MONTSE Y EL ZAPATERO, GANG BANG FINAL (y 6)

La hermandad no perdona traidores, me somenten a un brutal gang-bang como castigo a la traicion de mi marido. Voy a dejar de publicar durante un tiempo, las criticas siempre son bien recibidas, pero no entiendo que nadie pueda desearme enfermedades o incluso la muerte por publicar un relato.

Como digo en la introduccion este va a ser mi ultimo relato al menos durante un tiempo,  las criticas siempre son bien recibidas, sean positivas o negativas y he procurado hacerles caso y sacar algo positivo de ellas,  pero lo que no entiendo es que nadie pueda desearme enfermedades o incluso la muerte por publicar un relato, sea cual sea la tematica del mismo e incluso los envie a mi e.mail,  asi que disfrutar de este relato y gracias por el tiempo que me habeis dedicado.

Montse

Hacia días que mi marido se había ido de casa y no sabia nada de él, no me contestaba al móvil  ni mis mensajes ni nada, no sabía como localizarlo, quería intentar arreglar las cosas con él, pero parecía difícil.

A todo eso yo me pasaba el día completamente desnuda por casa, como máximo con el albornoz, si nada mas puesto, incluso un día llamaron a la puerta, mire por la mirilla y vi que era algún repartidor, me afloje el cinturón lo mínimo posible para que no se abriera del todo pero se podía ver perfectamente que no llevaba nada debajo y abrí la puerta así, al repartidor se le abrieron los ojos como platos mientras me preguntaba por un vecino, le dije que no era yo y cerré la puerta, ¿me lo hubiera follado?, seguro que sí, pero todavía tenía un poco de dignidad para o follarme a nadie en casa.

Había descubierto otra cosa, supongo que toda la intención el tatuador había puesto la anilla muy abajo de mi clítoris, cerca de su base, lo que hacía que una buena parte de él apareciera ahora entre mis labios, cosa que antes no pasaba, y así cualquier roce con mis braguitas por ejemplo, me hacía dar un respingo, primero de dolor y placer y ahora que ya estaba casi curada la herida solo de placer. Solo había salido un par de veces de casa en estos días y hubo alguna vez que se me hizo hasta insoportable, cualquier roce, saltito, levantar las piernas para subir un escalón…. Hacia que sintiera placer en mi clítoris, que por otra parte ahora parecía mucho más sensible al roce.

Había tomado la costumbre de después de comer sentarme en el sofá, poner las piernas sobre la mesa de centro, abrirme el albornoz e ir jugando con mi clítoris mientras veía mis series turcas favoritas, había logrado una gran habilidad y ya era capaz de estarme toda la tarde abierta de piernas en el sofá, jugueteando con él y no correrme, pero estando siempre al borde del orgasmo, que siempre hacia coincidir con el final de la telenovela de turno.

Seguía sin tener noticias de mi marido y empezaba a pensar en poner una denuncia a la policía, cuando una tarde, en plena sesión clitoriana y serie turca sonó mi móvil. Me dio un vuelco el corazón al ver en la pantalla el numero de Vladi, El Zapatero.

Descolgué y escuché su ronca voz

-Hola puta ¿Cómo estás?

  • Hola Vladi ¿Estas en prisión? Le pregunté

-No, ayer salir de prisión, Bratvá tener abogado muy bueno- Rió

-Yo ver mañana aquí- y me indico una dirección

-Quiero llevar tus medias de muslo y zapatos de tacón- me dijo y colgó.

Afortunadamente tenia las dos cosas y no tuve que salir de casa a comprarlo, me había citado para el día siguiente a media tarde, así que cené y me metí en la cama, desde que no estaba mi marido lo hacia completamente desnuda y el roce de mi clítoris contra las sabanas me hacia despertar varias veces durante la noche por el placer que sentía.

