sofía se la quería presentar a Sarah, tal vez llegaran a ser amigas, a Sarah le daba igual últimamente no le importaban muchas cosas, Sarah iba distraída, pensando en lo que acababa de pasar y en como su vida había cambiado desde ese día, ese día que tanto odio, llegaron a donde se encontraba Lucí y estaba de espalda Sofía la llamo y cuando volteo Sarah quedo simplemente impactada, su sonrisa perfecta y ojos azules hicieron saltar el corazón de Sarah un salto de emoción como si hubiese encontrado algo que le faltaba desde hace mucho