Morbazo con mi Jefe (3)

Volvi a ver a sandro loca de deseo, mientras el humillaba a mi marido.

Hola ,soy de nuevo Amalia , como os decía en mi ultimo relato , mi marido Miguel me escucho la conversación con mi jefe, y empezó a sollozar, me pedía que me quedara con el, que me quería, que haría lo que fuera para estar conmigo y que soportaría cualquier humillación.

Esto me puso a mil, nunca pense que una mujer pudiera tener esas dos caras ,la de sumisa que se presta a cualquier cosa por la polla que ama, y la de perversa, que se siente segura y dominante de una situación y que goza viendo a quien quiere suplicando.

Cuando se calmo Miguel, ya que le dije que no pensaba dejarle pero tampoco a Sandro, me miro y me pidió que le contara como era y que hacia.

Siempre me ha parecido una vulgaridad contar esas cosas al marido, pero cuando vi la cara de perrito vicioso y el bulto de su pijama me sentí fuerte y dominante.

Le detalle lo que me hacia, como era su polla, como me la comía, como me metía los dedos en el culo, como me cargaba siempre, como me follaba totalmente espatarrada, como me hacia comérsela,… en fin le conté todo, y el perro de Miguel se corrió sin tocarse como loco, le dije que me daba pena, me descojone y me dormí satisfecha.

Al lunes siguiente, fui a la oficina vestida como una ejecutiva, traje de chaqueta, blusa rosa y tacones de pulsera en el tobillo , al pasar por el despacho de Sandro me derretí, pero no quise mirar, me vio y me llamo, me hizo cerrar la puerta y al acercarme a su sitio empezó a aspirar el aire,olio mi aroma y se descojono, no me había lavado ya que Sandro no me dejaba, y olía un poco a hembra , en realidad me parecía agradable , me acerque a su mesa y me toco la nariz cariñosamente mientras me decía, así me gusta mi nena, creía que me derretía, subió su mano por debajo de mi falda y corriendo el hilo de mi tanga me metió un dedo en el culo , la situación me podía, y me abrí de piernas, Sandro me metía todo el dedo y lo movía dentro, era una locura, un macho de 1.90 ensartando con el dedo a una mujercita que no pasa de 1,60 , casi me levantaba en vilo , saco el dedo y lo olio profundamente, y me lo dio a chupar, yo lo lamí como si fuera la mejor golosina, me tenia totalmente enervada y dominada.

Sandro me dijo que me fuera a trabajar y que al medio día en su casa , y que le esperara abajo.

Cuando llego como siempre y al subir en el ascensor me cogio de las nalgas y me comió la boca, me tenia suspendida en el aire y me moría de gusto, su boca sabia a sexo y su aliento hervía.

Nada mas entrar me llevo al salón y me sentó en sus rodillas, me quito la blusa y levantándome el brazo miro mi axila, sonrió y me dijo que se notaba que iba saliendo pelo, que le encantaba, y empezó a chuparme y a lamerlo, yo le amasaba la cabezota y le besaba mimosa en su nuca, era mi hombre y debía de demostrárselo..

Me beso en la boca y me pregunto por Miguel, le conteste que lo sabia desde la llamada y que mientras le contaba lo nuestro con detalles, se había empalmado y corrido. Sandro se descojono y me dijo que le llamara, que le dijera donde estaba y que se quedara escuchando lo que íbamos a hacer , le dije que no que me parecía muy grosero, Sandro me miro con una cara que daba pánico y me cogio la cara con mucha fuerza, me hacia daño, y me dijo que le llamara de una puta vez o lo haría el , se resaltaban las lagrimas de dolor, le dije que si a Sandro y me puse súper mimosa con el arrumándome en su pecho y haciéndole cucamonas tontas para que sonriera , amaba a ese macho dominante.

Coji el manos libres de Sandro y llame a mi marido, me pregunto que donde estaba y le dije que con mi hombre , y con el macho de mi vida , se puso mal y me dijo que para que le llamaba , en esto me Sandro tomo la palabra y le dijo: Mira maricon, estoy con tu mujer y me voy a follar hasta reventarla, y tu pedazo de cornudo vas a estar escuchándolo todo y volviéndote loco de celos y de morbo, ¡entiendes hijo de puta!.

Mi marido se callo por un momento y luego dijo: Si Sandro, lo que tu digas, pero por favor no la lastimes. , sandro le contesto: eres un carnudo y si yo fuera tu con esta preciosidad de mujer vendría aquí a matarme, pero tu vas a estar escuchando, con tu pollita en la mano y meneándotela mientras tu nena me lame el culo y me suplica polla.

Miguel escucho y dijo algo que me dejo pasmada: si Sandro fállatela bien, hazla gritar, reviéntala y luego deja que venga a su casa.

Sandro se descojono y le dijo: ahora calladito y a escuchar, que empieza la fiestita.

Me moría de pena por Miguel, pero el deseo por Sandro era superior a todo , le miraba el bulto del pantalón hipnotizada, y deseaba poder comerle entero.

Sandro me vio mirándole al paquete y me dijo: ¿Que quieres puerquita, tu biberón de leche? , ¡Sácamela!.

Me lance poseída de un deseo irracional, le baje la bragueta y le busque el pollon , lo saque flácido pero grande y pesado, oliendo a macho y con una cabeza grande y oscura.

Durante un ratito , me dedique a bajarle el pellejo y a subirlo, me encantaba ver como aparecía el cabezón y como se tapaba con la piel, es tremendamente excitante descapullar y capullar a Sandro y ver como reacciona esa polla.