Dormí mal, con continuos sueños húmedos con mi Amo, así que no dormí demasiado, me levante, desayune, pase el día haciendo las tareas de la casa y después de comer me quede dormida un rato en el sofá esperando la hora de marchar, me duche, me quede mirando el tatuaje y el piercing que lucía mi vientre y mi coño, me puse las medias, mis braguitas normales, un vestido camisero los zapatos de tacón y me fui a la dirección que me había indicado mi Amo.

Cogí un taxi, la dirección que me había dado estaba en el centro, pero prefería la discreción del taxi, además, no había ido todavía en metro con el piercing y no sabía como podía sentirme con los apretujones y movimientos del metro.

El taxi me dejo justo enfrente de la puerta del local, parecía un bar de copas o un restaurante ruso, normal, pensé para mí, la puerta, de madera maciza estaba cerrada, así que tuve que llamar al telefonillo.

Una voz ronca pregunto qué quería y le dije que venia de parte de Vladi, al momento se abrió la puerta y pase a un recibidor pequeñito, con un espejo, un banco y poca cosa más, allí no había nadie y la puerta que quedaba enfrente de mí no se abría, aunque solo pasaron unos minutos hasta que escuche como se abría y Vladi, mi Amo apareció tras ella.

-Hola perra- me soltó como saludo.

-Tenia ganas de yo ver, quítate la ropa- ordenó

Yo, obediente como siempre en mi papel de zorra, me quite el vestido y las bragas, quedando solo con las medias y los zapatos de tacón.

-Me gusta tatoo y el piercing- me dijo mientras tocaba suavemente la cabeza de mi clítoris, lo que me hizo dar un respingo.

-Veo que piercing funciona- Rió

Me agarro fuertemente del brazo y abriendo la puerta que quedaba a nuestras espaldas me introdujo en una sala, que efectivamente parecía un bar de copas, en concreto de striptease, había una barra, mesas y una cama circular en un extremo, lo que también vi es que había al menos diez o doce hombres y ninguna mujer más, aquello me dio mala espina y me humedeció el coño a la vez.

Los hombres se me quedaron mirando lanzado silbidos y gritos de exclamación, si no estaban bebidos, poco les faltaba, todos llevaban una copa en la mano, cervezas, botellas de vodka en la barra….

Vladi les dijo algo en ruso, que evidentemente no entendí y todos los hombres aplaudieron a rabiar, estaba claro que yo iba a ser el plato estrella de la tarde y el único plato.

Mi Amo me volvió a coger del brazo y me llevo hasta el centro de la sala, a medida que pasaba entre ellos los hombres me iban metiendo mano por todas partes, mis tetas, mi culo, mi coño, mi ultrasensible clítoris, todo lo tocaron a placer, llenándome a mí también de ese placer que me hacia perder los papeles, los límites, la dignidad…. ya nada me importaba, solo quería follar y si eran diez o doce, mejor.

Me llevo, como digo, hasta el centro de la sala, donde quitaron las botellas que había encima y me hizo estirar sobre ella, la mesa no era muy larga, así que las piernas me quedaban colgando por uno de sus extremos y podía apoyar mis zapatitos de tacón en la moqueta del suelo.

Vladi me hizo levantar el culo y me puso un cojín debajo de él, separo mis piernas y las ato a las patas de la mesa y allí me tenéis, “vestida” solo con unas medias hasta medio muslo y zapatos de tacón negros, atada a una mesa, con mas de diez hombres a mi alrededor mirándome.

Entre los hombres apareció un hombretón, con el pecho descubierto, peludo como un oso que en los brazos llevaba un pequeño caniche que casi no se veía entre sus brazos tatuados.

