Morgan Stone, Bruja adolescente 11
Morgan lleva a término su plan, y esto tendrá grandes cambios en el instituto y en todos sus integrantes. Esto dará valor a Jenny para hacer algo que lleva un tiempo rondando su cabeza.
A todo el mundo le gustaba la pizza de los viernes. Raro era el que no repetía ese día. Aquel día la jefa de estudios estaba vigilándoles atentamente, pero no le dieron importancia. Estaban muy ocupados cuchicheando sobre el motivo por el que todo el equipo de animadoras había faltado a clase además de otros pocos alumnos. Además, los profesores habían estado cansados y taciturnos todo el día.
Morgan estaba muy orgullosa de ellos. Habían pasado dos largas noches de continuas masturbación, sin descansos, pero había conseguido los materiales, y ahora todos los alumnos del colegio estaban comiéndose la pizza.
Si tan sólo supieran que aquella sala tan deliciosa en realidad llevaba esperma, flujos vaginales y mierda de conejo… Probablemente no se la comerían con tantas ganas. Ella se aseguró de que todos tomaran la poción. Era cierto, había algunos alumnos celíacos, o que no gustaban del tomate… pero a esas escasas personas les sustituido la poción por la sopa que se servía en su lugar.
Media hora después de que empezara la hora de la comida, todos los alumnos del comedor perdieron su mirada, quedando como maniquíes inexpresivos. Fue en ese momento cuando se escuchó el sonido de los altavoces.
_ Se comunica a todos los alumnos que deben acudir al salón de actos para una sesión de orientación urgente.
Morgan sonrió cuando escuchó el sonido de todos aquellos alumnos al ponerse de pie al mismo tiempo y marchar al salón de actos. Se reprodujo un vídeo, uno que había estado fríamente calculado para establecer la nueva mecánica de poder en el colegio. Fue completamente hipnótico ver todos aquellos rostros babeantes, observando la pantalla en la que la jefa de estudios les indicaba cómo sería su vida a partir de entonces.
_ Somos esclavos de Morgan. Morgan es nuestra diosa… Morgan es la luz de nuestras vidas. _ Repitieron todas aquellas voces.
Se escuchó un pequeño escándalo cuando se abrieron los pantalones y se levantaron las faldas. Todo el instituto en pleno estaba masturbándose al unísono, gimiendo como desperados, todos ellos pensando en Morgan.
_ Somos pollas. _ Dijeron los chicos, con convicción, frotándose precisamente esa parte de su cuerpo. _ Somos pollas estúpidas que sólo sirve para producir semen.
_ Somos coños estúpidos que sólo sirve para follar. _ anunciaron las chicas. _ Nuestra misión en la vida es recoger el semen que producen las pollas.
Como aceptando esa realidad a un nivel muy profundo, las chicas se abalanzaron sobre los chicos, devorando sus pollas con intensidad, atrapándolas con sus coños, tetas e incluso culos. Fue entonces cuando Morgan se paró a pensar en que en aquel instituto la relación era de tres chicas por chico.
Y se dieron extrañas situaciones como que una alumna de ultimo curso hubiera cercado a tres chicos de tercero y mirase con ojos aviesos a las que se intentaban acercar… o que el conserje estuviera montándoselo con el equipo de baloncesto femenino al completo. Morgan sólo sonrió y se quedó observando su reino.
_ Owen… sé un buen director y encula a tu jefa de estudios. _ Ordenó.
Se quedó allí, en el centro del escenario del salón de actos, apoyada en un atril, mientras Owen la enculaba, ante la atenta mirada de sus alumnos y devotos siervos. El culo de Rose estaba bien entrenado y descubrió que en esas circunstancias le gustaba el sexo anal. Tendría que entrenar también su propio culo… era una suerte no tener que estar dentro para que así fuera.
Jenny había dormido a pierna suelta, abrazada a su hermana. Todas las animadoras habían hecho una sesión de descanso que había durado todo el fin de semana. Las dos hermanas pelirrojas se prepararon, se vistieron y se encaminaron al instituto. Cuando llegaron, les sorprendió ver que, al entrar en el edificio, la gente se había quitado la ropa y la había dejado en su taquilla.
