Morir de amor
Reflexión sobre la amargura del amor no correspondido.
Morir de amor
Cuatro vientos la sostienen en el centro,
aires ancianos curtidos de amargura,
la muerte abre la puerta, pies de nácar,
y recoge dolores astillados
vertidos en la alfombra.
Morir de amor es una absurda muerte,
morir de olvido bajo la luna urbana
es dejar de decir algo importante
y olvidar las palabras en las tiendas.
La muerte
se desliza en tarea rutinaria,
juguetea un momento con recuerdos
y anida en la soledad del cubrecama.
Morir de amor es como escribir cuentos
o dormir entre sábanas de seda,
es inútil como el hambre de los niños
o el errático vuelo de las moscas.
Cuatro vientos se desmayan y se aquietan,
y se posan, y suspiran y se acaban.
Ella sigue en el centro.
Morir de amor, su nombre.
Desdichada.