Se arrodillo entre mis piernas y acerco el chucho a mi coño, no se si el animal estaba entrenado para ello pero todo fue ponerle el coño al alcance de su hocico y empezar a lamerme el clítoris con ganas, solo me faltaba eso, con el clítoris como lo tenia y los lametazos de aquel animal, empecé a estremecerme de placer, me agarraba a la mesa con fuerza mientras levantaba el culo para sentir todavía mas las lamidas del perro, que alternaba entre mi clítoris y mi vagina, así que no tarde en correrme, aullando como una perra, levantando y bajando mi culo, intentado separar la cabeza del perro que seguía lamiéndome el coño sin cesar, quede como siempre que tengo un orgasmo de esta intensidad casi sin sentido sobre la mesa, pero no era tarde para descansar.

Me desataron y me llevaron a otra zona del local, en una de las paredes había lo que parecía un sillón de ginecólogo, pero hecho con maderas, me sentaron en él, la parte de la espalda quedaba a unos 45º de inclinación y el asiento tenia justo el apoyo para mi culo, de manera que mi coño quedaba fuera del asiento y yo tenía completa visión de mi coño, , tenía unas argollas a las que nuevamente ataron mis piernas quedando con las piernas completamente abiertas, también estiraron mis brazos atándolos a otras argollas a la altura de mi cabeza, quedando así completamente indefensa, inmóvil y a la disposición de aquellos hombres.

Los hombres se agolpaban a mi alrededor cuando dejaron paso a Vladi que llevaba a un hombre completamente desnudo cogido del brazo, era mi marido, mi marido, que me estaba viendo allí, entregada, creí morirme de vergüenza, mi marido miraba al suelo, sin fuerzas, supongo, para ver a su mujer en aquella situación.

-Mira tu esposa- le gritó Vladi estirandole del pelo.

-¿Creias nosotros no enterar tu llamar policia? pobre idiota- Le decia

-Ahora veras como nosotros hacer lo que querer a zorra- Continuo.

Vi como mi Amo se bajaba los pantalones sacándose ya erecta aquella polla que tantas veces me había follado, un par de hombres sujetaban a mi marido para obligarlo a mirar como aquel tronco se iba a clavar en el coño de su mujer.

Vladi se puso entre mis piernas y como he explicado, por la posición podía ver como ponía su enorme capullo entre mis labios, cuando lo retiro.

-Mejor marido hacer de mamporrero- dijo

-Tu cornudo- le llamo- coge polla y llevarla a coño de tu mujer- le ordeno.

Mi marido dudo, no se movía, pero un fuerte empujón lo lanzo contra mí.

-Venga- insistió Vladi

Y vi como mi marido alargaba l amano, le cogía la polla y la frotaba contra mis labios vaginales.

-Uuummm, tan mojada como siempre- Le decía Vladi.

  • ¿Mojar tanto contigo? - Le pregunto.

Mi esposo continuaba sujetando la polla mientras yo veía y sentía como iba entrando en mí, como un cuchillo caliente en la mantequilla.

Se estaba tomando su tiempo para hacer sufrir todavía mas a mi marido, pero al fin me la metió toda, metiéndomela y sacándola poco a poco, desde mi posición veía mi coño engullendo aquel tronco y como lo sacaba casi del todo dejando solo el capullo en la entrada del coño y me la volvía a meter otra vez hasta juntar el pelo de su pubis con el mío.

  • ¿Qué te parece como la traga, cornudo? -Le repetía a mi marido

Yo quería evitar correrme, no quería hacerlo delante de mi marido, pero me era imposible evitar gemir y mi Amo se regocijaba con ello.

  • ¿Escuchar cómo gemir? Le decía a mi marido mientras incrementaba ligeramente el ritmo.

Miraba a mi marido y lo veía mirando aquella polla taladrándome como si estuviera hipnotizado con aquella follada.

No quería correrme, no podía humillar mas a mi marido, pero no pude evitarlo y me corrí, me corrí mientras mi marido miraba como aquel ruso continuaba follandome, pero por si no era poca humillación para nosotros, fue peor cuando Vladi se empezó a correr dentro de mi dando grandes resoplidos, sin duda exagerados para que mi marido sufriera más.

