Morbosa (4: Experimentando cosas nuevas...!)
Para los que os quedasteis con ganas de saber que paso con el taxista de morbosa 3, aqui os envio la cuarta entrega de mis relatos. Espero q os guste!
Alli estaba yo, tan cachonda, tan mojada, en ese taxi. Por mi cabeza pasaban mil y una perrerias, dando rienda suelta a mi imaginacion de ninfomana perversa. Asi era yo.
Estaba satisfecha. Aunque no habia sido nada dificil lograr mi objetivo, lo importante es que ahi estaba. El tonto de Felix... Seguramente esta noche no dormira - pensaba - pensando en lo que ha pasado. Parecia que nunca hubiera visto una teta desnuda, un pezon erecto como el mio, tan solo en alguna pelicula erotica con la cual se masturbaria a escondidas en su casa intentando que nadie le descubriera... Me hacia gracia pensar en el. El, tan estudioso, tan responsable, tan timidito... Y mira lo que le pasaba cuando tocaba un pecho! Sin embargo, su "cosa" no tenia un mal tamaño, en absoluto... Sin duda no era la mas grande que hubiera visto, pero estaba convencida de que con un poco de "practica", Felix podria llegar a ser un gran amante.
Ahi estaba yo, en la parte trasera del taxi. Me pregunto: " A donde te llevo, guapa?". "Paseo de la Victoria, numero 30", conteste. Lo observe fijamente. Era un hombre un tanto desaliñado, con una barriga bastante prominente, camisa a cuadros arrugada y con los botones primeros desabrochados. Lucia un prominente bigote, espeso, moreno, y una ligera "barba de tres dias". Su pelo, mas bien tirando a graso, dejaba desnuda la parte superior de su cabeza, esa calvicie que empezaba a mostrar la perdida de su juventud. Sus manos, grotescas, uñas ligeramente amarillentas seguramente a causa de la nicotina, sus dedos... En ellos mostraba una alianza de oro sencilla, tipica.
Despues de mirarle a el, de observar con detalle sus rasgos mas caracteristicos, me fije en mi aspecto; del recogido que habia lucido en la fiesta se habia transformado en una melena oscura, y un tanto alborotada. Del pintalabios rojo no quedaban mas que los restos en las comisuras de los labios, y que decir del vestido! El sudor me empapaba, y la ausencia de ropa interior (a excepcion del tanga) se hacia demasiado evidente. Mi piel cubierta de sudor, el aroma de hembra cachonda se me antojaba irresistible.
En la avenida de los Alamos tuvimos que parar a causa de un semaforo. "Malditos semaforos! Estoy harto de esperar y esperar!" - dijo el, cabreado. "Me imagino que a estas horas de la noche estara deseando llegar a casa para descansar de su larga jornada de trabajo" - dije a modo de iniciar una conversacion con el.
- "Por supuesto que si. Y dime, tu tambien regresas a tu casa? - pregunto el - Se ve que has estado de fiesta por como vas vestida.
Me empezo a mirar los pechos. El escote estaba tan abierto que casi se dejaba salir un pezon. El se habia dado cuenta.
" Digamos que si, vuelvo a mi casa" - conteste- "Pero la fiesta no ha sido muy divertida, que digamos".
" Estas jovenes de hoy!, No piensan en otra cosa que en divertirse! Tengo dos hijas de tu edad y vuelven siempre a altas horas de la madrugada. La juventud de hoy esta muy desmadrada! Dime, seguro que hoy en la discoteca se te han acercado varios chicos..."
El semaforo se habia puesto en amarillo. Pero el no avanzaba. Estaba interesado en la conversacion.
" Eres muy guapa, sabes?"
