Morbo en un tren

Sigo sin entender a las mujeres, porque me han hecho un adicto al sexo, y luego no me dan la racion que necesito.

Ya se que mi anterior relato esta a medias, pero me gustaria contar dos que me pasaron recientemente (el verano pasado) y que constituyen nuevas pruebas hacia mi completo desconcierto hacia las mujeres, y mi necesidad de morbo continuo.

Volvia yo en el Alaris, un tren que hace el recorrido de Madrid a Valencia con la intencion de pernoctar en esta ciudad bañada por las olas del mediterraneo, y continuar dias despues en direcion al lugar donde pensaba pasar las vacaciones de verano.

El tren salia de Madrid a media mañana, pasadas las once. Como estaba lejos de la estacion de Atocha, un amigo se ofrecio a acompañarme, y las conversaciones, las risas y el colegueo hacian muestras de existir entre nosotros, la sensacion de saber que tardaria mas de un año en volver a verles hacia que la despedida no dejara de tener su tono amargo.

Casi hasta la misma puerta del tren me acompaño (hasta donde los empleados de la estacion le dejaron), y nos despedimos.

En el tren, fastidiado por el hecho de que la fiesta finalizaba, y cansado por los muchos dias sin dormir, deje pronto la maleta en el compartimento, y busque mi asiento. Tenia ganas de tumbarme, dormirme, y dejar que las tres horas de sueño arrastraran el tedio del viaje en el vacio de la inconsciencia. Cuando lo encontre, le pedi a la chica que estaba sentada en el asiento situado al lado del mio que me permitiera pasar, cosa que hizo musitando un "si, en seguida". No era un bellezon de esos que se leen por ahi (y como dije en mi anterior relato, yo tampoco soy un adonis con treinta y cinco centimetros de miembro), pero era rubia, joven, y tenia cara de ser simpatica.

Me sente, con la mochila (siempre llevo algun tipo de bolsa de mano donde llevar libros, algun cuaderno y un boli) en el suelo entre las piernas. Saque un libro que hacia unos dias que me habia comprado y que tenia ganas de leer, aunque solo fuera para ir cogiendo el sueño atrasado, baje la bandeja de las comidas para poder apoyar el libro comodamente y me dispuse a leer. La chica de al lado, sin decir palabra, saco uno que llevaba en el bolso y tambien se puso a leer.

Me fije en el libro. Es una costumbre que adquiri en su dia por dos razones... la primera, por que toda mi vida he leido muchisimo y me interesa saber que libros lee la gente (cerca de 70 libros al año) y la segunda, porque durante mi epoca de dependiente en una libreria, me dejo la mania de observar todos los detalles observables por si me lo pedian en algun momento (color, titulo, editorial, autor, etc). Asi que cuando alguien abre un libro cerca de mi, en ocasiones he llegado a entablar conversacion unicamente con la sana intencion de saber que tal esta el libro... cosa que muchas veces se ha confundido con un intento de ligoteo.

La cuestion es que la chica estaba leyendo un libro de tapas rojas, llamado "Todas putas". Me acuerdo todavia porque es un libro que se habia editado justamente uno o dos meses antes, y habia tenido polemica. Estaba editado por el Instituto de la Mujer, y la editora (no recuerdo si la presidenta, directora o que cargo ocupaba) habia recopilado distintos relatos eroticos que hablaban de las mujeres desde la perspectiva de los hombres. Y en concreto, uno de los relatos lo habia escrito una persona que escribe habitualmente en foros de relatos eroticos y que tiene como unica tematica las violaciones de mujeres.

Precisamente la polemica de dicho libro fue lo que hizo que me fijara mas en ella, pero solamente pensaba si esta chica tenia el libro porque de verdad le gustaba, o simplemente por la polemica que habia generado. Asi que segui leyendo mi libro, y el tren comenzo a salir de la estacion.

Escasa media hora despues, desvelado por lo interesante de mi libro, note como la chica se reclinaba y se situaba dandome la espalda, intentando sin mucha suerte el conseguir una postura mas o menos comoda para dormir. Lo que me sorprendio fue que al ponerse en esa postura, su culo, cubierto con un pantalon de chandal ajustado de color rojo, quedaba a escasos dos centimetros de mi pierna. La tentacion de acercarla a ella y sentir su contacto era realmente exhasperante, pero sabia que si lo intentaba, ella se podria molestar y montar un follon.