-Me corro dentro de tu esposa- Le grito

Y así era, yo notaba como con cada contracción un gran chorro de su lefa llenaba mi interior, hasta que me la saco, frotando el capullo por mi pubis dejando algún chorro mas de lefa sobre mi pubis.

Como siempre notaba sentir su leche a borbotones de mi dilatado coño cuando Vladi cogió a mi marido fuertemente por la nuca y lo inclino sobre mi coño.

-Mirar mi lefa en coño tu puta esposa- Le decía mientras le obligaba a mirar.

Lo soltó con brusquedad mientras exclamaba

-Sleduyushchiy (el siguiente en ruso).

A aquellos hombres no les importaba lo más mínimo que mi coño estuviera lleno de leche e inmediatamente otro se coloco entre mis piernas y se dispuso a follarme también, pero lo que hizo primero fue coger un bol y dejarlo en el suelo, entre mis piernas para que el semen que salía se depositara en él.

Y después me la metió hasta el fondo de un solo golpe, follandome este con fuerza y rapidez mientras mi marido seguía mirando como lo hacía y la cola de hombres que yo tenía esperando.

No sé cuántos me follaron, ¿Cinco, seis…?, La mayoría lo hicieron dentro de mí y algunos sobre mi cuerpo, dejándome completamente llena de semen desde mis tetas a mi pubis, además del que continuaba saliendo de mi coño, lleno a rebosar.

Por mi parte me había dejado llevar y me había corrido al menos dos veces, estaba casi sin sentido mientras continuaba atada a aquel sillón, cuando sentí un chorro de agua fría en mi cara.

Era Vladi que me estaba haciendo reaccionar.

-Muy bien puta zorra- me dijo, -para empezar, no estar mal- le escuche decir entre brumas.

-Y tu cornudo, ahora limpiar esto- le dijo a mi marido mientras le tiraba una toalla húmeda.

Mi marido se puso a mi lado y empezó a quitarme los restos de semen que tenia por mi cuerpo, consiguiendo mas o menos un resultado aceptable.

-Ya está- le dijo a Valdi tirando la toalla a sus pies.

-Nos ha salido chulito el cornudo- reía Vladi mientras cogía a mi marido por el cuello.

-Solo por eso vas limpiar coño de esposa- le dijo mientras lo arrastraba entre mis piernas.

Mi marido se acacho para coger la toalla, pero Vladi se lo impidió.

-Así no, cornudo, con lengua- Le dijo mientras lo volvía a coger del cuello y lo empotraba contra mi coño, manteniéndole la cara contra él.

Y vi a mi marido entre mis piernas, con su cara contra mi coño, mi clítoris de apoyaba en su nariz y sentí su lengua lamiéndome el coño, lamiendo la leche que unos desconocidos habían depositado en mi interior.

Note que le daba una arcada y se retiraba, pero Vladi lo volvió a empotrar contra mí.

-Si vomitar también lavar vomito- Le amenazo

Le tuvieron unos minutos así hasta que Vladi se canso y lo hizo levantar.

-Ya esta bien, puto cornudo- Le escupió a la cara.

-Ahora coger bol y dar de beber a tu puta esposa, perdón- rectifico -A mi puta-

Mi marido cogió el bol y me lo acerco a los labios, estaba realmente lleno, desde que había comenzado todo esto había tragado mucha lefa, pero aquello era otra cosa, mi esposo tenia ganas de humillarme también, así que lo volcó contra mi boca.

Aquello olía fatal, tenia grumos, una asquerosidad, pero yo trague y trague hasta que los hombres estuvieron contentos.

Me desataron y me dieron una botella de agua, para que hiciera gárgaras, rio socarrón el hombre que me la dio.