Me había dejado las uñas largas y pintadas de color cereza , y contrastaban con la piel de la polla de mi amante.

Sandro me cogio de la nuca y haciéndome daño me la ensarto en la boca, me empujo de la nuca y la metió hasta el fondo, tenia la boca desencajada y sandro empujaba y empujaba, con lo que la tenia hasta el estomago, empecé a dar arcadas y Sandro me la saco muerto de risa, yo babeaba y respiraba ansiosa, estaba loca de deseo y deseaba otra ración de rabo de toro.

Sandro me cogio de los sobacos, y me alzo hacia el, me sentó encima enfrentados y me clavo su tranca en el coño, yo reía, lloraba, le daba las gracias , gritaba, y mientras mi jefe sin soltarme los sobacos me alzaba y me dejaba caer en su palo , mil veces, poseído, me estaba follando un animal, un toro desbocado, un hombre enloquecido al que temía y que me daba el mayor placer del mundo .

La sensación de miedo y de placer es la mas lujuriosa que se pueda tener, estaba acojonada por que ese hombretón no quisiera partirme en dos , estaba fuera de si y era incontrolable, pero a la vez amaba a ese hijo de puta que me partia y que me trataba como a una perra y como a una princesa otras veces.

En esas me cogio del culazo,(le encanta decirme lo grande y tocable que es, me lo amasa y lo soba como loco) , y se levanto, conmigo ensartada colgando de su cuello y apoyada en su hombro como una nena pequeña.

Empezó a decirme que era su princesita, y que me quería dar mi ración de polla en privado, ¡yo me había olvidado de mi marido! Pero sandro no, así que dijo, : Continuas ahí carnudo de mierda, oí a Miguel decir que si, que no nos fuéramos que quería seguir escuchando, a lo que Sandro le contesto que me llevaba a su cama y que por hoy ya había escuchado bastante , se acerco al teléfono con migo encima y colgó.

Me llevo a su habitación, me tumbo en la cama y me cogio de los tobillos , me abrió las piernas a tope y siguió metiéndome tranca, despacio, hasta el fondo, haciéndome gritar y sacándome mil y un orgasmos, este macho era incansable, me follaba y me abría de manera brutal, después de media hora de culeo, la saco y acercándomela a las manitas me dijo:¡ordéñala!.

Casi desmallada la agarre y le pajee con fuerza, no la abarcaba con una mano, estaba caliente y húmeda de mis flujos, de pronto se tenso mas, y ahí supe lo que era un hombre de verdad, un macho un verdadero semental , Sandro empezó a gritar, y a lanzar chorros de leche, a gritar como un poseído y a correrse.

Me empapo de leche, olía todo a sexo, a semen, a mujer, era un ambiente afrodisíaco.

Sandro me abrazo y empezó a besarme, ahora que me había corrido mil veces y que me había relajado me repugnaba ese hombre, le veía baboso y cargante, me comía la boca de manera húmeda y me decía que quien era su zorrita, pensaba en Miguel y en lo que estaría sufriendo, me odiaba por estar en brazos de mi jefe, un tipo que hacia de mi lo que quería y que me trataba como a una perra.

Quería irme , pero me moría de miedo, se me encogía el estomago cuando miraba a Sandro, era enorme, peludo, barrigón, y le colgaba esa polla monstruosa, ahora en descanso que me repugnaba hasta que me volvía loca.

Se levanto y me dijo : ¡al baño peque! , sabia lo que venia, y ahora ya no estaba excitada, me arme de valor y le dije que no me apetecía verle mear, que me respetara al menos un poco.

Me cogio de la cintura, me alzo en el aire y me puso tumbada boca abajo en sus rodillas, me arreo un azotazo en el culo, y me dijo, tu eres mi nena durante dos horas, si yo meo tu meas, si yo follo tu te abres, si quiero comer tu me atiendes, y si quiero coño, te lo como. Me soltó otro azote y empezó a hurgarme en el culo, tocándolo por el ano suavecito. Iba del ano al chocho, del chocho al ano, yo lloraba en silencio y le maldecía, estaba indefensa ante esa mole,continuo sobandome el culo y empezó a meterme el dedo, lo sacaba ,lo olía y me lo acercaba a la boca, me dijo, : que quiere hacer mi nena , y me soltó otro azote , le conteste entre temerosa y un poco excitada (era increíble como me hacia pasar del asco al deseo) , que quería chupar su dedo, y ayudarle a mear.

Me dio la vuelta me cogio en brazos y con un dedo en mi boca como un chupete se fue al baño. Me bajo y me dijo que estaba esperando , yo levante las tapas, coji su pollaza y empezó a mear, al acabar me dijo que le diera un besito a su muñequito, yo me agache y la bese, me sentó en la taza y empecé a mear ahora yo, cuando acabe, se arrodillo y de un solo lenguetazo me seco el coño.

Me dijo que me fuera y que salía de viaje por cinco días, que cuando volviera, quería verme y que a lo mejor nos invitaba a mi marido y a mi de fin de semana a la sierra, que no me depilara ni los sobacos, ni el culo , que quería el chocho peladito y sin pelos, y que nada de follar con mi marido pero si con otros.

Estaba excitadísima de nuevo, quería otra ración de polla, pero Sandro tenia claro que por hoy ya tenia bastante.

Me fui loca de deseo y anhelante por que pasaran pronto los seis días que estaría sin mi hombre.

Un beso a todos y todas, y os seguiré contando.

Chau.