Pasaron cinco minutos, y el vaiven del tren hizo que ese culo se fuera acercando a mi pierna. Claro, yo ya no podia ni pensar en dormir, asi que me lie la manta a la cabeza y desplace lentamente la pierna para acercarsela. Oh... cuando note el contacto de la pierna con su culo... bueno... fue un escalofrio tremendo. Ya se que es una gilipollez, pero fue mejor que el mejor orgasmo. La sensacion de prohibido, de saber que todo puede ser una equivocacion, de que te pueden pillar... esa sensacion es lo que persiguen aquellos que solo buscan el morbo... el primer contacto, el escalofrio, el rampazo de electricidad que recorre tu cuerpo. La satisfaccion de continuar y verse respondido no es peor, pero si que es diferente.

Bueno, acababa de notar en mi pierna el contacto de su culo, y decidi apretar un poco. Como ella estaba de costado, el hecho de apretar implicaba que mi pierna, en lugar de hacerlo sobre un gluteo, lo hacia directamente sobre la parte posterior del coño, asi como sobre el agujero del culo, cosa que sabia y que me estaba volviendo loco. Ella, dormida, no respondio ante el contacto.

Claro, en una situacion como esas, todo se vuelve en un continuo seguir hacia delante. Como ya estaba empujando ligeramente, haciendo movimientos lentos con la pierna para "frotarme" con ella, decidi avanzar un paso mas, y coloque la mano encima de mi pierna. De esta manera, al acercarla a ella, el contacto ya no seria a traves de la pierna, sino directamente con mi mano. Estaba muy nervioso, y hoy en dia, al recordarlo todavia me pongo asi. Avance la pierna y llegue a tocarla. Que delicia. Notaba el calor de esa zona en mi mano, como si un calido fuego estuviera acariciandome con las alas de unos angeles.

Aprete la pierna, haciendo que la mano presionara con mas fuerza, y a traves del chandal comence a notar las curvas, las arrugas y los orificios. Ademas, al haber estado sentada leyendo, la dulce humedad del sudor (o de la excitacion) tambien era patente. Mi corazon estaba latiendo a mil por hora, y si alguien me hubiera pegado un grito en ese momento, habria muerto de un ataque. Siempre hacia delante, a los cinco minutos del contacto con la mano y viendo que ella no reaccionaba de forma negativa (yo ya suponia que debia de estar despierta), comence a mover el dedo corazon, levantandolo hacia lo que suponia por el contacto que debia de ser su coño. Lentamente, lo levantaba, notando como apretaba la tela del chandal hacia dentro de su orificio, presionaba durante un segundo, y volvia a bajarlo. Al segundo siguiente volvia a levantarlo, y repetia el proceso, lentamente, disfrutando como un enano. De hecho, mi polla estaba tan dura que en cualquier momento podria correrme de la simple excitacion que sentia ante esta situacion.

De repente empece a sentir humedad en el dedo. Desde luego, se estaba poniendo como una moto si a traves del pantalon del chandal notaba esa humedad, asi que decidi pasar al siguiente paso. Retire la mano, cosa que a ella debio de sobresaltarle porque a riesgo de descubrirse, apreto el chocho contra mi pierna buscandola, y lentamente la subi hasta donde el chandal tenia la goma. Puse un dedo justo entre el sitio donde acababa la tela del pantalon y comenzaba la camiseta, y note como ella se tensaba. Pense que si habia llegado hasta aqui, tampoco iba a pasar nada si continuaba, asi que lentamente deje los otros tres dedos apoyoados junto al dedo corazon... y lentamente... muy lentamente... fui haciendo que se introducieran por el borde del pantalon.

Cual seria mi sopresa al descubrir que no llevaba bragas, o al menos, no notaba su presion. Ella estaba tensa, sin moverse, sin casi respirar, y mientras, mi mano, deslizandose lentamente por dentro del chandal, hacia que mis dedos alcanzaran el canalillo del culo y lo fueran recorriendo centimetro a centimetro. No sabia hasta donde queria llegar ella, asi que deseaba disfrutarlo todo lo que pudiera.

Comence a notar el sudor y el calor intenso de esa zona, y cuando mis dedos alcanzaron su agujero trasero, pude escuchar un suspiro. Lo acaricie unos minutos, pero sabia que no iba a pasar mucho tiempo ahi, y en cuanto gire un poco el brazo para facilitarme la postura, continue. Dos centimentros mas, inunde mi mano en un chocho tan mojado que se podria beber su miel durante dias.

