Morbo en el Aeródromo

Su mano izquierda meneaba rápidamente su falo venoso mientras que la derecha...

MORBO EN EL AERÓDROMO

Un día de calentón, decidí acercarme hasta el aeropuerto, a ver si pillaba algo y me daba una buena follada, o sin más, un par de pajas, y para casa descansadito.

Me recorrí algún kilómetro que otro a través de los túneles del suburbano hasta dar con el vestíbulo que da con los pasillos rodantes de acceso al aeropuerto. Me entretuve un rato en mirar la maqueta que hay expuesta de la ampliación del "gran Barajas", la verdad es que pensé que con el macro proyecto que se está llevando a cabo, el barrio de Barajas podría ser demolido, aunque a continuación, senté cabeza y me dije a mi mismo, que ese barrio, anteriormente pueblo, había estado ahí desde hace siglos y no porque se construya el aeropuerto de la capital española, había porque demoler un gran barrio de Madrid.

Después de ésta paja mental que me comí yo sólo, puse rumbo a los servicios de la T2, en donde hay más movimiento, al entrar, vi que el servicio de señoras lo estaban limpiando, y que el mío acaba de ser limpiado, por lo que no había un alma. Decidí esperar un rato haciendo con que meaba pero nada, no se veía rastro de ser viviente, con lo que guardé mi polla decepcionada y empecé a recorrerme todos los edificios para hacer tiempo. Terminé en la gran sala-cafetería, en donde se pueden ver los aviones aterrizar a través de los paneles que hay en el mirador. Estuve contemplando como aterrizaban los pájaros de numerosas nacionalidades durante un buen rato hasta que me entró un apretón y tuve que buscar un servicio.

Bajé a la T1 y en un servicio junto a unas puertas de salida, entré. El servicio era enorme. Pasé casi hasta el fondo y me metí en uno de ellos, cerré la puerta, puse papel en la taza, me bajé los pantalones, calzoncillos y me dispuse a cagar. Cuando estaba en mitad de la faena, oí la puerta, unos pasos hasta el servicio que estaba junto al mío, un chico dejó su maleta y se bajó los pantalones. Él debía pensar que estaba sólo en la baño, pero no era así, yo estaba a la escucha. En dos segundos, empecé a escuchar chaf chaf chaf... ¡¡¡se estaba masturbando!!!, mi polla creció al instante. Me limpié rápido y sigilosamente, cerré la taza con la tapa y me subí en ella para mirar por encima de la pared que nos separaba.

El tío estaba de pie, con sus pantalones ejecutivos bajados hasta los tobillos. Su mano izquierda meneaba rápidamente su falo venoso mientras que la derecha recorría sus huevos. Apenas se dio cuenta hasta pasado un rato que yo estaba allí. Cuando me vio, me grito "¡¡eres un maricón de mierda!!, ¿qué pasa?, ¿me la quieres comer o qué?", así que el morbazo me pudo y le dije que si, que quería que me llenara la boca de lefa. Pasé a su servicio y cerró la puerta tras de mí. Me puse de rodillas y abrí mi boca todo lo que pude para poder comerme todo ese trozo de carne ya chorreante de lefa. Su capullo llenaba mi garganta por instantes y mientras, mi lengua saboreaba su tronco jugueteando con él. El tío, me cogió por la cabeza y me hizo tragarme su pollón entero mientras él ponía el ritmo para follarme bien la boca.

No duro mucho el momento el cual empieza a dar espasmos y grandes chorros de lefa se dejaron caer sobre mis muelas y campanilla. Yo intentaba sacarme su polla de mi boca para saborear bien su leche pero el muy cabrón, me sujetaba tan fuertemente de la cabeza que apenas pude moverme. Hasta que no me tragué todo su blanco manjar, no me dejó sacármela. El tío cogió un poco de papel higiénico y se limpió mis babas de su miembro. Mientras me atusaba, el chico se sacó del bolsillo 10€ y me los tiro con una mirada despreciativa. Cogió la maleta y salió del baño dando un portazo.

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