Me levantaron del sofá entre dos hombres, entre el rato que había estado en la misma posición y el coño dilatado de tanta polla casi no podía caminar, pero no tenían ninguna intención de dejarnos descansar, nos llevaron a los dos hasta la cama gigante que había en el local y me tiraron sobre ella.

Enseguida Vladi, que ya se había recuperado, se estiro a mi lado, boca arriba con su mástil otra vez completamente enhiesto con clara intención de que me subiera sobre él, pero yo ya no tenia fuerzas, entre dos hombres me levantaron y me pusieron a horcajadas sobre Vladi que apunto su polla contra mi coño y yo me deje caer hasta clavarme contra su pubis, cayéndome contra su pecho, sin fuerzas, note como otra polla se apoyaba en mi culo, dispuestos ha hacerme una doble penetración, pero yo ya era una muñeca rota en sus manos, bueno, mejor contra sus pollas, así que ni proteste, ni dije nada, no tenia ni fuerzas para ello, así que la polla penetro en mi con facilidad, con solo un leve gemido por mi parte.

  • ¿Tu nunca follar por culo, verdad cornudo? Le decía Vladi a mi marido continuando humillandolo.

-Yo desvirgar culo y no veas como gritar puta al sentir entrar mi rabo dentro, pensar que romper mostrador tienda- continuaba riéndose.

-Aunque mas gritar cuando ella correr al sentir mi leche dentro culo- reían a carcajadas los hombres que miraban el espectáculo esperando su turno.

Valdi había cruzado sus manos tras la nuca mientras yo continuaba con las dos pollas en mis agujeros moviéndome al ritmo que marcaba el que me estaba dando por culo, cuando un tercero se subió a la cama con clara intención de metérmela en la boca, boca que yo abrí para que pudiera metérmela también, el hombre me la clavo hasta la garganta mientras me agarraba del pelo dándome tirones de el a la vez que se follaba mi boca.

Pero Vladi no le dejo hacerlo.

-Sacar polla de boca, que cornudo escuchar como grita mi puta- le dijo riendo.

El hombre me saco la polla de la boca, pero se quedó masturbándose lentamente a pocos centímetros de mi cara. Mientras el tío de mi culo había aumentado el ritmo y me cogió del pelo tirando fuertemente de él.

-Así, como si fuera una yegua- escuche a decía alguien.

Y vaya si lo hizo, tiraba de mi pelo con todas sus fuerzas y no tuve mas remedio que gritar, gritar de dolor en mi cuero cabelludo, que parecía me iba a arrancar, de dolor en mi culo y en mi coño.

  • ¿Escuchas cornudo como gritar puta- Le decía Vladi a mi marido.

Empecé a sentir como se corría en mi culo mientras seguía estirándome del pelo y a la vez el tío que se estaba masturbando delante de mi cara se corrió sobre ella, tenia la boca abierta, gritando, así que algunos chorros cayeron dentro y el resto como digo, sobre mi cara y a la vez notaba como me llenaba el otro el culo de su lefa.

Al menos dejo de estirarme del pelo cuando me la sacó notaba su semen salir de mi agujero, que sin duda debía estar bien dilatado. Vladi pareció leerme el pensamiento porque le dijo a mi marido.

-Mira como tiene el culo, cornudo, seguro que abierto- le decía a él mientras la lefa del otro hombre resbalaba de mi cara y caía sobre la suya, aunque no parecía importarle mucho.

A todo esto, yo continuaba con el rabo de Vladi clavado dentro de mi coño y note que otro hombre se subía a la cama y apuntaba su capullo a mi culo, pero Vladi le dijo algo en ruso a aquel tío.

  • ¿Seguro Vladi? Le preguntó

-Si, si, haz lo que te digo-Le contesto

El tio me saco el capullo que ya había metido en mi ano y Vladi también me la saco casi del todo dejando solo el capullo dentro de mi coño. ¡¡¡¡¡Entonces sentí como el otro tío también apuntaba su capullo a mi coño, pretendían meterme dos pollas en el coño!!!!!

