Morbosa (3)
Para los que les gusto mi historia, de como puedo hacer las locuras mas imaginables. Espero que les guste este nuevo capitulo.
Tercera parte de esta historia, dirigida para todos aquellos/as que deseéis más!
Parece mentira que con mi escasa edad, siendo una muchacha adolescente, ya estuviera experimentando tantas cosas.
Sin embargo, cuanto más sabia, o más habia conocido, más queria experimentar.
Como es lógico, para mi Gonzalo no era más que un juego, un capricho de niña mimada que iba más allá de lo moral y razonable. Con el tiempo me llegué a aburrir de él, pero hay que decir que pasé muy buenos momentos con él, y cumpli las fantasías q iban surgiendo por aquella época.
El hecho de que viviera con mis padres hacía aún más morbosa nuestra relación. La mayoría de las veces tenía que mentirles o incluso hacer algun que otro novillo en el instituto para poder estar con él. Por supuesto, nuestra relación era desconocida para todos, excepto para mi mejor amiga: Cristina. Y qué decir de Cris, al principio le parecía una locura pero poco a poco le fue pareciendo divertido el juego, e incluso me retaba a hacer cosas que ella se inventaba. Pero, en fin, de Cris ya hablaré en otra ocasión. No me quiero ir por las ramas. Simplemente, desde aquí le agradezco que me ayudara a fugarme con Gonzalo, mintiéndole descaradamente a mis padres.
Gonzalo me consentía todo lo que yo quería y más. Su acomodada posición económica le permitía darme cualquier lujo que quisiera. Pero, como bien he comentado antes, aunque no soy celosa, por orgullo propio cualquier hombre que estuviera conmigo sería exclusivamente para mi, y su mujer seguía en la casa. Lo único que le había hecho prometer es que ella no dormiría con él, sino en un cuarto chiquitito que estaba al fondo del pasillo.
Solía ir tres o cuatro veces por semana a su casa. Mis padres estaban sospechando y tuve que ponerle una excusa: tenía novio.
Muchos chicos en la escuela estaban dispuestos a salir conmigo, pero sabía que a mis padres aprobarían con mucho gusto que saliese con Félix. Pues bien, Félix era el típico empollón de gafitas, nada juerguista, un tanto misógino, aunque en el fondo sé que se pajeaba con una foto mía que había robado a su hermana, la cual había compartido habitación conmigo en un campamento años atrás.
Pues bien, Félix era el candidato perfecto. No fue nada difícil acercarme a él; me divertía de sobremanera el efecto que causaba en él cuando me ponía a escasos metros de su cuerpo.
En una fiesta del instituto, le dije que si quería bailar. Yo llevaba un traje blanco muy escotado. Tan solo llevaba un tanga como ropa interior. Mis pezones duros y morenos se transparentaban totalmente. El respondio un sí instantáneo, al tiempo en que sus manos temblaban y empezaba a hacer ese tick tan característico que tenía en los ojos cuando se ponía nervioso.
Le llevé a lapista de baile. Le puse las manos en mis voluptuosas caderas, y apoyé mi boca sobre su cuello. Notaba como su corazon latía más y más deprisa. Por un instante me empezó a dar miedo por si le pasaba algo. Aunque lo pensé de nuevo, y realmente me daba igual.
Félix, quieres que salgamos fuera? Necesito tomar un poco de aire fresco.
Síii . eh, si, como quieras Sara.
Salimos fuera. Andaba torpón, seguramente fruto de la erección que tuvo nada más agarrar mis caderas. Este Félix!
Finalmente nos sentamos en un banco. Habia sudado mucho con el cargado ambiente de la discoteca y el vestido se me ceñía aún mas. Me encaré a él, tomé su mano y la puse sobre uno de mis pechos..
-Félix... dime, te gusta??
Dios, pero q haces? Estas borracha? Sara, no puedo creer q yo y tu...
No digas nada, solo dejate llevar...
Su mano ya no necesitaba la mia y apretaba mi pecho como si no lo quisiera dejar escapar. Mientras tanto, mi mano desabrochó la bragueta de su pantalón y sacó un pene de envergadura nada despreciable... La tenía muy dura, y se la empecé a acariciar.
Pronto dejé su pene para desabrocharme la parte superior del vestido. Dejé mis pechos al descubierto. Félix metió su cara entre las dos, lamiendo los pezones, chupeteandolos, comiéndolos...
La verdad es que estaba gozando mucho! De repente, algo me moja... Vaya, Félix se había corrido... Será cabrón!
Sara... lo... lo siento... Dice, avergonzado. Si quieres, en otro sitio...
No no! No te preocupes Félix, dime, quieres ser mi novio??
Que???? Sara lo dices en serio??
Si, claro. Me tengo que ir, mañana nos vemos!
Sara, no te vayas espera!
Pero me fui. Estaba tan cachonda... Este no es más que un niñato que no sabe darme lo que quiere.. Mira que correrse! Pero bueno, estaba satisfecha de haber logrado lo que quería. Ya tenía excusa perfecta. Estúpido y manejable, el candidato perfecto.
Pille un taxi y fui directa a casa de Gonzalo. El taxista era un hombre de unos 55 años, barrigón, calvo. Me miraba de arriba a abajo con unos ojos bastante golfillos.
y aquí lo dejo por hoy! Por supuesto, con el taxista paso lo suyo tb, pero lo contare en la proxima entrega. Un saludo a todos!