_ Donde fueres haz lo que vieres. _ Martha se encogió de hombros y empezó a desvestirse. _ Está claro que Morgan ha terminado. Recuerda lo que nos dijo, ahora somos VIP. Puedes follarte a quién quieras.
Era casi divertido ver a la gente sin más ropa que el calzado y la mochila a la espalda, de clase en clase. Felicia estaba muy bien con su bata mientras se dirigía a su clase. Cuando llegó a su taquilla se encontró a Teresa apoyada en ella, siendo penetrada por un chico muy alto y negro, que Jenny juraría que formaba parte del equipo de Atletismo.
_ Gime más fuerte. _ Le indicaba Jovanka. _ Tiene que parecer que te está rompiendo en dos.
_ Lamento interrumpir la clase. _ Dijo Jenny, notando con cierta incomodidad que su polla se había puesto como una roca. _ Pero… ¿Puedo dejar mi ropa en la taquilla?
Teresa se abrazó al chico y comenzó a comerle la boca mientras él la apartaba de la taquilla de Jenny. Jenny finalmente pudo desvestirse, coger su mochila y comenzar a andar por el pasillo. Tenía clase de matemáticas y lengua.
Las clases eran… extrañamente normales. De no ser por los alumnos masturbándose furiosamente o porque de vez en cuando algún alumno enculaba o era enculado por los profesores, el temario no había sufrido cambios. Jenny de hecho, descubrió que le era más fácil retener los conocimientos si alguien le chupaba la polla en clase y le mantenía los huevos vacíos.
Las animadoras mantenían el estatus que siempre habían mantenido, eran las más deseadas y, por tanto, en este nuevo instituto, las que más follaban. Jenny, como nueva animadora, no era excepción. Notaba las miradas de los chicos y eso se la ponía dura. Le extrañaba que teniéndola a la vista no le dieran importancia.
_ ¿Has visto la boca que tiene Jenny? Seguro que la chupa de puta madre. _ Escuchó a dos chicos que cuchicheaban mientras cuatro alumnas del club de química, que no eran especialmente atractivas, les comían la polla por turnos.
Morgan se puso colorada y se dirigió al despacho de Morgan. La diosa se había acostumbrado al cuerpo de la jefa de estudios, y Rose parecía extrañamente satisfecha en el cuerpo de Morgan. La seguía a todas partes cuando no estaba entrenando su ano con dildos y alumnos ansiosos de follar al cuerpo original de su divinidad.
El despacho había sufrido bastantes cambios. Entre otros, su ubicación, ahora era el antiguo aula vacía. También había muebles nuevos, como aquel en el que estaba Morgan. Se encontraba en un jacuzzi, acomodada y en la gloria. El Jacuzzi estaba lleno con las ofrendas masculinas que le habían hecho. También llevaba una copa en la mano, que llenó con esa misma sustancia.
_ Jenny, bienvenida. _ Sonrió. _ ¿Quieres un poco?
_ No, gracias.
_ ¿Vienes a dejar una carga? Puedo ayudarte con mi boca, son las mejores ofrendas. Por cierto, saluda a tu hermana. Martha, sal.
Martha emergió de entre el espejo y blanco líquido, con una sonrisa en los labios, y completamente empapada con el mismo. Verla así se la puso dura de inmediato. Martha saludó con la mano, esparciendo el semen, y después volvió a meterse dentro, sacando un gemido de Morgan.
_ He venido porque tengo algunas dudas… _ Se mordió el labio. _ Morgan yo… ¿Puedo acostarme con hombres?
_ En mi reino se siguen las normas que indica mi morbo, Jenny. Todos los hombres son heterosexuales y todas las chicas son bi. _ Se encogió de hombros.
_ Entonces… no puedo.
_ Jenny… he dicho chicas, no coños. _ La miró fijamente. _ Tienes polla… ¿Pero tú eres una chica, no?