" Gracias"
El semaforo se puso en verde, y los coches que iban detras empezaron a pitar para que el saliera. Proseguimos el camino. Estabamos aun a diez minutos de mi destino final. Me miraba mas y mas en el retrovisor. De repente cruce las piernas y levante un poco mi faldita, para ponerme mas sexy, dejando casi ver mi trasero. El me miraba y yo le miraba a el. De repente se desvio hacia un parque que habia al fondo, y paro en seco. Se volvio hacia mi. Me dijo:
- "Nena, tienes unas tetas impresionantes... Llevo todo el viaje poniendome muy cachondo y lo sabes. Me va a reventar la polla...Dejame q te lleve a un hotel que conozco por aki cerca".
Y yo que pensaba que estas cosas solo pasaban en las peliculas! Por un momento me dio un poco de miedo, me estaba empezando a gustar mucho este juego, me estaba convirtiendo en una morbosa casi ninfomana, pero no pude evitar contestarle un rapido "Esta bien".
Direccion al hotel no me dirigio la palabra aunque me seguia mirando mas y mas. Mi tanga estaba completamente mojado. " Espero que a este no le pase lo que al capullo de Felix", pensaba para mi. Busque en mi bolso la caja de condones q llevaba los fines de semana. "Solo queda uno!"-pense-"Mierda!".
Llegamos al hotel, que mas que un hotel resulto ser un hostal barato y de mala muerte. Era como una casa grande con habitaciones a lo largo de un pasillo. El dueño nos recibio con mirada de "se a lo que habeis venido". Y aun no sabia como se llamaba el taxista! El saco el dni, pago los 20 euros que costaba la noche, y nos dirigimos a la habitacion. Alli estabamos. Cerro la puerta con llave y nos quedamos de repente de pie, mirandonos.
- "No se ni que edad tienes" - dijo el pensativo.
- "18 años" - menti para no preocuparle, ya q tenia diecisiete.
De repente se quito la camisa. Su torso desnudo mostraba su prominente panzon. Me acerque a el. Nos besamos. Olia a tabaco y a alcohol. A vino, mas concretamente. Era el tipico hombre de barrio q pasa las horas muertas en el bar. Su boca paso a mi cuello.
Dejame verte las tetas! Dijo con la respiracion entrecortada. y desabrochandose el cinturon. Me baje la parte superior del vestido blanco como hubiera momentos antes con Felix, y ahi se quedo, embobado mirandolas, mirando mis pezones rojos, duros, mojados. En seguida puso sus dos grandes manos abarcandolos, apretandolos. Y de repente empezo a chuparlos, a lamerlos. Me ponia increiblemente cachonda el tacto de su bigote espeso en mi pezon.
Tienes unas tetas enormes, deliciosas. - Decia mientras me las chupaba.
Se bajo el pantalon. Llevaba unos calzoncillos largos, tipicos de hombre mayor. - "Que calzoncillos mas graciosos!" Le dije. "Te los compras tu?" - Le pregunte con cierta ironia.
- "No mi amor, me los compra mi mujer". - Respondio.
"Ahora mismo pensara que estas trabajando"- dije . Le baje sus calzoncillos, y me puse de rodillas frente a una polla no demasiado grande, pero muy gruesa. Su glande todo mojado, hacia que brillara, desprendiendo un olor muy caracteristico, un olor que me hacia mojar mas y mas.
"Pruebala, preciosa. Es toda para ti".
Ahi estaba yo, frente a su polla. Comence a lamersela despacito. Se sento en la cama. Su respiracion entrecortada y sus jadeos me hacian ver q le encantaba. "Dios, como la chupas..."-dijo- "Se ve q te gusta mamarla, verdad". Me cogio de la cabeza y la apreto contra su polla de manera que me la metio por completo hasta casi atragantarme. Chupe y chupe, hasta dejarsela tan roja que parecia q iba a reventar. De repente, me la saque de la boca.
Por q paras? - pregunto.
"Yo quiero algo para mi, sabes?", no puedo permitir que te corras aqui. Ademas, me dejarias el vestido lleno de leche, y tengo que regresar a casa...