Si casi no podía con la de Vladi como soportaría dos pollas en mi coño, pensé asustada.

-No por favor Vladi, Amo, no me haga eso- le suplique, sin ningún resultado como siempre.

Es más, escuche como le decía a mi marido que les ayudara a meterme las dos pollas en el coño.

Mi marido parecía que se había rendido a la evidencia de que su mujer era una puta hacia rato y vi cómo, sin decir nada se ponía a mi grupa y supongo unió las dos pollas con sus manos llevándolas hasta mi coño.

Note los dos capullos intentado entrar en mi coño, pero era imposible que pudiera alojar aquello dentro de mí, el tío que tenia a mi espalda me apretaba el culo hacia abajo para poder apretar mejor y Valdi, mi Amo, me sujetaba fuertemente por los riñones, así que no tenía escapatoria.

No se si se pusieron de acuerdo, pero Vladi levanto su culo al mismo tiempo que el otro hombre daba un golpe de riñones, mientras mi marido continuaba solicito manteniendo las dos pollas unidas y los dos capullos forzaron la resistencia de mi coño y entraron en mí de golpe haciéndome dar un grito desgarrador de dolor, desde que había parido no había sentido tanto dolor en mi coño.

Los hombres dejaron de empujar, pero sin sacarme ni un milímetro de mi coño y Valdi pidió que le dieran algún lubricante a mi marido.

-Untar bien pollas o destrozar a tu esposa- le decía mientras alguien le acercaba una botella.

No podía verlo, pero note como sus manos frotaban aquellas dos pollas con el lubricante y me ponía a mí también por el coño y cuando acabo los hombres volvieron a empujar, estaba claro que me las iban a meter, gritara yo lo que gritara, además, querían escucharme gritar y que lo escuchara mi marido.

Y los hombres volvieron a sujetarme como antes, empujaban y yo sentía como milímetro a milímetro aquellas pollas entraban en mí, mientras un largo gemido se escapaba de mi boca.

Tenía al resto de los hombres a mi alrededor mirando mi gesta, rodeada de no sé cuántos hombres mientras intentaban, no intentaban, me estaban metiendo dos pollas a la vez en el coño.

Ellos de tanto en tanto dejaban de apretar, momento que yo aprovechaba para respirar, preparándome para un nuevo envite que llegaba enseguida.

Y así, milímetro a milímetro, quejido a quejido, aquellos hombres me metieron dos pollas a la vez en el coño, debía tener el coño completamente dilatado, abierto, posiblemente desgarrado, pero mi pubis ya descansaba sobre el de Vladi y notaba los pelos del otro hombre en mi culo, los hombres a mi alrededor aplaudían jaleándonos, felicitándonos, alguien acerco una botella de algo a mi boca que debió resultar vodka, me quemaba la garganta, pero mas me quemaba el coño, pero a todo esto, dentro del dolor estaba sintiendo placer, ¿cómo podía ser?.

Pero Valdi no había acabado conmigo, los hombres seguían dentro de mi pero sin moverse y Vladi volvió a decir algo en ruso a uno de los hombres que salió corriendo, volviendo al instante con un dildo de unos cinco o seis centímetros de diámetro en su parte mas gruesa, pero con una punta muy fina, sin duda para facilitar la penetración, era corto, como de unos diez centímetros pero enseguida se hacia grueso hasta esos seis centímetros que os digo y al final tenía forma de pera que impedía se saliera del agujero donde lo metieran.

-No por favor- Suplique con un hilo de voz, otra vez inútilmente.

El hombre apunto la punta del dildo en mi ano y casi de un solo empujón me lo clavo en el culo, la verdad es que con lo que me habían llegado a meter por el culo ya ni me dolió.