_ Sí, sí que lo soy.
_ Pues ya sabes. Si querías mi permiso, lo tienes. Chupa todas las pollas que quieras… ofrece tu culo cuanto te plazca… incluso puedes dar tu por culo a algún chico si quieres.
_ Nah, eso no me apetece tanto. _ Se puso roja al pensarlo.
Morgan se estremeció, acababa de correrse. Martha asomó la cabeza y la morena empezó a lamerla, llenando sus propias gafas de semen.
_ Sabes qué… Creo que sí voy a hacer una ofrenda.
_ Ah, por eso te adoro, Jenny, Siempre estás caliente. _ Martha, ayúdala.
_ Con sumo placer, ama.
Aún con la mamada de campeonato que le había hecho su hermana, a Jenny le costaba mantener su polla blanda cuando caminaba por los pasillos y veía lo que se sucedía. Mirase donde mirase, había alguien fornicando salvajemente.
Finalmente encontró a los chicos que había visto aquella mañana hablando sobre ella. Seguían con las chicas del club de química, aunque debían estar en un descanso, porque los chicos estaban fumando, lo cual ahora parecía no estar prohibido en el instituto, mientras las chicas repasaban sus apuntes. De vez en cuando les sobaban el culo o las tetas, y las chicas lanzaban alguna risita nerviosa. Reunió valor y se acercó.
_ Oíd… _ Dijo, con un hilo de voz. _ Me preguntaba si querrías… follar.
_ ¿Qué? _ Preguntó uno de los chicos, un mulato del club de baloncesto. Que juraría que se llamaba Alfonso.
_ ¿Que si queréis… follar conmigo? _ Preguntó, aún en voz baja.
_ Disculpa, no te oigo con el ruido. _ Respondió Michael, el otro chico. Era un muchacho mucho más bajo, con el rostro salpicado de pecas y enormes gafas. A Jenny le recordaba un poco a ella misma… o más bien a Jonathan.
Y no era broma. Lo cierto es que, con el ruido de fondo, con todos los gemidos articulados por alumnos en las proximidades, resultaba difícil escuchar a Jenny si sólo murmuraba.
_ Me gustaría mucho que follárais conmigo. _ Dijo, bien alto, y sonrojándose en el proceso. _ Especialmente… quiero chuparos la polla.
_ Me sorprende que una chica como tú sea tan tímida para pedir eso. _ Michael sonrió, lascivo. _ La verdad, llevo días fantaseando precisamente con que tú me la comías. Se lo estaba comentando a Alfonso esta mañana.
_ ¿Quién no iba a querer con esa boquita? _ Jenny estaba como un tomate.
_ Bien… ¿Podemos ir a algún lugar apartado?
_ Sí que eres tímida, sí. _ sonrió Alfonso. _ Chicas, vamos a pasar un rato con Jenny. Luego volvemos.
_ Pasáoslo bien. _ Dijo una de ellas, sin apartar la vista de su cuaderno de química.
Los dos chicos caminaban a la par de Jenny, aprovechando para sobarle las nalgas por el camino. Michael era bastante delicado, Alfonso era todo lo contrario. Le apretaba la nalga con desesperación y rudeza, provocando que gimiera.
Finalmente llegaron al gimnasio y se metieron bajo las gradas. Antes de lo ocurrido, aquel era el lugar oficial para enrollarse. Ahora que no era necesario, siempre estaba vacío. Cuando estuvieron finalmente a solas, Jenny no lo dudó, rodeó a Alfonso con los brazos y empezó a comerle la boca con intensidad.
La polla se le puso dura como una roca en seguida. Alfonso sabía besar, y la forma en la que le magreaba el culo le gustó mucho.
_ ¿Y yo que soy, el sujeta velas? _ Se quejó Mike.
_ No, claro que no, tonto. _ Respondió Jenny, con picardía.
Soltó a Alfonso y se acercó a Mike, dándole un beso igual de intenso. El chaval le aferró las tetas y jugó con ellas un rato. Cuando Jenny menos se lo esperaba, le acarició la polla y ella lanzó un gemido.