"Que quieres?" - dijo- "hare lo que sea, nunca habia estado con alguien tan caliente como tu, pequeña".
"ven aqui", le dije. Me levante el vestido, y me tumbe en la cama. Acerque su cara a mi chochito. Estaba depilado - Como le gustaba a Gonzalo- y le daba un aire tremendamente infantil. "Cometelo, cielo".
El aparto el tanga, y se puso aun mas cachondo ante la presencia de la ausencia total de vello en mi pubis. Lo acaricio con sus rudas manos, y empezo a lamer despacito, rozandome con su espeso bigote lo mas intimo de mi.
Lance un gemido- Ahhhh! - Me estaba encantando, chupaba realmente bien. "Nadie me ha puesto como me estas poniendo ahora, pequeña"- dijo - para hundirse de nuevo inmediatamente en la parte mas prohibida de mi sexo. Siguio chupando y yo gimiendo, una y otra vez mas.
De repente, llaman a la puerta.
-"Ocurre algo?, he oido como gritos". Era el hombre que nos habia atendido del hostal.
Nos quedamos callados. De repente, el taxista, me dijo: "Abrele la puerta, pequeña". "Asi?, desnuda?" le dije yo. "Si...", " A ver que pasa".
Me levante. Tan solo llevaba el tanga q estaba apartado a un lado de mi coñito. Mi vestido se mantenia en la cintura, al estar bajado por arriba y levantado por abajo. Abri la puerta. Era el hombre de la entrada, como imaginabamos. Tenia unos 50 años, tambien. Se quedo mirando mis tetas, y mi cuerpo, anonadado.
" Lo... Lo... Lo siento, señorita" - dijo confuso - "Habia oido gritos, queria saber si estaba bien, si ... si ... pasaba ... algo".
"Oh, gracias por preocuparse, señor, pero... No pasa nada, simplemente estabamos divirtiendonos un rato", dije mirando al taxista q estaba con los pantalones bajados.
"Disculpeme señorita, lo siento, no era mi intencion..."
"Por su puesto q le disculpamos, verdad cielo?" - dije dirigiendome a mi taxista, que asintio con la cabeza, divertido con la situacion.
"Gracias por preocuparse, señor." - dije, y me volvi dejandole en la puerta pasmado, a la cama, donde retomamos lo que estabamos haciendo. Se quedo perplejo, no sabia que hacer. Obviamente la escena era demasiado excitante para irse. Entro y cerro la puerta, mientras nos miraba.
Nos miraba como seguia gemiendo de placer mientras me lamia el coñito depilado. " Te gusta eh?, te gusta mirar? - dijo el taxista.
" Si..., si... es preciosa. Tiene un cuerpo precioso, incita a la locura..." - dijo el señor, acercandose. El taxista me seguia chupando y este hombre se acerco mas para mirar. Se abrio la bragueta y salio una polla tremendamente grande. Se empezo a masturbar mirando la situacion. Me levante, y ordene a mi taxista q se tumbara.
"Niña, metetela toda, no puedo mas...". Me monte encima de su polla, mi chocho estaba tan mojado que entro perfectamente. Empece a apretar con mis labios para excitarle al maximo. Empece a botar, y el del hostal embelesado miraba como botaban mis tetas, masturbandose el muy golfo. Se nota que no tenia sexo desde hacia mucho tiempo. De repente se acerca y empieza a sobarme las tetas, masturbandose mas rapidamente. A su vez, yo cabalgama mas a mi taxista, le estaba haciendo enloquecer. Mis labios mojados apretaban su gruesa polla, mientras los dos me agarraban las tetas y mi culo botaba sobre el hombre gordinflon... Era muy excitante, y los tres lo estabamos pasando en grande.
De repente deje de montar.
"Vamos a darle lo que merece" - dijo el del hostal - "pongamosla a cuatro patas", " esta perrita necesita un dueño que la eduque."