Ni los hombres ni yo podíamos movernos, pero el que tenia a mi grupa me cogió por caderas y empezó a hacérmelas rotar poco a poco, notaba las dos pollas en mi interior y como mis paredes vaginales se frotaban contra ellas y yo dentro del dolor estaba empezando a sentir placer, un placer intenso haciéndome gemir.

-Escucha como gemir mi perra con dos pollas dentro- continuaba Vladi martirizando a mi marido, pero yo creo que él hacía tiempo que había desconectado y no le importaba nada de lo que me hicieran allí.

Me tuvieron así un buen rato, el hombre continuaba haciéndome mover las caderas y sentí que me venia un nuevo orgasmo, había perdido la cuenta de cuantos llevaba en esa tarde noche, pero este, al contraerse la vagina completamente llena de la polla de los dos hombres hizo que fuera bestial, sentía mi coño apretar aquellas pollas como si las estuviera ordeñando y así, en un momento note como ellos se corrían dentro de mí y lo hacían los dos a la vez, sentía sus chorros de lefa inundarme el coño, pero al tener las dos pollas dentro no se escapaba nada de mi coño, note todos y cada una de sus descargas en mi interior.

El primero en sacármela fue el de mi grupa e inmediatamente note como salía el semen a borbotones, Vladi me hizo levantar y quede tumbada boca a bajo en la cama, pero él me hizo poner con el culo en pompa, todavía con el dildo clavado en mi ano.

-Mirar coño vieja puta- Reía Vladi

-Parece cascada Niagara- exclamaba mientras me separaba las piernas para que todos pudieran verlo mejor.

Yo notaba como la leche salía de mi coño cayendo a chorros sobre el sucio colchón y eso fue lo ultimo que sentí antes de perder el sentido, derrotada, reventada.

Cuando recupere el sentido estaba en un callejón, completamente desnuda, sucia de semen, sudor, mugre, sentí un dolor en el coño y al mirar pude ver el culo de una botella que parecía de cerveza dentro de él, me la saque y efectivamente, era una cerveza, no se lo que habían hecho conmigo desde que perdí el sentido, pero habían hecho lo que habían querido.

Tiré la cerveza y entonces pude ver a mi marido de pie, delante de mí, a diferencia de mi completamente vestido, mirándome con cara de asco.

Sin decirme nada me tiro una camiseta sucia, me l apuse y él me ayudo a levantarme, casi no me tapaba ni el culo, intente caminar, pero era imposible y me tuvo que ayudar.

Me llevo hasta el final del callejón mientras iba a buscar un taxi.

Cuando paro uno me saco a la calle y me ayudo a subir al coche.

-A ver si me va a ensuciar el asiento- protesto el taxista.

-No se preocupe- le contesto mi marido.

Y ante mi sorpresa me quito la camiseta dejándome completamente desnuda, me hizo levantar el culo y puso la camiseta en el asiento y así tuve que hacer el viaje mientras el taxista me miraba por el retrovisor, además, tal y como tenia el coño no podía ni cerrar las piernas, así que le estaba dando todo un espectáculo al taxista, claro que a aquellas alturas no podía ni darme la más mínima vergüenza.

El recorrido hasta casa se me hizo eterno, hasta que el taxista paro delante de la puerta, mi marido me indico que podía ponerme la camiseta, pago al taxista y salimos entrando en el portal de casa, afortunadamente era de madrugada y nadie nos vio.

Entramos en casa y mi marido me quito la camiseta, me tiro en nuestra cama y lo vi salir de la habitación.

Fue la ultima vez que lo vi, cuando desperté no estaba en casa y todas sus cosas habían desaparecido.

Desde aquel día toda mi vida se fue al traste, mi marido me dejo, se divorcio de mí, nunca más tuve ningún contacto con él, tampoco supe nada mas de Vladi, supongo que como le había dicho a mi marido me utilizaría hasta que se cansara de mí, así que mis días pasan viendo mis series trucas, desnuda en el sofá, jugueteando con mi clítoris y esperando la llamada de mi Amo.