_ No es justo que una chica la tenga más grande que yo. _ Se quejó Mike, lanzando una risa para indicar que era broma.
_ Lo siento… _ Se mordió el labio. _ Nací así… deja que te la chupe como castigo.
_ Sí, a fin de cuentas, para eso hemos venido. _ Recordó Alfonso.
_ No queréis eternizaros en los preliminares, ¿Eh? _ Se arrodilló ante ellos. _ Disculpad… estoy un poco nerviosa, es la primera vez que chupo una polla, pero a mí me la han chupado muchas veces… espero haber aprendido algo.
Dejó escapar una risita.
_ No te preocupes, nosotros te enseñaremos. ¿Por quién empiezas?
_ Por Mike… _ Miró a Alfonso. _ La verdad es que tu tranca me da un poco de miedo.
_ Vaya, Alfonso… parece que es la primera vez que tu monstruosidad no te da ventaja. _ Se rio Mike. _ Vamos, bonita, enséñame lo que sabes hacer.
_ Será un placer.
Cuando finalmente la polla de Mike entró en su boca, Jenny supo que no se había equivocado. Tal como le había dicho Morgan, era bisexual, y se encontró disfrutando de la experiencia. Mamó con ganas, recordando las clases de Jovanka, y alargó la mano derecha para masturbar a Alfonso, que estaba atónito ante el ritmo de Jenny.
_ ¿Y dices que no sabes? _ Preguntó Mike, entre gemidos. _ Es la mejor mamada que me han hecho nunca.
_ Gracias… _ Susurró, sacándosela de la boca y cambiando de tercio para meterse, poco a poco, la de Alfonso en la boca.
Para Alfonso era totalmente hipnótico tener a aquella chica pelirroja de rostro dulce comiéndole la polla, mirándole salvajemente a los ojos. Y había algo curioso en ver la polla de Jenny, completamente dura y ansiosa, mientras la muchacha le comía la suya.
La muchacha había empezado a tocarse mientras chupaba ambas pollas por turno. Se sentía en el paraíso. Hubo un momento en que Alfonso la cogió por el pelo y empezó a follarle la cara, empujándole la polla hasta la garganta… y le encantó, provocó que se corriera directamente en su mano. Alfonso lo hizo en su boca, poco después. Mike se descargó sobre sus tetas.
Jenny tardó unos momentos en recuperarse. Paladeó la corrida de Alfonso, descubriendo que le encantaba el sabor, y entendiendo en parte por qué Morgan estaba tan obsesionada con él y sus ofrendas.
De hecho, aquella fue la primera vez que se le ocurrió llevarse su propio semen a la boca, lamiéndolo de su mano. Finalmente, recogió el que tenía en las tetas, para disfrute de los chicos, y se lo fue llevando de forma sugerente.
_ ¿Aún podéis darme otra asalto? _ Los miró, coqueta. _ Veréis… ando desesperadita porque alguien me estrene el culo…
_ Espera… ¿Nos vas a dar la virgnidad de tu culo? _ Preguntó Mike, visiblemente cachondo.
_ Os daría la de mi coño, pero no lo tengo. _ Los tres encontraron aquello muy divertido, probablemente por la carga de adrenalina que les surcaba el cuerpo. _ Tengo lubricante en la mochila… no te quedes corto con él, Mike… tú empiezas.
Mike untó bien su polla y el ano de Jenny antes de empezar a metérsela. La chica emitió algunos jadeos. Le dolió un poco al principio, pero se fue acomodando. Había elegido a Mike para empezar no sólo por tener la polla más pequeña, si no por su delicadeza. Estaba claro que se preocupaba por ella. Incluso empezó a masturbarla cuando notó que se puso dura.
_ Ah… así… que bien… oh, joder… es casi tan bueno como meterla yo. _ Masculló, gimoteando. _ Me encanta… Alfonso, ven aquí, deja que te la coma mientras.