Comence a acariciar todo lo que reconocia. Debido a la postura, lo primero que tenia entre mis dedos eran los labios vaginales, tanto los de fuera como los de dentro, resbaladizos de flujo y ardientes como carbones. Mis dedos los recorrian por fuera, por dentro, introduciendose en el coño hasta el fondo para luego repartir toda su miel alrededor, para volver otra vez dentro a recoger mas. Avance un poco el brazo, y mientras ella tenia pequeñas contracciones que intentaba disimular, mis dedos alcanzaron el final de los labios, los pelos del pubis y el clitoris mismo. Mis dedos recorrian de arriba abajo toda la zona. Se mojaban completamente en el interior del coño para luego llevar esa humedad al clitoris, que estaba duro como una piedra, para deslizarse sobre el como si estuviera bañado en aceite.

Cuando ya llebaba un buen rato, ella se arqueo rapidamente unos centimetros. Del susto, intente retirar la mano, pero la aprisiono entre sus muslos haciendo que con cualquier movimiento mis dedos rozaran su clitoris y ella apretara mas fuerte con los muslos.

Y cinco minutos despues, logre retirar la mano, con los dedos arrugados como pasas, como si hubieran estado una hora dentro de un barreño de agua caliente, y con el olor mas delicioso que jamas haya alcanzado mi nariz. Yo no sabia como reaccionar. Ella seguia quieta en la misma postura, y yo no podia decirle a alguien a quien, sin conocerla, acababa de hacerle una paja un "que? ha estado bien, eh?".

Ademas, por la excitacion, mis pantalones cortos no solo mostraban un bulto mas que evidente, sino que el liquido preseminal comenzaba a notarse desde fuera. Decidi que fuera ella la que diera el proximo paso... bueno, en realidad decidi intentar tranquilizarme, ya que mi deseo habia sido cumplido y si no lo hacia, dificil seria hacerme explicar el manchurron que iba a aparecer en mis pantalones. Asi que abrazando la mano, cerre los ojos para relajarme. Respire una vez... otra... otra... otra... y cuando ya iba a abrir los ojos y preguntarle si queria echar un polvo, note un contacto pocos centimetros por encima de la rodilla. Entreabri los ojos, y vi su mano apoyandose suavemente en mi piel, y rozando mi vello. El bulto de mis pantalones volvio a saltar hacia arriba. Empujo, saltando como de un embolo, y note como ella giraba la cabeza hacia mi. Y yo, con los ojos cerrados, intentando mantenerlos cerrados a toda costa, y a la vez entreabiertos para no perder detalle.

Vi como la mano comenzaba a acercarse a la pernera del pantalon corto, y metiendose debajo de ella, a subir lentamente por la pierna hacia la ingle. Yo no sabia eso de no ir con ropa interior en los trenes, pero por suerte utilizo siempre boxers amplios, ya que me gusta la sensacion de libertad, y la mano continuo por debajo de los mismos.

Cuando llego a la ingle, se encontro con mis testiculos, a los que acaricio durante un rato, para luego dirigirse sin tardanza a mi polla.

Mientras miraba por la rendija de los ojos entreabiertos, veia como la rubia tenia la mitad del antebrazo metida en mi pernera, mientras notaba que iba moviendo la mano en una paja lenta y deliciosa. Yo estaba sin poder aguantar los suspiros, y hacia todo lo posible por no 'despertarme', ya que el juego parecia ir por ese lado.

A los cinco minutos, la chica adelanto la otra mano, y mientras con la mano que ya estaba dentro me inclinaba la polla hasta la pierna, con la otra levantaba la tela del pantaloncito y del boxer para sacarmela.

Y cuando una vez fuera se inclino para metersela en la boca, me corri. No hacia falta ni que hubiera estado ni dos minutos. Fue sentir sus labios alrededor de mi glande, notar la lengua recorriendome la punta, y sentir el calor de la misma acaparando lentamente toda la extension de la polla, cuando senti que no podia mas, y que iba a acabar. Y lo hice con una sensacion de calor y de placer inmenso.

Cuando acabe, ella termino de limpiarme con la boca, despues con una servilleta, y posteriormente me la volvio a meter dentro del pantalon, suavemente, manteniendo nuestro secreto.

Entonces cai completa y absolutamente dormido. Me desperte una hora despues, cuando el personal del tren me indico que ya habiamos llegado, y que el resto de los pasajeros se estaban marchando. El asiento a mi lado estaba vacio, y no volvi a verla nunca mas.


Dos dias despues, subiendo a un autobus atestado de gente, y en el cual tenia que hacer un recorrido largo, una mujer se puso a mi espalda. Se apretaba continuamente y exageradamente con el culo contra mi mano. Cuando levante los dedos para acariciarle, empezo a montar un follon impresionante, que hizo que me bajara rojo de la verguenza en la siguiente parada.


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