" Eso es, esta golfilla me esta volviendo loco, me la follaria sin parar".
Me pusieron a cuatro patas, y de repente el dueño hizo algo q no me esperaba. Saco una cuerda del armario y me la ato a la cintura. Con otra cuerda me ato las dos manos a unos hierros de la cama, de forma que quedaba totalmente expuesta y sometida a ellos.
"Mira que coñito" dijo el del hostal. "Ni un solo pelo, como me gusta..." Empezo a sobarmelo mientras empezaba a gemir de nuevo... " Te gusta princesa?"
Ahh, ahhh, ahhh! - gemia sin parar, y de repente senti dentro de mi uno de sus bastos dedos. Me lo introdujo hasta el fondo, recreandose durante un rato para notar mi sexo por completo. De repente, arranco mi tanga bruscamente, dejandome solamente con el vestido que estaba recogido en la parte de la cintura. El taxista se situo sentado en la cama, de manera que dejaba mi cabeza entre sus piernas.
"Chupa" - me ordeno, asiendome de la cabeza y metiendome su polla hasta el fondo, logrando que casi me atragantara. Empece a chupar, como me ordenaba, ahora estaba sometida a estos dos hombres, estaba gozando de una manera como no lo habia hecho, pensando que hasta hace nada no conocia a esos dos tios con los que ahora mismo me encontraba compartiendo mi mas perversa intimidad.
Chupaba, lamia, gemia de placer. El taxista estaba tremendamente excitado. Su capullo emanaba liquidos preseminales, dejando mi boca manchada, esperando la erupcion que un momento a otro se produciria. El señor del hostal se mantenia divertido con mi chochito, aunque ahora habia dejado de meterme sus asquerosos dedos para pasar a lamermelo sin piedad. De repente, el taxista se corrio, para lo cual saco la polla de mi cara y dejo escapar su semen cubriendo mi cara, ojos, labios, y pechos.
"Menuda buena mamada, ha sido increible" - dijo, exahusto y retomando el aliento.
" Veamos ahora q es lo que me llevo yo" - contesto el señor del hostal. De repente y a cuatro patas como estaba, note como me agarraba de la cintura y me introducia su "cosa" despiadademente en mi coñito mojado."me voy a correr en seguida, preciosa, ahhh, como aprieta este chochito..., dios mio!".
Ahhh! - de repente me di cuenta que con lo pequeño que era el hostal nos estarian escuchando los demas huespedes, lo cual me hizo sentir aun mas cachonda, y morbosa que nunca. "Folleme, folleme asi, señor, ahhh! ahhh!
no podia evitar gemir como una perrita en celo con cada embestida de su miembro erecto. Con tal vision, el taxista se habia empalmado otra vez y pretendia de nuevo que se la mamara como antes. Al muy cabron le habia cogido gusto. No podia usar las manos ya que las tenia atadas, asi que usaba mis labios para lamer y mi boca para mamar, manteniendo aun los restos de semen esparcidos por mi cara.
!Mira que estas buena!- decia el señor del hostal, fuera de si, embistiendome con mayor rapidez, agarrando ahora mis enormes pechos."Me tienes a punto!", dijo. Yo estaba a punto de correrme tambien, y de repente, me corri. Los espasmos de mi vagina hicieron q el placer fuera insoportable para el, con lo que derramo toda su leche en mi interior, gritando, gimiendo descabelladamente, sin importar ya q nos oyera alguien.El taxista, con tal escena volvio a correrse.
Y ahi estaba yo, con la cara y los pechos cubiertos de semen y el coñito mojado oliendo a hembra cachonda, a sudor, a vino de bodega, a tabaco... En pocas palabras, a viejo.
- " Visete preciosa" - dijo el taxista - " Te llevare a tu casa.
Espero les haya gustado este relato, y espero sus comentarios sean buenos. No duden en enviar sus comentarios a la direccion de correo.Un saludo.