El chico no necesito insistencia para repetir. La primera mamada ya le había gustado mucho, así que alojó su polla en la boca de Jenny y repitió el vaivén anterior, sujetándole la cabeza.
Las tres pollas no tardaron en eyacular de nuevo. Antes de que se cambiaran de puesto, Jenny lamió su propio esperma del suelo. La polla de Alfonso le fue algo más difícil de asumir. Entró con dificultad, y Jenny emitió largos quejidos. Era muy grande y su agujero no parecía estar preparado. Pero finalmente entró y ella lanzó un largo y satisfecho gemido.
Esperaron un par de instantes antes de comenzar a moverse y de que Jenny volviese a tragarse la polla de Mike. El movimiento aquella vez fue algo más lento y sosegado. Alfonso era un bruto, pero ya estaba bastante cansado y sus vaivenes fueron suaves.
_ Correos sobre mí. _ Ordenó Jenny. _ Quiero que todos puedan ver lo que hemos hecho.
_ Vaya… A la mierda la timidez, ¿Eh?
_ A la mierda la timidez. _ Repitió, con una gran sonrisa.
Ambos hombres se colocaron delante de ella, que cerró los ojos y abrió la boca en postura de ofrecimiento mientras se tocaba la polla usando ambas manos. Los dos chicos se corrieron sobre su cara y sus tetas… aunque algo sí que cayó en su boca, y gustosa lo tragó junto con el suyo propio, que cayó en su mano.
_ Ah… ha sido un placer. _ Sonrió. _ Apuntad mi número de teléfono. Tenemos que repetir esto más veces.
Mientras tanto, Morgan se encontraba temporalmente en su propio cuerpo. Se encontraba en el despacho de la jefa de estudios. Esta se encontraba tumbada en su jacuzzi, con los brazos extendidos fuera e inconsciente. Morgan estaba usando, una vez más, el truco del control a distancia.
_ Sí, mamá. El proyecto va bien. _ Le indicaba, con toda la calma del mundo. _ No, no podéis venir, es delicado. Pero os prometo que iré pronto a casa.
Morgan extendió la sonrisa ante la respuesta.
_ Yo también os quiero, mucho. _ Colgó el teléfono, lo dejó sobre la mesa y, alargó la mano hasta uno de los múltiples vibradores que tenía sobre la mesa. _ Bien, veamos si has estado haciendo tus deberes, Rose.
Se lo metió lentamente y notó que, efectivamente, su ano estaba mucho más dilatado. Rose estaba haciendo un buen trabajo. Concluyó el experimento y rompió la conexión sin sacarse el dildo del culo. Rose, por inercia, empezó a jugar con él. Morgan sonrió. Le gustaba aquella mujer. Una lástima que no fuera a quedarse en su cuerpo mucho más. Llamaron a la puerta en ese momento.
_ ¿Querías verme, Morgan?
Jenny llegaba con una mancha de semen escurriendo de su barbilla. El fluido aún se escurría por sus tetas y sus hombros, además de por la punta de su polla.
_ Vaya, veo que te has estado divirtiendo. _ Morgan sonrió.
_ Sí, he estado chupando pollas como me sugeriste, y resulta que me encanta. Eso y que me den por culo. _ Sonrió de oreja a oreja.
_ Sabes… estuve pensando sobre eso cuando me lo comentaste… y pensé que tú y yo podríamos resolver una duda que es ya muy antigua. _ Sonrió. _ Tú y yo podemos descubrir al fin si se siente más placer con el coño o con la polla.
Jenny miró a Morgan a los ojos. Los de Rose no eran tan expresivos como los de la propia Morgan, pero entendió rápidamente lo que le estaba sugiriendo. Le estaba ofreciendo un honor que hasta ahora muy pocas habían experimentado. Al fin su hermana dejaría de chincharla con que ella había estado dentro del cuerpo de su diosa y jenny no. Se arrodilló y la miró con súplica.
_ Sí, por favor, usa mi cuerpo. Experimenta lo que es ser yo… y permíteme experimentar lo que es tener coño.